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Lo que pensamos que sería el mundo sin Soda Stereo y lo que es

En 1997 fue el último concierto en el que Cerati pronunció aquellas palabras que hoy son leyenda: Gracias Totales.

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EL ÚLTIMO CONCIERTO - SODA STEREO

Las últimas palabras pronunciadas por Gustavo Cerati en la despedida de Soda Stereo el 20 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires se convirtieron en una frase tan lapidaria como profética.

Por: José "Pepe" Plata // @owai

La despedida del trío que había acompañado a dos generaciones de latinoamericanos dejaba en claro que no iba a haber una banda igual en cuanto a repertorio e impacto y que por más de que se quisiera pasar la página, siempre habría que referirse a ella buscando las emociones surgidas de canciones que podían unir mentalidades y espíritus del continente.

Veinte años atrás, el rumor de la disolución de Soda Stereo se hizo real. Se hablaba de todo tipo de situaciones alrededor de los tres integrantes que se generaban a partir de diferencias personales y humanas. Las alarmas se prendieron en 1997, cuando en mayo de ese año, apareció esta carta en el suplemento Si! del periódico Clarín.

"

Estas líneas surgen de lo que he percibido estos días en la calle, en los fans que se me acercan, en la gente que me rodea, y en mi propia experiencia personal. Comparto la tristeza que genera en muchos la noticia de nuestra separación. Yo mismo estoy sumergido en ese estado porque pocas cosas han sido tan importantes en mi vida como Soda Stereo.

Cualquiera sabe que es imposible llevar una banda sin cierto nivel de conflicto. Es un frágil equilibrio en la pugna de ideas que muy pocos consiguen mantener por quince años, como nosotros orgullosamente hicimos. Pero, últimamente, diferentes desentendimientos personales y musicales comenzaron a comprometer ese equilibrio.

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Ahí mismo se generan excusas para no enfrentarnos, excusas finalmente para un futuro grupal en que ya no creíamos como lo hacíamos en el pasado. Cortar por lo sano es, valga la redundancia, hacer valer nuestra salud mental por sobre todo y también el respeto hacia todos nuestros fans que nos siguieron por tanto tiempo. Me gustaría aclarar que este estado no tiene nada que ver con mis frecuentes salidas a Chile ni con los esporádicos proyectos musicales que haya realizado al margen de Soda.

Un fuerte abrazo

".

Las alarmas se prendieron y la cuenta regresiva comenzó con un gran pregunta: ¿Cómo sería esa despedida? Por varias semanas se hicieron especulaciones, pero finalmente se supieron las fechas:

  • 30 y 31 de agosto Ciudad de México
  • 2 de septiembre Monterrey
  • 6 de septiembre Caracas
  • 13 de septiembre Santiago de Chile
  • 20 de septiembre Buenos Aires
     

Lo que vino entonces fue una movilización de personas, medios y equipo técnico que en tres semanas estaría en cuatro países cerrando la vida musical de Soda y dejando abierta la puerta para tratar de adivinar qué sería del siglo XXI. Y fue la misma que estuvo presente en una jornada en el estadio de River Plate en la que más de cuarenta mil personas fueron testigos del fin y donde además se presentaron las bandas Avant Press, Santos Inocentes y Tumbas como telenoreros. El concierto de la despedida fue una mezcla de emociones que además fueron empaquetadas en dos discos compactos que fueron lanzados en diciembre de 1997 y en formato DVD en el año 2005.

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El último concierto trajo situaciones particulares para Cerati, Zeta Bossio y Charly Alberti. Cerati se dedicaría a su proyecto electrónico Plan V en Santiago de Chile y a preparar lo que sería Bocanada, Zeta Bosio pasaría a buscar nuevos talentos a través del Proyecto Under en Sony Music y Charly Alberti se dedicaría a lo que dan a conocer como emprendimiento, al presentar la compañía digital Cybrel con la cual armaría un portafolio de empresas como lo fueron el portal Yeyeye.com, el sello musical URL Records y la revista URL.

Y ese cierre de aquel día comenzó con la voz de Zeta diciendo: "¡cómo se agrandó la familia!" Recibiendo a los miles de fanáticos que habían acudido a la despedida. No solo fue Soda quien se despedía. Personajes como Adrián Taverna (el fiel ingeniero de sonido), Tweety González, Andrea Álvarez, Fabián von Quintiero, Daniel Sais o Richard Coleman que habían colaborado con la banda, cerraban también su ciclo. Eran así dos generaciones que se desprendían de un sello pero que los dejaba como privilegiados por haber sido parte de la banda más importante del continente.

Si bien esta última presentación tiene un dvd que corresponde a la presentación en Buenos Aires, los dos discos compactos que aparecieron hace dos décadas, no corresponden a los audios de esa noche final. La razón es la calidad de las grabaciones, además de la secuencia de orden y repertorio que se presentaron en las ciudades, haciendo así que el documento final sea no solo una grabación especial, también un ejemplo de excelencia en grabación.

Los discos contaron con el trabajo gráfico de Alejandro Ros, el gran aliado gráfico de la banda y de otros artistas como Babasónicos, Bersuit Vergabarat, Javiera Mena, Julieta Venegas, entre otros.

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Pero si esta joya sonora bien se presentó antes de la explosión de la red, hoy se siente más robusta y necesaria para recordar una historia única e irrepetible.

¿Cómo suenan esos dos discos?

La exploración nos lleva a sentirlo así.

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El último concierto A

  • En la ciudad de la furia: Con esta se abre para marcar el territorio. Cuando Cerati dice: Soda Stereo, Buenos Aires, Argentina, inmediatamente comienza la comunión sonora con el público.
  • El rito: Una canción hecha para ser respondida y en la cual la flauta traversa le da un componente musical único.
  • Hombre al agua: El legendario tema de Canción animal comienza con una referencia al poder del agua por parte de Cerati. Entra luego Charly Alberti, los teclados acompañan suavemente y estalla toda con el bajo de Zeta.
  • En el séptimo día: El inconfundible riff de la legendaria canción en la cual se habla del hastío nos presenta a una banda enfurecida y compenetrada.
  • Canción animal: Una canción imponente y fuerte que si bien tenía siete años de presentada había madurado para ser parte de un repertorio clave dentro de la banda.
  • Trátame suavemente: Original de Daniel Melero y Los Encargados, es una de esas canciones que desarman intenciones y que son únicas para la intimidad o un sueño erótico colectivo.
  • Paseando por Roma: Una de las últimas composiciones de Soda Stereo que además se engrandece con los arreglos de vientos que se prepararon para la ocasión. Sin olvidar además los efectos electrónicos que bien suenan.
  • Lo que sangra (La Cúpula): Original de aquel disco llamado Doble vida, que en 1988 los consolidó ya no en el continente, sino que también les hizo tener coqueteos con las audiencias de Estados Unidos.
  • Zoom: La canción que se reconoce como catalizadora de emociones sexuales y que además les permitía llegar a una nueva generación en 1995, se dejaba escuchar en su despedida. Es además una que no sufrió grandes adornos en su versión de despedida.
  • Signos: Esta es una de las que conectaba a dos generaciones y que tuvo una guitarra acústica como presencia propia de canción. Un clásico único.
  • Ella usó mi cabeza como un revólver: Tan solo dos años antes había sido grabada en Londres y hacía parte del disco final de estudio de 1995. En vivo además mostraba la habilidad de la banda para acoplarse a una canción con variaciones de arreglos y que además involucraba violines y cellos.

El último concierto B

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  • Disco Eterno: Otro de los clásicos de Sueño Stereo que además recogía los ecos sonoros de ese disco, el mismo que abría la puerta a las inquietudes electrónicas de Cerati.
  • Planeador: Un delirio ambiental e instrumental con el cual se bajaban los ánimos, pero se agarraba fuerza para lo que venía.
  • Luna roja: Dynamo ha sido uno de los discos incomprendidos de la carrera de Soda, uno que no fue muy bien presentado, pero que tiene los sonidos inconfundibles de la experimentación. Esta pieza hace parte de la gran ansiedad de aquel público que no pudo ver en vivo ese disco.
  • Té para tres: La canción que rinde homenaje al padre de Cerati que había fallecido en 1992, era también una canción sentida y sufrida. En ella se encontraba una voz desgarrada que necesitaba así dejar en claro que se debía al público.
  • Cuando pase el temblor: La llamada andina, en al cual se hace presente un ritmo de las pampas es la canción que recupera el compromiso con el público. Y en esta ocasión, contó con otros detalles de teclados por cortesía de Tweety González.
  • Claroscuro: Nuevamente, la presencia de la electrónica cobra gran importancia. Los samplers parecen cobrar vida propia en la introducción. Y luego con el desarrollo, queda claro que al haber estado en Dynamo, esta canción es una de las joyas escondidas de Soda.
  • Persiana Americana: Nuevo momento eufórico para recuperar la confianza con el público. En ella miles de voces corean y se comunican con Cerati.
  • Un millón de años luz: Una canción épica que irrumpe, pero en la cual la guitarra va un poco más lenta que la original grabada.
  • Primavera 0: La tercera presencia de Dynamo. Una canción que destila guitarras y efectos de manera única. Se nota a Cerati un poco exhausto, pero feliz de estar cantando algo del repertorio que pocos reconocen como particular.
  • Cae el sol: Con un impecable arreglo de cuerdas, esta canción es el abrebocas del final. Una canción que bien interpreta la pasión de Cerati por la ciudad y los favores recibidos por ella.
  • De música ligera: Comienza con una interacción con el público Cerati dejando que la gente cante. Luego se convierte en una manifestación única de la alegría. Pero como todo lo bueno, tiene un final que se hizo más que conocido cuando se dijo: "gracias totales". Este es el momento cuyo recuerdo merece ser más visto que escuchado. El fin de una era, de un sueño y de una posibilidad.

Si bien antes y después de Soda Stereo el continente ha tenido grandes exponentes en materia de rock, la virtud de Soda venía de ser una banda que en su existir, ofrecía una riqueza sonora particular. Podía dialogar de tú a tú con tendencias que pasaron por el ska, el new wave, el postpunk, la electrónica y el shoegazing justo cuando estaban sucediendo. Con su disolución, el continente perdió un faro musical, justo en un momento en el que internet se suponía iba a resolver y ser un camino, lo que terminó siendo fue la demostración de no tener un líder latinoamericano único. Tuvieron que pasar diez años con la gira Me verás volver, para reclamar un sitio que siempre les ha pertenecido: el de aquel grupo que supo canalizar el sonido que para otros era ajeno.


Por algo se recuerda con grandeza así:

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