María Magdalena llora tras escuchar tus temas y es mejor que tengas cuidado con la prima de Judas. Son bienaventurados los que pecan en aceras entre paganos y prostitutas. Los siete días de la semana son para crear, descansar y derretir arbustos. Y en el medio, Luis7Lunes y Sison Beats mantienen la fe intacta con El milagro, una reescritura bíblica en la que los versículos se hacen versos y el agua, ron.
En 2015 Sison produjo varias canciones de Ruidos en Hamelin, el debut oficial de Luis. En 2020 ambos hicieron parte de “Lancha Rápida” , icónico posse cut del rap colombiano, y en ese mismo año Sison bendijo Audio descriptivo, de Luis, con dieciséis barras en “Terreno cercado” y dos pistas para abrir y cerrar la ceremonia.
Hablamos, entonces, de dos amigos que se conocieron en Envigado hace más de una década, que han colaborado en varias ocasiones y que hace unos años crearon un coro que se volvió una canción que se volvió un EP y que, al fin, aterrizó como un disco conjunto.
En la portada, ambos raperos examinan las heridas abiertas de sus abdómenes. Sin embargo, este no es un disco vulnerable, más allá de cuando Sison conversa con sus fosas nasales y se pregunta qué está haciendo.
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Al contrario, son temas exuberantes en los que el de No Rules Clan y el de Afterclass —denominaciones de origen de alto calibre— fungen como antiprofetas, al difundir el verbo divino y difuminar el límite entre pecado y bendición. Las temáticas son competitivas y cotidianas, pero el giro novedoso viene, por un lado, en la imaginería religiosa que cifra sus ponches.
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Así como Ka esboza las continuidades entre Brooklyn y Jerusalén en Descendants of Cain y Saramago reescribe la Biblia en El evangelio según Jesucristo, en El milagro los misterios gozosos tienen lugar en el Valle de Aburrá, donde abundan las parábolas y los escapularios.
¿Cómo suena la bóveda de la Capilla Sixtina? Los beats de El milagro intentan responder esta pregunta sinestésica. Sison marcó el norte con pistas luminosas y livianas, sintonizadas con un color específico de ese underground que él denomina como la ola y que en otras ocasiones ha sido llamada drumless o el renacimiento; “angelical, no cursi, B”, aclara sobre el sonido de El milagro. Kid Sánchez, Eztone, Ignorancia Sofisticada y Vic Deal siguen este rumbo con beats celestiales, en un ejercicio de cohesión sonora que redondea el disco.
De ahí que tenga tanto sentido la presencia de Franco Carter en “Envío divino”: el rapero español se desenvuelve a la perfección en este tipo de atmósferas para predicar la buena palabra, como lo hizo hace unos meses con su álbum Sunday Truce. Si El puente (2022) de No Rules entabló un diálogo con la vanguardia del rap subterráneo, El milagro continúa la conversación desde otro ángulo. Son distintos himnos del mismo libro de salmos.
“Crea en el milagro, pero vaya y verifique / Acá esperamos en la orilla a que se los multiplique”, rapea Luis para cerrar “El pecado original”, la última canción del disco.
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Así que eso hicimos, y les preguntamos a él y Sison sobre el papel de la religión en sus vidas, el origen de los milagros y más.
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¿Qué papel ha jugado la religión en sus vidas?
Sison Beats: Yo vengo de una familia muy católica de Envigado, donde todo es muy tradicional. Mi familia, en sociedad con otras personas, es dueña de pasos de Semana Santa; tengo tíos que son locos por eso, por la negación de Pedro o el beso de Judas. Entonces he sido cercano a esa imaginería religiosa. De ahí salen varias referencias del disco. Nos gustan los códigos y símbolos, nuestro rap es muy semiótico, encriptado: no es tan explícito.
Luis: La religión hace parte de esa base cultural de la ciudad y esas son referencias que están al alcance de las personas. Y por la ciudad hay mucha simbología religiosa. Muchas de las situaciones que narra la Biblia son muy visuales, entonces quisimos codificarlas con las vueltas del rap para poner imágenes en la mente de quien escuche. Y el disco sale en diciembre, el mes religioso por excelencia en Medellín. Es un momento en el que esas sensaciones están muy vigentes. Los beats contribuyen a eso, el color que le dimos al disco fue muy intencional.
¿Qué es lo más cerca que han estado de un milagro?
L: Las personas que están conectadas con alguna rama artística —sea en la pintura, la música, el baile o cualquier expresión de eso que uno tiene ahí guardado— han tenido algún tipo de experiencia religiosa o espiritual. El Sison y yo hablábamos la otra vez que los milagros son esas cosas que no tendrían por qué ocurrir o que pasan sin una explicación muy clara, y en la música eso sí ocurre a menudo: en una letra, si uno se ilumina, si está en el estudio y encuentra el coro que es. Esos pequeños milagritos sí hacen parte de la cotidianidad.
S: Cada día, el despertar es un milagro, porque nuestro cuerpo es una máquina que en cualquier momento puede dejar de funcionar. También lo es cuando no había nada, pero creamos algo: cada disco es un milagro. Y cada concierto también, hemos llegado a muchas personas a las que nuestro rap los acompaña siempre. Hay gente que nos ha dicho “Hey, tu canción me salvó la vida”: eso es un milagro. Y la causalidad y casualidad de juntarnos Luis y yo también es un milagro.
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Luis, ¿cómo fue para ti hacer un disco con un referente tuyo como Sison?
L: Yo primero fui fan de No Rules Clan, y ya tengo la fortuna de decir que son mis hermanos, mis parceros, tanto Sison como el Godie (Anyone). Hemos colaborado desde hace muchos años, en Ruidos en Hamelín está la colaboración de Godie y hay varios beats de Sison. Él es una persona fundamental para el rap de la ciudad, es una biblioteca, y eso yo lo valoro mucho. Es un honor haber camellado juntos en El milagro, estoy agradecido. Además, habían pasado muchos años sin que Sison fuera el protagonista en la producción de un disco; a veces la gente olvida lo calidoso que es él como productor, entonces ese es un valor añadido muy brutal que tiene el disco.
Sison, ¿recuerdas qué te llevó a empezar a colaborar con Luis?
S: Luis y yo nos conocemos desde hace más de una década. Éramos de Envigado, frecuentábamos los mismos lugares; Maco era vecino mío y también estaba inquieto con el rap también. Yo lo escucho desde que era Luiyima, iba a los conciertos, me parecía muy calidoso. Con el tiempo nos acercamos y cuando él empezó a hacer Ruidos en Hamelín, quise aportar al proyecto, que es un referente fundamental para la escuela paisa y para los discos posteriores de Luis con Afterclass. También hicimos “Terreno cercado”, pero de tanto juntarnos, nos debíamos más canciones. Yo lo admiro por su clase, cómo ha explorado su sonido, su tono de voz y por su inteligencia. Su rap es trascendente, es necesario. Y siempre me he identificado con sus referencias deportivas. Para mí también es un honor hacer un disco con uno de mis MC favoritos de Colombia.
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Franco Carter es un refuerzo muy interesante, que además se sintoniza bien con los códigos y el sonido del disco, ¿cómo se dio ese junte?
S: Antes de escribir rap y hacer lo de nosotros, Luis y yo somos muy oyentes, muy raperos en ese sentido, muy gomosos por escuchar nuevas cosas. Yo escucho a Franco Carter desde hace unos años. Lo seguí, él me siguió, nos tiramos el respeto y lo invité a colaborar en un disco que estoy haciendo yo solo. Pero, en el medio, lo tuvimos presente para El milagro.
L: Yo lo conocí por Sison. Era una pieza que encajaba muy bien y cerraba el círculo del disco. Le enviamos la instrumental de Kid Sánchez, que es muy especial, le gustó y la escribimos rápido, con mucha naturalidad. Fue la guinda del pastel, la cerecita de tener a alguien de afuera, un man que es muy respetado en España. Franco hace parte de esa ola que transmite el color del álbum que hicimos. Más allá de la invitación como amigos, es un rapero muy hijueputa que nos gusta mucho.
¿Cómo definieron el color del disco?
S: A Lucho y a mí nos gustan esos beats celestiales, angelicales, como musiquita de ascensor. Ha sido un gusto adquirido, de escuchar tanto soul y drumless. Entonces para El milagro ya sabíamos para dónde íbamos. Comenzamos sobre beats míos y a medida que los hacía, los poníamos seguidos y nos dábamos cuenta de que estaban en la misma línea, güevón. Entonces cuando nos acercamos a los otros beatmakers les mostramos a qué estábamos apuntando y ellos se acoplaron. Kid es más de baterías y boom bap, pero rompió eso acá e hizo un beat pensando en nosotros. El de Ignorancia Sofisticada es majestuoso, como el de ese freestyle de Sean Price sobre un beat de 9th Wonder, que para nosotros es icónico. Eztone tiene ese color angelical, por eso lo tuvimos en cuenta, igual que Vic Deal. Son ritmos wavy que al.divino o Mach-Hommy podrían rapear perfectamente. Son colores que se complementan y apuntan a lo mismo.
L: Llevamos dos años camellándole a la vuelta, pero suena como si hubiéramos empezado ayer. Es un sonido totalmente vigente dentro de lo que a nosotros nos gusta.
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Sison, ¿podemos esperar más de esas exploraciones melódicas como las de “El pecado original” para lo que viene?
S: Desde Rap nativo, en el último tema canto. Igual Pantone, con “Pico y chao”. Y en Welcome to the world of Nemesis también hay unos más romanticones y cantaditos. Entonces como lo he estado explorando, ya para este disco sonó mejor. Buscaba ese tono angelical, y decidí arriesgarme a cantar con ese flowcito. Siempre he sido fan de ese estilo cantandito, como 50 Cent, Freddie Gibbs o Max B, que es el padre de eso: los que cantan sin entonar.
Luis, tus rapeos en solitario son más introspectivos, en comparación con lo que haces con Afterclass o El milagro. ¿Ese cambio de registro, que te permite explorar distintos lados de tu rap, es refrescante para ti?
L: Últimamente sí. Eso solo enriquece mi proceso y me permite crecer. El disco con Afterclass y éste con Sison se han dado de forma natural y son hechos con hermanos de la música. No estamos rodeados de yesmen que nos dicen que qué chimba todo, El milagro fue un proceso de pulir y pulir, de darle forma al mármol, dejarlo descansar y volver a darle, intentar coros y melodías. Hubo exploraciones, pero no en el sentido de irnos hacia otras cosas que no sean rap, estamos más que contentos con la finca y el terreno que se nos entregó, disfrutamos hacer rap todo el día. Y ahorita este color nos deja muy satisfechos. Es de las pocas veces que me ha pasado que antes de que salga el disco ya estoy muy satisfecho con todo lo que hice. Los músicos y artistas tendemos a ser muy autocríticos, pero este álbum es el resultado de muchas correcciones y de amasarlo bastante. Nos deja muy contentos.
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¿Qué viene para ambos en el 2024?
L: Lo primero es aprovechar El milagro a fondo: soltar la música en físico, sacar merch y empezar a planear las fechas. En Colombia ya está seteada la ruta de las ciudades grandes y medianas, entonces la idea es poder presentar El milagro en todas partes donde hemos tocado. Queremos tocar en otros países también. Y vienen un par de bombazos con Afterclass.
S: Yo estoy trabajando en un disco en solitario, y sí o sí vienen cosas con No Rules. Y queremos empezar a hacer eventos, traer a ciertas personas que son referentes para nosotros. Afterclass, No Rules y Media Systems vamos a unir fuerzas. Ya se van a ir dando cuenta.