Un 4 de julio de 2016 terminó otra edición del festival gratuito más grande que tiene Colombia. Fue el mismo día que medio mundo amaneció llorando y otro medio festejando o conmemorando eventos del pasado. Las tragedias de siempre. Las mismas que seguramente provocan que un ejército de punkeros, metaleros y fieles de la música quieran sudar toda la furia pogueando, bailando y cantando a grito herido. Todo esto pasaba alrededor del estruendo que atronaba en Rock al Parque un 4 de julio.
Por Fabián Páez López @Davidchaka - Fotos: Equipo Shock
En la mañana un kamikaze del grupo yihadista Estado Islámico hizo estallar un carro bomba en Bagdad, capital de Iraq. Más de 100 personas murieron y unas 180 resultaron heridas. Eso sí, sin mucho ruido. Acá, lejanos a religiones y credos, Nación Criminal y Los Nastys hicieron madrugar a los punkeros para afilar sus crestas a primera hora en Rock al Parque.
Había también que homenajear a los cumpleañeros. Este 4 de julio celebramos el natalicio de quien fuera el Berlusconi cafetero, el líder de este chochal, el viejo conocido Álvaro; con estas sabias palabras de Chite, la Bogotá punkera le dedicó unas reconfortantes tonadas de ruido a él y a quienes nunca se aparecieron para escucharnos. Literalmente. ¡Salúd!
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En la misma tarima de la dedicatoria recibimos más tarde a uno de los papás del punk e hijos de las políticas represivas del Reino Unido en los 70. Los que decidieron ponerle a su banda el nombre de la que entonces fue la ley Grievous Bodily Harm (ley de faltas corporales graves). Hoy son mejor conocidos como GBH y en este 4 de julio fueron la banda legendaria que nos puso a bolear puños y codazos en un pogo tremendo.
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Más tarde en el Escenario Plaza del Simón Bolívar, los argentinos de Las Manos de Filippi cerraban su show gritando la frase “queremos paz con justicia social”. La misma frase que usó como bandera el grupo guerrillero M19 en una época de violencia que terminó un 4 de julio, hace 25 años, con la firma de la Constitución de 1991. Acto seguido, Burning Caravan, una de las bandas de la casa con más potencial sobre el escenario, daba un recital rockero de folk y uno que otro tango, armados con chelo, acordeón y clarinete. Casi en el mismo tiempo que otra banda local reiteraba sobre el Escenario Eco que estaba "berraca, caliente". Eran Payambó, una propuesta tropical con mucho de que hablar. En pleno homenaje al guarapo, el masato, la chicha y el roscón.le mandaron puyas a los que permiten el fracking o a los que vendieron Isagen. Antes de ellos, Easy Easy, Indie hecho en Guatemala, tierras mayas, atravesó el espectro y se coronó como el acto nuevo más atractivo del día (tarea: si no los vieron, hay que escuchar a Easy Easy).
Justo el mismo 4 de julio que en el escenario Bio dieron cátedra las poderosas melodías metaleras de Baroness, y retumbaron el fuerte pedaleo de Deafheaven y la potencia de Anger Rise, la nave espacial Juno que envió la Nasa hace cinco años al espacio colonizó la órbita del planeta más extremo, el de gravedad más fuerte, el que gira más rápido: Júpiter.
Hubo más muertos en este 4 de julio. Fidel Nadal y Pablito Molina, ya reconciliados con su pasado presentaron la formación original de Todos Tus Muertos. Saltaron de lado a lado en el escenario con furia hecha música; recordaron al traicionado general Sandino y al encarcelado Nelson Mandela. También, como parte de su sello de conversión al rastafarianismo, recitaron la extensa variedad de frutas con las que se alimentan (Rasta Vive se llama ese tema). Hace 30 años y hoy siguen siendo grandes. También de Argentina, pero en un zoológico de Mendoza, este mismo 4 de julio, murió Arturo, el último oso polar que vivía en ese país.
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Y claro, como todos los 4 de julio, se celebra la independencia de Estados Unidos. La tierra que vio nacer a Suicidal Tendencies. iconos ochenteros del hardcore-punk e impulsadores del sello gánster californiano en el crossover thrash, con canciones como I Shot The Devil (originalmente titulada I Shot Reagan). Con remolinos de puños y patadas, fuego en el escenario y un muro de la muerte, cerraron otra edición de Rock al Parque. Aunque no se llenó al tope el Escenario Plaza, Suicidal cumplió con creces y vino a terminar la gira prelanzamiento de su nuevo álbum junto al amo del doble pedal, Dave Lombardo. Si los kamikazes sublimaran su furia con música habría más Rock al Parque.
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