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Metallica vs. Napster: 22 años de una demanda que revolucionó la industria musical

¿Qué lección dejó a la industria en las últimas décadas?

Senate Hearings On Music And The Internet
Lars Ulrich de Metallica, testificó en 2000 en el Senado de Estados Unidos contra la piratería.
Foto: Stephen J. Boitano // Getty Images.

Un 13 de abril, pero del 2000, Metallicademandó aNapster, servicio para compartir música. Esta demanda, 22 años después, sigue teniendo eco en la industria musical.

Cuando Napster, el primer antecedente de los servicios de streaming musicales, se puso en marcha en 1999 fue un éxito instantáneo. En una era en la que la gran mayoría de la música todavía se compraba físicamente en CDs, tener una gran cantidad de archivos musicales a un solo clic de distancia fue sumamente revolucionario, y claro, ilegal.

Si bien el servicio ya había enfrentado algunas demandas, ganó todavía más popularidad cuando Metallica descubrió que su sencillo I Disappear, de la banda sonora de Mission: Impossible 2, se había filtrado.

Así comenzó lo que Lars Ulrich llamaría "la tormenta de mierda", según Kerrang. El 13 de abril de 2000 Metallica v. Napster, Inc se presentaron en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Norte de California en un enfrentamiento entre Internet y la industria musical.

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“Con cada proyecto”, según decía un comunicado de prensa de la banda publicado en ese momento, “pasamos por un proceso creativo extenuante para lograr música que sentimos representativa de Metallica en ese momento de nuestras vidas. Nos tomamos nuestro oficio, ya sea la música, las letras o las fotos y las ilustraciones, muy en serio, al igual que la mayoría de los artistas. Por lo tanto, es repugnante saber que nuestro arte se comercializa como una mercancía en lugar del arte que es. Desde un punto de vista comercial, se trata de piratería: tomar algo que no te pertenece. Y eso es moral y legalmente incorrecto. El comercio de dicha información, ya sea música, videos, fotos o lo que sea, es, en efecto, tráfico de bienes robados”.

La industria se dividió: mientras a algunos les pareció loable la demanda de Metallica, otros apoyaron a Napster. "Me gusta Napster. Me gusta la idea de que la gente escuche mi música (esa es la razón por la que hago mi música en primer lugar)", dijo Moby en un comunciado publicado en su página web.

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Es recordado el capítulo de South Park que parodiaba la situación al mostrar a Ulrich triste porque no podía comprar una piscina de oro porque desde quela gente descargaba ilegalmente su música, no tenía dinero.

La banda Mötley Crüe hizo un cortometraje llamado 'Metalligreed' (mezcla entre Metallica y codicia) para acusar a sus colegas de usar la demanda para generar publicidad para su gira.

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No ayudó a la imagen de Metallica que usaron una firma de consultoría para rastrear a los 335,435 usuarios antes mencionados, compilando los nombres en aproximadamente 60,000 páginas de documentos, según reporta Spin.

¿Quién ganó?

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En marzo de 2001, la jueza Marilyn Hall Patel ordenó una orden judicial preliminar que obligaba a Napster a filtrar la música y, en julio de ese año, se rechazó una propuesta de acuerdo. Napster se declaró en bancarrota en 2002.

Hoy, lo que cuesta una membresía a cualquier plataforma de streaming es menos de los que pagábamos por un solo álbum hace 20 años. Los shows en vivo se han convertido en la principal fuente de ingresos de los artistas.

"La gente usaba la palabra 'codicia' todo el tiempo, lo cual era muy extraño", declaró Lars. "Todo se trataba de una cosa y una sola cosa: control. No se trataba de Internet, no se trata de dinero, no se trata de compartir archivos, no se trata de regalar mierda". gratis o no, sino de quién fue la elección. Si quiero dar mi mierda gratis, la daré gratis. Me quitaron esa elección".

Así como Metallica luchó por lo suyo en el 2000,hoy muchos artistas luchan por ganar más de las plataformas de streaming y tener más control sobre su obra.

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En palabras de Lars al Huffington Post: ". "Creo que la historia ha demostrado que teníamos algo de razón". Estará en las primeras cinco oraciones de mi obituario, y lo acepto".

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