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Tener gripa ya no es una excusa para huirle al alcohol

Tomar es salud

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Foto: Gettyimages

Es una escena clásica: están encerrados en su casa, con tantos mocos que pareciera que se les está derritiendo el cerebro y está fugándose por su nariz; pero la infalible Ley de Murphy actúa y alguien llama a invitarlos, preciso, a una fiesta; cuando dicen que la gripa les impide salir de su casa, moverse y controlar su cuerpo, la inocente y poco pensada respuesta siempre va a ser: el alcohol es la cura. Y ahora sabemos que, aunque un envenenamiento etílico en una fiesta tremenda puede que no cure la gripa, tomar alcohol puede que sí ayude. Por lo menos unas copas. Lo suficiente para quedar prendido y, claro, reducir los síntomas. Es por salud.

Según el doctor William Schaffner, presidente de medicina preventiva del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt en Nashville, tomar ciertos cocteles con whiskey puede ser un buen remedio para aliviar los síntomas del resfriado y la gripe. 

Una buena preparación como el hot toddy (whiskey, limón, miel y agua hirviendo) es mejor que el jugo antigripal o que hacer las clásicas gárgaras de agua salada.

Aclaremos: la bebida no puede prevenir o curar el resfriado, pero el efecto que provoca este liquido sobre el cuerpo ayuda a aliviar los síntomas.

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El efecto consiste en que "el alcohol dilata un poco los vasos sanguíneos y eso hace que sea más fácil para las membranas mucosas hacerle frente a la infección".

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