Con la nota ¿Por qué murió (y ahora resucita) el tropipop? se abrió un debate sobre la importancia del género musical para Colombia. El tropipop fue la banda sonora de toda una generación, sonaba por todo lado, tuvo canciones que hacen parte de la historia del país y tuvo representantes que lograron llevar la propuesta hasta la Academia de la Música. Como lo resaltamos en ese escrito, Mauricio Rodríguez es uno de los responsables del fenómeno y con su disco Canto Caribeño, se convirtió en un ejemplo a seguir para muchas bandas colegiales. Fotos: Katherin Fresneda El artista ha mantenido firme su proyecto pese a las adversidades. Año tras año ha venido lanzando música por el placer de hacer lo que le apasiona y tiene muchas metas como artista: lograr que el tropipop tenga su espacio en la industria de la música, ganarse un Latin Grammy y hacer que todo el país se enamore de los sonidos tropicales de la misma forma en que él lo logro. Esta es una conversación bien tropipopera con el creador del coreadísimo Paru papa ruparu paru, paru papara Del tropipop se ha hablado un montón últimamente. ¿Cómo podría describir esa palabra Mauricio Rodriguez? Ufff para mi lo es todo. Es la mezcla de todo lo que ha pasado en la música Latinoamérica, de la música romántica, de los artistas que han podido fusionar y tener una medida cercana a la música tropical sin salirse del pop o balada que siempre ha causado sensación en nuestro estilo a la hora de componer. Esa es la definición del tropical pop que es lo que define a los latinos en la industria musical. ¿Cómo fue que un rolo del tradicional Gimnasio Moderno de Bogotá se empezó a interesar por los sonidos caribeños a tal punto que nombró Canto Caribeño su álbum debut? Digamos que Bogotá ha sido la casa matriz de la música del país. Acá empezó a abrirse el vallenato muy fuerte, con el vallenato fue furor en los 90 con Diomedes Díaz o también con el folclor de Pacho Galán u orquestas tradicionales, siempre Bogotá ha sido la casa de esos sonidos y eso hace que yo haya crecido en un lugar donde no había frontera para la música y eso no sucede en otras ciudades del país. Bogotá incumple esa regla y es donde hay la fusión musical más grande de Colombia. Y ahí fue que nació el proyecto Palodeagua, ¿no? Cuando estaba en el colegio formé un grupo que se llamaba Palodeagua y venía de la idea del Gimnasio Moderno de crear una orquesta donde hacíamos música tropical. Yo me tomé el riesgo de hacer la banda a pesar de que los cachacos me decían que era demasiado tropical. Ahí me tomé el riesgo de hacer música tropical cuando la norma era hacer rock. Digamos que ese reto hizo que muchos colegas hicieran sus propias bandas haciendo eso que ahora llamamos tropipop. Yo he vivido muchos años al lado de la playa y tengo una conexión muy bella con la costa. Gracias a Canto Caribeño fue nominado como Mejor Nuevo Artista en los Latin Grammy. ¿Qué representó eso para usted? Yo siempre soñé con eso, ha sido de mis grandes metas. Sentir ese reconocimiento es algo muy grande. La nominación fue una sorpresa porque el álbum acababa de salir al mercado. Eso fue una motivación muy grande, me abrió muchas puertas y a seguir creyendo que se puede creer en la música tropical. Hoy en día yo sigo con ese impulso que me dio la nominación a los Latin Grammy en ese momento. Imagínese cuando ganemos el primero, ojalá sea muy pronto. Muchos dicen que el tropipop era un género musical de gomelos. ¿Por qué? Tiene toda la razón y la gente sigue pensando eso. Los exponentes del tropipop de alguna forma eran de colegios buenos de Bogotá, eran grandes artistas y compositores, pero que hasta ahora comenzaban la ola de los proyectos discográficos. Uno siempre ve que la gente que hace la música tropical está hecha por gente humilde que empieza desde abajo. Ver personas de clase alta o con grandes recursos haciendo música causa sensación, envidia y de una forma logra motivar a otros a seguir el ejemplo. Algunos ven negativo que la gente sea gomela, pero yo creo que las personas empiezan a seguir ese ejemplo de las personas de clases altas y eso da una enseñanza a los demás. Yo creo que uno en Colombia lo que tiene que hacer es oír las canciones y dejarse llevar por lo verdaderamente importante que es la música. El tropipop como fenómeno explotó durante el Gobierno de Álvaro Uribe y de hecho tu fuiste parte de la campaña Colombia Es Pasión que fue musicalizada con un tropipop. ¿Por qué cree que algunas personas asocian el género con el uribismo? (Risas) Yo creo que estábamos todos con ese Gobierno. Estábamos todos pasando por una situación política fuerte donde todos éramos un presidente, todos éramos una nación atacando esa guerra y violencia en el país. Yo creo que fue un momento de unión de todos los colombianos y éramos uribistas, cuando hablo de uribistas me refiero a que él era nuestro presidente. Yo no he sido nunca uribista, ni he sido de un partido político porque siempre he estado alejado del proselitismo. Yo he trabajado con los gobiernos porque me permite trabajar con la gente. A nosotros nos vieron en el Palacio de Nariño, siendo parte de los procesos de paz, haciendo campañas y por eso nos relacionan con Uribe. Con nuestra música aportamos mucho y llevando un poco de patria a todos lados. ¿Cuáles son sus canciones favoritas del tropipop? Me encanta El Problemón de Bonka, de mi repertorio me gustan Canto Caribeño, Niña y Es Ella que no sonó mucho. Me fascina El Parrandero de Sin Ánimo, Tabaco y Channel de Bacilos es encantadora y con esa muchos empezamos a tocar guitarra, de Jerau me gusta mucho Feeling, de Fonseca mi favorita es Te Mando Flores y me gusta la contestación que hizo Jose Gavira a esa canción con No Te Pido Flores de Fanny Lu. De Carlos Vives algo bien tropipero es La Cartera y Amor Eterno. En este momento está vigente la campaña Tropipop Is Back. ¿Qué es lo que quieren lograr este año con el género ya que varios artistas se han sumado al movimiento? Lo que queremos es que nos amemos los unos a los otros y que tengamos los espacios que nos merecemos como grupos, como bandas, como soñadores colombianos. Que no tengamos ese conflicto de intereses y que la música no tenga vetos. Hay que unirnos y estamos tratando de hacer equipo entre todos, hacer alianzas y dejar a un lado el ego, porque el ego siempre mata la unión. Hoy en día sentarse al lado de mis amigos y hacer música es lo único que queremos hacer. Hay que cuidar, valorar y darle vida al tropipop, porque es nuestro y es parte de la identidad colombiana. El día de mañana muchos músicos jóvenes dirán “bueno, queremos que nuestro grupo sea de tropipop”. Usted fue referente de muchas bandas de la época dorada del tropipop. En ese momento varios líderes de opinión criticaban que los integrantes de las agrupaciones no eran músicos profesionales. ¿Usted qué opinabas de eso y de ser el ejemplo para una camada de artistas nacientes? Hay dos puntos de vista, está el de músico y el público. Como músico muchas veces critiqué algunas canciones o bandas porque no estaban bien grabadas, pero también estaba latente ese pensamiento que me decía “no esta bien grabada, pero esta canción me enrumba”. Hay muchas canciones así, que causaban lo que otras no lograban, y nos pudimos dar cuenta que la música es magia. Todas esas canciones siguen en el corazón de la gente. Se habla mucho de que Julio Sanchez de la W afectó mucho al género con su campaña No Más Tropipop. ¿Usted se sintió afectado con ese movimiento? En medio de una gira promocional sentí el rechazo directo al género y sus representantes, me di cuenta de que la gente sí le copió a esa campaña en contra de la música que hacíamos. De una forma u otra le estaban cerrando la puerta al género. Los directores de las emisoras me preguntaban ‘¿esa nueva canción suya es tropipop?’. Cuando les decía que sí me respondían ‘lo siento es que acá ya no ponemos esa música’. Lo sentí como una guerra y nunca entendimos el por qué”. ¿Y qué decía usted cuando alguien comentaba que las canciones de tropipop sonaban igual? Cada canción tiene un mundo diferente así sea del mismo estilo, pero también hay gente que le gusta copiar. En todos los géneros y durante todo el tiempo. Yo creo que es una tendencia y eso es parte del ciclo; hacer canciones similares porque eso es lo que está pegando en ese momento. Me parece que es parte de esa búsqueda, los grupos que han sabido mantenerse en la industria han sido originales y han hecho sus propias carreras. En el tropipop es muy jodido que los temas no se parezcan porque tienen una base muy importante que es la champeta, música africana, que hoy en día se llama reggaetón. Todo lo que ahora pasa en la música colombiana es tropipop y es un tema muy largo porque la base de todo está en nuestras raíces africanas. Para 2019 Mauricio & Palodeagua tiene seleccionados varias canciones para lanzar como sencillos en la que se evidencia su evolución como músico y exponente del tropipop. También está trabajando parejo con sus colegas para hacer canciones que revivan el género y le den el espacio que se merece en la música colombiana. Recomendado: ¿Qué es el tropipop? Así es la historia de un género musical 100% colombiano
Más de una década después de su boom, el tropipop vuelve tímidamente a emisoras, festivales, discotecas y el gusto popular. El que alguna vez fue el género rey de la radio se diluyó lentamente por una mezcla de agotamiento de la fórmula y, sobre todo, el polémico nacionalismo que este género encarnaba y adornó. ¿Por qué nació y murió el tropipop? Por: Sebas Peña // @SebasNews - Juan Pablo Castiblanco // @KidCasti El cambio de milenio fue un sinónimo de esperanza para todo el mundo. La tecnología nos haría más felices, el medio ambiente sería cuidado y por fin seríamos una civilización respetuosa y tolerante. Pero no. Nada de eso. Y en Colombia menos. El cambio de milenio nos agarró con un proceso de paz con las FARC fracasado; con las heridas aún abiertas del Proceso 8000 que nos demostró que la mayoría de la clase política era fichita del narcotráfico; con atentados en pueblos y ciudades cada vez más salvajes; y con la aberrante y temible aparición de las “pescas milagrosas” en las que las guerrillas cerraban carreteras y secuestraban a todo el que estuviera en la vía en ese momento. Fueron días oscuros. Le teníamos miedo a nuestro propio país. La brecha entre las ciudades –aisladas del conflicto– y el campo se hizo más grande. Los colombianos no andaban por tierra por miedo a una balacera o una pesca. Colombia se quebró y se dejó de reconocer. En 2002 todo cambió con la llegada de Álvaro Uribe a la presidencia junto a su “mano firme y corazón grande” y su apuesta por solucionar los problemas desde polémicas acciones militares. La historia dirá si Uribe es culpable o no de todo lo que se le acusa, pero indudablemente instauró a la fuerza una sensación de seguridad que permitió que las ciudades, particularmente Bogotá, volvieran a mirar al resto del país. Una generación de jóvenes que había vivido aislada redescubrió las maravillas naturales y culturales. Campañas institucionales y gubernamentales como “Colombia es pasión” masificaron un nuevo nacionalismo pintoresco y poco reflexivo. ¿Y cuál fue la banda sonora de todo este renacer? El tropipop. Bacilos –integrada por un colombiano, un brasilero y un boricua– fue una de las primeras bandas de este nuevo boom con hits como Caraluna o Mi primer millón. Para su líder Jorge Villamizar (nacido en Córdoba, pero criado entre Bogotá, Quito, Londres y Miami), su proyecto musical logró mostrar que un colombiano podía identificarse con los sonidos del Caribe y sentir el sombrero vueltiao’ como propio. Villamizar no solo llevaba esta fusión en la música, sino que también se atrevió a ir a las entregas de los Grammy vestido de guayabera: “en ese momento le demostramos a muchos que un pelado de colegio privado de Bogotá estaba más interesado en hacer sonidos tropicales colombianos que en hacer el rock argentino que sonaba en la radio”. Para ser justos, lo que estos “pelados de colegio privado de Bogotá” estaban haciendo, tenía sus raíces en 1993 cuando Carlos Vives lanzó el álbum Clásicos de La Provincia: un disruptivo disco que retomó composiciones clásicas de eminentes vallenateros como Rafael Escalona, Alejo Durán, Emiliano Zuleta, Adolfo Pacheco o Carlos Huertas, entre otros, y se atrevió a tocarlas en clave de rock. Como lo logró el tropipop colegial de nuevo milenio, Vives y La Provincia engancharon a muchos jóvenes de la época con el folclor nacional y los inspiraron a tomar guitarra y explorar el sonido tropical. El bogotano Mauricio Rodríguez, egresado del tradicional Gimnasio Moderno, puede ser un nombre que muchos desconocen, pero si hablamos de Mauricio & Palodeagua la cosa cambia. Con la pegajosa Niña (la del famoso “Paru papa ruparu paru, paru papara”) fue clave para la expansión del tropipop en sus inicios y logró que una disquera grande como EMI lo fichara. En una entrevista en 2004 para La Mega, el cantante, junto al periodista Antonio Casale, bautizaron así el género por ser la mezcla entre sonidos tropicales como la salsa, el merengue y el vallenato con otros más anglosajones como el pop y el rock. No contento con adueñarse de emisoras como La Mega y 40 Principales, gracias a la mencionada Niña y a otras como Esa muchachita o Canto caribeño, Palodeagua lideró la expansión regional y consiguió para el tropipop la primera nominación a los Latin Grammy 2004 como Mejor Nuevo Artista, al lado de los también colombianos Superlitio. Eventualmente la ganadora en su categoría fue la brasilera María Rita. Palodeagua abrió la trocha para otros muchachos de colegios “gomelos” como el suyo. A él lo siguieron bandas como Wamba, Majua, Bonka y un sinnúmero de agrupaciones adolescentes que encontraron en él un referente, se interesaron por crear canciones enfocadas en la conquista o la parranda y adoptaron ritmos tropicales sin mayores estudios en estos géneros. Sencillos como La Mona de Bonka, El Parrandero de Sin Ánimo de Lucro, Compadre de Wamba, Usted me encanta de Majua, o Barman de San Alejo, entre otras, fueron compuestas por una generación joven preocupada por el vago deseo de enfiestarse los fines de semana a punta de aguardiente, contarle los problemas del corazón a sus amigos y buscar la forma más fácil de declarársele a la “muchachita” de su colegio. Otro de los himnos del género fue la versión tropipopera de la clásica salsa Ah Ah Oh No, original de Willie Colón y Héctor Lavoe, que realizó Wamba en 2007; la canción se mantuvo #1 a nivel nacional en 40 Principales por más de cinco semanas, superando lanzamientos de artistas nacionales de peso como Juanes y Fonseca o totazos globales como Umbrella de Rihanna, I Wanna Love You de Akon, Big Girls Don't Cry de Fergie, Tango del Pecado de Calle 13, o Sola, Héctor El Father (representante de un monstruo que comenzaba a despertarse y nadie veía venir: el reggaetón). A pesar de que la radio fue esencial para que el tropipop se metiera en la sangre de los jóvenes de la década, el voz a voz fue esencial para que el género destronara en los gustos de su nicho al pop anglo. Por ejemplo, El Parrandero, canción de Sin Ánimo De Lucro, nació sin pretensiones y se convirtió en uno de los himnos musicales del 2005. Camilo Rivera, acordeonero de la agrupación y actual integrante de Consulado Popular, recuerda que “grabamos un demo de El Parrandero que costó 300.000 pesos. La canción se empezó a regar. El demo llegó a los Dj que la ponían en discotecas de la época, la gente la cantaba con el alma y todo eso se logró de forma orgánica antes de sonar en radio. La primera vez que el tema se escuchó en una emisora fue a las 6 de la mañana de un diciembre de 2005 en La Mega. Luego nos llamó Universal Music Colombia, firmamos con ellos sin saber mucho de la industria y grabamos el primer disco con los productores José Gaviria y Carlos Huertas”. Además de Palodeagua, Sin Ánimo de Lucro o Bacilos, otros grandes bastiones del tropipop fueron agrupaciones como Bonka, Wamba o Majua que encarnaban una versión muy rola, urbana y colegial del concepto de la boy band anglo: grupos de jóvenes a la moda del momento (jeans desaliñados y desteñidos, riatas, piercings en la ceja, camisetas en v, una que otra Polo, chaquetas de cuero) con más pinta de roqueros, pero interpretando canciones semi-caribeñas que estaban escritas para conquistar a la niña linda de su círculo social y que hablaban del primer amor o la amistad fraternal de su “compadre”. El tropipop fue un retrato del caribe, pero desde la ciudad, desde Bogotá, desde sus colegios privados, y por eso emisoras como La Mega o 40 Principales organizaron concursos en estas instituciones buscando la nueva banda popular que pasara de bazares, lunadas y días culturales a tocar ante 60.000 personas en el Evento 40 o en el tradicional concierto Nuestra Tierra de RCN Radio. Tantos elementos en común generaron una masa en la que era difícil diferenciar una banda de la otra y en la que la exploración por la colombianidad –o más bien la nueva colombianidad– apoyada en el nacionalismo de la era Uribe era un elemento clave. Ahí, en ese definitivo y crucial elemento, estuvo una de las razones de su auge y a la vez oposición. Mientras muchos se sentían identificados con este renacer esperanzador, otros veían en este género, en este modo de apropiarse del país, una falsa construcción de nación excluyente e indolente. Hacia el final de la presidencia de Andrés Pastrana en 2002, los colombianos tenían la esperanza por el suelo; no se confiaba en el Gobierno y las guerrillas causaban temor entre el pueblo. Diego Bolaños, periodista de Radiónica y politólogo bogotano, opina que este género musical “nació coincidencialmente en una época socio cultural importante para el país. Durante ese tiempo la clase media-alta tenía la concepción de que el país gozaba de una mejor situación económica que le permitía mayor seguridad para celebrar y transportarse por el territorio nacional en sus carros, e irse de parranda a sus fincas”. Como parte de la propaganda de la nueva administración, el gobierno Uribe creó la campaña Colombia Es Pasión que se basaba en el orgullo nacional y que, a través de un género musical, pretendía mostrar la unión y la representación de todos los ciudadanos. Esta campaña, ampliamente conocida en el país y a la que se le invirtieron miles de millones de pesos, invitaba a “creer en lo nuestro” y eso ayudó a que muchos pudieran tener una confianza casi que ciega en la presidencia de turno. La campaña fue musicalizada con un tropipop sentimentalista en el que participaron artistas como Mauricio & Palodeagua, Maía, Sanalejo y Tinto, quienes a raíz de esa propaganda se fortalecieron en la escena artística nacional. El sociólogo Oscar Beltrán concluye en su trabajo de grado de la Universidad Nacional de Colombia Dimensiones y estéticas del tropipop que “este género tiene un sonido urbano bogotano, que captó elementos de la música costeña, se apropió de unos clichés y se lanzó a anunciar una Colombia nueva a través de un renovado mercado de identidades nacionales promovido en gran medida por el gobierno de Uribe Vélez”. UNA MUERTE ESCRITA CON W El empujón del contexto sociopolítico logró que para el año 2007 canciones como Otra oportunidad de Wamba, Lo mio es nuestro de Sin Ánimo de Lucro, No te pido flores de Fanny Lu, Me gusta (pequeña putita) de Sanalejo o Del 1 al 7 de Bonka se pelearan cada sábado el #1 de los listados radiales en Colombia. Era una época dorada para el tropipop con giras por todo el país, clubs de fans y, como lo predicaban sus canciones, “parranda y aguardiente”. Gonzalo Gutierrez, creador de la disquera SCP Music, es uno de los nombres más importantes para el género ya que se encargó de firmar a todas estas bandas de colegio, darles un sonido, mostrarles la industria de la música en Colombia, grabarles canciones y conseguirles contratos. Él pudo ver delante de sus ojos cómo el pop tropical de esas agrupaciones creció, despegó y se cayó, porque además del debate social llegó un adversario que nunca esperaron. Para Gutiérrez, una de las primeras razones por las que el tropipop se empezó a apagar fue la campaña No Más Tropipop de la emisora La W, dirigida por Julio Sánchez Cristo: “él empezó a hablar mal de los chicos y de la propuesta en su programa mañanero que es uno de los que más se escuchan en Colombia y que de alguna forma marca la agenda del país. De un momento a otro creó un espacio que se llamaba ‘No más tropipop’ donde invitaba a bandas musicales de otros géneros a enviar sus temas para sonarlos en su programa, que no es y nunca ha sido musical”. Salo, Alejandro González, Mauricio & Palodeagua y Katamarán coinciden en que esa campaña, respaldada por Sánchez Cristo, locutores y bandas de otros géneros, ayudó a que la gente empezara a mirar por encima del hombro a aquellos que hacían pop fusionado con tropical. Mauricio Rodriguez recuerda que en algún momento en medio de una gira promocional sintió el rechazo directo al género y sus representantes, “me di cuenta de que la gente sí le copió a esa campaña en contra de la música que hacíamos. De una forma u otra le estaban cerrando la puerta al género. Los directores de las emisoras me preguntaban ‘¿esa nueva canción suya es tropipop?’. Cuando les decía que sí me respondían ‘lo siento es que acá ya no ponemos esa música’. Lo sentí como una guerra y nunca entendimos el por qué”. Gonzalo Gutierrez cree que todo este movimiento surgió de la mente de Julio Sanchez luego de que un artista de tropipop se negó a seguir ofreciendo toques gratuitos para los eventos de La W: “alguna vez me reuní con alguien y me contó que todo se trataba de una pelea de Sánchez Cristo con un artista del género porque este no quiso tocarle gratis en un evento y él creó esa campaña para afectarlos a todos”. Sin embargo, dado el poder mediático que siempre ha tenido el periodista se cargó en él un juego de intereses comerciales que en realidad involucraba a mucha más gente de la industria. Según los artistas, la baja en la popularidad del tropipop en la radio empalmó con una de las prácticas más nocivas y corruptas en la radio: la payola (que viene de la frase “pay to play” / “pagar por sonar”). Los integrantes de Wamba contaron en el programa Puntos Cardinales de Dia TV de 2013 que Fernando Palma, director de 40 Principales en esa época, les pidió en una oportunidad cosas a cambio de sonar en radio: “cuando lanzamos en abril de 2012 la canción Don’t Give Up él nos dijo directamente que necesitaba unas vacaciones para navidad que costaban alrededor de 4 millones de pesos”. Cleiver Espitia fue promotor radial de la época dorada del tropipop para bandas como Bonka y Wamba; es decir, el eslabón entre las emisoras musicales y las nuevas canciones de los artistas. Desde su punto de vista el género se apagó en gran parte porque no había unión entre las bandas, no se adaptaron al cambio del mercado, no evolucionaron y se confiaron de que siempre estarían amparadas por la radio, esa que logró llevarlos a la cima y que también los hundió o les dio la espalda. La formula se agotó, el no sonar en radio con constancia llevó a que los contratos por shows bajaran y a que las bandas empezaran a sonar diferente para tratar de adaptarse al público. Una muestra clara de ello es que los álbumes Todo pasa por algo (2009) de Sin Ánimo de Lucro y Más que ayer (2015) de Bonka tuvieran un sonido más rockero y completamente alejado del tropical que los llevó al reconocimiento nacional. Otra señal de derrumbe y un golpe fuerte para esta era del tropipop se dio al interior de las bandas y sus familias porque muchos sintieron que era el fin de su vida artística. El sueño de la música se diluyó en otros caminos profesionales y académicos. Bandas como Sanalejo, Wamba, Tinto, Majua o Bonka se separaron y, en algunos casos, los vocalistas iniciaron carrera en solitario. De un momento a otro el tropipop dejó de ser ese género que marcó una época esperanzadora y a la vez difícil para el país, y se convirtió en el recuerdo de una generación. LA RESURRECCIÓN NOSTÁLGICA DEL TROPIPOP La nostalgia es un motor poderoso. Según explica el profesor de sicología de la Universidad Estatal de Dakota del Norte Clay Routledge, algunos estudios han demostrado que esta sensación produce en las personas sensaciones de autoestima y pertenencia social, crecimiento sicológico e incluso los incita a ser más caritativos. La nostalgia restablece bienestar y por eso es que muchas veces, teniendo un océano de canciones por oír o series o películas por ver, siempre volvemos al mismo título de siempre. Y, por supuesto, la publicidad ya descubrió su poder como herramienta de mercadeo. El tropipop fue la música que acompañó la adolescencia de una generación, la banda sonora de primeros amores y borracheras y por eso es que, más allá de sus implicaciones políticas o sus coyunturas, quedó incrustado en el subconsciente de muchos. El periodista Mark Joseph Stern explicó en un artículo para la revista Slate que nuestros cerebros nos atan a la música que oímos de adolescentes más fuerte que a la que oímos de adultos; “la nostalgia musical no es un fenómeno cultural, es una orden neuronal. (…) Entre los 12 y los 22 años nuestros cerebros atraviesan un rápido desarrollo neurológico, y la música que amamos en esa década se incrusta en nuestros lóbulos para bien. Cuando creamos conexiones neuronales con una canción, también creamos un fuerte rastro en la memoria que se carga con una emoción aumentada, gracias en parte a un exceso de hormonas de crecimiento de la pubertad. Estas hormonas le dicen a nuestro cerebro que todo es increíblemente importante, especialmente las canciones que forman la banda sonora de nuestros sueños (y vergüenzas) adolescentes.” Así que ya saben por qué en el 90% de las fiestas caseras terminan sonando canciones del corte de Mis ojos lloran por ti de Big Boy, Todavía de La Factoría, El gato volador de El Chombo, o Gimme The Power de Molotov. La nostalgia es en este momento el mejor amigo del tropipop y lo que le ha ayudado a flotar en el mar del olvido en tiempos donde todo pasa de moda muy rápido. En el 2013, en pleno reino del reggaetón y en el marco de la campaña “El tropipop vuelve a nacer”, La Mega sentó a Carlos Vives, Alejandro González de Bonka y el director de la emisora, Alejandro Villalobos, a dialogar sobre el declive del género y los cambios en la industria. Vives, considerado por muchos el patrón de la música nacional, se comprometió a hacer un álbum de estudio en el que participarían todos los artistas que fueron parte del movimiento y lanzarlo con bombos y platillos en su restaurante-bar Gaira. Ese proyecto nunca se realizó, la campaña radial no dio frutos y los artistas del género seguían sin sonar en emisoras, ni ofrecer conciertos. Pero al parecer un proyecto le dará un nuevo respiro al Tropipop en este 2019. Como una mosca estrellándose contra una ventana, el tropipop sigue rondando su camino de regreso a la primera plana. A finales de 2018 Alejandro González estrenó una nueva versión de la canción Te Pediré, originalmente incluida en el álbum de Bonka Lo que nunca nos contamos de 2016. La canción, que tuvo un beat reggaetonero bien encaletado de fondo, tuvo una floja recepción a pesar de ser interpretada por grandes del género como Salo (Wamba), Samper (Sin ánimo de lucro), Sebastián Yepes (Sanalejo) y Mauricio & Palodeagua. Sin embargo, de ahí nació la idea de hacer un concierto en el marco de otra campaña radial liderada por Rafael Cifuentes, director de Los 40 Principales: “Tropipop Is Back”. El evento se realizó en el Teatro Cafam de Bellas Artes, pero allí sólo se cantaron canciones clásicas, nada de sus nuevas creaciones que pudieran recapturar audiencia, recordando el poder de su mayor aliado: la nostalgia. Jose Baquero, ex baterista de Wamba y periodista musical, asegura que ese concierto de Los 40 fue el inicio de lo que será la reactivación del género: “para este año va a haber muchas nuevas canciones. Hemos estado componiendo, explorando entre varios del género, integrando a Jerau, Lucas Arnau y Gusi, y crearemos una especie de colectivo musical en el que hay colaboraciones, pero que contará con las ideas y experiencia de todos”. Este colectivo tropipopero, apoyado por Carlos Vives, Claudia Elena Vásquez y GML Estudios (paradójicamente se rumora que el mismo Julio Sánchez será uno de los grandes activistas del renacimiento del género), espera seguir brindándole al país un género netamente colombiano, resaltando la fusión de diferentes personalidades y mostrando la evolución artística de esos cantantes que eran adolescentes cuando el género estalló. Inevitablemente el tropipop ya hace parte de la historia musical de Colombia, así como la nueva cumbia, el dancehall, el folclor pacífico, el rock o la electrónica. Así muchos lo recuerden como la banda sonora del uribismo hay que reconocer su importancia para que bandas vigentes como Piso 21, Morat, Pasabordo y hasta Sebastián Yatra suenen hoy con fuerza en radio o plataformas digitales y sean los ídolos de la nueva generación. A su manera abrieron camino para que los públicos jóvenes conocieran y valoraran la música hecha en Colombia. Hoy el consumo musical en el país es diferente: el reggaetón, el vallenato y la ranchera son los reyes del sonido comercial, las propuestas independientes están capturando públicos potencialmente fieles y la radio ya no manda la parada porque cada uno elige lo que quiere escuchar gracias a la accesibilidad del adictivo smartphone. Eso no implica que la música, comercial o independiente, fiestera o introspectiva, sea ajena al contexto sociopolítico y a un tenso momento histórico en Colombia. Sería bueno que surgiera una nueva camada de artistas que además de cantarle a las niñas bonitas y festejen la llegada del fin de semana para tomar aguardiente, entiendan su arte como una fuerza social que tiene profundas implicaciones sociales. Todas esas agrupaciones que encasillamos en el tropipop inconscientemente jugaron un papel histórico en una construcción de nación. Hoy no gozan del mismo reconocimiento, pero la madurez los ha llevado a entender el papel que su música tuvo para el país. Ahora tienen las botas puestas para mostrarle al público que la historia de ellos, y del tropipop, se niega a terminar. ... Si quieren darle suelta a la nostalgia, armamos esta playlist con las canciones imprescindibles del tropipop. #LaMúsicaNosUne
En la primera década del nuevo milenio hubo un ritmo que atrapó a miles de personas en Colombia y del que salieron varios palos que muchos consideran himnos y que otros aún lo ven como guilty pleasures. Todas esas canciones estaban matriculadas en el género ‘tropipop’ y sonaban como disco rayado en los proms de colegios y rumbas de universidades. Recomendado: A la defensa del tropipop, por Jose Baquero Este género tenía algo en particular y es que empezó a rescatar sonidos propios de Colombia como la cumbia y el vallenato fusionándola con pop latino. De allí salieron muchos artistas y bandas, algunos con nombres muy similares que en ocasiones lograron confundir a más de uno. Pero, a fin de cuentas, no importaba tanto el nombre de la banda sino los temas que lograron pegar en la radio y que se hicieron populares gracias al voz a voz de las personas. ¿Nos va a negar que no se sabe La Mona de Bonka? Para esta temporada es muy común ver en las rumbas la nostalgia tropipop y, por lo menos, en la noche se escuchan unos dos o tres canciones de este listado. ¡Vamos a subirle el volumen a estos palazos que nos hacen viajar en el tiempo! Algunos de estos temas no están subidos en plataformas digitales, por lo que es ideal escucharlos en la tradicional plataforma de videos de Youtube Vea también: Reseñamos 20 discos colombianos que resumen lo que va del 2018 El Problemón – Bonka Me Gustas (Pequeña Putita) – Sanalejo El Parrandero – Sin Ánimo De Lucro Compadre – Wamba Esa muchachita – Mauricio & Palo de Agua Calendario – Pasabordo Usted me encanta – Majua Niña – Mauricio y palo de agua Barman – Sanalejo Y Si Te Digo – Fanny Lu La Mona – Bonka Ven Que Te Deseo A Morir – Kema Otra oportunidad – Wamba Conquista – Jerau Te doy mi vida – Lucas Arnau Traga Maluca – Bonka Solo Por Tenerte – Sin ánimo de lucro Llueve tu amor – Katamaran Qusiera – Pasabordo Estás conmigo - Jerau ¿Cuáles de la lista escogen para la fiesta de este fin de semana? Los nuevos retos de Bacilos en la era digital | Shock
El cantante de música popular Sebastián Muñoz fue asesinado junto a otras tres personas en un evento en Corinto. Los hechos se dieron en medio de una masacre en el Cauca el pasado viernes 26 de abril.El ataque sicarial dejó a cuatro personas asesinadas en el barrio 20 de agosto, entre ellos estaba el músico con JJ Villegas, su presentador de tarima. Según los reportes de la policía, hombres armados ingresaron a la vivienda en donde se realizaba el evento privado y dispararon indiscriminadamente.JJ Villegas, colega y amigo de Muñoz, viajó junto al artista de Cali para presentarse en el pequeño concierto. Su equipo de prensa lamentó su muerte con un comunicado en el que expresan: "Con profundo dolor, el manager y su equipo de trabajo anuncian oficialmente que el artista Sebastián Muñoz y su presentador en tarima, DJ JJ Villegas, mueren la noche del 26 de abril en hechos confusos en el municipio de Corinto".A pesar de que no se han hecho públicos los nombres de las otras dos personas asesinadas, se conoce que una mujer fue herida en medio del cruce de fuego y fue, posteriormente, remitida a un centro médico cercano.¿Quién era Sebastián Muñoz?Sebastián Muñoz, más conocido como "el rey de las farras", nació en Cali y era una de las figuras más reconocidas de la música popular en Colombia. Entre sus canciones más escuchadas se encuentran 'Por la buena o por la mala', 'Soy del Cauca' y 'Se olvidarán de mí'. Sin embargo, su canción más popular la había estrenado hace tres meses con el título de su apodo y parecía predecir su muerte: "el día en que yo me muera, cuanto yo quisiera, que mi despedida sea como fui en vida (..) Cuando sté en el campo santo no quiero oír llanto, y en vez de oraciones, toquen mis canciones, destapen Buchanan’s, que suenen guitarras y armen parrandón”
'The Official Latino Film Festival', uno de los eventos más destacados en el calendario cultural de Estados Unidos, está listo para regresar del 10 al 12 de octubre en el Palm Springs Art Museum en Palm Springs, California. La convocatoria para presentar trabajos en formatos de cortometrajes y largometrajes de drama, terror, ciencia ficción, documental, comedia, experimental, animación y videos musicales, ya está abierta y todos los países pueden participar en www.nvisionfestival.comLa programación de este año tendrá una experiencia amplia con proyecciones de películas, actuaciones musicales, expresiones de arte, muestras de tecnología y conferencias sobre el futuro de la industria del entretenimiento.Los premios para las mejores películas de larga duración ascenderán a U$10,000, mientras que los mejores cortometrajes recibirán U$5000. Los interesados en participar pueden encontrar más información y detalles sobre cómo enviar sus trabajos en el sitio web oficial del festival.Sobre 'The Official Latino Film Festival'Fundado en 2015 por el aclamado cineasta y fotógrafo latino Danny Hastings, nuestro festival ha sido la plataforma pionera dedicada a destacar la rica diversidad y creatividad de los cineastas y artistas latinos y latinas en los Estados Unidos. Entrando en su 10ª edición anual, el Festival Oficial de Cine y Arte Latino tiene como objetivo abordar la falta de representación en Hollywood mostrando, nutriendo y apoyando el talento latino y latino en los Estados Unidos. Recuerden que la convocatoria para presentar proyectos estará abierta hasta el próximo 19 de mayo.
Juan Pablo Vega, uno de los artistas colombianos más influyentes en Colombia, celebra una década de su álbum 'Nada Personal' que sigue siendo uno de los proyectos discográficos que han marcado un referente en la época reciente.Este disco de aniversario incluirá las canciones originales del Nada Personal de hace 10 años y se suman 4 últimas sesiones con colaboraciones especiales: 'Hace Una Hora' junto a Santiago Cruz, 'Ahora que Vas a Dejarme' con Duplat, 'Cuando Te Tengo Cerca' en compañía de Vicente García y, finalmente, la sesión en vivo a quien tendrá como invitada a la vocalista de Monsieur Periné, Catalina García interpretando la reversión del sencillo homónimo 'Nada Personal'.En esta oportunidad, Juan Pablo Vega presentará ediciones especiales en vinilo, en donde estarán presentes las 12 canciones originales de su álbum por primera vez en este formato.Así mismo, el artista ha elegido a Bogotá para celebrar su show de aniversario el próximo 13 y 14 de junio en el Teatro Colsubsidio.La trayectoria de Juan Pablo VegaJuan Pablo Vega nació en Bogotá en 1985. Desde temprana edad mostró un gran interés por la música, y su talento lo llevó a trabajar como guitarrista, arreglista y compositor para artistas reconocidos como Ricky Martin, Alejandro Sanz, Laura Pausini y Chayanne.En 2013, Vega lanzó su álbum debut como solista, titulado 'Nada Personal', el cual lo consolidó como una de las nuevas promesas del pop latino. El álbum fue aclamado por la crítica y el público, y le valió una nominación a Mejor Nuevo Artista en los Premios Grammy Latinos en 2014.Un año después, en 2015, Vega ganó un Grammy Latino como productor del álbum debut de Manuel Medrano, 'Manuel Medrano'. Este reconocimiento lo posicionó como uno de los productores musicales más cotizados de la industria latina.A lo largo de su carrera, Vega ha lanzado varios álbumes y EPs como solista, incluyendo 'Vicio' (2016), 'Las Olas' (2017), 'Conexión' (2019) y su álbum homónimo 'Juan Pablo Vega' (2021). Su música se caracteriza por su fusión de pop, jazz, funk y otros sonidos.Y así se ha convertido en uno de los artistas más importantes del panorama musical colombiano e internacional.
La nueva serie de Netflix tiene hablando a todo el mundo. Se trata de ‘Bebé reno’, escrita, producida y dirigida por Richard Gadd, una comedia que pronto deja de serlo para contar una historia que muchos han catalogado como perturbadora.La historia sigue a un comediante que no está en su momento, ni profesional, ni personalmente, y se encuentra con una mujer a la que ayudó años atrás, sin embargo, rápidamente se da cuenta que ella ha desarrollado un vínculo enfermizo con él y comienza a acosarlo.Con Richard Gadd como Donny, Jessica Gunning como Martha, Nava Mau como Teri, Danny Kirrane como Gino y se les unen al elenco los actores europeos, Hugh Coles y Chloe Driver.Además de que la crítica la ha elogiado y la ha catalogado como una de las mejores series de la historia de la plataforma, los usuarios de redes sociales se han sorprendido luego de que se revelara que más que una ficción se trata de una historia autobiográfica.La historia real de acoso detrás de ‘Bebé reno’En el año 2015, la vida de la comediante Gadd se cruzó con la de una una mujer, a quien en la serie se le da el nombre de Martha.Todo comenzó con una taza de té ofrecida en un pub de Londres. A partir de ese encuentro, Martha se convirtió en una sombra constante en la vida de Gadd, acosándola durante tres años: lo acechaba en su trabajo, asistía a cada uno de sus shows de comedia y la perseguía en cada paso.La obsesión de Martha se intensificó con el tiempo. Consiguió el correo electrónico de Gadd y le envió más de 41.000 mensajes. Cuando finalmente obtuvo su número de teléfono, le envió más de 350 horas de mensajes de voz.Además del acoso virtual, Martha llevó su obsesión al mundo real. Le enviaba regalos no deseados, apodándolo como "bebé reno" en referencia a un peluche de su infancia y presentó denuncias falsas contra la familia de Gadd ante la policía.Cuando Gadd buscó ayuda de las autoridades inicialmente no encontró el apoyo que esperaba. La policía parecía no tomar en serio sus denuncias, minimizando la gravedad de la situación y dejándolo aún más vulnerable ante el acoso de ella.La situación se intensifica cuando aparece para abusar de él mientras está dando un show y ataca a Teri, su novia del momento. Finalmente, una noche abusa de él mientras se devuelve a su casa.En una entrevista con The Guardian, Gadd afirma que cometió varios errores como invitarla a un café y permitir cierta cercanía porque le intrigaba la admiración que ella tenía hacia él.Tanto la serie como la historia real termina con un hombre que fue víctima de agresión sexual y violación, situaciones le generan secuelas en todos los ámbitos de su vida, y una mujer que, aunque en la historia termina presa, en la vida real no se conoce su desenlace.
Luego de su más reciente lanzamiento musical ' Noches de Verano' junto a la cantante y rapera puertorriqueña, Villano Antillano, el cantante y compositor colombiano, Esteman anuncia oficialmente su gira 'SECRETOS TOUR 2024'Países como Perú, Guatemala, Costa Rica, Colombia entre otros, serán los lugares que el cantante visitará, llevando sus más recientes lanzamientos. El continente americano no será el único por el que pasará, Europa, especialmente España, tendrá la oportunidad de hacer parte de esta gira.Otras fechas en países como Chile, Argentina, Venezuela y México estarán próximas a ser anunciadas dentro del Tour.Cabe destacar que esta gira se realizará en torno al lanzamiento de su próximo álbum que llevará por nombre 'SECRETOS', el cual se estrenará el 9 de mayo. Será un disco conformado por doce canciones que, en palabras del artista, se convirtieron en profundas declaraciones de aquellos secretos que toman vida la música.“No sólo son mis secretos, son también los secretos de los demás. De todo eso que nos causa culpa, que nos da miedo confesar, eso que moralmente está mal visto", afirma Esteman.'SECRETOS TOUR' es hasta la fecha, la gira más extensa y ambiciosa que el artista habrá realizado a lo largo de su carrera artística. En las fechas de los festivales, compartirá escenario con artistas como: Sam Smith, Calvin Harris, Christian Aguilera, Marshmello y Maneskin en el caso del Festival Tecate Emblema de la Ciudad De México Países incluidos y fechas de la gira de Esteman 2024ABR 13 Lima, PE - Gran Teatro NacionalMAY 17 CDMX, MX - Tecate EmblemaMAY 23 Esteman en MinecraftJUN 8 Monterrey, MX - Cute Pride FestivalJUN 29 Bogotá, COL - Bogotá Pride FestJUL 27 Veracruz, MX - Summer FestAGO 9 Tampico, MX - HottsonSEP 7 Puebla, MX - Auditorio ExplanadaSEP 19 San José, CR - Mercado La CaliforniaSEP 21 San Salvador, SLV - Teatro PresidenteSEP 28 Saltillo, MX - Cactus FestivalOCT · Cd. Juarez, MXOCT 10 Toluca, MX - Teatro MorelosOCT 12 Cuernavaca, MX - Teatro OcampoOCT 25 Mexicali, MXOCT 26 Tijuana, MX - Antiguo Cine BujazanNOV 2 Madrid, ESP - Sala VillanosNOV 3 Barcelona, ESP - Sala NauNOV · Hermosillo, MXNOV 23 Cd. de Guatemala, GTM - Concha Acústica, Parque De La ExposiciónNOV 29 Pachuca, MX - Teatro CedrusNOV 30 San Luis Potosí, MX - Cineteca Alameda