Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

The Hives y Arctic Monkeys: reyes de Bogotá por una noche

Por: Nadia Orozco M @Cornfake // Fotos por: Alejandra Mar @Alejandra_mar_ 

Sí el fin de semana pasado las redes sociales se atestaron de fotos de diablillos, angelitos, y demás disfraces, ayer desde muy temprano el panorama cambió y empezaron a hacer presencia y pedir likes, RTs y corazones los vídeos de los Arctic Monekys; era la antesala digital y la forma de calmar las ansias de todos aquellos que habían comprado la entrada a su propio cielo desde hace algunos meses.

(Tan solo dos días después de que las boletas salieron a la venta el grito en el cielo de un Sold Out se escuchó fuerte).

Desde muy temprano el Coliseo Cubierto El Campín ya estaba adornado de filas de fanáticos, de vendedores, de revendedores, de logística. A las 6 pm las puertas se abrieron y a las 7:30 pm en punto se apagaron las luces para darle a inicio a una noche épica e inmortal para muchos.

Publicidad

Desde Suecia llegó The Hives, la agrupación con la grata misión de caldear los ánimos para el plato fuerte llamado Arctic Monkeys. Sin embargo, ellos no fueron para nada una entrada, sino otro plato fuerte que llegó para embelesar el paladar musical de los 10.000 espíritus congregados que gritaron, bailaron y se sacudieron al ritmo de un rock de garaje bien plantado, al que le sobran años de experiencia y  que dejó muy clarito porqué en el 2006 la revista musical SPIN los puso en el podio de las mejores bandas en vivo del globo entero.

"Queríamos sonar como una banda tocando en una habitación", dijo el cantante Pelle Almqvist SPIN en el 2004. Lo lograron y todos los asistentes fuimos testigos.

Publicidad

A la tarima llegaron con un diez  en presentación personal haciéndole honores a esa característica que los marcó desde su nacimiento: pelo bien peinado, ropa bien planchada, y trajes elegantes y despercudidos. En el 2002 una revista hacía una crítica de su extremo garbo: “Si un miembro quiere conseguir un corte de pelo, el grupo tiene que hacer una reunión”, hoy 12 años después siguen luciendo tan impecables, como cualquier madre de rockero hubiera querido ver a su hijo.

Que quede claro que la perfección de su pinta no fue traba para dejarlo todo en su concierto en Bogotá. “Hate to Say I Told You So”, “Walk Idiot Walk”, “The Bomb”, “Two Kinds of Trouble” fueron solo algunos de los tracks que tronaron; pero el protagonista sin duda fue Howlin' Pelle Almqvist, el vocalista de la banda y un frontman dotado de todo lo necesario para hacer que nadie le quitara la mirada de encima: brío de sobra para saltar, treparse en la batería, hacer maromas inesperadas con el micrófono, un humor sarcástico, un español admirable y un poderío de tarima incuestionable.

Entre los roadies disfrazados de ninjas que paseaban por el escenario constantemente y un sonido que empezó flaqueando, los Hives dieron un show en todo el sentido de la palabra. (Hoy The Hives repite concierto en Armando Récords, para los que no lo vieron y lo que quieren repetir)

Después de esa impresionante descarga, era momento para tomar aire, ir a NO comprar  papas de paquete que tenían un descomunal costo de 12.000 pesos, y alistarse para lo que todos esperaban: la entrada triunfal de los Arctic Monkeys.

Publicidad

Las luces se extinguieron una vez más, y entre un silencio nervioso, se escucharon los ecos de ‘Do i wanna know’, la primera canción que abrió el concierto de 90 minutos de la banda inglesa. Contrario a The Hives, Alex Turner supo cómo mantener hechizado a los asistentes sin decir mucho. Se podría decir que fueron más las veces que se peinó su macizo copete que las que pronunció palabra.

Con un aire a Elvis, un estilo rockabilly, mucho gel en el pelo, unos contados pero precisos movimientos que se escapaban de su cuerpo y esa voz que le dio parte de la identidad a uno de los grupos más famosos de rock de nuestra época, este inglés supo cómo manejar el barco y llevar a una tripulación ferviente por una travesía musical en vivo como pocas. -No por nada en el 2005  NME lo declaró el hombre más cool del mundo – pero más allá de su peculiar estilo, la herencia de rockero británico es irrefutable.

Publicidad

De fondo siempre estuvo presente la portada del último disco de los Arctic y las pantallas que enfocaban a cada uno de los integrantes sobre el escenario siempre estuvieron en blanco y negro. El repertorio fue un viaje al interior de AM, la última placa sonora de la agrupación, sin dejar de lado otras canciones que también empujaron a los ingleses como "Fluorescent adolescent" o "I bet you look good on the dancefloor"  . Era apenas normal que la mayoría del setlist se desprendido del disco que los ha puesto en el pedestal de las bandas de rock.

Era apenas normal que la mayoría del setlist se desprendido del disco que los ha puesto en el pedestal de las bandas de rock.

Hubo de todo: baile, grito, pogo, llanto e incluso muchos momentos en que el Coliseo se convirtió en una pista de baile. Un concierto sin arandelas, solo la música y el poder de ver a una banda que está en su mejor momento. (Para muchos, otros añoran las épocas más punk de Alex y sus amigos). 

La despedida perfecta fue con R U MINE? 

Publicidad

Larga vida a los buenos conciertos y que sigan viniendo. 

 

Publicidad

 

  • Publicidad