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BAD: el disco que coronó de nuevo a Michael Jackson

La cultura pop le debe a este disco un legado que perdura en moda, imagen y cultura que cumple tres décadas.

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BAD, Michael Jackson

No se puede hablar de la década de los ochenta sin revisar la obra del legendario cantante. Y cuando se hace referencia a Bad, tenemos a un artista que ya sabía las reglas del juego y que hacía las reglas también.

Por: José “Pepe” Plata // @owai

Cuando se miran los ochenta como década de cultura musical y popular hay que hacer un capítulo aparte. Y ese capítulo tiene un nombre que no se olvida a pesar de no estar vivo desde el año 2009: Michael Jackson. El rey del pop; el dueño del aviso, el artista total y el que hizo que el mundo se fijara en una máquina de éxitos que sigue generando ingresos.

La carrera de Jackson venía en ascenso desde niño. La formación familiar de los Jackson 5 con la cual estuvo con sus hermanos desde los sesenta, le quedó chica en los setenta. Y al haber lanzado los reconocidos discos Off the wall (1979) y Thriller (1982) había cimentado una carrera definitiva para la década. Era el tiempo del reinado de Mtv, el consumo desaforado de estilos de moda con jeans, camisetas, tenis y todo tipo de marcas que mandaban la parada en las pasarelas y en la calle. La década que antes de internet, definió a la cultura pop con colores vivos.

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Y ahí estaba también Michael Jackson. En 1979 tenía una pinta funky elegante. En 1982 era casual urbana y ya para 1987 se mostraba como un rudo urbano. Con cuero, taches y cadena. Una imagen de malo, pero sensible. De malo, pero con estilo. De malo que construye y no destruye. De malo al que nadie sucumbe.

Pero para llegar a esto, el camino tuvo que ser recorrido a través de intensas grabaciones y supervisiones por quien fuera su mano derecha en asuntos de producción: Quincy Jones. Todo comenzó en enero de 1987 y se extendió hasta julio. Meses de intensas grabaciones en las que participaron más de veinte músicos y en las que además se contempló la posibilidad de tener canciones a dueto con Prince, Diana Ross, Whitney Houston, Aretha Franklin y Barbara Streisand. Lastimosamente no sucedieron.

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El ambiente de las grabaciones transcurría entre la tensión musical y la sistemática necesidad de tener un disco que fuera diferente a Thriller. Esto venía dado porque iba a ser imposible dejar de pensar que la prensa no iba a comparar el trabajo nuevo con ese disco anterior. Las intensas jornadas incluyeron búsquedas de expresión desligadas de la imagen del joven bonachón y casualmente vestido del 82. Y estas se vieron reflejadas en la vestimenta, poses y pasos de baile que se volvieron moda mundial.

Antes de lanzar el disco completo el 31 de agosto, apareció el sencillo de I Just Can´T Stop Loving You. Una canción que rápidamente estuvo en los primeros lugares y listados musicales y que fue el abrebocas para lo que se venía.

Al aparecer el 31 de agosto, en menos de una semana Bad tuvo récords de ventas. Vendió 500.000 copias. La máquina empezó a sumar ventas y ventas en todo el orbe. Se estima que se vendieron 35 millones de discos en dos años. Jackson comenzó una gira mundial que se extendería hasta el año 1989 y en la cual se ofrecieron 123 conciertos en 16 países. El patrocinio del refresco Pepsi fue fundamental y fue una de las giras más lucrativas de la década.

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Este disco le dejó a Jackson varios logros como lo fueron haber logrado ubicar cinco sencillos en el primer lugar de manera consecutiva y haber lanzado diez canciones que se difundieron globalmente. ¿Si no era Michael Jackson, quién lo iba a hacer?

Toda la maquinaria musical que estuvo detrás de este disco tuvo también un respaldo audiovisual con el trabajo que se hizo en videos. El impactante cortometraje que Martin Scorsese hizo de Bad con una producción de 18 minutos, fue visto pocas veces en nuestro país.

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Y al hacer una retoma del disco, este se convierte en una parte clave para entender cómo la historia musical de los setenta, ochenta, noventa y una parte del siglo veintiuno están en la figura de aquel hombre. El que se nos fue en el 2009.

Escudriñar este disco es encontrar la muestra de una música hecha para durar y entretener. Una que ha superado el pasado del tiempo y se quedó sonando así.

 

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1. Bad – La canción que le da el título al disco. La que se recuerda por ser un sofisticado funk en el cual Jackson despliega todo su poderío lírico y con la cual marca territorio.

2. The Way You Make Me Feel – El pop y el RnB en su máxima expresión, Una declaración de amor sin par que ha trascendido el tiempo.

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3. Speed Demon – Una nueva base funk, pero con una reminiscencia africana. La misma con un coro de respaldo sincronizado y afinado que le da elegancia.

4. Liberian Girl – La balada famosa que se refería a una refugiada. Una exaltación a la belleza y al exotismo.

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5. Just Good Friends – Este juego de funk electrificado a cual más en el que está como invitado Stevie Wonder. Un encuentro generacional que además de amigable, fue necesario.

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6. Another Part Of Me – Un juego de bajo y guitarra marcan el inicio de un funk más divertido que sirve para dar otra declaración de amor.

7. Man In The Mirror – ¿Quién no recuerda esta canción en la cual se invitaba a un cambio de actitud? Una suave y tenue reminiscencia gospel en el coro que nos recuerda la procedencia de Jackson: el coro familiar.

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8. I Just Can’t Stop Loving You – Una balada con toque soul que muestra la versatilidad de Jackson. Algo que además fue compartido con otra voz: Siedah Garrett.

9. Dirty Diana – La segunda canción más fuerte y urbana del disco con la cual teníamos la expresión de la calle y de cómo un amor puede terminar en pedazos.

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10. Smooth Criminal – La canción que se hizo para bailar. La que nos mostraba un funk siniestro y que se hizo pista para competir.

11. Leave Me Alone – Con esta canción se despedía el disco como reflejo de un Jackson que dejaba en claro que no quería chismes ni rumores alrededor de su vida. Solo quería que lo dejaran solo y que no se entrometieran en sus cosas. Pero esto era imposible. Jackson sigue siendo figura pública y hasta patrimonio de la humanidad aún después de muerto.

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Cuando se mira todo el ambiente alrededor de este disco, es imposible dejar de pensar cómo las maquinarias de la industria musical han cambiado para seguir siendo iguales. En efecto, hay artistas que siguen cautivando masas y tienen ventas millonarias. Pero cada vez son menos quienes se puedan considerar artistas capaces de cambiar y generar tendencias que perduren en las diferentes generaciones. Los cortometrajes –más que videoclips– que acompañaron varias canciones de este disco mostraban cómo Jackson estaba por encima del bien y del mal.

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