El pasado 6 de octubre falleció uno de los guitarristas más legendarios en el rock: Eddie Van Halen . El músico murió a los 65 años en Santa Mónica a causa de un cáncer de garganta. Van Halen fue una de las bandas más destacadas de los 80 y se mantiene como un referente del hard rock. Con motivo de la muerte de Eddie, ha vuelto a circular una historia muy conocida de la era dorada de la banda californiana.
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En el argot musical, el rider es el documento que incluye las especificaciones técnicas de un artista o banda para realizar adecuadamente su show, y que la empresa promotora del acto debe poner a su disposición. Aquí van también las exigencias de la banda para su camerino de alimentación o decoración, algunas cotidianas y otras algo excéntricas. Una petición en particular en el rider de Van Halen de su gira de 1982 llamó la atención de los empresarios: un bowl de chocolates M&M, pero no podía haber ninguno de color café. El rider especificaba que si el grupo encontraba al menos un M&M café podía cancelar el concierto cobrando la totalidad de su tarifa.
Durante años, éste fue un ejemplo de capricho de "rockstar" y la anécdota se convirtió en leyenda. Muchos no entendían por qué la banda hacía esta exigencia en sus shows. Pero había una razon de peso detrás de la petición, según la reveló en su autobiografía David Lee Roth, vocalista de la banda. “Nos movíamos con nueve camiones de 18 ruedas, llenos de equipo, por lugares donde el estándar era de tres camiones como máximo. Y hubo muchos errores técnicos: ya fuera que las vigas no podían soportar el peso, que el suelo se hundiese o que las puertas no eran lo suficientemente grandes como para meter el equipo. Nuestro rider parecía la versión china de las páginas amarillas por la cantidad de equipo y seres humanos necesarios para que todo fuera bien. Un pequeño ejemplo: 'Artículo 148: Habrá enchufes de voltaje de 15 amperios a una distancia de 20 pies, de manera uniforme, proporcionando 19 amperios…'. Ese tipo de cosas".
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Para los integrantes de Van Halen, la exigencia de los M&M era una forma de comprobar que todos los detalles de la producción estaban OK , pues, según contaba David Lee Roth, si había un M&M café, era posible que los empresarios no hubieran leído en su totalidad el rider con las especificaciones necesarias, y la integridad del show podía estar en peligro. Recordemos que Van Halen ofrecía un espectáculo muy llamativo y recargado y con muchos elementos, así que el menor error podría ser crucial.
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La banda era muy seria con su pedido de los M&M. En un show se descubrió que había M&M cafés. Acto seguido, Lee Roth destrozó el camerino con todo a su paso. Después se confirmó que el escenario de ese concierto terminó hundiendo el suelo de la pista de baloncesto donde lo montaron, causando daños por 80.000 dólares. En este caso, los M&M fueron un buen indicador de la calidad en las especificaciones para el show. Desde entonces se le llama "Cláusula Van Halen" a ciertas peticiones que a simple vista no tienen mucho sentido, pero que en realidad sirven para determinar si fue leído el contrato.