Los videos de amistad entre el colombiana Yatra y Gianluca Vacchi ya iban dando pistas de lo que se traían entre manos. Hoy han lanzado oficialmente su colaboración; se trata de Love, un himno mundialista que llega con todo el armamento para luchar con las demás canciones que le rinden tributo al Mundial de Rusia 2018. Lo que hace que esta canción se esté llevando todo el protagonismo es el video dirigido por Simon Brand. En el clip no solo aparece Yatra y el famoso italiano, sino que James Rodríguez, Falcao García, Yerri Mina, Santiago Arias, representando a la Selección Colombia y el brasileño Dani Alves son las estrellas del video. Todos aparecen como figuras gigantes (figurativa y literalmente), jugando con un balón y bailando ocasionalmente.
Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste A Zidane le llegará el momento de admitir que la verdadera razón por la que aburrió a James hasta hacerlo irse del Madrid fueron las miles de puteadas de colombianos que recibía en Instagram todos los días. Un vidrio en la media es poquito. Foto con la familia: «Meta a James, calvo HP». Foto con el arbolito de Navidad: «Meta a James, calvo HP». Foto en vacaciones: «Meta a James, calvo HP». Cómo no hartarse. Y ahora, a pocas horas de la llegada de James al Bayern Múnich, cedido por dos temporadas, el destinatario de este spam de atarvanería pasó a ser el holandés Robben. En su único posteo se leen bellezas como «DALE LA 10 A JAMES CALVO HIJO E LA PERRaaaaaaAAAAAaAaaaAAAA». Colombia es un gran país; lástima los colombianos. Más allá de esta recocha de miles de impresentables que riegan muchísima sal sobre cada paso que James David da, se viene un fenómeno casi más insufrible que la «escopetarra», el Trap y El Paseo juntos: una aplastante ola de hinchas colombianos del Bayern Múnich que, inevitablemente, tendremos que soportar. Será común ver a una turba energúmenos, borrachos con cerveza Paulaner y gritando carajadas en rústico alemán desde Pavos Múnich, ahí al lado del cementerio Jardines de Paz, al norte de Bogotá, supongo que con el propósito de no dejar descansar ni a los muertos. Del Bayern se volverán hinchas a morir familiares y amigos nuestros. Gente que estimamos, pero que morderán el anzuelo de contagiarse de la algarabía por la llegada del 10 colombiano a otro de los equipos más prestigiosos del mundo. Como hincha del fútbol (lo digo cada tres columnas y ya me da pena con los editores de Shock) el sentido común indica que sólo se puede ser del equipo que uno vio en el estadio desde chiquito. Punto. No hay vuelta atrás. No es negociable. Luego, se puede simpatizar por grandes equipos del mundo, pero considerarse «hincha» es vergonzoso. Gritar «¡Visca el Barça» con los ojos brotando sangre debería estar penalizado en el Código de policía. Aplicó para el Real Madrid en 2014 cuando James llegó a ponerse la 10 y a desatar máxima locura en el país de la fotocopia de la cédula al 150 por ciento. Y, por culpa de la publicidad y los medios, aplicará ahora en 2017. Será una segunda temporada de fanatismo de ocasión tal vez más insoportable que la primera. Como la «Ola verde», ¿se acuerdan? Pero ya no con Antanas Mockus, sino con Humberto de la Calle. La «Jamesmanía» y la «Bayernmanía» ya se comienzan a sentir y tendremos que vivir debajo de una roca o congelarnos criogénicamente para pasarlo por alto. Anuncios del Bayern, concursos para ir a ver al Bayern, cursos de alemán en cualquier cupón gratuito, y turbas iracundas por la calle con camisetas del Bayern recién desempacadas de un barco llegado de China. Dará susto pararse a las tres de la mañana al baño y encontrarlo convertido en una tienda de camisetas chiviadas con el número 11 del ídolo de la selección (que dejó libre Douglas Costa, quien pasó a la Juventus). Esta es una opinión impopular, pero creo que muchas veces funciona mejor ser hincha de un futbolista y no de un equipo. De Messi, de Zlatan. A mí me gustaba Riquelme, por ejemplo, pero me caía como un zapato ese Boca Juniors dosmilero. Es un contrasentido, pero pasa. Como colombianos que somos, cómo no emocionarnos, no sé, con Falcao y desearle lo mejor, más allá de que el Mónaco nos importe un chorizo. De ahí, ¿por qué no hacerle fuerza a James, mas no al Bayern? A lo mejor sea el escenario menos imbécil en esta epidemia venidera de subirse al atiborrado bus del momento. Si hablamos de tendencias futboleras, hay pocas cosas más insoportables que un hincha de ocasión. Hinchas del ciclismo, hinchas del Real Madrid, del Atlético Madrid, del Bayern Múnich y de todo. Se sabe que cuando nos gusta todo, ya sea en el fútbol o en la vida, en realidad no nos gusta nada. Un detalle fundamental. Es «Bayern» (Múnich), con «ene», no «Bayer» (Leverkusen): el equipo de las aspirinas. Si vamos a posar, esforcémonos al menos por posar bien. Es «váyanse», no «váyasen». Es Es «Banksy», no «Bansky». Y es «Bayern», no «Bayer». En el multicampeón alemán que año tras año celebra echándose cerveza encima ya estuvo otro colombiano: Adolfo Valencia, el único que hasta el momento se había puesto esta camiseta. El Tren jugó allá entre 1993 y 1994. Dice la historia que Jorge Luis Pinto, DT suyo en Santa Fe, lo insultaba en alemán durante los entrenamientos como preparación para lo que se le venía encima. Finalmente, al tren no le fue mal porque metió 15 goles en 23 partidos por allá en esa época en la que Andrés Salcedo relataba la Bundesliga por ese bello espacio llamado Telematch. James estará en el Bayern al menos hasta 2019, cuando supuestamente regresará de su cesión al Real Madrid. Ahora bien, los que quieran llevar la contraria y ejercer la oposición, pueden ser del 1860 Múnich, el otro equipo con tradición en la ciudad, pero que ahora mismo naufraga en la cuarta división alemana. Más hipster imposible. Al Bayern Múnich, dejémoslo claro, James no llega a ser titular. Es la idea, pero le tocará guerrear un lugar. Qué pereza tener que explicar todo como si fuéramos @GraciasFaryd, pero a veces parece que toca. Allá, el goleador de Brasil 2014 deberá luchar por una posición en uno de los mediocampos más brutales del mundo. Así por encima, están Arturo Vidal, Javi Martínez, Renato Sanches, Joshua Kimmich, Kingsley Coman, Franck Ribéry, e incluso Robben si es que consideramos a James como mediapunta. Competencia es lo que tendrá el hijo de Ibagué. Lo bueno para él es que Carlo Ancelotti lo valora y, al menos de entrada, no lo va a poner a escriturar un lugar en la banca, ni a hacer consignaciones y contestar el teléfono. De todos modos, el DT italiano se desmarca de ponerlo de titular. «Habrá momentos en que James jugará y otros en que no», dijo en la presentación del jugador. Otro punto positivo es que el Bayern juega cada tercer día y necesita de más de un equipo, así que, en principio, James va a jugar, sí o sí. Para el Bayern ganar la Bundesliga es una obligación anual. De hecho, la película todos los años es muy parecida, casi siempre con Borussia Dortmund llegando segundo con unos 14 puntos menos. El verdadero desafío para Robert Lewandowski, Manuel Neuer, Thomas Müller y compañía será ganar la Champions League. En lo que va de siglo sólo la ganaron dos veces (2001 y 2013) y eso es poquísimo para semejante maquinaria de equipo: el más rico del mundo junto a Real Madrid, Barcelona y Manchester United. El complejo de inferioridad que suele azotar al colombiano promedio seguramente se hará presente durante la estadía de James David en el Bayern. Ancelotti lo pidió y por ahora todo es risas y felicidad, pero ni que se le ocurra sentarlo porque ahí saltarán los subhumanos de los comentarios vergonzosos en redes sociales. También se interpretará como una afrenta a Colombia, se considerará personal y se empezará a tejer una cadena infinita de teorías de la conspiración. Sin ir más lejos, en el momento en que fue escrita esta columna circula en Twitter un texto sobre cómo en el Tour de Francia Rigoberto Urán fue sancionado dizque injustamente. El título del artículo es «La sanción a Rigo Urán por tomar agua demuestra que todo lo del pobre es robado». Una reacción muy colombiana, pero como para arrancarse los ojos con dos cucharas. Si es por lo que merece gracias a su estatus de crack, James debería hacer historia en Alemania y alzar todos los trofeos posibles. Pero si es para que el colombiano promedio celebre como demente y use el uniforme del más veces campeón alemán como extensión de su piel, o considere que lo están atracando ante cualquier adversidad, de veras que no estaría mal que el Bayern Múnich considere contratar a Zinedine Zidane como nuevo entrenador.
En la discusión que se generó tras la noticia de que el colombiano dejaría el Real Madrid y pasaría al Bayern hasta Alvaro Uribe se llevó un madrazo. Y es que algunos colombianos decidieron darle a James como bienvenida al equipo alemán cientos de mensajes con su nombre en las redes sociales de sus nuevos compañeros. Aquí hubo madrazos pa' todo el mundo. No tenemos del todo claro si fueron madrazos en serio o solo una broma pesada de quienes se tomaron las redes. Pero tal parece que que la cuenta de Instagram del “calvo hiju….” Va a descansar (por unos días) de tanto comentario y ahora el pobre Ancelotti está en la mira de los usuarios de la red social. Pero no todo fue malo, también hubo tiempo para lo memes y para tweets bromistas en un tono menos agresivo.
En España reinan Marca y Sport mientras As y Mundo Deportivo se pelean una especie de categoría b del periodismo deportivo ibérico. Bild con 3 millones y medio de ejemplares vendidos cada día es campeón en Alemania. The Sun, The Daily Star y The Daily Mirror se pelean la punta en Inglaterrra mientras que El Bocón, Depor y Líbero hacen lo mismo en Perú. Todos comparten el anti fair play de que lo importante es vender y no informar. Por: Héctor Cañón @CanonHurtado Sport y Marca, los dos diarios deportivos españoles más taquilleros, se juegan durante toda la temporada un clásico lleno de juego sucio, mañas dignas de potrero de barrio, pata dura y descarada carencia de ética periodística. Como si fueran Barcelona o Real Madrid, los equipos a los que respectivamente representan sin tener en cuenta la objetividad y la imparcialidad propias del oficio de informar, están dispuestos a lo que sea con tal de llevarse el título de ser el periódico más vendido y más popular entre los hinchas. Ambos son campeones en esas lides y se alternan los triunfos como lo hacen culés y merengues en las canchas de Europa y en el corazón de los hinchas de todo el planeta. Cada uno vende más de 300 mil ejemplares diarios poniéndose la camiseta del club al que le hacen barra como si, en vez de periódicos deportivos, fueran barras furibundas con orejas de palo y ganas de arrasar a toda costa con sus rivales. También dominan en las redes sociales de sus lectores: los madridistas tienen casi 4 millones y medio de seguidores en su fan page de Facebook, mientras que los barcelonistas llegan a una tercera parte de esa envidiable cifra. Vale la pena mencionar un par de sus jugadas más polémicas. Cuando el ídolo brasilero Neymar estuvo a punto de fichar por Real Madrid, Sport lo acusó de rumbero, díscolo e inmaduro y predijo que su inmenso ego no cabría en el mismo camerino junto al del divo Cristiano Ronaldo. Días después, cuando el jugador se decidió finalmente a vestir la camiseta de Barcelona “rectificó” calificándolo como un héroe popular, humilde y genial. Marca no se queda atrás. Al fin y al cabo ambos periódicos se están disputando un clásico a muerte que les representa millones de euros a sus propietarios cada temporada. Son famosas sus tres portadas, casi consecutivas, en las que aseguraron que, tras haberse convertido en co-goleador del Mundial Sudáfrica 2010 junto al uruguayo Diego Forlán, el alemán Thomas Müller y el holandés Wesley Sneijder, el español David Villa ficharía por el Real Madrid. Eso nunca sucedió. Por el contrario, el crack español terminó poniéndose la camiseta del archirrival Barcelona y las dichosas portadas quedaron para la historia como un ejemplo de especulación periodística difícil de imitar y las imágenes “photoshopeadas” del crack con la camiseta de Real Madrid como un modelo a seguir por las revistas faranduleras que quieren adelgazar o rejuvenecer a las estrellas del espectáculo. Otra de las pruebas de su falta de juego limpio a la hora de informar es que clubes menos luqueros como Getafe, Rayo Vallecano o Español no reciben siquiera una quinta parte del espacio que le dedican en sus páginas a Real Madrid y Barcelona. Sin embargo, los diarios deportivos españoles no son los únicos que practican el periodismo sensacionalista, que nació a finales del siglo XIX en Estados Unidos, cuando el New York World y el New York Journal no le vieron problema a difundir la misma tira cómica, aunque dibujada por caricaturistas diferentes, con tal de disputarse el título del periódico más vendido. Mickey Dougan, un niño orejón que estaba cambiando de dientes, era el protagonista del comic al que se bautizó en las calles neoyorquinas como “the yellow boy”. De ese modo, nació la prensa amarillista que hoy tiene una de sus máximas expresiones en los periódicos deportivos que basan su éxito en la especulación, el chisme sin fundamento, la explotación del morbo de los hinchas y la cizaña que siembran con titulares engañosos y fotos truculentas. Así como cientos de clubes del planeta sueñan con parecerse a Real Madrid y Barcelona, un sinfín de periódicos futboleros de todo el mundo usan las mismas estrategias que Marca y Sport para vender y facturar. Bild de Alemania es el periódico más vendido de Europa y el tercero del planeta con más de 3 millones y medio de ejemplares diarios. En sus páginas deportivas el fútbol ocupa el 70 por ciento del espacio y es tratado sin rigor periodístico y con el objetivo de exacerbar los ánimos de los hinchas por medio de un esquema facilista de héroes y villanos y un sobredimensionamiento de la banalidad de algunos cracks confundidos por las lucas y la fama. The Sun, The Daily Mirror y The Daily Star hacen de las suyas en Inglaterra por medio de temerarios paparazzis que están dispuestos a lo que sea para capturar la imagen de algún divo futbolero mal parqueado. Uno de sus mejores golazos a la hora de especular fueron las fotos que publicaron de Cristiano Ronaldo junto al marroquí Badr Harí en un paseo en yate. Los tres pasquines sugirieron que eran gays con el argumento chimbo de que lucían muy “amigables” en las imágenes. En Perú, Depor es hincha de Universitario de Deportes mientras que Líbero y el Bocón le hacen barra a Alianza Lima. Los tres abarrotan los puestos de revistas, rondan los 300 mil ejemplares vendidos cada día, llenan el 85 por ciento de sus páginas con noticias futboleras especulativas y de ñapa tienen una mamasita encuerada en la contraportada y un par de crímenes macabros en su página de crónica roja. Como si eso fuera poco, no les da pena encender los ánimos de las barras bravas cuando se acerca la hora de los tropeleros clásicos del fútbol inca con titulares como: “Alianza Sur advierte que no responde por las consecuencias” o “U-Norte hace de las suyas tras la derrota”. “Ustedes están hartos de la solemnidad. Nosotros también. Por eso nuestro estilo y sus expectativas hicieron contacto”, rezaba el editorial de El Bocón en su folclórica edición de 20 años para justificar su estilo amarillista y la fidelidad de sus lectores. Y así como en el fútbol hay decenas de equipos que la rompen semana a semana y otros que los envidian, en la prensa sensacionalista de este deporte también hay diferentes categorías y niveles de grandeza. As y Mundo Deportivo, ambos de España, se juegan un clásico menos rimbombante que el de Marca y Sport como si disputarán una especie de categoría b del periodismo deportivo ibérico. La vida privada de los futbolistas, el estrafalario y especulativo mercado de fichajes y la creación de supuestos conflictos entre jugadores de un mismo equipo o de equipos rivales son tres de las tácticas que más resultados a su favor les generan sin importar la categoría a la que pertenezcan. Cuando eso no les funciona y se ven en aprietos ante la competencia, recurren a la estrategia hitleriana de repetir una mentira hasta que se convierta en verdad al mejor estilo de la clase política colombiana. Cabe preguntarse si el periodismo deportivo puede tomarse licencias que están prohibidas para otros sectores de la labor informativa. Algunos periodistas aseguran que sí sin pudor alguno. “Debemos diferenciar entre el periodismo y los contenidos deportivos. El entretenimiento no requiere rigor periodístico”, asegura el catedrático español José Luis Rojas. Por su parte, Miguel Ángel Méndez, subdirector de Radio Marca, se defiende con este autogolazo: “El periodismo de calidad requiere tiempo, dedicación, elaboración y recursos. ¿Qué redacción va sobrada de eso?”. Sin embargo, también hay quienes no justifican el juego sucio del periodismo sensacionalista y le ponen tarjeta amarilla a sus criticadas tácticas. “Lo que priman son la precariedad, la polarización, la necesidad autoimpuesta de forzar el humor y la búsqueda del escándalo artificial”, ha comentado Antoni Daimiel, de Canal Cuatro y Canal+, uno de los periodistas deportivos que no se dejan golear por el amarillismo reinante en las páginas deportivas. Lo cierto es que para los diarios sensacionalistas del fútbol las reglas de la Unesco y de Federación Internacional de Periodistas, que consideran faltas de tarjeta roja la calumnia y la especulación, son un árbitro blandengue que no les impide darse pata y codo entre ellos, meter goles informativos en fuera de lugar y moler con su juego sucio la ética periodística. Y si les ponen amarilla vociferan como los divos del balompié, ponen a su jauría de abogados a defender el derecho a la libre expresión y se quejan como víctimas ante las cámaras que ellos mismos manipulan mientras los hinchas vociferan a su favor. ¡Cracks!
Son contados los atletas que llenan las expectativas de una sociedad necesitada de ejemplos porque son pocos a los que les interesa serlo. Por: Juan Pablo Castiblanco @Kidcasti Salgamos de lo obvio rápido. Estuvo muy mal que Pablo Armero maltratara a su mujer en Miami el 31 de mayo del 2016 cuando, jincho, le arrancó el pelo. Mal, muy mal, para un país que ha comenzado a tomar conciencia de la violencia contra la mujer y la precariedad de la ley y la sociedad para castigarlo. A Armero lo tuvieron tres días preso, pagó 1500 dólares de fianza y tiene orden de restricción para acercarse a su ex-pareja. La justicia actuó, suave o blanda, pero se pronunció y trató al agresor de acuerdo a los parámetros. ¿Blanda o dura la pena? Eso ya es un análisis legal que se debe hacer, revisar el sistema jurídico y pedir sanciones más fuertes para estos casos. Y hasta ahí. Extender el debate a si está o no justificada la convocatoria de Armero a la Selección Colombia revela hasta qué punto hemos sobredimensionado y sobrevalorado a los ídolos de la cultura pop y el entretenimiento. Y pasa a cada rato. Que si James hace pistola, que si Wiz Khalifa se toma una foto sobre la tumba de Pablo Escobar, que si una reina de belleza se derramó en incoherencias en su Twitter hace años... observamos con lupa el comportamiento de personas que en ningún momento escogieron ser modelos de comportamiento o faros de la moral, pero que de un momento a otro se encontraron con tener que estar ahí, siendo ejemplo de una sociedad. Seamos redundantes: un jugador de fútbol nació, creció y se formó para jugar fútbol, un cantante para cantar, un actor para actuar. No son líderes sociales, no son ejemplo para nadie. Que sean buenas o malas personas no los hace mejores o peores en su profesión. Fresco está el caso de Casey Affleck, mejor actor en los recientes Premios Óscar por Manchester by the Sea, quien tiene sobre los hombros acusaciones de acoso sexual. O, mejor aún, está Michael Jackson y sus interminables acusaciones de pedofilia; acusaciones que muchos ignoraron y evadieron para no manchar el aura del Rey. Pambelé era un borracho, Maradona un periquero, Adriano "el emperador" Leite amigo de los pillos de las favelas de Río de Janeiro, Jairo "el Tigre" Castillo atropelló a un par de personas manejando borracho, Karim Benzema y Frank Ribery fueron acusados de abusar de una menor de edad. Del fútbol, y del deporte en general, esperamos mucho cuando nos ha dado tan poco. Son contados los atletas que llenan las expectativas de una sociedad necesitada de ejemplos porque son pocos a los que les interesa serlo. En un país como Colombia el deporte, y sobre todo el fútbol, es un escape a la pobreza. Las corruptas estructuras dirigenciales solo se preocupan por sacar el mayor provecho de los jugadores y poco o nada les interesa su formación integral como personas. Muchos llegan al profesionalismo apenas completando la educación básica y a otros tantos la fama inmediata, ganar millones de pesos -o de dólares- a sus 20 años, les frita la cabeza. Y es a esas personas a las que les exigimos incluso más que a nosotros mismos. Es de estas personas de las que esperamos el ejemplo que no dan líderes sociales que sí escogieron serlo como los que se sientan en los puestos de poder. Día a día roban plata del Estado, patrocinan bandas criminales, desvían plata pública para empresas privadas y nosotros, mientras tanto, nos preocupamos por lo que pase en un equipo de fútbol que "representa" un país. Por favor.
Ni Nairo ni Lucho. Ni James ni El Pibe. Ambos. Es insano debatir si James superó los tres mundiales consecutivos de Carlos Valderrama al convertirse en el goleador de una Copa Mundo. El samario, en sus comienzos, quería jugar sin canilleras y con la camiseta por fuera mientras el sueño del zurdo dorado es ser el divo de divos en el Real Madrid. Por Héctor Cañón Hurtado @CanonHurtado // Foto: EFE ¿Quién es mejor entre Nairo Quintana o Lucho Herrera, Maradona o Messi, James Rodríguez o el Pibe Valderrama, Franz Beckenbauer o Johann Cruyff, Marlos Moreno o el Tino Asprilla? Esta pregunta es de esas que se deben responder con otra pregunta. ¿Quién carajos va a saber, a ciencia cierta, que un ídolo deportivo de una época es superior a otro de otra totalmente diferente?. ¡Nadie! Obviamente. Comparar es un vicio humano, que alcanza niveles patológicos cuando se trata de dirimir contiendas entre atletas que abrazaron la gloria en contextos, momentos y lugares tan diferentes como las dinámicas deportivas de sus respectivas épocas. ¡Paremos ya! Si es necesario recurrir al exitoso modelo de cura de adicciones llamado los 12 pasos, no tengamos vergüenza de hacerlo. “Comparadores anónimos” puede ser la salida al vicio de las polémicas bizantinas que solo sirven para llenar las redes de insultos, fortalecer estúpidos conflictos fascistas, engordar los bolsillos del amarillismo y dejar la eterna contienda entre los héroes sin resolver y dispuesta a un nuevo capítulo de verborrea en cualquier momento. A un lado de la irracionalidad cruda están los que vociferan que “todo tiempo pasado fue mejor”. Uno los puede ver, mientras Nairo amenaza la hegemonía del británico Froome en las cumbres históricas, contaminando el aire puro con el tufo de la nostalgia. “En los tiempos de Lucho Herrera sí era bravo, esas sí eran hazañas”, dicen sin pudor alguno y uno no sabe si reír o llorar. Al final termina en un raro mix de lágrimas y carcajadas y le pierde la pista al fenómeno de Cómbita, mientras lo invaden las imágenes de Lucho ensangrentado cumbre abajo en su épico 1987. ¡Qué malestar! Los nostálgicos, que incomprensiblemente no siempre son cuchos melancólicos, también podrían jurar que Pelé era mejor que Maradona y Messi juntos o que Roberto José Guerrero era superior a Juan Pablo Montoya, pero no tuvo el apoyo necesario. El que cae en las garras de su discurso corre el riesgo de terminar comparando a la novia de la primaria con la segunda exesposa o las minitecas de los ochenta con los Love Parade recientes. Comparar, amigos, es comprar y vender. Las nuevas tecnologías y la victoria contemporánea del capitalismo sobre otras visiones socioeconómicas de la realidad hacen que las comparaciones entre deportistas de un mismo contexto sean escasas para cubrir la demanda de un publico adicto a los conflictos de estilo telenovelesco. Todos quieren saber quién es mejor en todo y están dispuestos a despilfarrar su tiempo y su plata en ello. Ni Nairo ni Lucho. Ni James ni El Pibe. Ambos. Con el debate de quién será el deportista del año 2016 en Colombia, ya tenemos entretenimiento para las redes y material suficiente para armar polémicas. Es absurdo debatir si los logros del Jardinerito, alcanzados con los colores de una escuadra nacional y en los días en los que el saldo negativo que le quedaba a nuestros ciclistas tras las pruebas contra el reloj eran devastadores, son más o menos que los de Nairoman, quien es el mandamás en uno de los dos mejores conjuntos del planeta. Es insano debatir si James superó los tres mundiales consecutivos de Carlos Valderrama al convertirse en el goleador de una Copa Mundo. El samario, en sus comienzos, quería jugar sin canilleras y con la camiseta por fuera mientras el sueño del zurdo dorado es ser el divo de divos en el Real Madrid. Sin duda, son dos formas de ver la vida, el deporte y el trabajo diferentes (por no decir opuestas). Así mismo, las circunstancias de cada época incidieron en el palmarés exhibido tras las batallas e incluso la convulsionada realidad del país tiene relación directa con el tamaño de las hazañas deportivas que tantos amamos los colombianos. En vez de estar comparando lo que no tiene comparación, sintamos el fresquito que da tener en la memoria héroes deportivos en todas las épocas.
¿Quién tiene la culpa del mal presente de nuestros cracks en Europa? ¿La xenofobia? ¿El odio hacia los colombianos? ¿Los malos técnicos? ¿La prensa? ¿El frío? ¿La comida? ¿Van Gaal? ¿Petro? Con un poquito de sentido común, entenderíamos que la culpa es de ellos mismos. Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste // Foto: EFE.Un arraigado complejo de nación ataca a muchos colombianos. Lo llamaré patrioterismo y es especialmente notorio fuera del país. Por eso cuando uno sale de viaje ve a tantos con sombrero vueltiao’ y/o forrados en la camiseta de la selección. Bulliciosos, procaces. Como buscando a gritos que los vean, que validen su existencia. Porque no vienen de “Columbia”, sino de Colombia: tierra de gente pujante, verraca, echada pa’lante y todo ese tipo de discursos gastados que, ojo, representan un problema que no distingue poder adquisitivo. Embriagados de reconocimiento, están muy interesados en ratificar esta idiosincrasia, presumiendo méritos tan abstractos como tener el segundo mejor himno nacional del mundo o engendrar mujeres bien buenas. Para el colombiano patriotero, y chauvinista, cuando alguien relaciona al país con argumentos innegables como la violencia o el narcotráfico, se convierte directamente en enemigo del país. Y, claro, pocos lugares tan comunes para el patriotero como la selección Colombia.Que “era gol de Yepes”. Que el árbitro nos metió la mano en el Mundial. Que Van Gaal le tenía bronca a Falcao. Que Mourinho dejó morir a Cuadrado porque lo llevó a Chelsea y rápidamente lo dejó ir. Que Benítez odia a los colombianos porque se le ocurrió sentar a James, y en 2015, en Napoli, le daba pocos minutos a Duván Zapata. O que no se adaptan a la comida, al clima, al idioma, a manejar con el timón al lado derecho. Lo que hay que oír. Cualquier pretexto pegado con babas pretende justificar el irregular nivel de los nuestros o su falta de adaptación a culturas diferentes. En esta pleitesía insoportable rendida a favor de nuestras figuras, cómo pasarlo por alto, el periodismo es altamente cómplice. Es que claro, bajar a los ídolos del afiche es contraproducente. Como en el caso de Teófilo, que a principios de 2016 alargó sus vacaciones navideñas y regresó tarde al Sporting Lisboa. ¿Qué vamos a decir? ¿Lo vamos a defender? ¿Vamos a abrir el paraguas y a perdonarle su falta de profesionalismo porque es un crack y es muy apegado a su familia? Cuestionar su actitud es apenas lógico y necesario por muy impopular que parezca el hecho de criticar a una figura, y con el riesgo de que el señalamiento sea visto como un ataque regionalista.Al patriotero (ligero, de poca memoria, descriteriado, de extremos triunfalistas o derrotistas, armado con una vuvuzela y que suele creer que el fútbol comenzó con Messi y Cristiano) habría que explicarle que si nuestras figuras pasan por mal momento, es porque estar a la altura física y mental del fútbol de primer nivel cuesta mucho. Y aunque llegar a equipos de élite tiene todo el mérito del mundo, el verdadero reto a largo plazo es mantenerse. No es fácil, obviamente. Son jóvenes famosos y multimillonarios y con vidas así es fácil distraer el compromiso que conlleva ser un atleta de primer nivel. Pero tampoco es imposible. Un pionero del profesionalismo y la constancia fue Iván Ramiro Córdoba, que estuvo más de 12 años como estelar del Inter de Milán. Incluso un par de referentes italianos como Materazzi o Cannavaro llegaron a ser suplentes de él. Lo dicho. Llegar es difícil, pero la clave es mantenerse.En este 2016, salvo unas excepciones como la de Carlos Bacca (que está anotando golazos en el Milan, incluido un hat trick a comienzosde temporada) nuestras figuras la están pasando mal, pero no por responsabilidad de sus técnicos, del racismo, del proceso de paz, del Estado Islámico o de una conspiración internacional. La responsabilidad es de ellos mismos, incluso en los casos de lesión, ya que quienes pasan por una, deben recuperarse con rigor, retomar el nivel y buscar la plenitud futbolística para el beneficio de sus carreras y, claro, de la selección Colombia. Miremos con autocrítica el presente de nuestros principales ídolos. Comencemos con James, que inició la era Zidane como suplente de Isco. Con sus recientes recochas disciplinarias jugándole en contra, el "10" necesita potenciar la clase que tiene para convencer a Zizou. Peor está Ospina. El arquero titular de la selección ya lleva más de un año siendo suplente en Arsenal gracias a Petr Cech, que tapa hasta en los partidos más insulsos. Jackson, en tanto, quedó borrado del mapa por irse al fútbol chino y para colmo de males, no ha jugado por diferentes lesiones. De Teófilo se espera un regreso futbolistico en Rosario, luego de ser el único sobreviviente de Los Juegos Olímpicos, y finalmente, Cuadrado no encontró lugar en Chelsea y Juventus lo trata de recuperar auqnue no le alcanzó la plata para comprarlo por completo. Luego, caso por caso, el momento de los demás miembros de la selección también es oficialmente complicado o está en puntos suspensivos. Carlos Sánchez marcó gol con Fiorentina, pero salió lesionado; Guarín cambió el prestigio por dinero en el fútbol chino; Zapata suma bajas calificaciones en un Milan donde sólo se salva Bacca; Adrián Ramos tiene un puesto fijo en Borussia Dortmund: suplente; Abel Aguilar fue borrado hasta de la banca de Toulouse y llegó a Cali junto con Camilo Vargas pero su rendimiento no dio para ser convocados; Ibarbo no pudo en Inglaterra y antes de volver a Roma buscó motivación en Atlético Nacional para intentarlo de nuevo en el viejo continente; Muriel ha iniciado bien el nuevo periodo en la Sampdoria; Juan Fernando Quintero no tiene ni número de camiseta en Porto; y cómo saltarnos a Falcao, que vive lesionado y cuando estaba recuperando su nivel, tuvo que ser relegado de Mónaco en el momento clave clasificación a Champions, tras una fatiga muscular. La actualidad de los jugadores de la selección hace que el camino hacia Rusia 2018 esté embolatado, más cuando el comienzo de la eliminatoria no fue el mejor (Colombia es quinta con 10 puntos) y sin olvidar la falta de un “Plan B” por parte de Pékerman para casos de emergencia. Y aun cuando todo puede mejorar de acá a final de año (donde ya estaremos en la fecha 12), reconocerlo no nos debe convertir en enemigos de la selección, ni del país. Hago un llamado entonces a la cordura, no a la locura. A quienes están poseídos por ese insoportable sentimiento patriotero les vendría bien un poco de mesura. Ojalá, por ejemplo, no le saquen los ojos a Zidane por redes sociales si sigue sentando a James. Aunque conociendo el comportamiento de estas turbas iracundas, ya deben estar haciéndolo. No demoran en declararlo objetivo de guerra y crucificarlo peor que al presentador de Miss Universo.
Los jugadores de fútbol dicen que merecen más respeto en sus porcentajes de rendimiento en el videojuego.Buffón pidiendo respeto por su veteranía, James diciendo que con un porcentaje de 88 o 89 se sentiría satisfecho y Rashford aceptando su ineptitud al defender, son algunas de las autoevaluaciones que hicieron los futbolistas de sus versiones en el videojuego Fifa 17.A grandes rasgos como era de esperarse todos creen que merecen mayor porcentaje en sus habilidades, pero se sorprenderán cuando sus compañeros los evalúan.Fifa 17 estará disponible el 29 de septiembre para Xbox 360, PlayStation 3, Xbox One, PlayStation 4 y PC.
A los ídolos en Colombia, palabras más palabras menos, se la tenemos adentro. De un tiempo para acá se volvió costumbre crucificarlos apenas se destacan. Que James no se sacrifica. Que Falcao es un lisiado. Que Nairo es conformista. Hay una tremenda fijación por bajar la caña. Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste // En tiempos de ser foodie, runner, pet friendly, entrepeneur y barrabrava ocasional de la Euro, el Leicester City, el ciclismo y todo lo que esté pasando, poco lugar hay para la autenticidad. Si nos gusta todo al mismo tiempo, en realidad no nos gusta nada. Vivimos en una carrera de aficiones de mentiritas. Posando, yendo a Google para fingir gustos e indignándonos con todo sin entender nada. Por eso le reclamamos a Nairo Quintana por no atacar a Chris Froome en el Tour de Francia. Porque claro, desde el desconocimiento y la comodidad del cubículo todo parece muy fácil. Tenemos a uno de los mejores ciclistas del mundo, pero claramente no lo merecemos. “Usted, cuyo máximo logro ha sido beber todos los fines de semana a lo largo y ancho de su juventud, por favor no critique la labor de Nairo”. El descargo del periodista Mauricio Silva Guzmán es buenísimo. Va contra todos los energúmenos coyunturales que le cobran a Quintana por no ponerse líder, por perder segundos en la clasificación general y por no dejar botados a todos sus rivales, como sin entender que se trata de la carrera ciclística más jodida del planeta y que hay momentos y estrategias planeadas para atacar. A sus 26 años, el gran Nairo Alexánder ya ganó un Giro de Italia, tiene dos subcampeonatos en el Tour de Francia, terminó tercero en la clasificación mundial de la UCI el año pasado, ganó 26 carreras del World Tour y en 2016 ya fue campeón del Tour de Cataluña, el Tour de Romandía y la Ruta del Sur. Nairo suele quedar un paso detrás de Froome, que básicamente parece un robot, un muñeco que desarman y meten en una caja luego de cada etapa, pero eso no le quita la chapa de superestrella mundial. Permanecer en el top-3 del ciclismo mundial es una proeza extraordinaria. Pero no. Al analista ciclístico de Twitter nada le sirve. De nuevo, ser ídolo en Colombia termina convirtiéndose en un castigo. A los ídolos en Colombia, palabras más palabras menos, se la tenemos adentro. De un tiempo para acá se volvió costumbre crucificarlos apenas se destacan. Que James no se sacrifica. Que Falcao es un lisiado. Que Nairo es conformista. Hay una tremenda fijación por bajar la caña. Por desmeritar lo que hacen nuestras figuras deportivas. No se puede ver a alguien destacándose porque, de una, comenzamos a exigirles vainas absurdas y, rapidito, a prender las antorchas para chamuscarlos. Soberbios, desmemoriados. Frustrados. Colombianos. A la bajada de caña permanente a nuestros referentes, sumémosle nuestra insoportable y repetitiva subida al bus de la victoria, o en este caso, a la bicicleta. Hoy vuelve a ser Nairo Quintana, pero hace unas semanas era la selección de Islandia, el Leicester City, o lo que sea. Y así como la afición llega, la afición se va. En realidad, la fiebre efímera por el ciclismo es apenas una anécdota. Hoy manoseamos a Nairo, pero anteriormente lo hicimos con Camilo Villegas en el golf, con Juan Pablo Montoya en el automovilismo y con Mariana Pajón en el BMX. Y, ni más faltaba, el furor ocasional también pasa por otros ámbitos. Recordemos, hace unos meses, cómo entramos en locura con Ciro Guerra y su posibilidad de ganar un Oscar. A menos de que sean las ramplonerías de siempre, al cine colombiano no lo apoyamos y las películas se van de los cines antes de llegar. El oportunismo es sin duda otro rasgo de la colombianidad y nos devora todos los días. Para los desmemoriados, ¿por qué en Colombia es importante el ciclismo? O mejor aún, ¿por qué debería ser mucho más que un fenómeno de ocasión? Antes del Mundial de 1990, el ciclismo era el deporte nacional. Apareció inicialmente como un recurso cotidiano para comunicarnos entre regiones distantes. Se sabe que la geografía montañosa colombiana siempre ha hecho más largos los caminos y ha complicado la unión y comunicación entre pueblos. De esta lejanía probablemente viene nuestra desconexión cultural y nuestros regionalismos. Sin embargo, con la aparición de la Vuelta a Colombia a comienzos de los años 50, el ciclismo contribuyó tremendamente a comunicar nuestras regiones y construir relatos de país. Más o menos así se puede explicar su importancia para Colombia y gracias a la existencia de grandes ciclistas actuales como Nairo, Urán, Járlinson Pantano, Anacona, Sergio Luis Henao o Esteban Chaves, el ciclismo vuelve a ser importante. Ahora bien, si en Colombia estamos lejos de construir una verdadera cultura de fútbol, ni se diga sobre pensar en una verdadera cultura en torno al ciclismo. No excuso a los energúmenos coyunturales del ciclismo, pero la prensa, cuando no, tiene mucho que ver con su existencia. Es que, claro, los grandes medios asoman la cabeza frente al ciclismo siempre y cuando haya un ídolo que encienda televisores, venda periódicos o genere “usuarios únicos”. Sin embargo, en cuanto a los reclamos hacia Nairo por no darle sopa y seco a Froome, Mollema, Yates, Cavendish y los demás, mucho tiene que ver la falta de sentido común. Eso de pedirle todo el tiempo a Nairo que “¡Ataque! ¡Ataque!” parece como cuando se le exige a un futbolista que le pegue al arco desde la mitad de la cancha. Es cierto que vivimos en una democracia con libertad de expresión, pero, hermanos, si no sabemos de lo que hablamos, mi invitación -desde el respeto y la cordialidad- es para que cerremos el pico que nos vemos muy mal escupiendo juicios de valor sobre lo que no entendemos. Por tanto descriterio y por todo lo demás, no te merecemos, Nairo.
¿Habrá algo que no sepamos? ¿Estará formándose una secta global de hombres tinturados? ¿Por qué tanto bullying en redes sociales al jugador colombiano? ¿Acaso ya no existe el libre desarrollo de la personalidad? ¿Por qué al Pibe no se la montaron en su momento?
Chuty es el Campeón internacional de la final internacional de Red Bull Batalla Final 2023 al vencer al colombiano Fat N en la batalla final. El español venció a Aczino, quién hizo historia al convertirse en tricampeón en 2022. “Yo hace un año no pensaba estar por aquí, por un tema de salud”, refiriéndose a la enfermedad que padeció su padre y que Chuty comunicó a principios de año. “He vuelto por mis seguidores, os merecéis lo mejor”, dijo al recibir el cnturón de Red Bull Batalla 2023 anhelado por todos los freestylers. Sergio Castro Gisber, mejor conocido como Chuty es también conocido por dominar el doble tempo y lanzar punchlines con mucho ingenio. Chuty ha sido tres veces campeón de Red Bull Nacional de España y ha representado a su país en cuatro oportunidades (2013, 2016 , 2017 y 2023) en Finales Internacionales de Red Bull Batalla donde esta última se ha coronado como campeón.En octavos venció a Spektro, en cuartos le ganó al tricampeón internacional mexicano Aczino, se enfrentó al MC argentino Mecha en semifinales y en la gran final con sus rimas venció al joven de 17 años colombiano Fat N, llevándose así la victoria y un título para su país natal España.Por primera vez en la historia de Red Bull Batalla un artista y en este caso juez, pionero del género de Reggaetón y el Trap latino, Arcángel fue parte de una ronda en la batalla final entre Fat N y Chuty con un 8x8 donde los Mcs intercambiaron rimas con el artista puertoriqueño.El jurado estuvo integrado por un equipo de legendarios representantes del freestyle a nivel mundial, el reconocido rapero y MC español Skone Campeón Internacional de Red Bull Batalla 2016, el gran rapero argentino Dtoke, Bicampeón Nacional de Red Bull Batalla en 2013 y 2015, el freestyler chileno Basek Bicampeón Nacional de Red Bull Batalla 2008 y 2021, el cuarto juez que impartió justicia fue Joro, destacado freestyler peruano creador de Plaza de reyes y jurado de Red Bull Batalla Perú en 2021 y 2023; y el último pero no menos importante, una sorpresa que los amantes de Batalla no esperaban pero que sin duda fue emocionante al tener a uno de los más grandes cantantes urbanos de la historia, pionero del género de Reggaetón y el Trap latino, con varias nominaciones a Latin Grammy y records por sus discos, el puertorriqueño Arcángel.
Macaulay Culkin, la estrella de 'Mi Pobre Angelito' (1990), obtuvo su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood el pasado primero de diciembre de 2023. La ceremonia se realizó en el Boulevard y contó con la presencia de la actriz Catherine O'Hara, quien interpreto a Kate McCallister, la madre de Culkin en la película.O'Hara fue la encargada de entregarle el reconocimiento al actor y lo acompañó con unas emotivas palabras: "Es la perfecta interpretación de Macaulay como Kevin McAllister la que nos dio a ese pequeño niño en una aventura extraordinaria. Sé que trabajaste muy duro, pero hiciste que actuar pareciera lo más natural del mundo".Habló de la popularidad de las películas y de su sentido del humor como motor para ellas. "Gracias por incluirme a mí, tu falsa madre que te dejó solo en casa no una, sino dos veces, para compartir esta feliz ocasión. Estoy muy orgullosa de ti", concluyó.Culkin estuvo acompañado también por Brenda Song, su esposa, dos de sus hermanos y varios amigos, como Natasha Lyonne, su compañera en 'Party Monster', quien también dio unas palabras en la ceremonia. “La verdadera belleza es ver el adulto en el que te convertiste, el padre que eres y tus hermosos hijos y ahora el esposo y padre amoroso que eres”, afirmó.Finalmente, el actor agradeció a sus representantes, a su esposa e hijos, a sus compañeros y terminó su discurso con una de las frases más recordadas de 'Home Alone':"Para terminar, en el espíritu de las fiestas. Sólo quiero decir: Feliz Navidad, animales asquerosos".¿Quién es Macaulay Culkin?Macaulay Culkin es un actor estadounidense nacido el 26 de agosto de 1980 en Nueva York, Nueva York. Es conocido principalmente por su papel protagónico en la exitosa película navideña 'Home Alone' (Mi pobre angelito), lanzada en 1990, cuando tenía tan solo 10 años.Comenzó su carrera como actor a una edad temprana. Antes de su mayor éxito, ya había aparecido en varias películas y programas de televisión, incluyendo 'Uncle Buck' (Tío Buck) junto a John Candy.El éxito de 'Home Alone' catapultó a Culkin a la fama, convirtiéndolo en uno de los actores infantiles más reconocidos de la década de 1990. Repitió su papel en la secuela 'Home Alone 2: Lost in New York' (Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York) en 1992.A pesar de su éxito inicial, la carrera de Culkin experimentó altibajos en los años siguientes. Se retiró temporalmente de la actuación y se enfrentó a problemas personales, incluyendo conflictos legales con sus padres por la custodia de su fortuna y varios ingresos a rehabilitación.Regresó a la actuación en la década de 2000, participando en proyectos como 'Saved!' (2004) y 'Party Monster' (2003). A lo largo de los años, Culkin ha explorado diferentes facetas creativas, incluyendo la música y la escritura. También ha participado en proyectos más recientes, como la serie de televisión 'Dollface' (2019) y ha hecho apariciones en diversos programas y podcasts.
El Festival de La Leyenda Vallenata, el evento más importante del género, se realizará del 30 de abril al 4 de mayo de 2024 en un solo escenario: el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’ de la ciudad de Valledupar.La leyenda vive y de esta manera en su versión No. 57 se resalta el homenaje al gran representante del género vallenato Iván Villazón Aponte, ‘La Voz Tenor del Vallenato’.Este evento es considerado como uno de los más importantes de la música folclórica en todo el país, debido a que busca preservar e impulsar los cuatro aires vallenatos: paseo, merengue, son y puya.Esta nueva versión contará con varios artistas como: Carín León, Mora, Grupo Frontera, Grupo Niche, Iván Villazón, Elder Dayán, Ana del Castillo, Poncho Zuleta, Alex Manga, Diego Daza, Pipe Bueno, Peter Manjarrés y se sumarán dos artistas internacionales.A partir de este 28 de noviembre a las 2:00 de la tarde, Banco Falabella tendrá una preventa exclusiva llena de beneficios que incluye un 30% de descuento, para que vivas esta fiesta pagando con tus tarjetas de crédito o débito, que irá hasta la 1:59 de la tarde del día 4 de Diciembre. La venta al público general se llevará a cabo a partir de las 2:00 de la tarde del 4 de diciembre.Programación oficialLa Fundación Festival de la Leyenda Vallenata entregó la programación oficial que se desarrollará antes y durante el 57º Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a Iván Villazón Aponte, que se realizará del 30 de abril al 4 de mayo de 2024, y tendrá en el primer puesto a los acordeoneros, acordeoneras, compositores, verseadores, cajeros, guacharaqueros y grupos de Piloneras.Las actividades iniciarán el sábado 27 abril con el desfile de Jeep Willys Parranderos, a partir de las 3:00 P.M. Para el domingo 28 de abril, el concurso de Pintura Infantil desde las 8:30 A.M: ‘Los niños pintan el Festival de La Leyenda Vallenata’. Desde las 3:00 P.M. se llevará a cabo el desfile de Piloneras Infantil y Juvenil.El lunes 29 abril desde las 8:00 A.M. se inician las primeras rondas de los concursos de Acordeón Infantil, Acordeonera Menor, Acordeón Juvenil y Acordeón Aficionado.El martes 30 abril continúan los concursos mencionados y se inicia el concurso de Acordeonera Mayor a partir de las 8:00 A.M. A las 4:00 P.M. se inicia el desfile de Piloneras Mayores. A esa misma hora será la escenificación del milagro de la Leyenda Vallenata en la plaza Alfonso López. Finalmente, a las 6:00 P.M. se llevará a cabo la inauguración del 57° Festival de la Leyenda Vallenata, en homenaje a Iván Villazón Aponte, ‘La Voz Tenor del Vallenato’.El día miércoles 1 de mayo, desde las 8:00 A.M. siguen los diversos concursos anotados y se inicia Acordeón Profesional; después Piqueria Infantil (10:00 A.M.) y Piqueria Mayor (2:00 P.M.).La programación para el día jueves 2 de mayo desde las 8:00 A.M. se establece la semifinal de los concursos de Acordeón Infantil, Acordeonera Menor, Acordeón Juvenil y Acordeón Aficionado. Segunda ronda de Acordeonera Mayor, primera ronda de Canción Vallenata Inédita y segunda ronda de Piqueria Mayor (10:00 A.M.). Además, la primera ronda de Acordeón Profesional a partir de las (11:00 A.M).A partir de las 2:00 P.M. serán las finales de los concursos Acordeón Infantil, Acordeonera Menor, Acordeón Juvenil, Piqueria Infantil. A las 8:00 P.M. Final del concurso de Acordeón Aficionado.Para el viernes 3 de mayo (8:00 A.M.), sigue la semifinal de los concursos de Acordeonera Mayor, Piqueria Mayor; segunda ronda Acordeón Profesional (11:00 A.M.) y Canción Vallenata Inédita - 8:00 A.M. Para las 8:00 P.M. están previstas las finales de los concursos de Acordeonera Mayor y Piqueria mayor.Finalmente, el sábado 4 de mayo desde las 8:00 A.M. serán las semifinales de los concursos de Acordeón Profesional y Canción Vallenata Inédita. Para las 8:00 P.M se llevarán a cabo las finales de los concursos mencionados.
Para la muy esperada primera parada de su gira latinoamericana, Afterlife llega a Medellín, Colombia, por segunda vez y promete un gran espectáculo. Los fundadores del evento, Tale Of Us, prometen, una vez más, una impresionante alineación de artistas.En mayo de 2023 el festival llegó a Colombia por primera vez y su destino fue Medellín. La capital paisa se ha hecho conocida por ser la cuna de la escena electrónica y por darnos algunos de los productores y DJs más influyentes del país.La confirmación de su regreso se hizo dentro del anunció de la gira del festival por distintos países de América Latina en 2024: Perú, Brasil, Argentina, Chile y México.La fecha será el sábado 3 de febrero de 2024 con una experiencia repotenciada por la unión de Breakfast Club y Páramo Presenta, en el Estadio Cincuentenario de Medellín. ¿Cómo nació Afterlife?Afterlife nació como un sello discográfico y se convirtió, también, en un evento de música electrónica. El sello discográfico Afterlife fue fundado por los artistas italianos Tale of Us (Mateo Milleri y Carmine Conte) en 2016. Han lanzado música de varios artistas destacados en la escena de la música electrónica y su sonido se caracteriza por estar enfocado al techno y house melódico.Además de ser un sello discográfico, Afterlife también organiza eventos y festivales, donde se presenta música electrónica en un entorno inmersivo y con un componente visual importante.Preventa y boleteríaLa preventa para los clientes de los Bancos Aval (Bogotá, Occidente, Popular y AV Villas) y dale! se iniciará el 5 de diciembre a las 10:00 a.m. y hasta el 7 de diciembre a las 9:59 a.m. A partir de entonces se habilitará la venta para el público con todos los medios de pago. Compra tus boletas en ETicket.coAún no se conoce el cartel con los artistas que harán parte de esta nueva edición y que conformarán el circuito de festivales de música electrónica junto a Ritvales y Baum Festival.¡La música nos une!
Los ‘’dinero antiguo" (old money) y los "nuevos ricos" han estado enfrentados durante siglos. Mientras que los primeros se refieren al grupo cuya riqueza ha pasado de generación en generación, los segundos se refieren a las personas que han trabajado para adquirir su fortuna. A finales del siglo XIX, un periodo de intensos cambios económicos y sociales, la tensión y el contraste entre estos grupos eran visibles, como lo retrata la serie The Gilded Age (La Edad Dorada), de HBO Max. La serie explora este antiguo conflicto a través de las familias Van Rhijn y Astor, que forman parte de la vieja guardia de Nueva York y han acumulado su riqueza durante años, y la familia Russell, recién llegada a la ciudad, que hizo fortuna en la industria ferroviaria y representa a los "nuevos ricos".Los Russell están decididos a ser aceptados en los círculos de la alta sociedad, pero las antiguas familias se resisten a aceptar este cambio. La tensión se desarrolla a lo largo de la serie mientras compiten por el estatus social y la influencia, y estos dos núcleos harán todo lo que esté en su mano para defender sus intereses.La discusión Old Money vs. New Money llega a las redes Sin embargo, la enemistad entre la alta sociedad no se detuvo en la Edad Dorada. En los últimos años, la discusión entre old money (dinero viejo) y new money (dinero nuevo) se ha reavivado y dominado las redes sociales. El estilo de vida, la moda y las maneras de estos grupos han causado tanto fascinación como desacuerdo en Instagram, Twitter y TikTok.Según el portal Know Your Meme, que recopila memes y tendencias de Internet, los videos de "Old Money" empezaron a surgir en TikTok a finales de 2021. Se describen como una forma glamorosa de vestir y comportarse que emula tener "dinero viejo". El estilo implica usar bolsos Chanel, zapatos Prada y vestir de muy buen gusto". Una tendencia similar es el llamado "lujo silencioso". El lujo silencioso o Quiet Luxury en inglés, según The Business of Fashion, es un término utilizado para referirse a prendas sutiles pero caras. Es una forma de lujo que se muestra a través de la atención al detalle y el uso de materiales de alta calidad. Esta tendencia es el extremo opuesto a la logo manía y, las marcas asociadas a esta tendencia suelen ser más exclusivas y menos conocidas, con una reputación basada en la calidad y la artesanía en lugar del marketing y la publicidad. A comienzos de 2023, Succession se convirtió en ejemplo de esta tendencia. Pero el lujo silencioso de novedoso no tiene mucho. De hecho, es un estilo asociado al 1% de la población mundial que se puede permitir comprar camisetas básicas de 350 euros. Las plataformas de streaming son los nuevos racks de publicidad de las marcas.The Gilded Age está obsesionada con el dinero de una manera que podría parecer inusual hoy en día, pero a partir de esta guerra entre los ricos durante el siglo XIX evolucionaron otros sistemas que continuaron etiquetando a las personas según qué tan bien podían seguir las reglas sociales establecidas por aquellos que vinieron antes que ellos.