Este 30 de octubre se cumplen 61 años del nacimiento de Diego Armando Maradona, el icono de fútbol más importante del siglo XX. Un día antes, el 29 de octubre, se le homenajeará con el lanzamiento de la serie Maradona: Sueño Bendito que se podrá ver en la plataforma Amazon Prime Video.Contenido recomendado | Maradona: 10 canciones dedicadas al astro argentinoEl proyecto estrena once meses después de la muerte del argentino y es protagonizada por Nazareno Casero (Historia de un Clan), Juan Palomino (Magnifica 70) y Nicolas Goldschmidt (Supermax) interpretando a Diego Armando Maradona a lo largo de su vida y prolífica carrera, desde sus humildes comienzos en Villa Fiorito, en su país natal, hasta su revolucionaria carrera por el Barcelona y Nápoles.Este es el trailer oficial de la serie sobre MaradonaFinalmente la serie mostrará su papel clave como líder de su equipo nacional al ganar la Copa Mundial en México ’86. La serie también cuenta con la participación de Julieta Cardinali (En Terapia, Valentin), Laura Esquivel (Patito Feo), Mercedes Morán (Diarios de Motocicleta, El Reino), Pepe Monje (Amor en Custodia) y Peter Lanzani (El Clan, El Reino).Hablamos con los actores que le dan vida a 'El Diego' y nos contaron cuáles son los recuerdos que tienen sobre Maradona. Estas son sus respuestas.Nazareno Casero, sobre Diego MaradonaParticularmente yo tuve la suerte de jugar al fútbol con él. Hace algunos años en un partido en Bolivia, pero no sé sí es el recuerdo que quisiera traer porque es una vivencia personal que poco tiene que ver con la serie. Yo creo que Maradona, en mi caso, fue una figura que desde que era chico veía que todo el tiempo se hablaba de que estaba acabado, que era el fin, que se iba a morir. Y siempre él renacía, siempre él se reinventaba y volvía a aparecer cambiado. O había engordado o había adelgazado, o se había hecho algo en el pelo o había hecho algo para mutar, para ir cambiando. Creo que ese espíritu indómito y ese espíritu de cambio y avasallante ¿no? como un ave fénix que no pudieron apagarlo, no pudieron. Y creo que eso me ha quedado siempre y es algo que lo acompaña a uno. Luego cuando se enfrenta a esto es todo eso que vimos y ahora analizándolo y desmenuzando el personaje ha hecho mella en mí y en muchos de nosotros porque fue eso, fue ver una leyenda, fue creer en esa leyenda, ver cómo esa leyenda triunfaba. Un personaje inolvidable, mítico y legendario.Nicolas Goldschmidt sobre MaradonaPara mí el recuerdo que me queda o que tengo o cómo pienso a Maradona en mi cabeza tiene que ver con algo más relacionado con ese Maradona artista, más artístico-poético que primero en la cancha marcaba esa diferencia casi haciendo magia y que luego también trasladaba a su forma de ser tan magnética y carismática, a generarle tanta alegría a la gente y tanta emoción.Juan Palomino sobre Maradona La irrupción de Maradona en el gol a los ingleses con la mano es un antes y un después, digamos. Solamente a un personaje, a una persona, a un individuo argentino se le puede ocurrir en un mundial meterle un gol con la mano a los ingleses. Digo, lo que significa el valor poético, el valor artístico, el valor político que significa ese gol lo define. Para mí ese fue el punto de partida de empezar a ver a Maradona desde otro lugar, después se suma el segundo gol que van quedando infantes de la Reina a un costado y bum mete el segundo gol, dicen, uno de los goles más hermosos de los mundiales reafirma esa condición. Es el individuo, el hombre, el héroe que de alguna manera reivindica a un pueblo avasallado por una dictadura, vencido por una potencia extranjera por la OTAN en Islas Malvinas y todo lo que conlleva esa historia desde que nace hasta que fallece. Hay un contenido muy grande de lo que significa la identidad argentina y latinoamericana en Diego Armando Maradona.¡El lado S del cine y la televisión!
Una de las mejores formas de entender, familiarizarse y conectarse con el trabajo de un artista es viendo, escuchando o leyendo sus entrevistas. Las celebridades lo entienden, pero muchas veces les aburre lo poco interesantes que pueden ser las conversaciones con los periodistas, por eso, deciden entrevistarse a sí mismos.Recomendado | 15 temas para cantar a grito herido después del perreoEl fácil acceso a la tecnología audiovisual ha permitido que los artistas le ofrezcan otro tipo de contenido a sus fans, mucho más entretenido y llamativo. Esos experimentos pueden ser un golazo, pero también pueden resultar muy extraños.Gracias a la edición los personajes que vamos a mencionar hoy han cumplido el capricho de que la persona entreviste al alter ego para así revelar lo que quieren comunicarle a su público.7 famosos que se han entrevistado a sí mismosMARADONA‘El Diego con el Diego, un crossover épico’. Fue una producción del Canal Trece de Argentina y allí el futbolista reveló detalles de su vida íntima. JUAN GABRIELFue una pieza para promocionar su gira de conciertos por Estados Unidos. Es una conversación en la que Alberto Aguilera le revela su amor y aprecio al personaje de Juanga.NICKI MINAJContenido hecho por ELLE Magazine donde la rapera se hace pasar por una periodista de la revista llamada Nichole. Bastante graciosa.CARA DELEVIGNEVideo hecho por para Vogue en el que Cara revela aspectos de su personalidad de una forma muy única. La modelo y actriz se ríe de ella misma en varios momentos.TYRA BANKSLa top model y presentadora se juntó con el portal Good Housekeeping para armarse una conversación graciosa consigo misma. Un punto clave de este video es cuando Tyra le dice a Tyra que sus preguntas la están haciendo parecer una tonta.MALUMAVideo hecho para promocionar su álbum más reciente de reggaetón. El título del video es Maluma entrevista a Papi Juancho y es una conversación entre la estrella pop y su alter ego.ANA KENDRICKHaciendo gala de su buen sentido del humor, la actriz se puso en el papel de periodista y se hizo a sí misma una entrevista con preguntas hechas por sus fans.RYAN REYNOLDSPara GQ Ryan se transformó en Gordon Reynolds y se lanzó varias indirectas. El actor de Deadpool se luce una vez más dejando ver lo cómico que puede llegar a ser. Jake Gyllenhaal hace una aparición especial como operador de sonido.Para ver | 'Imagine' de John Lennon & Yoko Ono cumple 50 Años¡El lado S de la cultura pop!
Va avanzando la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 y se puede analizar que, a excepción de Uruguay, las selecciones sudamericanas no han hecho su mejor papel hasta el momento. Una de las grandes sorpresas ha sido la mala hora que está viviendo la selección de Argentina, con Lio Messi a la cabeza, que ha logrado sólo un punto luego de un empate frente a Islandia y una goleada por parte de Croacia. Diego Armando Maradona, ganador de la Copa Mundial de la FIFA en 1986, ha sido el primero en apoyar a su selección y es el nuevo rey de los memes en internet. El exfutbolista es protagonista en cada partido, las cámaras lo enfocan y muestran cómo sufre con cada acción que se realiza durante las jugadas de la selección. Todos los hinchas del fútbol se pueden identificar con las diferentes expresiones que ha hecho el D10S del deporte. - Cuando confías en que tu equipo es el mejor del mundo mundial - Haciéndole fuerza a los guerreros en la cancha - Gritándole al técnico que haga cambios - Cuando el rival hace un gol, dos goles, tres goles - Faltando 15 minutos para el final del compromiso que tu selección VA PERDIENDO - Cuando parece que los muchachos se reactivaron y van a darle vuelta al resultado … pero no - Aburrido, sin esperanza y con pocas ganas de celebrar Vea también: Guapos y guapas de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018
El dopaje químico, usado por Diego Maradona y Ben Johnson, entre otros ídolos del deporte, es cuestión del pasado. Hoy lo que pega es la estimulación electromagnética del cerebro, la manipulación de los procesos biológicos naturales, el uso a control remoto de motores indetectables, la alteración de los genes y otras maravillas dignas de la ciencia ficción. Así es, amigos, los ídolos deportivos son máquinas construidas por el sistema. Foto: Gettyimages. Las estrategias para mejorar el rendimiento de los deportistas que participaban en las olimpíadas antiguas parecen un juego de niños si se comparan con las nuevas formas de dopaje de los atletas contemporáneos. Comer solo higos secos, tomar vino en ayunas o intoxicarse con jalea real y hongos alucinógenos poco le ayudarían a los deportistas que en la actualidad recurren a todo tipo de artimañas, dignas de las películas futuristas más taquilleras, para subir a los podios, colgarse las medallas, levantar las copas y acaparar la idolatría de las masas que los endiosan. El dopaje, desde que empezó el nuevo milenio y tras el destape del juego sucio de ídolos como el velocista canadiense Ben Johnson, el crack argentino Diego Maradona o el ciclista gringo Lance Armstrong, ha empezado a dejar atrás su trillado truco de emborrachar a los deportistas con químicos con el objetivo de que se impongan en las competencias. En 1998, el caso Festina permitió el desmantelamiento de una gran red de dopaje internacional que usaba productos ilícitos por entonces indetectables y despidió el siglo pasado con la esperanza de que los controles antidopaje le tomaran la delantera a los tramposos, pero la verdad es que con la llegada del nuevo milenio y su aceleración en los avances científicos y tecnológicos el doping también se desarrolló. En la actualidad, está ramificado en complicadas y poderosas estrategias que las entidades antidopaje no logran pillarse. La estimulación del cerebro con descargas electromagnéticas, la manipulación de los procesos biológicos naturales del organismo, el dopaje mecánico que instala pequeños motores para embalar a los ciclistas o el arribo de los experimentos genéticos al mundo del deporte nos llevan a pensar que el doping moderno parece uno de los laboratorios futuristas de una novela de ciencia ficción del escritor japonés Haruki Murakami. En este misterioso y tecnológico reino del dopaje, los avances en el estudio biológico del organismo humano han permitido el desarrollo de estrategias novedosas para mejorar de manera artificial el rendimiento de los atletas. A pesar de que el dopaje biológico fue uno de los pilares sobre los que Lance Armstrong edificó su carrera de monstruo del ciclismo y de que por medio del desmantelamiento de su estrategia las autoridades encontraron formas de descubrirlo, sigue siendo una de las formas novedosas de doping. Según expertos como el francés Gérard Dine, investigador del Instituto de Biotecnología de Troyes, “es prácticamente indetectable debido a que está basado en el uso de sustancias que hacen que el cuerpo humano segregue EPO de manera natural”. ¿Y qué carajos es EPO? Es una hormona producida por el riñón para mantener la concentración de glóbulos rojos en la sangre. Su aparición permite que se soporte la fatiga muscular, que se oxigene mejor el cuerpo y que los deportistas actuales luzcan como máquinas que todo lo pueden mientras son alabados por la ingenua y consumidora audiencia. Lance Armstrong, el rey del dopaje y ganador de todo lo que corrió entre 1998 y 2005, recurrió, con la ayuda de su médico Michel Ferrari y de todo el equipo US Postal, al dopaje biológico para irrumpir como leyenda en la historia del ciclismo. Si no es porque en 2012, más de una década después de sus hazañas y fechorías, Michel Barry, Tom Danielson, Stephen Swart y otros cómplices lo traicionaron revelando las estrategias, nos habría hecho conejo con nada más y nada menos que siete Tours de Francia, a pesar de haber pasado por más de 500 controles antidopaje durante su carrera. Pero el truculento ciclista norteamericano no es el único que, paradójicamente, ha colaborado con los avances antidopaje tras el develamiento de sus trampas. Después de la caída del equipo Festina, el Laboratorio Nacional Antidopaje de Francia desarrolló un método de análisis para descubrir, por medio de pruebas de orina y de sangre, a los deportistas que se inyectan EPO y otras hormonas. Sin embargo, los novedosos remedios no han sido suficientes para erradicar la maldición del doping que se reinventa como el popular diablo. Cuando se encontraron herramientas para contrarrestar el dopaje biológico, apareció el mecánico. Chris Froome, el rival de Nairo Quintana, está en la mira porque es probable que haya recurrido a esta artimaña para dejar regado a nuestro ídolo en las cumbres europeas. Istvan Varjas, ingeniero húngaro y cerebro del dopaje mecánico, le aseguró al diario francés Le Monde, en diciembre pasado, que a comienzos de 2017 una cadena televisiva de Europa escandalizaría a la audiencia con revelaciones acerca del uso de pequeños motores por parte de algunos de los ídolos de la élite del ciclismo. El británico Froome es uno de principales sospechosos de haber usado el motor de menos de un kilogramo de peso, de 600 vatios de capacidad y con autonomía de funcionamiento de una hora, debido a que su bicicleta registró un peso de 500 gramos por encima de lo normal en algunos controles. Además, el científico húngaro reveló en sus polémicas declaraciones que el artefacto puede ser encendido desde uno de los carros de seguimiento, incluso sin que el ciclista lo sepa, por medio de un dispositivo que usa bluetooth y medidores de potencia. ¡Bienvenidos a 2017! Hoy en día los ídolos deportivos son fabricaciones del sistema económico y tecnológico. La estimulación cerebral está ahí para comprobarlo. Conocida también como neurodopaje, consiste en estimular las neuronas por medio de ondas eléctricas o magnéticas. “Con un micro estimulador debajo del muslo un deportista podría pasar del puesto 25 en una competencia a conseguir un lugar en el podio”, aseguró en una investigación Jordi Porta, científico catalán que conoce los pormenores de las estimulaciones magnéticas transcraneales y eléctrica transcraneal, usadas por el ejército gringo para entrenar a los soldados que invaden otros países. Reducir la fatiga, desarrollar la capacidad de reacción al pistoletazo de salida y acelerar la capacidad de aprendizaje son algunos de los beneficios que, según Porta, traería esta práctica. Otros, como la Universidad de La Coruña, creen que tiene efectos colaterales como pérdida de la memoria. Lo cierto es que expertos como Nick J. Davis, de la Universidad de Swansea, han asegurado que dichos estímulos, usados con relativo éxito en el tratamiento de depresión, ansiedad, dolor crónico y párkinson, entre otras enfermedades, son un agente externo que optimiza de manera artificial el rendimiento de los atletas. Lo polémico del caso es que, a pesar de la evidencias expuestas por científicos como Nick Davis y Jordi Porta, el dopaje cerebral no es considerado aun una práctica ilegal por la Agencia Mundial Antidopaje. Michael Johnson, velocista gringo ganador de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, Atlanta 96 y Sidney 2000, es dueño de la empresa MJ Performance, que promueve el uso de los auriculares Halo Sport para mejorar, en forma artificial y por medio de la estimulación cerebral, el rendimiento de los deportistas. Entre sus clientes se destacan el Manchester United y los Broncos de Denver. Aunque no fueron usados en público, una parte de los 555 deportistas estadounidenses que participaron en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 está familiarizada con este tipo de estrategia en los entrenamientos. Incluso, en internet se venden kits de uso casero por 649 dólares. Por último, el dopaje genético, que hace apenas dos años fue catalogado por la BBC como la “tormenta que se avecina en el deporte”, consiste el alterar la composición genética de un individuo con el objetivo de convertirlo en un atleta más veloz, fuerte y hábil. A pesar de que la Agencia Mundial Antidopaje lo prohibió desde 2003 y de que científicos como Philippe Moullier, del Instituto de Salud e Investigación Médica de Francia, advirtieran sobre el riesgo en su uso y de visitas sospechosas a sus laboratorios, la verdad es que, como en el ejemplar caso de Lance Armstrong, aun faltan algunos años y algunos traidores para que nos enteremos de los pormenores de la movida.
Mulas del narcotráfico, agresores de sus mujeres, violentos empedernidos y drogadictos sin remedio también están en el deporte rey haciendo de las suyas mientras los fanáticos se hacen los de la vista gorda para seguir gritando “goooool, hijueputa”. Por: Héctor Cañón Hurtado // @CanonHurtado El fútbol moderno no está hecho solamente de goles, gambetas y atajadas. Hoy en día es un circo en el que también hay espacio para la corrupción de las mafias, el crimen rampante y la burda patanería que caracteriza a algunos especímenes del género humano. Cada semana, en medio de las mejores jugadas de la última fecha, algún crack nos recuerda que los genios de la pelota también son mortales prestos a cometer errores garrafales adentro y afuera de las canchas. Tengamos eso en cuenta antes de seguir endiosando a personas comunes y corrientes, que a punta de sudor y talento sostienen el mediático negocio del balompié y –seamos honestos– divierten a quienes amamos este deporte alrededor del planeta. Arranquemos con un breve vistazo a unos pocos escándalos de la última temporada. El colombiano Diego León Osorio cayó como mula en el aeropuerto de Rionegro. Maradona, el paradigma de la indecencia en el fútbol, armó tropel al final del Partido de la Paz al que fue invitado por el mismísimo Papa, a pesar de su prontuario en las drogas, el exceso y el conflicto. El ecuatoriano Norberto Araujo le partió la cara a un hincha que lo criticó y el divo de divos, alias CR7, le botó el celular a la porra a un periodista que apenas registraba un paseo del crack. Los españoles David de Gea e Iker Muniaín aparecieron vinculados a una glamurosa red de prostitución. Todos ellos gozan de popularidad y siguen siendo ídolos de la fanaticada, al mejor estilo de Diomedes Díaz. La mayoría de los hinchas, mientras tanto, sigue dispuesta a olvidar en segundos esos desmanes sin siquiera pedirles explicaciones. Lo primordial, al parecer, es que las redes se sigan inflando y podamos vociferar “goooool, hijueputa” en los estadios o frente a las pantallas. También hay cracks que agarran a pata y puño a su mujer en un ascensor cuya cámara escondida los pone en evidencia. Hanyer Mosquera, jugador de Rionegro Águilas, es el último ídolo caído. Después de que el video en el que la emprende a golpes contra Indira Erazo se hiciera público, han sucedido todo tipo de reacciones que evidencian la permisividad de la sociedad con los futbolistas famosos. “No le dañe la carrera al muchacho”, “si hay perdón para la guerrilla, ¿por qué no para Hanyer Mosquera por golpear a su mujer?”, “pobre man, lo que pasa es que estaba borracho y la vieja lo provocó”, han sido algunas de las joyas que hemos tenido que ver en las redes sociales y los medios de comunicación después del bochornoso incidente que tiene al futbolista tras las rejas, arrepentido hasta los tuétanos y esperando la respectiva sentencia. Lo primero es que vaya a Alcohólicos Anónimos o se meta a un centro de rehabilitación porque en el video en el que pidió perdón argumentó que estaba en “estado de alicoramiento”. Al parecer, su vida se inspira en la absurda letra de la Propuesta Indecente de Romeo Santos, que pretende enamorar con estos versos: “si te falto al respeto y luego culpo al alcohol…”. Hanyer, sin ánimo de joderte aún más la vida, eso no justifica el problema, sino que revela que además de machista violento eres alcohólico. Pero, corriendo el riesgo de volverme objetivo militar de las feminazis, debo decir que la mujer de Hanyer también tiene responsabilidad en el asunto. En sus declaraciones dijo que lo que vimos del ascensor es poco si se compara con lo que sucedió momento antes y a lo largo de su relación con el futbolista. Van tres pregunticas para ella: ¿por qué lo dice hasta ahora? ¿Por qué siguió viviendo con él? ¿Por qué se subió al ascensor como si nada si la acababan de golpear? Tal vez, Sylvie Mies, ex mujer del astro holandés Rafael Van der Vart sea un buen ejemplo a seguir. En la Nochebuena de 2012 fue golpeada por el futbolista y desde entonces se abrió del parche. Esto da para varias reflexiones, así que vamos paso a paso. Lo primero sería decir que las figuras públicas están expuestas a que su comportamiento sea juzgado por los demás mortales y, en ocasiones, la permisividad con que los miramos le cede su espacio a la sevicia. Si todos fuéramos famosos viviríamos paranoicos esperando el inevitable momento en el que algún video o fotografía les demuestre a los demás que también tenemos miedo, ira, adicciones, rencores y/o envidias. Haga cuentas y verá que el anonimato lo ha salvado de quedar mal parqueado ante la audiencia. Es absurdo el enfoque de algunos medios sensacionalistas que empezaron a escarbar en la vida de Hanyer Mosquera en busca hasta de las tarjetas rojas que le han sacado en su carrera como deportista. “Al caído, caerle” es una de las pasiones colombianas y, desde la época de Jesucristo y los demás profetas del perdón, los seres humanos sabemos, muy en el fondo, que eso no aporta nada. Por supuesto, la mala leche con que les caemos no exime a los famosos de su rol de figuras públicas y del deber que tienen de dar ejemplo. El hecho es que el reciente incidente deja en evidencia dos males de la sociedad colombiana: la violencia de género y la permisividad que tenemos con los famosos. Colombia es un país en el que en los primeros nueve meses de este año se presentaron 38.107 casos de violencia de hombres contra sus mujeres y en el que los feminicidios parecen tomarse más terreno cada día. Sin embargo, algunos medios de comunicación siguen usando el epíteto de “joven empresario” para tipos como Camilo Sanclemente, que se dedican, en sus ratos libres, a cascarles a las mujeres por no hacer lo que ellos quieren. Sin duda, “monstruo apocalíptico” sería más preciso. Hernán Darío Gómez, ex director técnico de la selección Colombia, y Jairo Castillo, ex goleador de América de Cali, son otros dos ejemplos que demuestran la gravedad del problema. En 2011, el popular Bolillo fue sorprendido pegándole a su amante (no a la titular) en un bar del centro de Bogotá. El hombre pidió perdón, soltó un par de lágrimas de cocodrilo y cuando ya se encaminaba a dejarnos por fuera otra vez del mundial el Presidente de la República tuvo que echarlo de su cargo. “Gracias a la moza del Bolillo”, decían los memes de la clasificación a Brasil 2014. Ahora, es genio y figura en Panamá. Por su parte, el famoso Tigre es un peligro al volante en Cali. Hace un par de meses fue detenido (¡una vez más!), mientras manejaba borracho y sin licencia de conducción por la ciudad. Quince años atrás, las hermanas Katerine y Claudia Ojeda murieron en un accidente de tránsito provocado por su ebriedad y al parecer los 40 millones de pesos en multas pendientes no le impiden seguir buscando repetir “hazaña” mientras maneja. Sin embargo, el asunto de la permisividad no es exclusivo de Colombia ni de los futbolistas. El documental The Hunting Ground dejó en evidencia cómo algunas universidades de Estados Unidos se hacen las de la vista gorda con las violaciones de algunos deportistas para proteger su nombre y el de los muchachos. ¡Mal de muchos, consuelo de tontos!
Algunos jugadores han caído como mulas ingenuas en los aeropuertos. Otros, cual estrellas de rock, aderezaron el sabor agridulce de la fama esnifando más de la cuenta. También están quienes terminaron en la cárcel por sus relaciones con los patrones de la mafia, quienes no lograron desplegar todo su potencial por la adicción y quienes aumentaron el tamaño de las líneas, los pases y los problemas después de colgar los guayos. Por: Héctor Cañón Hurtado @CanonHurtado // Foto: Gettyimages Diego León Osorio, un genio de la pelota que tuvo la mala fortuna de retirarse de las canchas antes de tiempo por una lesión de rodilla, es el último jugador en mostrarle al planeta que el amor prohibido entre la cocaína y el fútbol se resiste a morir. En 2010 fue detenido en el aeropuerto de Rionegro cuando intentaba viajar hacia Madrid con un kilo de coca mal camuflado en los pantalones. Al parecer, la popularidad que alcanzó cuando los futboleros colombianos llegaron a pensar que su deslumbrante talento lo llevaría a conducir la selección, tras la salida del Pibe Valderrama y compañía, jugó a su favor. Fue dejado en libertad a pesar de que quedó vinculado a un proceso por tráfico de estupefacientes que le podría acarrear cinco años de prisión. El juez argumentó que no era un tipo peligroso. Osorio dijo que estaba pagando una deuda y era la primera vez que lo hacía, pero en el expediente quedó registrado que fue viajero frecuente a España en la década pasada. También que tiene antecedentes que al parecer le impedirán gambetear a la justicia con la misma facilidad con la que dejaba rivales atrás en sus años mozos. Más allá de este último caso, lo que queda claro es que el fútbol y la cocaína tienen amoríos constantes y que los nuevos capítulos de romance y desencuentros son como los clásicos taquilleros que no se hacen esperar. Algunos cracks, como Diego León Osorio o el yugoslavo Pedrag Stankovic, se embarcaron en la riesgosa aventura de las mulas después de haber tenido carreras truncadas. Otros, como Diego Maradona y Albeiro Usuriaga, la usaron descaradamente cuando sus genialidades los llevaron a la cúspide, la fama y el sentimiento de omnipotencia propio de los ídolos futboleros. El argentino está loco de tanto perico que ha metido y se dedica a arruinar partidos de la paz por todo el mundo, mientras el colombiano fue asesinado a balazos en un barrio popular de Cali en 2004. También hay quienes fueron amigos de los patrones del tráfico y jugaron una temporada en la cárcel por sus relaciones con la mafia como “el loco” René Higuita, quien además fue pillado con las narices empolvadas por controles antidopaje cuando jugaba para Deportivo Pereira (2002) y Aucas de Ecuador (2004). Otros como el inglés Paul Gascoigne, el irlandés Jeff Whitley y el rumano Adrian Mutu aumentaron el tamaño de los pases y las líneas, y en consecuencia de los líos, cuando colgaron los guayos. Vean acá las noticias deportivas del día en Gol Caracol: ciclismo, béisbol, tenis y más En cuanto a los futbolistas traficantes o cómplices de los mafiosos, lo único que pueden hacer las autoridades es hacer caso omiso a su popularidad, capturarlos y juzgarlos como a los demás mortales. Entre tanto, el caso del consumo cuenta con la herramienta del Reglamento Antidopaje de la FIFA, que en sus artículos 5 y 45 señala la responsabilidad de cada jugador en las sustancias encontradas en las muestras tomadas de sus cuerpos y establece una sanción mínima de dos años para los que hacen sus pinitos en el consumo de sustancias como la cocaína. Lo cierto es que los pases y las líneas del fútbol también son de coca y Colombia, aunque ha sido el lugar propicio para varias lunas de miel entre el deporte y el alcaloide, no tiene la exclusiva en el tema. Hace apenas un mes, el juvenil ecuatoriano José “Tin” Angulo fue despedido del Granada español después de que se comprobara que había usado la sustancia mientras brillaba con Independiente del Valle en la Copa Libertadores de América de 2016. El contrato advertía que si el chico andaba en malos pasos sería expulsado y los 4 millones y medio de euros que iba a pagar el club español por los derechos deportivos del jugador finalmente no fueron desembolsados a los dueños de su pase. Mal comienzo para un jovencito que ilusionaba a la hinchada ecuatoriana con ser capaz de emular las hazañas del Agustín “Tin” Delgado, uno de los goleadores históricos de la selección de ese país. ¿Y por qué se prohíbe y penaliza el consumo de una sustancia que en vez de potenciar el rendimiento de los deportistas lo disminuye? Es posible que sea un asunto de ética y mercadeo ya que un jugador que se la pase inhalando perico en sus ratos libres no sería ejemplar para la fanaticada ni rentable para los dueños del chuzo. Lo cierto es que la mayoría de jugadores que han sido pillados con la nariz maquillada han asegurado que metían cocaína para divertirse y no para mejorar su rendimiento y que desde los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia hay evidencias de que los deportistas consumían setas alucinógenas antes de competir y en las celebraciones de sus victorias. A pesar de que esos argumentos no justifican el consumo de una sustancia prohibida y peligrosa para cualquier mortal de este planeta, es fácil entender que los futbolistas que han usado cocaína son más rumberos que tramposos. “Pensé que la cocaína me ayudaría en mi carrera. Que sería como una explosión. Cuando lo hice pensé que eso era lo que necesitaba”, dijo Jeff Whitley, crack que tiró por la borda una prometedora carrera en el Manchester City y la selección Irlanda por su adicción al alcaloide. Como Whitley, decenas de cracks arruinaron su talento a punta de perico. ¡Qué triste! Maradona, el paradigma de los futbolistas adictos, jugó bien por última vez en el Mundial de Estados Unidos 1994. Tras brillar en la primera fase e ilusionar a la hinchada argentina con que la juma de ayer ya se le había pasado, fue pillado por los controles antidopaje con un cóctel de medicamentos que pretendían borrar los estragos de la cocaína en su cuerpo. Lo más impactante es que, según las estadísticas de la propia FIFA, el 80 por ciento de los casos de dopaje de la última década han sido por consumo de cocaína y marihuana. Ahí surge otra pregunta: ¿es más limpio el fútbol en ese sentido que otros deportes como el ciclismo o simplemente los controles de las federaciones del balompié son menos estrictos que los demás? Eso solo lo saben los que manejan el negocio tras bambalinas y tratan de proyectarlo como un juego transparente para poder seguir engordando el bolsillo. ¡Qué guayabo!
El diseñador gráfico y director de arte bosnio, Zoran Lucić, fue el creador del proyecto gráfico Sucker for Soccer, una serie poderosísima y extensa de ilustraciones que reinventan fotografías de los mejores jugadores de la historia del fútbol como si fueran estampillas de correo coleccionables.Cada pieza está exhibida en la cuenta de Behance del artista y se puede comprar a través de su página oficial, aquí. Cada una, tiene un valor de 50 €. Entre las figuras protagonistas están, por supuesto, los dioses del balompié mundial de ayer y de hoy: Ronaldinho, Pelé, Maradona, Messi, Ronaldo (el original), Cristiano, Iniesta, Sócrates, Beckembauer y hasta el viejo goleador borrachín George Best. (Vea también: Los borrachos del fútbol).
A mediados del 2014 Colombia estaba comenzando dos cruciales y esperenzadores momentos: por un lado, los diálogos de paz en La Habana entre gobierno y las FARC estaban llenando de promesas y optimismo al país y, por otro, la Selección volvía luego de 16 años a un Mundial de Fútbol. Aunque una cosa parecía muy distante de la otra, uno de los mejores periodistas políticos de El Espectador encontró una historia secreta que las unía: hubo un momento en la mesa de negociación política en la que el fútbol fue una de las llaves para conseguir la paz. Por Alfredo Molano JimenoEl partido marcaba el minuto 29 cuando volvió a sonar el celular de Camila. Al colgar, expresó con un gesto de desconsuelo: “Gol de Chile 3- 0, vamos perdiendo”.La tragedia de los últimos dieciséis años, pensé, y dije resuelto: “dígales que no nos cuenten más”. Antes de comenzar mi entrevista a las guerrilleras Camila y Bibiana, quienes forman parte de las delegación de paz de las FARC en Cuba, les había advertido que nuestra obligación común ese 11 de octubre era estar pendientes del encuentro entre Colombia contra Chile en Barranquilla, ya que ese día se definía la clasificación al Mundial de Brasil 2014. Sin embargo, cuando llegó el 3-0 en contra, era preferible olvidarse del fútbol y dedicarse al periodismo, al proceso de paz, a lo que en realidad nos llevaba a La Habana. Entonces nos concentramos en el trabajo. Sin muchas interrupciones, Camila y Bibiana contaron sus peripecias en la insurgencia, con dramáticos detalles sobre lo que se vive en la guerra. Cuando la conversación terminó, yo no sabía qué decir frente a las revelaciones. Ellas no salían del impacto tras hacer la catarsis de sus experiencias de vida. El tema que rompió el hielo fue el fútbol y salimos a buscar un televisor para saber cómo iba el encuentro.
Diego Maradona lamentó la derrota argentina en la final del Mundial ante Alemania y criticó la elección de Lionel Messi como ganador del Balón de Oro."A Lio le regalaría el cielo, pero cuando los marketineros quieren hacerle ganar algo que no ganó, es injusto. Lo vi como que no quería ir a agarrarlo", indicó el astro del fútbol mundial en el programa televisivo 'De Zurda', que se emite por la cadena Telesur desde Río de Janeiro.Maradona enfatizó que el premio debería haber sido para el colombiano James Rodríguez, que además se quedó la Bota de Oro por ser el goleador del certamen con seis tantos.Con respecto a la actuación de la selección albiceleste en esta Copa del Mundo enfatizó: "Dejamos bien plantada la bandera, que quede claro. Alemania ganó por un desentendimiento de la defensa pero en ningún momento lo pasó por arriba".Tras destacar las actuaciones de Ezequiel Garay, Pablo Zabaleta y Marcos Rojo, el actual embajador deportivo de los Emiratos Árabes resaltó la labor del portero alemán: "Neuer parece que tapa todo el arco. Por eso intentaron ajustar tanto las definiciones los delanteros"."Nos respetaron y eso se lo ganaron los muchachos adentro de la cancha. Argentina al menos merecía los penales, por el sacrificio de 11 jugadores que dejaron la vida", finalizó. EFE
Cualquier amante del fútbol podría tachar de sacrilegio esta afirmación sobre uno de los astros del balompié mundial, pero no la tomen con nosotros, porque fue el hijo de Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, quién lo tildó de ‘bulto de sal’."Cuando se fue Maradona, ganamos el partido”, dijo Humberto Grondona. Las palabras, que no son nada inocentes, hacen referencia primero a que el 10 argentino se paró de su palco del estadio de Mineirao en Belo Horizonte, en donde se desarrollaba el encuentro entre Argentina e Irán, tres minutos antes del gol milagroso de Messi que les daría la victoria. Pero el trasfondo del comentario data de las épocas en que Grondona no le renovó a Diego Armando el contrato con la Selección Albiceleste. Una pelea familiar casada y bien mala leche con mucha historia, que enemistó a Maradona incluso con Bilardo, a quién tachó de traidor.Seguramente el ‘bonche’ no quedará ahí, pero mientras esperamos las replicas, la idea de que ese comentario se masifique nos atormenta con la imagen de un Maradona como talismán de la derrota, tal como Pelé se lo ha ganado con merecimiento.
Drake era uno de los artistas más esperados en el día 2 de Estéreo Picnic 2023 y su presentación dividió. Si bien para algunos fue satisfactorio escuchar algunos de sus mayores hits, que no son pocos, otros consideraron que el tiempo no fue suficiente, una crítica que también hicieron de su participación en Lollapalooza Chile y Argentina. “What am I doing? What am I doing?”, se preguntó Drake en “Over”, de su primer álbum Thank Me Later, publicado en 2010, el mismo año que debutó el Festival Estéreo Picnic en Colombia.Hace trece años, el rapero y el festival soñaban con llegar a donde están hoy. Y cuando el canadiense cantó estas líneas al inicio de su presentación como el acto principal del segundo día del Picnic en Briceño, se sintió como la satisfacción de una promesa cumplida.Sin embargo, esa misma pregunta fue la que me hice durante toda su presentación, que incluyó ese y otros momentos que definieron el rap y el pop de los tiempos recientes: ¿Qué estaba haciendo Drake?A Estéreo Picnic no le han faltado estrellas de todos los géneros y todas las generaciones durante sus trece ediciones. Pero, si le hacemos caso a Billboard, Drake fue EL artista de la década pasada, una máquina bien aceitada de himnos, lamentos y captions de Instagram que todavía surfea una de las olas de éxito más largas de la historia del rap.Por eso su presentación ante miles de personas que lo recibieron con pequeños saltos y tarareos al ritmo de “SICKO MODE” tuvo ese peso simbólico, el de ser la estrella pop definitiva de la misma época en la que el festival nació, creció y se consolidó como uno de los más importantes de América Latina.Aun así, ni en los rapeos —por momentos ahogados, luego incompletos— ni en el espectáculo —el fuego no bastó para suplir su media marcha— demostró su poder total.Desde la tarima, Drake hiló un popurrí de sus principales canciones. La energía triunfal de “Started From The Bottom” y “Energy” le dio paso a “God’s Plan”, con esas línea/meme sobre su amor por su cama que el público cantó de vuelta, e “In My Feelings”. “Hold On, We’re Going Home” demostró su talento en el R&B y con “MIA”, “Controlla” y “One Dance” amplió su rango hacia el reggaetón y otros ritmos caribeños. Iba rápido, como si desde Bogotá le hubiera llegado el espíritu de afán: cortaba las canciones a la mitad y pasaba a la siguiente, sin dejarnos conectar con ninguna imagen.La mejor fue “Knife Talk”, su despliegue de talento más claro de la noche, que no alcanzó a compensar un concierto lánguido, más parecido a un entrenamiento que a un partido oficial. Supongo que por más que sea una estrella global y hecha a partir de lo global, sigue viendo a América Latina como una segunda división del circuito musical, como lo supieron días antes en Chile y Argentina. Ni la bandera, ni su brindis pudieron compensarlo.Con discos como Views (2016), More Life (2017) y Honestly, Nevermind (2022), Drake ha redefinido el diálogo entre el rap y el pop a partir de préstamos —sus detractores tal vez lo acusarían de apropiación cultural— de otras culturas, reflejando así el crisol de Toronto, su ciudad, la raíz que representó la noche del viernes.En distintas ocasiones ha mirado hacia Atlanta y Londres, por ejemplo, para adaptar esas tendencias (¡y hasta los acentos!) a su mundo; así se ha mantenido en la cima, siempre capaz de tirarte un trap, un dembow, un afrobeats o lo que necesites sin sudar mucho.Más sobre el día 2 de Estéreo Picnic aquí.
Todo está carísimo y los conciertos y festivales no son la excepción. Además de la entrada, el transporte, la comida y las bebidas pueden hacer que la cantidad de dinero que gastamos en un evento como Estéreo Picnic 2023 se muchísimo más de lo que quisiéramos. ¿Cuánta plata llevan diaria los asistentes al festival? Esto nos dijeron algunos de ellos. Si bien no hay una cantidad exacta para gastar, la mayoría de los asistentes coincidió en que comida y bebidas son en lo que más solemos gastar en este tipo de eventos, así que la recomendación si no hay mucha plata es, como dijo uno de los entrevistados "llegar comido de la casa". Dentro del festival, las comidas tienen un precio promedio de 40.000, valor que, por supuesto, se puede incrementar, según el restaurante y la especialidad de la comida. En cuanto a los precios de las bebidas, el de la cerveza arranca desde 14.000, así como el de los cocteles sin alcohol. Bebidas como whisky o ron pueden llegar a los 35.000. La botella de agua tiene un costo de 10.000, aunque se pueden traer termos para llenarse dentro del festival. El transporte público tiene un costo de alrededor de 10.000 y el transporte del festival cuesta unos $30.000 con la posibilidad de quedarse en algúuno de los putnos dispuestos en la ciudad.
Actualización: Kali Uchis ratificó que sí se presentará en Estéreo Picnic 2023. Luego de anunciar en una historia de Instagram que no se presentaría, la pereirana ratificó en una nueva publicación su show del 26 de marzo. Kali Uchis anunció que cancela su presentación en el Festival Estéreo Picnic. La pereirana estaba prevista para presentarse el domingo 26 de marzo a las 7:45 en el Escenario Adidas. "Necesito disculparme con mis fans en Colombia que querían verme el día de mañana en el FEP. No me siento bien para realizar mi show. En este momento para mí es muy importante enfocarme en mi salud mental y física. Espero puedan seguir disfrutando del festival con las demás presentaciones además de no poder estar ahí. Los amo y mil gracias de todo corazón por respetar y entender que necesito volver a mi lugar seguro", escribió la artista en una publicación de su cuenta de Instagram. Karly Marina Loaiza, su nombre real, recientemente presentó su álbum titulado Red Moon in Venus. Kali Uchis es una artista criada en Virginia, Estados Unidos y Pereira, Colombia. Su música mezcla el jazz, el funk, el trap, el R&B y reggaetón.Kali thabía anunciado que ofrecerá una gira de 20 fechas por Estados Unidos con el apoyo de RAYE como acto de apertura. Kali Uchis coloreó el gueto. Ella sola, sin inversionistas, ni asesores de imagen, ni un equipo de producción de diez personas de los que se usan ahora para escribir un coro, se alzó como una de las figuras más preciadas por el mainstream y como icono del estilo.Desde que publicó su primer EP en 2015, Por vida, Kali ha llamado la atención por donde pasa. Mucho se ha dicho ya de sus colaboraciones con otras figuras de renombre como Snoop Dogg, Gorillaz, Drake, Major Lazer, Jorja Smith, Tyler, The Creator o Kaytranada.Su primer álbum en español fue Sin Miedo, un disco que empezó muy suave en el mercado, pero que después se volvió uno de los más importantes de los últimos años gracias al boom del sencillo Telepatía.
“What am I doing? What am I doing?”, se preguntó Drake en “Over”, de su primer álbum Thank Me Later, publicado en 2010, el mismo año que debutó el Festival Estéreo Picnic en Colombia. Hace trece años, el rapero y el festival soñaban con llegar a donde están hoy. Y cuando el canadiense cantó estas líneas al inicio de su presentación como el acto principal del segundo día del Picnic en Briceño, se sintió como la satisfacción de una promesa cumplida. Sin embargo, esa misma pregunta fue la que me hice durante toda su presentación, que incluyó ese y otros momentos que definieron el rap y el pop de los tiempos recientes: ¿Qué estaba haciendo Drake?A Estéreo Picnic no le han faltado estrellas de todos los géneros y todas las generaciones durante sus trece ediciones. Pero, si le hacemos caso a Billboard, Drake fue EL artista de la década pasada, una máquina bien aceitada de himnos, lamentos y captions de Instagram que todavía surfea una de las olas de éxito más largas de la historia del rap. Por eso su presentación ante miles de personas que lo recibieron con pequeños saltos y tarareos al ritmo de “SICKO MODE” tuvo ese peso simbólico, el de ser la estrella pop definitiva de la misma época en la que el festival nació, creció y se consolidó como uno de los más importantes de América Latina. Aun así, ni en los rapeos —por momentos ahogados, luego incompletos— ni en el espectáculo —el fuego no bastó para suplir su media marcha— demostró su poder total.Desde la tarima, Drake hiló un popurrí de sus principales canciones. La energía triunfal de “Started From The Bottom” y “Energy” le dio paso a “God’s Plan”, con esas línea/meme sobre su amor por su cama que el público cantó de vuelta, e “In My Feelings”. “Hold On, We’re Going Home” demostró su talento en el R&B y con “MIA”, “Controlla” y “One Dance” amplió su rango hacia el reggaetón y otros ritmos caribeños. Iba rápido, como si desde Bogotá le hubiera llegado el espíritu de afán: cortaba las canciones a la mitad y pasaba a la siguiente, sin dejarnos conectar con ninguna imagen. La mejor fue “Knife Talk”, su despliegue de talento más claro de la noche, que no alcanzó a compensar un concierto lánguido, más parecido a un entrenamiento que a un partido oficial. Supongo que por más que sea una estrella global y hecha a partir de lo global, sigue viendo a América Latina como una segunda división del circuito musical, como lo supieron días antes en Chile y Argentina. Ni la bandera, ni su brindis pudieron compensarlo.Con discos como Views (2016), More Life (2017) y Honestly, Nevermind (2022), Drake ha redefinido el diálogo entre el rap y el pop a partir de préstamos —sus detractores tal vez lo acusarían de apropiación cultural— de otras culturas, reflejando así el crisol de Toronto, su ciudad, la raíz que representó la noche del viernes. En distintas ocasiones ha mirado hacia Atlanta y Londres, por ejemplo, para adaptar esas tendencias (¡y hasta los acentos!) a su mundo; así se ha mantenido en la cima, siempre capaz de tirarte un trap, un dembow, un afrobeats o lo que necesites sin sudar mucho. Si le preguntáramos a Rosalía, que antecedió su concierto y que también ha sido acusada de apropiación cultural, intuyo que admitiría a Drake como una de sus influencias a la hora de navegar estilos y colores para edificar un universo propio. Lo llamó su hermano y su amigo, y recomendó que fuéramos a verlo, su único descache en toda la noche. De resto, el de ella fue un concierto perfecto, una amalgama que demostró lo infinito de la música.La cantante catalana, en el día que lanzó RR con su amor Raw Alejandro, dio el disparo de salida con las texturas metálicas de MOTOMAMI a través de cortes de reggaetón de vanguardia como “SAOKO” y “BIZCOCHITO” y la bachata de “LA FAMA”, para luego abrirle espacio a El Mal Querer, su ópera flamenca de 2018, con “DE AQUÍ NO SALES”. Desde ahí exhibió los golpes más contundentes de una carrera profunda, aunque corta: creó un ambiente íntimo con “HENTAI” al piano, sembró nostalgia en Briceño con “PIENSO EN TU MIRÁ” y rememoró sus primeros pasos en el perreo con “Con Altura”. El aura cyberpunk de MOTOMAMI determinó la estética del espectáculo: las cámaras se desplazaban vertiginosamente y lo virtual se fundió con lo real. Tan real como que estábamos todos ahí, algo mojados y con los pies embarrados, apreciando a una gran artista y disfrutando de cómo ella, con su concentración y dedicación, nos apreciaba de vuelta.El final de “CUUUUuuuuuute” fue contundente en todo su caos y fulgor, en su concepto y ejecución. Este fue un concierto lleno de ideas, con una línea editorial definida. La presentación de Rosalía, con su experimentación policromática que funde la tradición, el presente y el porvenir, me recordó a la de C Tangana, la mejor del año pasado por su visión. Casualmente, el de Drake me pareció un calco del de J Balvin. Qué importantes estas cuatro exhibiciones para recordarnos todo lo que cabe en la idea de un concierto, para subir la vara de lo que las principales estrellas de la música presentan en vivo, así como para desnudar la pereza de algunas de esas estrellas a la hora de encabezar un festival.Finalmente, pienso en Rosalía, en la misma línea que propuso C Tangana el año pasado, una reimaginación de qué es ser una estrella pop con música en español. El idioma nos acerca y su conversación con lo latino, curiosa y atrevida, nos acerca aún más. Y si esta música, de contrabando de influencias y culturas, se corresponde con una puesta en escena diez de diez, solo queda aplaudir y observar con atención. Los tiempos están cambiando y, en dos ediciones consecutivas de Estéreo Picnic, lo tuvimos al frente.Lean también | Estéreo Picnic 2023 Día 1: lecciones para sobrellevar la ausencia
El Festival Estéreo Picnic 2023 continúa y para el día 3 el cartel incluye a nombres que van desde The Chemical Brothers a Alci Acosta, pasando por Wu-Tang Clan, Armin Van Buren, Moderat, entre otros. Desde las 2:15 de la tarde empezará a sonar la música en las seis distintas tarimas ubicadas alrededor del Campo de golf de Briceño el día sábado 25 de marzo. Escenario principal3:00PM: Semblanzas del río Guapi4:30: Elkin Robinson 6:15PM L' Impératrice8:30 PM Bizarrap11:15PM The Chemical Brothers Escenario Adidas2:15PM Flor de Jamaica3:45PM La Perla5:15PM Alci Acosta 7:15PM Trueno9:15PM Wu-Tang Clan01:00AM Armin Van BurenEscenario del Banco2:15PM Mugre Sur3:45PM Junior Zamora5:45PM Dawer X Damper7:30 PM Alex Ferreira 9:45PM Gorgon City02:00AM ModeratEscenario Flaming Hot3:00PM Felipe Orjuela4:30PM Santiago Navas6:15PM No Rules Clan20:45 Frente cumbiero01:00 Ryan CastroRecuerden que hay dos lugares de música más: el Club donde hay pura música electrónica, el Templo con reggaetón al piso y el show especial de Fuerza Bruta que se presenta cuatro veces al día.Preparen sus rutas de baile, guarden esta información y lleguen temprano para vivir algo imposible de olvidar.Toda la información de horarios, tarimas y ubicación la pueden encontrar en Shock.co o en los canales oficiales de Estéreo Picnic.¿Quién es Wu-Tang Clan?Wu-Tang Clan, el colectivo de Staten Island, Nueva York, cambió el rap con su debut en 1993. Su huella se extiende hasta hoy y es una de las agrupaciones más importantes del hip hop. ¿Quiénes son The Chemical Brothers?El dúo presenta una una experiencia que busca trascender los sentidos haciendo uso de un performance, algo que The Chemical Brothers sabe muy bien cómo hacer.De ahí que sea tan emocionante su live act después del show que trajeron al país en 2015. Esa noche, en Corferias, vimos una puesta en escena que iba más allá de los juegos visuales. La experiencia fue sensorial e hipnótica.