El Mordovia Arena de Saransk se pintó de amarillo, la masa colombiana superaba a los japoneses que también llegaron a cumplirle la cita a su equipo. Pero el sueño de salir triunfantes del primer partido se fue abajo en el minuto 3 cuando nos quedamos con 10 jugadores después de una mano de Sánchez que acabo con su expulsión y un penal. Al final el resultado quedó 2-1 a favor de los nipones. A pesar de la decepción no nos cabe duda que los colombianos en Rusia celebrarán como si hubieran ganado la Copa de la FIFA, lo único que les pedimos es que cambiemos el perdedor canto del “sí se puede”. Estas son las caras de los colombianos durante el partido:
Desde que José Néstor Pékerman Krimen llegó ese 5 de enero del 2012 a la Selección Colombia, nada volvió a ser igual. Se convirtió en el Profe Pékerman, el titán que logró que nuestra querida selección llegará a cuartos de final en la pasada de la Copa de la FIFA Brasil 2014 (lo más lejos que hemos llegado en una copa del mundo). Con 68 años, el profe es toda una leyenda viviente de esta patria y aunque fue técnico de la Selección Argentina y la llevó a la Copa de la FIFA del 2006, estamos seguros de que su tarea con la tricolor ha sido una de las más heroicas. Pero su historia es larga, a los 16 años arrancó su carrera como futbolista, jugó 133 partidos en la primera división argentina y luego pasó al Independiente de Medellín donde una lesión de rodilla lo hizo retirarse de las canchas y manejar un taxi por cuatro años en su país natal. Afortunadamente se decidió a estudiar para ser Director Técnico y luego de ganar experiencia en las inferiores llegó a dirigir la selección nacional juvenil de fútbol de Argentina consiguiendo tres campeonatos mundiales de la categoría Sub-20 (1995, 1997 y 2001), dos campeonatos sudamericanos Sub 20 (Chile 1997 y Argentina 1999) y el Torneo Esperanzas de Toulon Sub-21 en 1998. En el 2005 clasificó a la Selección Argentina a la Copa FIFA Alemania 2006, y después de llegar a cuartos de final, el profe renunció. En el 2012 llegó a Colombia y hoy, con la Copa de la FIFA Rusia 2018 apenas arrancando, todos los ojos y las esperanzas están puestas en él. Recordemos sus años mozos y mantengamos viva la historia de un hombre que tiene un cupo fijo en el libro de la historia futbolística de Colombia.
Gústele a quien le guste, Dago García sabe de cine. Y, luego de ser el creador de clásicos como Posición Viciada, La pena máxima y Cartas al gordo, sí que conoce sobre el cruce entre cine y fútbol. Por: Dago García. *Este artículo fue publicado en la Revista impresa de 2014 El fútbol se ha resistido a ser filmado. No he visto la primera película en donde un partido quede bien registrado. La verosimilitud siempre se escapa y todo se convierte en postizo y ridículo. Algo pasa con esa burda estética del fútbol que no se deja capturar. Lo han logrado otros deportes. La cantidad de películas donde la tensión depende del desarrollo de un juego de beisbol, basquetbol, tenis o de una carrera de carros, es generosa. Hasta el boxeo, con una estética aún más burda que la del fútbol, ha logrado excelentes resultados. Pero el fútbol no. ¿Por qué esa resistencia? ¿Y por qué se sigue intentando hacer películas sobre este escurridizo tema? Debe ser porque desde sus mismos orígenes, el cine ha sentido un especial gusto por el juego autorreferencial de convertir en espectáculo lo que ya es espectáculo, por morderse la cola poniendo en pantalla lo que el público disfruta en otros escenarios: la danza, el teatro, la magia, el deporte y hasta el cine mismo. Pero el fútbol sigue sin tener su película fundamental. Tal vez sea porque es el deporte que más se expone en los medios y el que más eruditos tiene en el mundo. Tal vez sea por su mezcla de fuerza, habilidad, sudor y sentimiento. Tal vez por ser un deporte de equipo. O puede ser por el carácter rebelde y contestatario que subyace en el fondo del fútbol. Es evidente que en el deporte existe una división social del cuerpo. Las disciplinas que se juegan la cabeza (el ajedrez) constituyen la élite, pero a medida que se desciende en la escala, se va perdiendo valor. El fútbol es el único deporte en donde el “útil” se maneja con los pies y donde la cabeza se usa para golpearlo. El fútbol en su mejor expresión es “arte hecho con las patas”. De ahí su enorme raigambre popular. ¿Cómo reflejar y fijar en pantalla algo que representa lo sublime y lo popular? ¿Cómo poner en escena ese rito tejido de estrategia, genio, libertad y pasión en donde el “texto sagrado” se escribe con los pies? Imposible. Pero ¿cuál es el camino? ¿La renuncia? En mi caso, el fútbol no puede estar alejado ni de mi vida ni de mi quehacer como productor y escritor de cine y televisión, sencillamente, porque soy un fanático. No concibo la vida sin fútbol. Luego de un par de intentos fallidos por lograr lo imposible, opté por respetar la cancha de juego y lo que allí sucede y hablar del fútbol desde “fuera de campo”. En Posición Viciada, el escenario es el camerino y el protagonista, el jugador viejo al que le llegó la hora del retiro. En Las Cartas del Gordo, el escenario es la familia y el protagonista, el jugador que por una grave lesión debe abandonar la actividad deportiva. Pero donde más cómodo y satisfecho me he sentido ha sido cuando he abordado el tema desde la mirada y la vivencia del hincha. Es mejor ser rico que pobre, La pena máxima, Mi gente linda, mi gente bella, El control y Uno al año no hace daño intentan ser retratos de ese personaje irracional e impredecible que es el fanático. Ese que mira y sufre, ese que impotente asiste al derrumbe de sus ilusiones puestas sin condición en el equipo amado cuando pierde o que toca el cielo cuando los colores de su corazón se alzan con el triunfo. Ese personaje es recurrente en las películas que escribo y que produzco y tal vez lo sea porque, para bien o para mal, ese personaje soy yo.
No exagera quien dice que la vida se cuenta por Mundiales de fútbol. El fútbol es la religión más popular de nuestro tiempo y el Mundial, su máximo ritual. Sin embargo, dura sólo un mes y, por lo fugaz, conviene atesorarlo con el alma, como hacen las abuelitas con las porcelanas que acomodan meticulosamente en la mesa de centro de la sala. Teniéndolo en cuenta, si usted no tuvo la oportunidad de viajar a Rusia a gastarse la educación de los hijos que no tiene (más de 65.000 entradas al Mundial fueron vendidas a colombianos), tenga en cuenta estos consejos amistosos para disfrutar Rusia 2018 por todo lo alto, pero sin morir en el intento. Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste Las pollas La principal condición para ganar una polla futbolera es no saber de fútbol. Tiene más chance de ganarla una tía despistada que usted y yo. El 5-0 del partido inaugural así lo demuestra. Era un pajazo mental (ruso) que ni el hincha más optimista esperaba. Sin embargo, para tratar de reponer la platica que se le fue llenando el Panini y poniendo para la vaca de todo el trago que se bajará este mes, lo mejor es guiarse por el sentido común. Es decir, de poco sirve hacerse el hipster y creer que Eriksen llevará a Dinamarca a semifinales; o fantasear con Falcao levantando la copa del mundo. Vaya a la fija. El Mundial siempre lo ganan los mismos. Brasil, Alemania o España. O hasta Argentina y por mucho Francia. No sale de ahí. Y si tiene que ingresar marcadores, sea conservador. Los resultados más comunes en los Mundiales son 1-0, 1-1 y 2-0. Después, claro, España-Portugal terminó 3-3 y no estaba en los planes de nadie, pero igualmente nadie lo acertará salvo, tal vez, nuestra tía despistada. Eso sí, más importante que todo lo anterior es evitar juegos de palabras tipo “sáquese la polla y hágase rico”. Es anacrónico y de mal gusto. El dress code Para vestirse a tono con el Mundial, sea usted mismo, pero si se va a embutir la camiseta de la Selección encima de la camisa y la corbata, piénselo dos veces. Este hábito oficinista no tiene presentación. Tanto como llegar a ver un partido de fútbol con chaqueta, camiseta, gorrito de arlequín y artilugios para hacer ruido. ¿Qué sigue? ¿Ver partidos con canilleras puestas? Como dicen los millennials más pequeños “¡paaar favaaar!”. Dicen que los que saben que menos es más, y eso aplica para el dress code mundialista. Entonces haga caso de ese adagio. En cuanto a las mujeres no está de más evitar los bodys apretados referencia Rusia 2018 y demás prendas sensuales de cuestionable estética. También, bajo toda circunstancia, es mandatorio no vivir con la camiseta de la Selección puesta durante todo el mes. La mañana siguiente a un partido de Colombia, enguayabado, caminando por la calle y con la camiseta toda untada de comida, trago y sangre, usted distinguirá a decenas de personas en las mismas, que seguramente no se bañaron y siguen con la ropa del día anterior. Qué partidos ver Aunque un Argentina-Croacia o un España-Portugal llaman más, no le haga el feo a un Panamá-Túnez o a un Irán-Marruecos. Dice la frase cursi que la belleza está en los ojos de quien la mira. Y si usted es futbolero de verdad, entenderá que todo el Mundial es fascinante. Fíjense en el partido inaugural: tenía cara de bodrio y metieron cinco goles. Sin embargo, así por encima, un Francia-Perú luce imponente. Francia es sólo talento y Perú vuelve a un Mundial luego de 36 años. Aparte, imagínese el duelo Paolo Guerrero vs Hugo Lloris. Para chuparse los dedos. De igual forma, los juegos de primera ronda con candidatos como Brasil y Alemania son imperdibles. También los juegos reñidos, como Serbia-Suiza, poco mediático, pero de pronóstico reservado; o un Polonia-Colombia, que está para cualquiera. Parejo por lo alto y quizá el mejor partido de primera ronda será Bélgica-Inglaterra, por el Grupo G, con dos equipazos que prometen un final impredecible. Dónde ver los partidos El menor de los males es optar por planes caseros, sobre todo en los juegos de Colombia. Los sitios públicos, llámese pub, bailadero o balneario, estarán atestados de hinchas borrachos, probablemente con aguardiente; y el aguardiente, como se sabe, pone violenta a la gente, así que aumentará el riesgo de grescas y balaceras. Estos personajes estarán bajando trago desde el desayuno y en el minuto 5 del primer tiempo ya estarán gritando improperios como “péguele, negro hijueputa”. En general, ver un partido en un sitio público le evitará fijarse en los detalles. Siempre pasará alguien en frente suyo justo cuando Maradona le haga el gol con la mano a los ingleses. La algarabía y las turbas iracundas eructando comida encima suyo evitarán recordar cualquier detalle. Y qué es un partido de fútbol, sino detalles. Por eso el mejor consejo es verlo en una casa o apartamento, con su familia o sus amigos. No faltará los borrachos o energúmenos que fastidien la situación, pero al menos serán conocidos suyos. Negocie La vida misma es una negociación. Si su pareja o su jefe no lo entienden, ármese de paciencia y hágales entender la grandilocuencia de un Mundial. El gol de Freddy Rincón contra los alemanes en 1990. El penal del Loco Abreu contra Ghana en 2010. El 7-1 de Alemania a Brasil en 2014. Son emociones irrepetibles que sólo da un Mundial. Y así usted lo viva tapándose las arterias de comida desde el sofá de su casa a miles de kilómetros, la experiencia es invaluable. Por eso tómese la licencia de esquivar compromisos: matrimonios, baby showers, lluvias de sobres, asambleas de copropietarios. Como le decía el tipo a su novia en un video que se hizo viral, “el Mundial es la Casa de papel de las series”. Es un mes cada cuatro años. Es prioritario. Por eso, salvo casos excepcionales, la tabla de Excel pendiente del trabajo podrá esperar para la noche, cuando no hay partidos. Relaje su superioridad moral Todos conocemos a alguien que en épocas de Mundial sale a decir que Canadá no va al Mundial, pero, a diferencia de Colombia, tiene una espectacular calidad de vida y tasas de analfabetismo nulas. Y es cierto. Capaz en Luxemburgo la gente no mete talegos dentro de otros talegos, ni da indicaciones estirando la jeta, pero al final el Mundial es un bálsamo dentro de tanta porquería que nos toca vivir como colombianos. Por esa línea, ese cuentico de que los políticos aprovechan los partidos de la Selección para robar en el Congreso está súper pegado con babas. Haya fútbol o no haya fútbol, van a robar igual. Entonces, si es su caso, respete la pasión del otro porque ya al otro le tocará aguantárselo a usted cuando vuelva Game of Thrones, el Tour de Francia o el Tsunami Vallenato. Acuérdese de su equipo Sí, muy bonita la Selección y todo. James juega como pocos en el mundo, Falcao merece un billete con su cara y Dávinson Sánchez se le estaciona a un camión, pero los futboleros de la primera hora saben que el verdadero amor se siente hacia el equipo local, ése que da más tristezas que alegrías y que nos hace sufrir cada tercer día. Llámese Santa Fe, Nacional, América o Millonarios, el verdadero amor está ahí. En el estadio, lloviendo, a las 10 de la noche, a mitad de semana y empatando 0-0 contra La Equidad. La Selección es apenas un paliativo efímero de emoción, pero el sentimiento futbolero está, o debería estar, sobre todas las cosas, con el equipo, con su equipo, así la mitad de la nómina no esté en capacidad de parar un balón. Contextualícese El Mundial es el escenario perfecto para el oportunista futbolero que se hace el experto: una costumbre muy colombiana y apropiada por periodistas deportivos, por lo general gordos, arrogantes, que sólo hacen chistes internos entre ellos, y que no saben juntar un sujeto con un predicado. De ahí, ese sketch hermoso de Capusotto llamado “Cuatro gordos hablando de fútbol”. (https://www.youtube.com/watch?v=3x4cdgsaF4w). Pero, hurgando un poco, el fútbol también está lleno de líderes de opinión de verdad que revelan verdades con cada cosa que expresan y que le entregarán grandes contextos. En ese sentido, los tuits de Diego Latorre, los análisis de Juan Pablo Varsky, los reportajes del diario inglés The Independent, las infografías de Bleacher Report o las columnas de opinión de Martín Caparrós en The New York Times siempre serán una fuente inagotable de sabiduría futbolera. Una oportunidad de aprender El fútbol, como deporte, como práctica, como juego estratégico, es fascinante. Pero quien sólo sabe de fútbol, ni de fútbol sabe. Más que en un deporte, el fútbol es una metáfora de vida incomparable y el camino perfecto para entender el mundo. El 0-5 de Arabia Saudita contra Rusia, por ejemplo, escondió un sufrimiento adicional para la Selección más floja en todos los Mundiales, porque ese día (el 14 de junio) se celebraba el fin del Ramadán, la fiesta religiosa más representativa de Islam, y qué bien les hubiera sentado a los árabes un buen resultado que acompañara el festejo de su devoción religiosa. No muy lejos de Arabia está Irán, que le ganó en el descuento a Marruecos durante su estreno en Rusia mientras, en las tribunas, se buscó visibilizar la desigualdad de género que sufre este país, el cual prohíbe a las mujeres prácticamente todo, incluido ir a ver fútbol a los estadios. Pocos contextos como el Mundial nos enseñan caras del mundo que no conocemos y que están muy por encima del desmarque de ruptura y el esquema táctico piramidal de 4-3-2-1. Ir haciendo el duelo El Mundial se compone de 64 partidos durante un mes. Un bazuco genial, pero cortísimo. Durante este mes usted se olvidará un poco de tanta atrocidad que lo rodea, pero tenga claro que después de Rusia 2018 continuará la Copa Colombia, que Carmelo Valencia hará su mítico y espectacular debut con Santa Fe, que Millonarios contratará fichajes malísimos del fútbol boliviano, y que usted deberá seguir pagando salud, pensión y ARL por cada trabajo que le salga. Bien decía Borges que “el amor es eterno mientras dura”. Así que emociónese y diviértase lo que más pueda con el Mundial, pero sin olvidar que, tristemente, tiene pronta caducidad. También evite que lo atraquen, quedarse sin trabajo, pareja, en la ruina, o de pelea con ese amigo suyo barrabrava de Neymar.
Si el debate electoral nos tiene al borde del colapso, cierre de redes sociales, enemistades, dudas existenciales, algo tendrá que llegar a calmar los ánimos. Por afortunada o desafortunada coincidencia, los años de elecciones presidenciales en Colombia coinciden con los mundiales de fútbol. ¿Será el equipo de Pékerman el encargado de unir a esta patria boba? Reflexión del actor y comediante Alejandro Riaño. Por: Alejandro Riaño - @AlejandroRia Cánticos como “la pasión del fútbol es el gol” o, mi favorito, “Colombia tierra querida himno de fe y armonía” formaban parte de la pasión del fútbol. Esa pasión también estaba en saber que cuando faltaban quince minutos, eran de "Viniltex de Pintuco"; o que un saque de banda no era uno normal, sino uno Simoniz; o que una falta era una “¡faaaalta, falta Yogurt Alpina!”. Soy de 1986. Nunca tuve un papá que me llevara al estadio, que me pusiera la camiseta de Millonarios o Santa Fe y me diera pico en la boca por haberle pegado bien al balón. Gracias a Dios no lo tuve porque tanto para él como para mí eso era lo más horrible. Crecí con una selección que iba a Mundiales, con un 5-0 de Colombia frente Argentina, en Argentina. Entré a un colegio en donde la pasión por el fútbol era anormal: el timbre sonaba y todo el mundo corría a coger cancha. Un partido Gimnasio Campestre vs. Gimnasio Moderno era un clásico equivalente a un Liverpool vs. Manchester, o a un Real Madrid vs. Barcelona. La selección del colegio salía y gritábamos como locas enjauladas, botábamos papeles, los extintores de colores hacían gigante nuestra bandera colegial, la banda de guerra tocaba y los demás cantábamos como si fuéramos argentinos en un Boca-River. Cómo me río cuando veo a un hincha saltando y gritando “mishos, mishos” y no “Millos”, como un colombiano. Cómo me rió también al oír a un colombiano decir “ganamos”, después de ver un partido del Real Madrid o del Barcelona. Me encanta el buen fútbol, pero no soy de los que dice este tipo de cosas después de estos encuentros. El hincha debe seguir al equipo de fútbol de la ciudad en la que nació, lo más lógico entonces sería apoyar a la mía, pero no me gusta ninguno. Me gusta el América de Cali, y digo “me gusta” porque no soy caleño, razón por la cual no soy hincha. Lo más cercano a Cali que tengo es mi esposa, o el haber probado el “champús”. Cómo voy a ser hincha cuando no estoy ni cerca de poder descrestar a una caleña bailando salsa. Me gusta el Barcelona, pero no ando haciendo cánticos de sus barras, o molestando a los otros colombianos que dicen ser hinchas del Real diciéndoles: “¡les ganamos pa' que chupen, qué golazo el que les metimos con Messi!”. Los colombianos que dicen ser hinchas del Real o del Barça ni siquiera han visto a su tal equipo en el Bernabéu o en el Camp Nou, pero sí los oye uno gritándose en los bares colombianos cosas como: “¡nosotros tenemos a Ronaldo y ustedes no!”. Pelean y todo así: RM - ¿qué va hacer, o qué? Bç - ¡Vamos tío, tocadme! RM- Hala Madrid, hala Madrid Bç- ¡Qué me has tocado los huevos! No importa si sabemos bailar o no. Si soy de Bogotá o de Cali. Si cantamos como argentinos a la hora de alentar a nuestro equipo. No importa qué equipo nos guste, si somos ricos o pobres, negros o blancos, lo único que importa es la pasión que nos une, la del fútbol y claramente esa pasión es el gol y más si es de la Selección Colombia. Vea también: Lo que el fútbol y la Selección Colombia dicen de nuestro país
“Colombia es un partido de fútbol”, dijo un niño de 8 años ante una cámara, con voz aguda y despreocupada. Nada lejos está esta apreciación frente a un condensador de valores, sentimientos, momentos históricos y anhelos como lo es el fútbol. A través de un equipo, un partido y un espectáculo en su totalidad, el fútbol tiene la gran capacidad de convocar los miedos, la indolencia, las luces y oscuridades de una nación. Es un juego que parece simple pero que refleja aspectos relevantes de nuestra sociedad. Por: Andrés Felipe Ramírez Rodríguez Cuando llamamos a alguien “capo” con un significante de valor evidenciamos la influencia del narcotráfico. Cuando aplaudimos la maña, la trampa y la adornamos de picardía, reflejamos nuestros valores en un campo de juego. En el momento que vemos un cambio de expectativa reflejados en un técnico y su equipo, nos percatamos que el mundo ha cambiado y que Colombia no se ha quedado atrás. Hoy en día le damos la vuelta a un resultado jugando como visitantes contra un equipo europeo y no nos queda faltando el centavito pa’l peso, mientras que el mundo nos reconoce por un acuerdo de paz sin precedentes. El fútbol, como las sociedades, cada vez se especializa más. El juego refleja valores sociales: la vida en un campo delimitado, regido por un gran juez, con personas que cumplen funciones determinadas a las que se les exige crecientemente. Hay una constante reelaboración de valores del capitalismo como la competitividad, las reglas y su respectiva trampa y picardía; se condensan los valores de una sociedad, desde la trampa, los actos heroicos, las muestras más sublimes de lealtad y compañerismo hasta los actos de barbarie más impensados. La injusticia, la distribución desigual de la riqueza, la fantasía y la imaginación sin igual también están al orden del día en el terreno de juego. El fútbol es la proyección de un país sobre un equipo permeado por los valores del narcotráfico, las mafias italianas, el “jogo bonito” o la garra charrúa. El fútbol es el juego de las contradicciones de la vida; de los anhelos y las frustraciones, del deseo y la posibilidad de ser James Rodríguez, aunque tan solo el 0.1 % de los interesados algún día debuten en primera. Desde el potrero de barrio hasta el estadio Old Trafford podemos ser partícipes de la picardía y la magia, del desborde de emociones contenido por exceso de civilización; de lo más humano posible desbocado en llanto de tristeza y de putazos sin control. Recreamos y legitimamos las abismales diferencias en las distribuciones de la riqueza y observamos la absurda y vil cuestión que a algunos jugadores con cifras astronómicas en sus cuentas les duela el culo por donar el 1% de su fortuna, y más bien cometen delitos fiscales y salen triunfantes. Lo racional, lo emotivo y lo instintivo está puesto al servicio del espectáculo. Se vive como se juega, y cada elemento en el fútbol tiene su significado de acuerdo al momento histórico de un país, permeado por condiciones sociales como la violencia (desenfundada por un autogol) o el racismo (y los hinchas que le botan a los futbolistas negros bananas para gritarles que son micos). Las condiciones sociales no son ajenas al cambio en los valores y en los abismales cambios que pasaron desde los impactos del narcotráfico en el Tino Asprilla, Albeiro Usuriaga o Freddy Rincón, a la gallardía y pulcritud de Falcao; y en la raya técnica de desbocados parlanchines y advenedizos como Jorge Luis Pinto a la prestancia, competencia y gentileza de José Pékerman. Hemos visto la transformación de entrenadores dicharacheros, gritones, borrachos, ladrones y violentos, a sujetos sopesados, elegantes, estudiosos y centrados. Hemos soportado lo más arbitrario de los árbitros y el amor por la contingencia en el juego, para llegar a un deseo desmedido de justicia y perfección con el VAR. De balones duros como piedra sin color y rígidos en el juego como el Etrusco Libero del 90, nos pasamos a esféricas coloridas espontáneas y seductoras. En ese panorama la evolución del entrenador es un elemento notable dentro del desarrollo de un equipo y podría ser comparado con quien maneja los hilos de un país. El entrenador es el gran patriarca, y en él se condensan los deseos del modelo de padre que se quiere para una nación. Jose Néstor Pékerman representa la ilusión de los colombianos por el cambio, por un ingente esfuerzo por salir de esos papás de antaño que dejaron más frustraciones que alegrías, más ilusiones que certezas. Atrás quedaron esos Maturanas timoratos, conformes con que perder es ganar un poco y con el toque-toque-y-de-aquello-nada, medrosos frente a una parranda de borrachos y vagos con ínfulas de campeones mundiales, que se volaban en plena concentración y llenos de una vanidad de tal magnitud que no sabían quién era el rumano Gheorghe Hagi cuando lo enfrentaron en el primer partido de USA 94 y terminó haciéndoles la fiesta. Su liderazgo ha sido determinante para un equipo que ha pasado de Higuita –un loco que dejaba la portería sola para ir a hacer lo que no debía y dejaba todo al descubierto hasta en las concentraciones; que nos dejó por fuera del escenario por dos errores estúpidos contra Camerún y que estuvo vinculado con extraños encuentros con narcos– a un Ospina más cercano al prototipo del niño bueno, equiparable al médico que siguió los pasos de su padre y de sus tíos, que se sentaba de primero en el salón y pedía respeto hacia el profesor cuando se burlaban de él. Un sujeto que ha tomado a cabalidad la función del arquero como aguafiestas, y no hundido en ellas. Dentro de un equipo el 10, ese hijo pródigo que hace poesía con las patas, ya no es el mismo payaso de antes. Esa figura mítica con un pincel en sus pies ha cambiado. Ya no es ese viejo parco medio vago parado por ahí en la cancha sin espíritu y con una peluca en la cabeza, carente de emociones para el que todo bien es todo bien. Ahora es un personaje emocional, con sacrificio, que sube y baja en la cancha y que ha logrado tal nivel de gloria que cambio la imagen de perezosos que dejo el Tren Valencia en el Bayern Múnich. Sin embargo, hay elementos que no cambian. Aunque la magia no nos abandona, las manzanas podridas tampoco. Cardona, el “gordo” Valenciano de esta época, tiene ese rol y arrastra a su paso a otros jugadores. Con Barrios y Fabra hacen un festín en el gramado. Son esos personajes y estilos que nunca cambiarán en la nación, ni en un equipo de fútbol, ni en un salón de clases. Como Luis Quiñónez o Johan Arango, son personas llenas de talento pero con problemas eternos de indisciplina, drogas, alcohol, glotonería, mujeres o violencia de todos los estilos: tiros al aire, contra las mujeres, contra los niños recogepelotas, etcétera. El gol es el signo de triunfo para el grito, para la descarga orgásmica. Con el paso de los años y los embates históricos cada vez es más escaso. Despierta una pasión como una estrella de rock o un gurú religioso. Es el líder que seduce a la barra, como los amantes dominan sus emociones entre sí. De allí el estallido pasional como signo de la entrega amorosa y muerte misma, aunque quien está por fuera de la masa enjuicia estas bajas pasiones. El gol es el orgasmo del fútbol y como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna. En el fútbol, como todo en la sociedad, se regula la manera en la que nos conducimos. Sin embargo, las reglas contienen en sí mismas su transgresión pues basta con decir qué no está permitido para que emerja la fuente de la afamada picardía, abundante en el jugador latino que se inventa faltas para favorecerse de quienes observan la actuación de un Teófilo Gutiérrez amante del histrionismo y de las mujeres ajenas. El fútbol expresa jugando los dilemas de lo humano y la propia cultura, de ahí la posibilidad de pensar en la garra charrúa, el jogo bonito o la disciplina alemana como características de nación reflejadas en un equipo. Aunque se trate de menospreciar su capacidad poética, al no soportar la idea de un arte masivo sin galería, coleccionista ni intelectual, el fútbol es fuente de creación y de monumentos como el gol, y encarna en sí mismo símbolos construidos por años que solo se entienden cuando se ama el fútbol. Vea también: Tipos de hinchas insoportables de la Selección Colombia
Los videos de amistad entre el colombiana Yatra y Gianluca Vacchi ya iban dando pistas de lo que se traían entre manos. Hoy han lanzado oficialmente su colaboración; se trata de Love, un himno mundialista que llega con todo el armamento para luchar con las demás canciones que le rinden tributo al Mundial de Rusia 2018. Lo que hace que esta canción se esté llevando todo el protagonismo es el video dirigido por Simon Brand. En el clip no solo aparece Yatra y el famoso italiano, sino que James Rodríguez, Falcao García, Yerri Mina, Santiago Arias, representando a la Selección Colombia y el brasileño Dani Alves son las estrellas del video. Todos aparecen como figuras gigantes (figurativa y literalmente), jugando con un balón y bailando ocasionalmente.
Lo que pasa cuando el álbum del mundial sale a la venta 4 meses antes del inicio del torneo El papá de Santiago Tréllez, actual delantero del Sao Paulo F.C en Brasil, tiene una historia muy curiosa para contarle a sus hijos. Resulta que el futbolista profesional Jhon Jairo Tréllez, que ahora tiene 49 años, jugó 24 partidos con la Selección de fútbol de Colombia, se tomó foto para el álbum Panini pero nunca fue convocado para viajar a la Copa Mundial de Italia 1990 ni Estados Unidos 1994. Tréllez es ganador de la Copa Libertadores con Atlético Nacional y goleador del Campeonato nacional de fútbol con 25 goles. A pesar de sus triunfos, hoy es famoso por aparecer en dos álbumes Panini sin siquiera haber podido participar en los encuentros mundialistas. Ps: En las fotos el man aparece con peinados que lo hacen ver como dos jugadores diferentes. El fútbolista, haciendo uso de su gran sentido del humor, publicó las dos 'monitas' que tienen su rostro. El Tino Asprilla aprovechó el momento para montársela a Tréllez Y Tréllez le recordó que 'alguien' no hizo ningún gol en esos mundiales
Hay que agradecer que Colombia fue incluido en la extrensa gira. El ‘Trophy Tour’ no ira a Chile (por obvias razones jaja), Perú ni Uruguay. Antes de llegar a Rusia, el trofeo del mundial de fútbol va a recorrer 91 ciudades de 51 países de todo el mundo abarcando seis continentes en un viaje de nueve meses. El turno para Colombia está llegando y cualquiera de nosotros podrá tomarse fotos con la dorada copa. El trofeo más codiciado del balompié estará el 4 y 5 de abril en el estadio El Campín, en Bogotá. Los aficionados que anhelan estar junto al tan preciado trofeo en el estadio El Campín, lo único que deben hacer para obtener su boleta es seguir los siguientes pasos: 1. Descarga la aplicación Coca-Cola For Me en tu celular o tablet 2. Crea una cuenta y registrarte en la Plataforma Coca-Cola For Me. 3. Acumula bubbles canjeando los códigos que se encuentran debajo de las tapas metálicas de los empaques personales de Coca-Cola. 4. Canjea tus bubbles por una entrada para el Trophy Tour. 5. Elige la fecha, hora y categoría de tu boleta. Ten en cuenta que una vez canjeadas tus bubbles por la entrada que desees no se podrás hacer cambios de la misma. 6. Reclama tu entrada entre el 17 de marzo y el 4 de abril en uno de los puntos de Tuboleta de Bogotá. Recuerda presentar desde tu celular el código único que te asignen y el documento de identidad válido y vigente en Colombia; si eres menor de edad presenta un tu documento de identificación y retira en compañía de un adulto. Los tipos de entradas que están dispuestos en la plataforma Coca-Cola For Me por persona son: entradas dobles por 720 bubbles y entradas dobles con acceso VIP por 8.500 bubbles. *Esa actividad se desarrollará del 5 de marzo al 3 de abril de 2018 a las 11:59 p.m. El avión que transporta el famoso trofeo cuenta con una tripulación formada por tres pilotos, tres auxiliares de vuelo, un mecánico de vuelo, un médico y un coordinador de vuelo; además del personal de Coca-Cola y de la FIFA. Está debidamente adaptado para transportar el trofeo de la Copa Mundial, para ello se retiraron los asientos delanteros de la cabina y desde ahí puede ser apreciada y fotografiada. Este es el avión que transporta el tesoro más preciado del fútbol
Con el sorteo del mundial de Rusia definido, solo estamos a la espera de que empiece a circular el Panini para ponernos en modo mundialista, lo que en estas tierras aplica para capar trabajo, emborracharnos y ponernos más folclóricos que de costumbre. Ahora que sabemos que Senegal, Japón y Polonia compartirán el grupo H con la Selección Colombia, de aquí a junio de 2018 nos preocuparemos por la convocatoria definitiva del ‘Profe’ Pékerman, por decidir cuál es el tal grupo de la muerte (a pesar de que los seguidores de la corrección política quieran llamarlo el grupo de la vida) y por evitar que a Cardona se le ocurra hacer chistes racistas sobre sus compañeros de grupo. Y al tiempo que las marcas contratarán a cuanto futbolista desocupado encuentren para sus campañas publicitarias, otra especie de vendedores de humo circularán haciendo predicciones basados en los astros o en las cartas o en cualquier cosa. Pero no hace falta llamar a Salomón o a Walter Mercado para anticiparse al futuro. Nuestra naturaleza nos hace previsibles de muchas formas, por eso, he aquí un listado de vaticinios infalibles que veremos durante Rusia 2018. 1. Algún periodista varado pondrá a bailar salsa a un ruso borracho para llenar la emisión del noticiero del medio día. 2. Los corrientazos criollos ofrecerán la ternera stroganoff como el plato mundialista. Así no sea ni ternera ni strogannof y lo acompañen con una combinación muy típica de pasta con un arroz medido en un pocillo y adornado con salsa de tomate. 3. Algún periódico ruso titulará: Turistas colombianos capturados por comportamiento inapropiado después del partido de su selección. 4. Se están preparando cámaras de televisión para transmitir cómo las familias de los futbolistas ven los partidos de Colombia; desde Guachené, con la tía abuela de Yerry Mina, o desde Caloto, con el primo abuelo tercero de Dávinson Sánchez. 5. Los intelectuales harán chistes sobre la revolución rusa, la guerra fría y el partido comunista en la Unión Soviética. Nadie leerá a los intelectuales. ¿Alguien sabe quiénes son los intelectuales en Colombia? 6. Miles de usuarios de Twitter remilgarán por el cubrimiento del mundial y la poca participación en las elecciones a la presidencia de Colombia. (Sí, son por la misma época). 7. Volverá a ser tendencia, para desgracia de todos, el ‘Era gol de Yepes’. Venderán camisetas con la leyenda. 8. En algún recóndito municipio de Colombia aparecerá un animal sustituto al Pulpo Paul, que le pegará a un par de resultados antes de ser puesto en el asador para cubrir la falta de proteína en el almuerzo. 9. El día que Colombia sea eliminado del mundial, será acusado el árbitro, la FIFA y la paz de Santos, pero nunca el mal juego de la Selección. 10. María Fernanda Cabal pedirá que exilien al ‘Profe’ Pékerman y a toda la nómina de la Selección por asistir a un evento organizado en territorio soviético.
El guardia de seguridad del rapero canadiense se encuentra en el hospital con heridas graves luego de un tiroteo afuera de la casa de Drake en The Bridle Path. Los equipos de emergencia fueron llamados a Park Lane Circle cerca de Bayview Avenue y Lawrence Avenue East poco después de las dos de la mañana del martes. La víctima sufrió heridas graves, sin embargo, los medios canadienses afirmaron que no ponen en peligro su vida y permanece en el hospital para monitoreo.El policía de turno Paul Krawczyk confirmó que el guardia de seguridad estaba afuera de la residencia de Drake en la puerta cuando alguien en un vehículo pasó y abrió fuego. Hasta el momento, no se han puesto a disposición descripciones de sospechosos ni de vehículos.Se desconoce si Drake estaba en casa en ese momento, pero se sabe que los miembros de su equipo están cooperando con la investigación. La policía de Toronto también ha recopilado pruebas en vídeo del tiroteo que revisarán.El artista se encuentra actualmente en el centro de una disputa pública con el rapero Kendrick Lamar. Los dos han estado intercambiando canciones casi a diario, y ambos raperos han lanzado una serie de pistas dirigidas el uno al otro. En el sencillo más reciente de Lamar, titulado 'Not Like Us', comparte una imagen de Google Maps de la mansión Bridle Path de Drake como portada. Drake respondió con la canción 'THE HEART PART 6', que subió a YouTube. El oficial Krawczyk no quiso comentar sobre el motivo del tiroteo, pero reconoció que las autoridades considerarían hablar con investigadores estadounidenses como parte de este incidente.**Acá pueden leer nuestro análisis sobre una de las tiraderas más importantes de la historia del rap reciente y los puntos más importantes dentro de la disputa: Kendrick Lamar vs. Drake: análisis del beef en cinco puntos
El BIME Bogotá, que este 2024 se celebrará entre el 8 y el 11 de mayo, reúne a las personas interesadas en la industria de la música para conversar, aprender y, desde luego, para escuchar y conocer nueva música.Como de costumbre, la programación del BIME empieza en la mañana con los eventos del BIME Pro y el BIME Campus.De esta franja les recomendamos asistir a los eventos en los que participa ShockMiércoles 8 de mayo a las 10:55 a.m.: Conversatorio La música como catalizador de la acción colectiva, con Briela Ojeda, Pilar Cabrera y Valentina Alfonso (periodista de Shock)Viernes 10 de mayo a las 10:20 a.m.: Taller Medios de comunicación y artistas: ¿cómo no quedar sepultado en la bandeja de spam? Con Cynthia Flores, co-fundadora de Indie Rocks; Kristel Latecki, fundadora de Piiila; Joan S Luna, Jefe de redacción de Mondo Sonoro y Fabián Páez, editor de Shock. En la tarde y hasta la noche, ocurre el BIME Live. Tiene una programación de conciertos y showcases (conciertos más cortos) para conocer nuevos artistas.¿Dónde es el BIME Pro y el BIME Live?La programación del BIME Pro la encuentran toda en el campus de la Universidad EAN.El BIME Live será un circuito que se repartirá en diferentes lugares alrededor de la Calle 85. Hay eventos en:Sánchez CerveceríaPatronaEguaMad Radio440 Music Hall.El ingreso a los eventos del BIME Live es gratuito, pero con aforo limitado.Esta es la programación del BIME Live 2024:Programación del BIME Live miércoles 8 de mayo de 2024Programación del BIME Live jueves 9 de mayo de 2024Programación del BIME Live viernes 10 de mayo de 2024Programación del BIME Live sábado 11 de mayo de 2024
History estrena el próximo jueves 9 de mayo la segunda temporada de 'El Triángulo de Las Bermudas: Aguas Malditas', documental en la que un equipo investiga una de las zonas más misteriosas del planeta en donde ocurrieron desapariciones inexplicables desde hace siglos.La serie sigue al grupo de detectives submarinos liderado por el explorador submarino y biólogo marino Mike Barnette, quien ha descubierto más de 50 naufragios, incluido el SS Cotopaxi; los investigadores Wayne Abbot y David O'Keefe; el teniente coronel de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Jason Harris, una autoridad en accidentes aeronáuticos; y el buzo de naufragios Jimmy Gadomski.Con la ayuda de un mapa único en su tipo y muy específico, que lleva décadas en desarrollo, y que marca la ubicación de naufragios y anomalías submarinas no identificadas a partir del testimonio de pescadores locales, tripulantes de barcos y otros testigos, la serie de History muestra la expedición del equipo en el Triángulo de las Bermudas, semillero de desapariciones enigmáticas que datan de hace siglos. Cada semana el grupo de investigación intenta identificar un naufragio diferente, evaluando en el camino la evidencia detrás de leyendas y teorías científicas como olas rebeldes, burbujas gigantes de metano, remolinos que succionan barcos y zonas muertas que desconciertan equipos y aviones.¿Qué se sabe de la segunda temporada de 'El Triángulo de Las Bermudas: Aguas Malditas'?En el primer episodio de esta segunda temporada el equipo busca un avión de ataque A3 Skywarrior transportado por el portaaviones USS Saratoga que desapareció en 1960. En julio de ese año, el Saratoga entró en las aguas de la región de las Bermudas y experimentó una racha de mala suerte. Durante la misión, ocho hombres de esta embarcación desaparecieron en diferentes y sospechosas tragedias, entre ellas la de los accidentes de dos A3 Skywarrier, aviones capaces de transportar bombas nucleares, que se estrellaron en aguas tan profundas que se consideraron insalvables. Ahora, Mike Barnett y Jimmy Gadomski navegan hacia el objeto submarino conocido localmente como Chang’s Wreck, que se encuentra a 57 millas náuticas de la costa de Florida, justo al norte del Triángulo de las Bermudas, donde ingresó en 1960 el Saratoga. El equipo espera que Chang’s Wreck sea la respuesta a la serie de accidentes aéreos que ocurrieron hace más de 60 años. Mike y Jimmy se sumergen a más de 70 metros de profundidad en la búsqueda de los restos de alguno de estos aviones y, tras un hallazgo, buscan el apoyo de expertos y testigos para lograr identificar las naves.El Triángulo de las Bermudas es el tramo del océano más famoso de la historia, que evoca miedo, un misterio inigualable y una fascinación infinita. Limitadas por Florida, las Bermudas y Puerto Rico, estas aguas se han tragado innumerables barcos y aviones y sus tripulaciones, algunos desapareciendo sin dejar rastro.A principios de marzo de 2022, el equipo se embarcó por primera vez en una serie de inmersiones de exploración para investigar varios objetivos sospechosos de naufragios en la costa de Florida, y uno de esos objetivos estaba fuera del Triángulo de las Bermudas, frente a la costa de Cabo Cañaveral. Inicialmente, el equipo estaba buscando los restos de un avión de rescate Martin PBM Mariner que desapareció sin dejar rastro el 5 de diciembre de 1945, mientras buscaba cinco bombarderos torpederos de la Marina de los EE. UU. en una misión denominada “Vuelo 19” que también había desaparecido ese mismo día. En lugar de restos de aviones de la Segunda Guerra Mundial, el equipo descubrió una estructura de aviación de aspecto moderno. Después de consultar con un experto externo y completar una segunda inmersión en mayo de 2022, el equipo presentó la evidencia completa al astronauta estadounidense retirado Bruce Melnick, quien sospechaba que era una pieza del transbordador espacial Challenger de 1986. Con base en esta información, los productores llamaron la atención de la NASA sobre el descubrimiento y, en agosto de 2022, Mike Ciannilli de la NASA confirmó que se trataba de un remanente significativo del Challenger: una pieza de 6 metros del transbordador espacial de la NASA.
Festival Cordillera 2024 anunció a los primeros artistas que estarán en su cartel, dedicado a propuestas en español. Están confirmados Fito Páez, Juan Luis Guerra y 440, Hombres G, Vilma Palma e vampiros, Molotov, Bacilos Bersuit Vergarabat, José Madero, Airbag, Mala Rodríguez, Kinky, Rels B, Maldita vecindad, Miranda!, Babasónicos, León Larregui, Trueno, Bándalos chinos, Él mató a un policía motorizado, Juliana, The Sakatalites, Instituo Mexicano del Sonido, entre otros. La cuota nacional está a cargo de Systema Solar, La derecha, Providencia, Canalón de Timbiquí y Juliana. También, muy grande en el cartel, está Fonseca. La cita será los próximos 14 y 15 de septiembre en el Parque Simón Bolívar de Bogotá. Festival Cordillera fue la primera alianza entre las dos empresas productoras de eventos más grandes del país: Páramo y Ocesa. Fue un indicio temprano en un momento crucial para el panorama de festivales. Identificaron una brecha en el mercado y desarrollaron un concepto sólido que resonó tanto con ellos como con el público.Aunque 60,000 en 2022 personas asistieron, lo más destacado fue la creación de un festival que ofrecía comodidad, organización y atraía a un público específico: aquellos que forjaron su identidad musical cantando en español durante las décadas de los 90 y principios de los 2000. La segunda edición del Cordillera en 2023 cumplió con la misión de crecer: el balance de asistentes fue de 65.000 personas. ¿Qué viene para 2024? Les contamos todo lo que se sabe hasta ahora de este evento esperado por varias generaciones que crecieron con la música en español.¿Dónde se compran las entradas al Festival Cordillera 2024?Ya hubo una primera preventa sin conocerse el cartel del evento, a través de eticket.
Popular al parque y Vallenato al parque son los nuevos festivales al parque que anunció Idartes para 2024, además del regreso de Joropo al parque y Gospel al parque. Desde junio y hasta noviembre, en Bogotá habrá al menos un festival al Parque distinto cada mes. “Para esta celebración de la música, la diversidad y la identidad de Colombia en Bogotá tenemos cuatro propósitos fundamentales: promover confianza ciudadana a través del encuentro en el espacio público, fomentar la cultura ciudadana en la capital y la convivencia pacífica, crear espectáculos gratuitos y masivos y convertirse en plataformas de circulación artística”, dice María Claudia Parias, directora de Idartes. Este año, el lema será "Festivales por el agua", pero de acuerdo con Edison Moreno, gerente de Música de Idartes, durante cada evento se busca crear conciencia sobre la importancia de conservar y proteger los recursos hídricos naturales de la ciudad. Por eso, se implementarán iniciativas específicas para eliminar plásticos de un solo uso y fomentar el reciclaje y promover prácticas de consumo responsable de agua.Durante los últimos tres años, los Festivales al Parque han logrado congregar cerca de 670 mil asistentes, de los cuales un 8% proviene de otras ciudades de Colombia y el mundo. Idartes en 2024 esta cifra llegue a los 813 mil participantes. Según informó Idartes, por cada peso invertido en los festivales, se mueve el doble en la economía de la ciudad. ¿Cuándo y dónde serán los festivales al parque en Bogotá 2024?Joropo al parque 14 al 16 de junio. Plaza de Bolívar. El festival tendrá el concepto Cantos de trabajo del Llano, patrimonio Cultural de la Humanidad. Es la tercera edición del festival. Hip hop al parque 13 y 14 de julio. Parque Metropolitano Simón Bolívar. Una cultura, una sola familia es el lema del festival que ya acumula 26 ediciones y se ratifica como uno de los más grandes de Latinoamérica. Vallenato al parque 3 de agosto, Media torta. 4 de agosto, Parque Simón Bolívar. Este evento nace en marzo de este año mediante el Proyecto de Acuerdo No. 029 del Concejo de Bogotá, que crea este evento con el fin de promocionar y preservar el vallenato como género musical representativo del folclor colombiano. Gospel al parque 10 de agosto. Parque Simón Bolívar. El evento será en el marco del Festival de Veranod e Bogotá con artistas destacados en música de adoración. Popular al parque 14 y 15 de septiembre. Parque El Tunal. Según Idartes, el evento surge para aprovechar el auge de la música popular en Bogotá. Colombia al parque 24 y 25 de agosto. Parque de los novios. En sus 22 ediciones ha congregado a varios exponentes folclor nacional y ha sido plataforma de circulación para los artistas emergentes de todas las regiones del país. Jazz al parque 28 y 29 de septiembre. Parque el Country. Un género que trasciende fronteras: fusión entre culturas es el concepto del festival este año que ya completa 22 ediciones. Salsa al parque 5 y 6 de octubre. Parque Simón Bolívar.El otro barrio de la salsa: relación de la música con la ciudad es el concepto para este año. Se mantiene como uno de los festivales al aprque más concurridos. Rock al parque 9 al 11 de noviembre. Parque Simón Bolívar. Subculturas en armonía: una lectura desde la ciudad es el tema del festival gratuito más grande de América Latina