En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Desde todas las orillas se siguen cocinando en masa nuevos proyectos, con facturas y propósitos que abarcan espectros cada vez más amplios. Por eso en Shock desde hace un tiempo tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana, reseñando y registrando los planes y los avances de las bandas jóvenes que, a nuestro parecer, van a dar de qué hablar en un futuro próximo, las que van ampliar su espectro de público, las que tienen sonidos o proyectos ambiciosos. También le apostamos a variar el repertorio. Por eso este 2020 repetimos. Celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que creemos están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Estas son nuestras 25 Apuestas Shock para 2020 (Están en orden alfabético. Denle clic al nombre de cada una para ver la nota) Afrodaima Ángel Dumile Babelgam Chelo Combo Chimbita ComeHere Dawer X Damper Dylan Fuentes El último Meridian Elevn Encarta 98 Jamblock Jr Jeison Neutra Junior Zamora Keke Minowa La Muchacha Lobotómicos Llane L’Xuasma Nik Salazar Pitizion Radiante Shonny y El hijo del búho TIMØ W.Y.K Y si las quieren escuchar, una a una, les dejamos esta playlist para que la reproduzca, la comparta, la baile y conozca en lo que andan estos artistas. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Babelgam es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Fabián Páez López // @Davidchaka Directamente desde la costa este de Suba, en la Bogotá profunda, donde hasta el Transmilenio llega cansado, salió Babelgam para convertirse en una de las más notorias promesas del rock colombiano. Tres sencillos lanzados entre 2018 y 2019 fueron suficientes para que este cuarteto despertara una expectación poco vista para una banda tan joven. Materia Oscura, Hikikomori y Danza de agujas fueron sus primeros títulos. La crudeza, la agorafobia y una particular sensación de desencanto, como encerradas en las letras abatidas y la voz grave de Juan Tuaty, le dieron un color particularmente oscuro a la banda. Un matiz recubierto con una personalidad muy clara y definida, la estética queer de sus cuatro integrantes y coros pegajosos como gusanos auditivos. Su magnetismo con el público bogotano es fácilmente atribuible a ese empate, en apariencia conflictivo, entre incomodidad y el arrojo. También a la nostalgia por un sonido evidentemente inspirado en el post-punk, pero que, para Babelgam se describe mejor como “doom-pop” o “dolor cachacho”. La banda, que en un principio iba a ser un proyecto de arte personal de Juan Tuaty, terminó por engrasar a fondo su sonido hasta convertirse en una de las más gratas revelaciones de la nueva ola de bandas bogotanas. En solo dos años de carrera, ya coparon los escenarios de rigor para cualquier propuesta que circule dentro del indie bogotano. Un mérito no menor si tenemos en cuenta que apenas en 2019 estrenaron su primer y único EP, Mar de hiladas, que entre sus seis cortes incluyó también sus primeros tres sencillos. El nervio de sus interpretaciones y el sudor que provocan entre el público lo demostraron en 2019 en dos eventos claves. El lanzamiento del EP en Matik-Matik y su show en el festival Hermoso Ruido. El coro de Hikikomori tiene potencial de himno y su temprana acogida hizo que los incluyeran en el cartel del festival Estéreo Picnic 2020. Este año, además, se traen entre manos un nuevo trabajo discográfico y una gira nacional. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Junior Zamora es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Fabián Páez López @DavidChaka A los ocho años el caleño Junior Zamora ya tenía una banda. O era algo parecido. Sus primeros pinitos los hizo como baterista en el coro de la iglesia. Desde entonces, le ha ido sumando habilidades a un repertorio cada vez más fino. Debutó como compositor escribiendo la canción Mi parche para Los Farandulay, un grupo que sonó con fuerza en Cali hace aproximadamente una década. Justo cuando proliferaba el reggaetón por los barrios y cuando la ciudad vivía uno de los picos más altos de violencia entre bandas de jóvenes. La letra de la canción, sobre un rap medio dancehallero, narraba la lucha entre pandillas y llamaba a la calma en medio del tropel. Luego de concretar sus primeras líneas dentro de la “música urbana”, Junior empezó a formarse. Estudió música en el IPC y en el Instituto de Bellas Artes. Ahora controla muchos ritmos, muchas texturas, muchos estilos. Es compositor, arreglista, multinstrumentista y director. Toca batería, bajo, guitarra, piano, canta y escribe. Desde hace seis años se convirtió en una de las cabezas de Alto Volumen, una banda de funk caleña con la que publicó tres trabajos discográficos: el EP Megáfono (2014); Algo Simple (2016) y Somos, Seremos o No somos tal vez (2018). Paralelamente, como solista, hace tres años lanzó tres sencillos que se colaron orgánicamente en el nicho alternativo caleño. Era, como él mismo lo cuenta, “una propuesta muy alejada a lo que se espera de un joven del oriente de Cali”, una zona de la ciudad en la que reinan el reggaetón y la salsa choke. Su propuesta era más fresca, más groovera. Giraba alrededor del soul, del R&B o del blues y se desmarcaba de la etiqueta de lo “urbano”. Con el tiempo fue lanzando más canciones y sumando sonidos. Experimentó con arreglos más afrocaribe, con el mode up, el funk y el dancehall. Pero siempre con referentes muy claros en el R&B moderno. Su versatilidad con los instrumentos, su trabajo como productor, tras la maquinaria, lo han llevado a colaborar en trabajos audiovisuales y con otros músicos. También es coordinador de un centro cultural, donde acompaña procesos creativos con niños y jóvenes de comunidades golpeadas por la violencia. Pero su proyecto solista como Junior Zamora es hoy por hoy el que más despierta interés entre la nueva sangre de artistas locales. Las propuestas para hacer colaboraciones le han llovido. Tiene en cola varios temas con colegas de Cali; además de un tema con el chocoano Alexis Play y otro con el Subcantante, de Doctor Krápula. En 2020 su proyecto más grande será estrenar, por fin, su primer álbum. El combo ya lo está pidiendo. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. W.Y.K es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Fabián Páez López // @Davidchaka A principios del milenio existió en Bogotá una banda conocida como CieloMama, fundada, entre otros, por uno de los músicos con más recorrido en los circuitos alternativos de la capital: Pedro Ojeda, “El original de Teusaquillo”. En una de las entrevistas que les hicieron, y que todavía circula por YouTube, un locutor embolatado, tras escucharlos, les preguntó por su estilo de música. “¿Era frock, frunk, fronk?”. Aunque ellos suenan a jazz con rap, ese enredo de palabras cruzadas dirigidas en su momento a CieloMama, el “fronk”, dicen los W.Y.K, los describe mejor. Influenciados por proyectos como el de los canadienses BADBADNOTGOOD y por el creciente círculo del indie bogotano se estrenó W.Y.K en 2017. Tres sencillos lanzados a modo de EP, titulado Diciembre es un domingo, marcaron su debut. Sin mucho interés por hacerse promoción, el cuarteto conformado por Pedro Ocampo, Nicolás Gamez, Oto Duarte y Alejandro Tapia siguió haciendo ruido en circuitos underground y lanzó un segundo EP de cinco cortes en 2018, El Débil. Con sus progresiones jazzeras medio funk medio oscuras, ensambladas con la voz de un mc, se ganaron un espacio en uno de los escenarios que, por visibilidad, es uno de los más preciados para los músicos locales. En 2020 ya están planillados para tocar en el festival Estéreo Picnic, donde compartirán letrero con nombres internacionales de recorrido como Underworld, Guns N’ Roses, The Strokes o Nile Rodgers. Empujados por la noticia del Picnic, este año, además, estrenarán su primer álbum. Un disco que financiaron, en parte, con ayuda de una campaña de crowdfunding y que grabaron con todos los juguetes necesarios en uno de los estudios más importantes de Colombia, Audiovisión. Para su nuevo lanzamiento la banda amplío el formato y duplicó la nómina de músicos; además, sumó a un mc invitado, El Kalvo. En 2020 todos sabrán qué es el fronk. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Jaison Neutra es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Sebastián Peña // @Sebasnews Los últimos años han sido vitales para que el talento santandereano empiece a emerger: Elsa y Elmar, Lobotómicos, Lunalé, Maria Cristina Plata, Caravanchela y Edson Velandia, son algunos nombres que han logrado llevar sus proyectos a un nivel de reconocimiento nacional. Y a esa lista hay que empezar a añadir a Jaison Neutra, un cantautor de 32 años nacido en Bucaramanga, pero que ha desarrollado su vida profesional y personal en el hermoso distrito de Barrancabermeja, considerada la ciudad más grande del Magdalena Medio. El Rio Magdalena lleva en sus aguas bastante información y sabiduría. Ha sido inspiración de grandes canciones colombianas y fue el encargado de mostrarle a este cantautor y baladista cuál era el camino para su música. Este bumangués creció en una zona rural de Santander y, más o menos desde los 10 años, encontró en la composición de canciones y sonidos la cura para no aburrirse en su casa. En la universidad estudió Electromecánica, carrera que se alargó durante años porque la música siempre ha sido prioridad en su recorrido, pero solo hasta este 2020 Jaison va a recibir oficialmente el diploma. Jaison tiene planeado lanzar en los próximos meses Resabia’o, su primer álbum de estudio oficial luego de sacar dos discos que nunca vieron la luz porque no sentía que eran lo que quería transmitir: “el que escucha la música de Jaison Neutra se encuentra con un tipo normal que hace música con el desparpajo y la naturalidad con la que un campesino labra la tierra”. En 2016 se publicó en YouTube una sesión en vivo de la canción Cumbia negra para el amor, tema que mezcla las raíces arraigadas de la cumbia con la universalidad de la balada y el pop. En su momento esta composición tuvo acogida en internet y desde ahí Jaison empezó a tomarse más serio la proyección su proyecto. Jaison y Daniel Rivera, productor del disco, invirtieron mucho tiempo en la manufactura de Resabia’o, un álbum que se alimenta de ritmos latinoamericanos, donde no hay presencia de baterías y que tiene como principal protagonista el trombón. De ese disco ya se lanzaron varios sencillos: el primero fue Na-Na, un poema romántico hecho canción; Cumbia negra para el amor, una descripción de los sentimientos simples y extremos que vienen con la evolución de una historia entre dos y Dulzor, un auténtico bolero del siglo XXI que habla de amor, pero desde un lugar más oscuro, pasional y menos cursi. Esta última canción logró ser #1 del listado de Radio Nacional de Colombia por tres semanas consecutivas. La murga, candombe, la cumbia, el bolero y la balada pop son algunos de los géneros que ha deconstruido Jaison en sus canciones. Hasta la fecha ha creado más de 90 obras, de las cuales escogió ocho para el que será su primera placa discográfica. En vivo Jaison desnuda su alma musical por completo. A veces acompañado por su guitarra y en otras ocasiones respaldado por el apoyo de su poderosa banda. La magia que logra transmitir por medio de sus creaciones lo llevaron a ser elegido por el español El Kanka como acto de apertura de la gira El arte de saltar el charco en Bucaramanga. Además de estar enfocado en que su proyecto coja vuelo, Jaison quiere que la música nacional y con ritmos tradicionales tengan un lugar importante en la agenda cultural de Colombia. Por eso, en compañía de Natalia Morales, su esposa, diseñaron el Festival de Los Talones Alados en Barrancabermeja, evento que busca ser un espacio artístico, resaltar a los artistas de la zona, enseñar la importancia del Magdalena para el arte colombiano y acercar turistas a este bello distrito santandereano. Barrancabermeja es el centro de operaciones de Jaison, pero en 2020 seguramente va a tener que alejarse varios días de casa para llevar sus letras, sonidos y magia a otras zonas del país. Tiene planeada, además, una gira por México, país que eligió luego de analizar las métricas que le arrojan las plataformas digitales. Este es el año de Neutra, un barramejo que busca ser parte del nuevo folclor latinoamericano con una propuesta honesta, natural y que tiene en su ADN las bondades del campo colombiano. #LaMúsicaNosUne Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Dylan Fuentes es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Sebastián Peña @SebasNews Barranquilla ha sido la cuna de grandes artistas colombianos en diferentes áreas. La Puerta de oro, como se le conoce a la ciudad, es privilegiada, rodeada de muchas culturas y cada uno de sus prodigiosos hijos ha hecho que la zona sea protagonista en la historia musical del país. Dylan Fuentes es uno de ellos. Nació en La Arenosa en 1997 y desde pequeño fue influenciado por el reggaetón. A sus 22 años puede decir que ya tiene una trayectoria de más de doce años. Participó en el Factor XS, ha sido actor en novelas colombianas del prime time y también de Netflix. Fue Youtuber y ahora tiene concentrados todos sus esfuerzos en darle un nuevo nivel a su carrera musical, de la mano de una compañía discográfica internacional. Dylan nació y creció en una familia de músicos. Su papá tuvo una agrupación de reggaetón y en los conciertos que ofrecía él se subía a la tarima y era parte del espectáculo, bailando e interpretando canciones. En su niñez convenció a sus papás de dejarlo participar en el reality musical Factor XS, donde pasó el primer filtro cantando una canción de Wisin & Yandel, pero no le alcanzó para llegar a las galas televisivas. Años después, regresó al concurso. Esta vez se convirtió en un fenómeno y logró crear un movimiento poderoso recordado por un signo particular: el uso de pañoletas en sus conciertos. Aunque no fue el ganador consolidó un club de fans robusto que siguió firme sus pasos desde 2011 hasta ahora. Después de la experiencia del Factor X se auto nombró “El Multifacético”. La década del 2010 fue primordial para perfeccionar su proyecto: buscar un styling propio, entender lo que puede lograr su voz, trabajar fuerte en la composición y aprender de forma autónoma sobre producción musical. Alternándose con su carrera musical, Dylan entró en el universo de la actuación. Fue parte de una nueva versión de Francisco El Matemático y después fue llamado por Netflix para integrar el elenco de la serie juvenil Siempre Bruja. En ambos proyectos audiovisuales pudo mostrar su talento musical a través de sus personajes. Aunque también hizo carrera en redes sociales. Fue youtuber, lo que le ayudó a entender cómo funciona internet y cómo podría aprovechar esa influencia para acerca al público a su música. Luego de escribirle al amor adolescente y explorar la cursilería se atrevió a empezar a componer como un reggaetonero clásico. En 2019 lanzó dos temas que lograron posicionar a Dylan como promesa del género urbano y en la que demostró que tiene mucho por ofrecerle a la industria. Ambos temas viajaron por toda América Latina y se pegaron fuerte en las discotecas. Principalmente Ajena, donde participa Myke Towers, logró un éxito bárbaro y que lo puso en la mira de una de las disqueras más importantes de Estados Unidos. 2020 es el año en que la carrera de Dylan dará un giro importante: enfocará sus esfuerzos por multiplicar sus números en plataformas digitales, está cocinando colaboraciones con pesos pesados del género y tiene planeado viajar a España o México a promocionarse. A lo largo del año estará lanzando nuevas canciones y pretende que sus nuevas composiciones estén enfocadas en la conquista, el amor propio y el positivismo. #LaMúsicaNosUne Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. TIMØ es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Sebastián Peña // @SebasNews Mucho se ha hablado del tropipop, su impacto, su deceso y su posible regreso al panorama nacional. En el marco de una campaña llamada Tropipop is Back, liderada por los más recordados intérpretes del género en su época de popularidad, apareció en el mapa un trio de jóvenes de entre 19 y 20 años para demostrar que el ritmo sigue vigente, aunque con las modificaciones necesarias para no sonar a viejo. Cantándole al amor juvenil, la coquetería y la parranda, el 2020 parece ser el año en que TIMØ de un salto en su carrera. Alejandro Ochoa, Andrés Vásquez y Felipe Galat se conocieron en los salones de la Universidad Javeriana, donde estudian música. En una de las asignaturas de la carrera uno de ellos debía crear una canción y llevarla a clase, y fue ahí cuando Felipe creó Bebamos. Con el paso del tiempo, el tema pasó a ser una maqueta más elaborada, se lo repartieron como audio por WhatsApp y todo empezó a tomar forma. La canción, que es una oda al desamor y a la rumba, empezó a sonar de forma orgánica en fiestas, colegios y universidades. Casi que arrastrados por su acogida, el trio decidió regrabar su primera canción, añadirle más instrumentos, acercarla al tropipop clásico y convertirla en el primer sencillo oficial de la banda. Tal y como pasó con el boom del tropipop en la década del 2000, el fenómeno de TIMØ tiene, hasta el momento, un nicho cerrado en Bogotá. La capital ha sido el lugar donde el proyecto ha tomado forma, donde se encuentran sus primeros clubes de fans, donde han podido presentar en vivo su música y así analizar el impacto de sus canciones. A lo largo del 2019, año en que se oficializó la banda, TIMØ agotó eventos en discotecas de Bogotá, superó la barrera del medio millón de oyentes en Spotify, lanzó dos videoclips y pisaron la misma tarima de colegas como Nabález, Kevin Flórez o Trapical Minds. Por si fuera poco, se montaron al escenario con Carlos Vives durante el lanzamiento del sello Gaira Música Local. En esa oportunidad interpretaron con el samario el tema La Bicicleta, reafirmándose como la nueva sangre del tropipop. Cada uno de sus integrantes toca un instrumento, canta y participa en la producción musical de los temas. El formato en vivo es más amplio, es como una mini orquesta con percusiones y vientos. A la fecha. TIMØ tiene tres canciones oficiales; por eso, en sus conciertos, interpretan popurrís de otras canciones de tropipop como La Mona de Bonka o hasta un vallenato como Obsesión, del barranquillero Sergio Amaris. En los últimos meses la banda produjo nueva música. Se reunió con posibles aliados y ya planea las acciones que llevarán al proyecto a crecer en 2020. Ya tienen en la mente varios nombres de cantantes y grupos con los que les gustaría hacer colaboraciones. #LaMúsicaNosUne Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
Alejandra Medina es una cantante colombo estadounidense que creo a Remi Sira para instaurar su propio universo musical, comenzó cantando covers de jazz y haciendo un tributo a Amy Winehouse. De esa época recuerda que todo el mundo era feliz asistiendo a sus shows, menos ella. A los 19 años entendió que tenía que hacer su propia música, se interesó por la cultura queer, drag y todo el movimiento underground de las grandes capitales y se inspiró en la estética recargada para añadir a Remi la piel que necesitaba para narrar las historias y la fantasía que representa para ella su proyecto musical.“Me gusta componer y producir vieja escuela, eso impregna mucho mi sonido, y siento que estoy dispuesta a ir estéticamente a extremos que muchos no están dispuestos a ir en la moda, la influencia queer es definitiva” afirma Remi.La cantante quiere que su mensaje sea visual más que dar un discurso con su música, cree en la importancia de construir en la estética una vida paralela para ella y para los que la siguen. “Remi es un alter ego y una faceta mía y quiero invitar a otras personas a crear su propio mundo y vivir sus vidas conmigo” cuenta Remi.Su primer sencillo Athena es una canción dedicada a todas esas personas que dudan de las capacidades de las mujeres, y siempre están colocándolas en una dualidad, acerca de la belleza y la inteligencia o la superficialidad y lo intelectual.Su nuevo sencillo Hollywood sign según Remi está inspirada en la época dorada de Hollywood. “Es un retrato musical más que una narrativa, cuando compongo me gusta sumergirme en una fantasía, un mini universo, es sobre la cultura de la fama que hay en Hollywood. Las tragedias, la ambición, la belleza, el glamour, algo que me fascina y me gusta mucho en esta industria, ese delirio que nos da este mundo.Remi quiere comunicarse con su público creando un paralelo entre el escenario y el cine. No la convencen los shows virtuales, porque afirma que no se puede cobrar por un video que ha sido previamente grabado. La cantante planea en el 2021 seguir lanzando canciones y reunirlas en un álbum o EP, por ahora tiene cuatro canciones listas incluidas las dos que ya ha publicado. Sus canciones están producidas por Pedro Rovetto, su escudero, “Nos ha ido súper bien trabajando juntos, nos entendemos y todos losreferentes que tengo los pilla de una, hablamos el mismo lenguaje” concluye Remi.
Aunque hoy, en época de distanciamiento nos parezca increíble, hubo un tiempo en el que en los conciertos (sí, íbamos a conciertos y estábamos muy cerca todos de todos) se formaban círculos de puñetazos, codazos y patadas. Esta es la historia del pogo. ¿Qué es y cómo nació el pogo? El pogo se convirtió en un código tácito en todos los conciertos en los que la música es agresiva y ruidosa. Es un ritual catártico en donde todas las tensiones y frustraciones se liberan. ¿Cómo nació?El antecedente del pogo, como lo conocemos hoy, surgió entre los 50 y 60 con el ska y el skanking, un estilo de baile caracterizado por un movimiento similar a estar corriendo, pero con golpes de puño y patadas más agresivas. Pronto el punk se apropió del skanking. La palabra pogo se refiere específicamente a un movimiento que consiste en saltar arriba y abajo en el mismo sitio. Su nombre viene de lo parecido que es a saltar en un “pogo stick”, un popular juguete usado para saltar que existe desde comienzos del siglo XX.El pogo se convirtió en uno de los pasos insignia del punk, pues la mayoría de conciertos y toques se hacían en bares pequeños, garajes y lugares en los que no había escenario y la banda estaba al mismo nivel del público. Esto implicaba que, para ver mejor, había que saltar.Gracias a la película The Filth and the Fury se popularizó el mito de que Sid Vicious había inventado el pogo. Sin embargo, dado lo básico del movimiento y su conveniencia en los shows, es difícil atribuírselo a una sola persona.El skanking y el pogo evolucionaron en lo que en inglés se llama “moshing”, lo que conocemos normalmente como pogo: una especie de baile en el que varias personas se empujan y golpean. Los primeros registros que se tienen de "moshing" son de finales de los 70 y comienzos de los 80, en los conciertos de la escena hardcore punk. Dentro del mosh también se popularizaron otros movimientos, como el llamado slam dancing, en el que un miembro de la banda se lanza al público.“En el hardcore, la banda y los fans estaban al mismo nivel. Por eso es que lanzarse al escenario estaba bien, porque eras uno con la banda”, explica Steve Blush, autor de American Hardcore en el documental The Social History of the Mosh Pit.Para Steve Martin, antiguo miembro de la banda Agnostic Front, la primera banda en hablar de moshing en el escenario fue Bad Brains, a comienzos de los 80. “Creo que ellos fueron los primeros en darle ese significado porque fueron los primeros en traer esa fusión punk-reggae que llegó al hardcore. Antes de eso, le decían Skanking”, explica Martin en el libro The Violent World of Moshpit Culture, de Joe Ambrose. En 1981 se lanzó el documental The Decline of Western Civilization, que mostró el nacimiento de la escena punk californiana y tuvo algunos de los primeros registros en video de moshing. El departamento de Policía de Los Ángeles escribió una carta para que el documental no volviera a ser mostrado en la ciudad. En Nueva York, un concierto de Black Flag de ese mismo año es recordado como el primero con mosh en la gran manzana.La popularización del pogoEl debut televisivo del mosh en Estados Unidos fue en 1981 con la presentación de la banda Fear, en Saturday Night Live, lo que sin duda lo dio a conocer a una audiencia más amplia. Durante el resto de los 80, el moshing se convirtió en el ritual insigne en la escena underground y pronto los metaleros también empezaron a incorporarlo en sus toques, como lo demuestra el video de Anthrax, Caught In a Mosh.Scott Ian, guitarrista de Anthrax, afirma: “La primera vez que vi moshing en un concierto de metal fue cuando Anthrax tocó en el Ritz en 1985. Definitivamente nosotros lo trajimos al heavy metal. Tengo que tomar algo de responsabilidad por eso”.Aunque el moshing era muy popular en la escena underground, varios factores ayudaron a que se conociera masivamente. El primero fue la creación de Lollpalooza en 1991, que reunió en un gran escenario a púbicos que tradicionalmente se reunían en sitios más pequeños. El segundo fue la llegada del video de Smells Like Teen Spirit, de Nirvana, que se convirtió en uno de los más importantes de la década.La banda Sick of It All a menudo es citada como la creadora de una de las variantes más extremas: el muro de la muerte, en el que el público se divide en 2 para posteriormente unirse en un momento explosivo. Sin embargo, su vocalista afirma que lo replicó de los conciertos de la escena hardcore de los 80.El moshing llegó al grunge y al rock alternativo y continuó su expansión en los noventa. Aunque para quienes están fuera del pogo puede parecer algo caótico, para quienes están adentro existen ciertas reglas implícitas de convivencia: no dar lo que no se está dispuesto a recibir, no empujar a quienes no quieren participar, y ayudar a quien se caiga. Por supuesto, no todos están dispuestos a cumplirlas y las lesiones graves se hicieron frecuentes.Fugazi se hizo conocida por confrontar individualmente desde el escenario a los miembros del público que hicieran moshing. “Mira, los 'slam dancers' tienen una forma de comunicación: la violencia. Así que, para desorientarlos, no les das la violencia, sino que les dices: 'Disculpe, señor'. Eso los aterra. 'Disculpe, señor, ¿podría cortar esa basura?', dijo en una entrevista Ian Mackeye, vocalista de la banda.Lanzada en 1992, la canción The Men’s Movement de Consolidated recopila grabaciones de personas dentro de los moshing con el fin de demostrar su carácter violento.Luego de que 2 personas que murieran tras ser alcanzadas por el mosh pit en conciertos de Smashing Pumpkins, la banda se pronunció al respecto. “Yo y nosotros, públicamente tomamos una posición contra el moshing”, declaró Billy Corgan, vocalista.Los mosh se convirtieron también en fachadas para la discriminación. “Por alguna razón, la música hardcore atrae a muchos neo nazis y supremacistas blancos” declaró en una entrevista Pete Koller, de la banda Sick Of It All. Una vez tocamos en Pensilvania en un barrio de clase trabajadora con Sepultura en el 91 y escaló en un motín. Nos decían: “amantes de los negros, vuelvan a Nueva York”. Koller añade que en una gira del 93 tuvo que meterse en un mosh para evitar que golpearan a un fan mexicano.Layne Staley, vocalista de Alice in Chains, vio cómo un neonazi en Suecia atacaba a quienes estaban en los mosh pits. Tras identificarlo, lo llamó al escenario y le propinó un golpe en la cara frente a todos los asistentes mientras afirmaba "los malditos nazis se mueren". En Colombia, con el primer Rock al Parque también hubo un registro temeroso. La prensa de esa época reportó que los asistentes practicaban un “baile que consiste en empujarse”, y que el colectivo Fuerza de paz estaba ahí para evitar que las cosas “se salieran de control”. Pero el momento en el que el pogo ganó más visibilidad fue en conocido Woodstock 1999, recordado por los desmanes y hasta violaciones por parte del público. El moshing en todas sus variantes y sus fans fueron estigmatizados por los medios.En el 2000, en su programa satírico The Awful Truth, Michael Moore creó un “moshpit portátil” en la parte de atrás de un camión e invitó a los precandidatos presidenciales del momento a unirse, al ritmo de Rage Against the Machine. Solo uno lo hizo, el republicano Alan Kayes. En el debate con los demás candidatos de su partido, ellos hablaron al respecto: “¿Cómo fue estar en el mosh pit?”, le preguntó George W. Bush. Su contendor Gary Bauer lo usó en su contra y se refirió a Rage Against the Machine como "The Machine Rages On" y dijo que el grupo era “anti familia, a favor de policías, y pro terrorista”.Aunque el moshing ya dejó de ser algo novedoso, sigue generando debate. “Creo que, especialmente en Estados Unidos, el moshing se ha convertido en un tipo de bullying. El tipo grande se para en el medio y arrasa con los pequeños que se acerquen. Ya no hacen bien el moshing. Eso apesta porque no se trata de eso. Esas personas deben ser expulsadas. Un mosh correcto es una buena forma de estar en grupo, bailar y hacer lo tuyo”, explica Chris Fehn, baterista de Spliknot en entrevista con Loudwire. Aunque existan asociaciones negativas, lo cierto es que el pogo se mantendrá como el ritual por excelencia de la música más pesada y a punta de puño y "pata" se mantiene como la principal forma de catarsis del rock.
Aunque es frecuente que conozcamos a los pioneros del rock en el Reino Unido, Estados Unidos, México y Argentina, cuando se trata de Colombia a menudo no tenemos claro cuáles fueron esas bandas que iniciaron el movimiento en nuestro país. Llegó el momento de hablar de rock colombiano.Recomendado | “Las mujeres son el futuro del rock latinoamericano”: Gustavo Santaolalla, productor musical argentinoFelipe Arias (historiador e investigador), Jacobo Celnik (periodista musical) y Tania Moreno (ex integrante de la banda Génesis), ratifican que, contrario a lo que muchos piensan, en Colombia sí hay una historia que rescatar de los inicios del rock porque lo que ocurrió en la década de los 60 fue la semilla para que las futuras generaciones recibieran respaldo y apoyo.Para leer | 'Rompan todo': la respuesta del curador de Rock al parque sobre las pocas menciones del festivalFRASES DESTACADAS DE LA CONVERSACIÓN“Hubo un entusiasmo enorme en los 60 con discos, conciertos y eventos, pero de repente se desinfla porque hubo una estampida de músicos. Las disqueras soltaron el rock porque ya no lo consideraban importante a pesar de tanto dinero que recibieron”: Tania Moreno“Acá se tiene un total desinterés por la memoria histórica del rock colombiano, es lamentable. Defino los años 60 como un gran romanticismo por parte de los músicos, que hicieron grandes esfuerzos tocando puertas. Fueron una semilla que dejaron cosas muy valiosas, en los setenta aparecieron bandas muy valiosas y los ochenta fueron más interesantes”: Jacobo Celnik“Celebro que existan iniciativas como el documental Rompan Todo, con todo y las críticas que un sector importante del público ha hecho. Es algo que nos ha puesto a hablar del tema, por un lado, del rock latinoamericano, pero también del rock colombiano y del potencial que tienen los archivos que han documentado esta historia”: Felipe Arias.Para ver | ¿Por qué Bogotá es una ciudad tan metalera?Recomendado: Racismo en Colombia, industria musical y los ecos del Black Lives Matter¡La música nos une!
Desde su creación en 2010, el Festival Centro ha buscado consolidar una oferta de sonidos diferentes, incluyentes y plurales, marcando así el inicio de la programación cultural en Bogotá. Este año, en alianza con Teatro R-101, el Festival cuenta con un cartel de 20 agrupaciones y artistas musicales: 10 del centro de Bogotá, 7 nacionales y distritales y 3 internacionales, además de una completa franja académica.La FUGA orientó sus esfuerzos en la reactivación del sector de las tres localidades del centro, haciendo honor al nombre del Festival. En diciembre, del 2020, escogieron las agrupaciones que harían parte de la franja especial dedicada al centro, la FUGA abrió una convocatoria pública que contó con la participación de más de 80 bandas y agrupaciones. Un grupo de curadores invitados, integrado por Chucky García, Mariangela Rubbini y Juan Sebastián Basto, seleccionó a las agrupaciones Curupira, Lika Nova, Ensamble Baquiano, Hombre de Barro, Flor de Jamaica, Kubango, Mismo Perro, Aldo Zolev, Cescru Enlace y Los Ministriles.La cuota colombiana la completan Frente Cumbiero, LosPetitFellas , Romperayo, El Quinteto Leopoldo Federico, y Dafne Marahuntha, El público infantil también tiene su espacio con el Homenaje a Tita Maya y Cantoalegre, que contará con invitados nacionales e internacionales. Luz Mercedes Maya, más conocida como Tita Maya, es una profesora, compositora y maestra musical que creó la Corporación Cantoalegre y compuso más de 200 canciones infantiles y diversos materiales como libros y cartillas. Y finalmente, como Festival sin fiesta no es festival, La Recontra llega con sus sonidos difíciles de clasificar pero sencillos de gozar, con una rumba muy colombiana.Los invitados internacionales del festival son: Javiera Mena de Chile, La Bruja de Texcoco de México y Escalandrum de Argentina. Javiera Mena ha dado con la fórmula disruptiva para lograr un lugar en el pop bailable de la industria latinoamericana. Por su parte, La Bruja de Texcoco, Octavio Mendoza, es amante de la transfeminidad y de la tradición mexicana; y Escalandrum, creada por Daniel “Pipi” Piazzolla, nieto del famoso Astor Piazzolla, llega con su fusión de jazz, tango y folclore como parte del homenaje a Astor Piazzola en los cien años de su nacimiento.Reconociendo la importancia de los referentes formativos distritales, el Festival también presentará un espacio para visibilizar procesos que adelantan diferentes entidades para fortalecer los talentos de niños, niñas y jóvenes. Por esta razón, se exhibirán en la tarima virtual los resultados del programa Vamos a la Filarmónica, que realiza procesos de formación musical a través de los Centros Filarmónicos Escolares, los Centros Filarmónicos Locales y Hospitalarios y la Orquesta Filarmónica Pre juvenil. También estará presente el programa Crea del Idartes, que busca ampliar las oportunidades para el disfrute y la apropiación de las prácticas artísticas en los diferentes ámbitos comunitarios.Como ya es costumbre, el Festival Centro contará con una agenda académica que abordará la relación de la música con áreas como la filosofía, el cine, el teatro, las artes visuales y la literatura. Dentro de los invitados se encuentran el periodista argentino Tomás Balmaceda, que ha escrito en medios como La Nación, Clarín y Página 12; Juancho Valencia, el líder de la agrupación Puerto Candelaria; el director y dramaturgo Johan Velandia, la artista Carmen Gil y el periodista Jaime Andrés Monsalve, entre otros.
Con la dirección musical de Alejandro Muñoz, Juancho Torres y su Orquesta llevan 26 años rescatando el folclor de la costa Caribe y representando a nivel nacional e internacional la música colombiana. Cada jueves, en Teatro Digital se estrenará un nuevo espectáculo que se podrá ver durante una semana a través de la página y la cuenta oficial de Facebook del Teatro Mayor.A través de esta plataforma, el Teatro Mayor retransmitirá del 21 al 28 de enero la Gala del porro, que tiene como protagonista a Juancho Torres y su Orquesta.Juancho Torres fue un compositor, director y uno de los músicos más representativos del folclor colombiano. Nació en Sincelejo, se formó en Inglaterra y se encargó de construir un legado enfocado en destacar los ritmos del caribe.El pasado noviembre del 2020, el escenario del Teatro Mayor recibió a la agrupación Juancho Torres y su Orquesta en el marco de la Gala del Porro, un evento que homenajea este género musical.Actualmente, la agrupación cuenta con la dirección musical de Alejandro Muñoz Garzón y su directora general es la hija de su fundador, Juliana Torres Berrocal. Con más de 20 años de trayectoria artística, esta orquesta pondrá en escena un repertorio lleno de canciones inolvidables, como Carmen de Bolívar y María Varilla.La programación de la plataforma está dividida en cuatro franjas: Lo nuestro, con presentaciones de los grandes referentes de las músicas colombianas; Grandes espectáculos, que destaca los montajes de gran magnitud que han pasado por la programación del Teatro Mayor; Armonía Sura, que agrupa los grandes conciertos de las orquestas de música clásica más importantes del mundo, y Ventana de América, compuesta por espectáculos de la red de teatros de Ola Ópera Latinoamérica.Adicionalmente, el Teatro Mayor continuará con sus campañas de contenidos digitales de la Teatropedia, un programa de responsabilidad social en alianza con Sura que ofrece contenidos pedagógicos a través de diversas piezas, y la franja #15MINBienestar, en la que los bailarines de la Compañía de Danza del Teatro Mayor ofrecen clases virtuales diarias.
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Pitizion es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Sebastián Peña // @SebasNews María del Pilar Pérez tiene sus raíces en Granada, Meta, y tiene los elementos justos para ser la primera estrella pop colombiana de los llanos orientales. Su nombre artístico, Pitizion, es la combinación de la forma en que su familia la llamaba desde que era una niña, Piti, por su estatura, y Zion porque fue el nombre que un rastafari le puso a unos dreadlocks que se mandó a tejer en su adolescencia. De pequeña se escuchaba a Ricardo Arjona, Silvio Rodriguez y Joaquín Sabina, pero después se encontró con las canciones de Melendi o Calle 13, que la ayudaron a encontrar su identidad musical. A los 14 años tuvo que irse a vivir a Miami porque su familia recibió algunas amenazas y tuvo inconvenientes que los llevaron a decidir buscar nuevas oportunidades lejos de Colombia. Empezar una nueva vida en Estados Unidos le ayudó a forjar el carácter necesario para que ‘Piti’ creara planes más sólidos. Al salir del colegio empezó a actuar en televisión y durante seis años participó en dramatizados para cadenas como Telemundo o Nickelodeon. Luego de explorar la actuación decidió darle un giro a su vida, empezó a vender productos exportados de China y esta fue su transición para enfocarse en su principal sueño: la música. “Mi proyecto lo defino como una hippie que rapea en el universo del pop urbano. No me peleo con ninguno de los sonidos que están predominando en este momento, aunque me considero más una cantautora moderna porque siento que me representan más mis letras que un sonido en específico”. Con la música, Piti empezó subiendo videos a sus redes sociales. Fortaleció una comunidad de seguidores y se acercó a personas de la industria musical latina. Andrés Saavedra, Vicepresidente de A&R de Universal Music Latin, Machete Music y Capitol Latin, es hoy el productor musical de Piti y la persona que le ha ayudado en estos años a creer en su talento. Piti firmó contrato como artista de Universal Music y empezó a lanzar temas oficiales en 2019. Sus primeras canciones, Ella, Tu última canción y Fui lo que soy, lograron ingresar en listados virales de Spotify engordando sus números digitales. Para ella, lo más interesante que le arroja la data de YouTube y los demás servicios de música en streaming es el porcentaje de mujeres que la escuchan, una cifra muy superior a la de hombres. Por eso Pitizion dirigió sus esfuerzos en la composición para que cada letra tenga un mensaje positivo para las mujeres. En 2020 va a fusionar su música con varios talentos. Tiene listo un featuring con Alejandro Santamaría llamado La Independiente y en los próximos meses anunciará una colaboración con otra colega suya, un peso pesado del pop urbano en América Latina. Entre sus planes para este año también está invertir muchas horas en el estudio de grabación para crear temas que se conviertan en himnos. #LaMúsicaNosUne Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. La Muchacha es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Nadia Orozco // @LadyEmpanadia Isabel recuerda como una postal aquellos días en los que empezó a componer sus primeras canciones. Fue en las calles de su natal Manizales, tomando cerveza con sus amigos que, aunque tenían sus gustos comprometidos con el metal, la animaban a cantar. Con ellos escribió una canción sobre la noche que repetían en sus encuentros. Empezó a acompañarse de la guitarra, grabó tres canciones, pero luego esas grabaciones desaparecieron. Pasaron varios años para retomar la escritura, pero el momento simplemente fue el preciso. Después de una caminata con un amigo, llegó a su casa y aún sin entender el origen de una receptividad excepcional, empezó a tocar dos acordes y, tal y como ella lo describe, escupió la letra de Serpiente. Esa canción no solo la hizo escarbar profundamente en su ser femenino y cómo lo vivía, sino que, como una llave, abrió la puerta por donde entraron con una fluidez inesperada, las otras canciones que nutrieron Polen, el trabajo debut que lanzó en el 2018. De ahí en adelante en ese álbum de 8 tracks, Isabel entregó un manifiesto sonoro de sus convicciones. Con brío le habla al presidente sobre los páramos, se agarra con fuerza de las mujeres de su familia, se dedica a dibujarnos en la mente paisajes con descripciones minuciosas y hermosas. ‘La muchacha’, como decidió nombrar su proyecto, encontró eso que muchos tardan tanto en encontrar: su propia voz. Supo entonces que quería hablar en sus canciones de lo que le molesta, de lo que no, de su cotidianidad y en el camino se dio cuenta que la jerga popular, le salía naturalmente. “Yo soy muy boqui sucia”, dice Isabel para describir su forma de hablar y escribir y, en el momento en el que se le pregunta sobre su forma de componer, no duda en poner sobre la mesa un referente importante: Edson Velandia. Precisamente después de su concierto en el Festival de la Tigra en Piedecuesta, organizado por el propio Edson, su nombre se instauró en los círculos de cantautoras y su música se empezó a enmarcar dentro de la canción protesta. Ella asume esa etiqueta, entiende que su crítica social es incisiva y no va a parar, pero tampoco quiere condicionar su proceso creativo; por el contrario, armada únicamente de su guitarra, La Muchacha promete diversidad y no solo en sus letras, sino también en su música pues esas arduas exploraciones en el folclor, van acompañadas de curiosidad en otros géneros como el rap e incluso el reggaetón (ya tiene el primero, uno sobre el acoso callejero). Con objetivos fijados como propiciar más espacios para las mujeres en la industria, seguir defendiendo el medio ambiente, transformar su entorno, continuar homenajeando la herencia de su madre cantante y robusteciendo la tradición de cantautoras en Latinoamérica, Isabel Ramírez Ocampo, La Muchacha, promete lanzar Canciones crudas, su segundo disco, en este primer semestre del 2020 bajo el sello In-Correcto. En esta nueva entrega, será solo ella y su guitarra, un disco austero y como bien lo dice su nombre crudo. “Porque, aunque sea más confrontador, esto es lo que tengo para ofrecer: mi guitarra y mi voz”, dice La muchacha Isabel. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Radiante es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Alfred Lord //@AlfredLord Eka y Arturo Brahim están convencidos del poder que tiene la música, traducido en un propósito: trasmitir sus vibraciones positivas a todos los que escuchan. “Es una música pensando en todo lo que hemos sentido en nuestra vida, que se conecta con el resto de seres humanos, las letras hacen alusión a las vivencias similares que unen a todas las personas, por eso se relacionan con la gente”. Radiante inició como un proyecto de un productor con músicos invitados, con sonidos de música folclórica más electrónica, sumando diferentes ritmos tropicales y el folclore Pacífico y Caribe. De esa primera investigación hay un resultado su primer álbum Cadencia natural, donde trabajaron con Eryen Korath una maestra de la marimba de Buenaventura y con Lázaro, cantante bolerista y sonero. Arturo sacó un EP en solitario llamado Tropical Wave, que de alguna manera encaminó el proyecto hacia nuevos sonidos tropicales, y aquí apareció Eka con su alegría, su dinamismo, su voz, su magia. “Lo que vienen es una nueva música tropical de alta vibración para bailar y el baile como liberación, terapia de vida, antes las canciones eran más emocionales y oscuras con melancolía, tristeza bailable, una evolución y un proceso, ahora cantamos y bailamos la vida con alegría”, cuenta. Eka continúa activamente con sus proyectos musicales Sidestepper y Los Gordon (en el que canta junto a sus hijos), donde explora ampliamente los sonidos de todas las regiones colombianas. La primera canción que se estrenará este 2020 será Electrochoke, que junto a varios sencillos sumarán el material necesario para un nuevo álbum en el segundo semestre del año. Este primer track es una gama de propuestas y una evolución de la salsa, con fusión de folclore y elementos electrónicos. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Nik Salazar es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Alfred Lord // @AlfredLord Desde su infancia Nik estuvo involucrado en el mundo artístico. Teatro, actuación, música. En la actuación se destacó su participación en Chica Vampiro, en el 2013. Pero hoy la música ocupa todo su tiempo y dedicación. Para lograr todo lo que se ha propuesto, cuenta, va paso a paso, preparándose, porque es consciente de que lograr un buen nivel de aprendizaje es una tarea que nunca termina. Tomó clases de canto y piano en Los Ángeles y se ha rodeado de grandes productores que han interpretado muy bien sus intereses musicales. Sus sonidos son una mezcla de pop con ritmos urbanos. Su gran influencia viene del pop anglo de finales de los 90 y principios del 2000 donde artistas como Backstreet Boys, Michael Jackson, Phil Collins entre otros, alimentaron su gusto musical. Es consiente que la música cambia todo el tiempo y que cada vez hay menos reglas y más fusiones, porque la música es universal y los géneros ya no dividen. En su discografía ya tiene 20 canciones. Su primer EP homónimo tiene dos canciones producidas por Mauricio Rengifo, Nena, y No sabes tratar un corazón; el segundo, All Yours, tiene canciones en español e inglés. Este ejercicio de escribir en inglés lo acercó a la música de sus ídolos, pero quería hacer algo que tuviera más sabor latino y regresó al país para hacer música con sonidos urbanos. Éxtasis fue la canción con la que dio el giro de la balada romántica al pop, pero el sonido que lo define llegó con 5 letras, su carta de presentación. Un viaje que viene de la mano de un buen ejercicio de producción y composición. Los productores aliados para conseguir este sonido fueron los Rudeboyz, Slow y Alenoise. La mayoría de sus letras son de amor y desamor, pero también de temas universales como la unión y la solidaridad entre todos, por eso para el mundial de Brasil 2014 hizo We are one, canción que participó en el concurso oficial que buscaba la canción del mundial, quedó entre las cinco finalistas, su nombre cruzó fronteras y esta participación le representó reconocimiento. Tuparami es el primer feat junto a Dragón Rojo. Su más reciente lanzamiento, Negrita, fue compuesta por Alenoise y Nik, y producida por MasterWaves. En el 2020 vienen nuevas colaboraciones y giras que llevarán la música de Nik Salazar. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. L’Xuasma es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Paula Ricciulli @RicciuP A L'Xuasma su mamá siempre le ha dicho que es muy terco. Pero esa terquedad es la que, según él, le ha permitido consolidarse en la escena independiente de Cartagena. En una ciudad en la que predominan la champeta y el dancehall, L'Xuasma es reconocido por hacer rap y es uno de los MC más destacados de La Heroica. Con beats clásicos y letras inteligentes, L'Xuasma fue el ganador del Shock Fest Cartagena y dejó el nombre del hip hop muy en alto. Indomestikble (2017) fue su primer EP, un trabajo autobiográfico. “Fue una producción que me tomó mucho esfuerzo, pero ha sido una de las experiencias más gratificantes de la vida”, cuenta. En una palabra, L'Xuasma define su propuesta como sobria. Para él, más que hacer lo que le gusta a la gente, lo importante es sentirse satisfecho con su trabajo. “Trato de hacer el rap que me gusta a mí. El rap suele ser competitivo, y busco retarme y medir mis habilidades. Mi música no es contra ningún género, sino contra la música vacía que no dice nada. Quiero sembrar algo en la gente”. Para 2020, espera seguir ratificándose como uno de los MC más importantes del Caribe y demostrar que en la costa hay una escena hip hop sólida, en una región conocida por otros estilos musicales en las que el rap sigue siendo algo inusual. Precisamente, L’Xuasma considera que el rap será un género que ganará muchos espacios en la próxima década, pues cada vez gana más públicos. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Jamblock Jr es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Santiago Cembrano // @scembrano - Fotos: Cortesía Dogma 94, Moraleja Visual y Anacaona La voz de Jamblock Jr suena a aceras y pavimento. Representa a San Mateo, Soacha, y desde ahí se perfila como un rapero importante para la movida capitalina. Sin gritar, sus rapeos cargan autoridad y peso: es claro que conoce de lo que habla y que respeta y cuida el rap. Su estilo es atemporal, y, aunque algunos lo llamarían noventero, va más por el arte de cuidar las barras, de ser original y de rapear cada vez mejor, manteniendo viva una esencia que es indescriptible pero que se siente cuando está presente. Con la Justa Junta, su colectivo, llevan sabor a rap estricto a cada tarima que pisan, y con sus videoclips Jamblock Jr muestra más de su identidad, llena de vinilos, blanco y negro y salsa. Hombre de pocas palabras, prefiere hablar a través de sus rimas, como las que se encuentran en La Puerta Mixtape (2018), un proyecto destacado del rap bogotano de los últimos años. Este 2020, Jamblock presentará su álbum debut: DOGS ON EARTH/ Parte 1; poco después de presentar el primer sencillo del proyecto: De Patio A Patio, un tema en el que –en colaboración con el caleño Izla– escupe rimas sobre la situación política que vive Colombia. En Sesion 93, corte de su mixtape La Puerta, Jamblock inicia la canción definiendo su labor como MC. “Que suene el rap en su punto, yo solo luzco; respuestas que no sé, aún las busco, cuando las encuentro las seduzco con los pensamientos bruscos que deduzco”. Más adelante añade: “la calidad se trata de ser serio y pulcro”. Así, el quehacer de Jamblock va por interrogar su entorno con el rap como método. Este proceso va tanto para fuera (en cuanto narra y pone en rimas su vida) como hacia adentro, buscando esas respuestas esquivas a las preguntas que van surgiendo. Y claro, siempre está la máxima que cubre todo: seriedad y pulcritud, hacerlo bien. El rap de Jamblock Jr es serio y sobrio, no se distrae con adornos innecesarios ni con florituras edulcoradas. El norte se mantiene claro, y es por eso que cada paso que ha dado ha sido con fuerza. Cada canción, cada video y cada movida es coherente con el proceso general que ha llevado. O dicho de otra forma en Diestra y Siniestra: “la mierda fluye cuando es seria, eureka”. El rap de Jamblock Jr suena a Bogotá: a una noche lluviosa, a una madrugada fría, a un barrio inclemente, a todos los que encuentran la forma de resistir y hacer lo suyo en la ciudad. Sin caché, rap rolo y cachetudo, lo define en Respirer Ma Ville. Verlo rapear en vivo transmite la misma sensación: un rap nublado y oscuro que pega con fuerza cada vez que suena; es inevitable para todos los presentes en una sala de conciertos levantar la mano al son de la batería cuando Jamblock está en el micrófono, como identificados por sus palabras y sus ideas. De esta forma, sus canciones están listas para representar a Bogotá en esta nueva década, retratando su atmósfera con precisión y profundidad. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Shonny y El hijo del búho es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Mariangela Rubbini // @Bilirubbini Shonny Rincón y Julián Sarmiento integran este dúo barranquillero que comenzó a crear música en el año 2017. Ella es su cantante y compositora y él, su productor y arreglista. Esta dupla creativa y maravillosamente atrevida, define su música como World Beat/Indie Pop, como una alquimia musical, en la que los ritmos y sonidos latinoamericanos se mezclan con la universalidad de los beats de la electrónica. Durante el 2019, Shonny y el hijo del búho estrenó dos canciones: Encuentros y Horizonte. La primera de ellas es una fusión de Bossa nova, Trip hop y Latin reggae. La segunda, una mezcla de House, Indie pop y ritmos raizales colombianos. Lo que ellos dicen hacer es “música para estimular el alma”. Y realmente lo es. Sobre este proyecto, el reconocido productor británico Phill Vinall, quien ha trabajado con agrupaciones como Placebo, Pulp y Zoé, dijo que ellos tenían “control absoluto de su sonido, y que este es refrescante, y poco predecible”. En el otoño del 2019, Shonny y Julián estuvieron de gira por Europa, en España y Alemania. Su música fue incluida en la banda sonora de la serie del Canal RCN, La ley del corazón 2 y con el videoclip de la canción Encuentros, entraron en el Hot Ranking del canal HTV. Aún no hemos tenido la oportunidad de ver un show en vivo de Shonny y el hijo del búho, pero cuando se escucha su música es imposible no detectar cuan interesante es el mensaje que transmiten, su juego sonoro y el gran potencial que tienen, tanto por la propuesta musical como estética, aunque les haga falta aún terminar de construirla y de pulirla. Como ellos mismos lo aseguran, el 2019 fue el año de salir al ruedo, de presentar sus canciones, y la respuesta de quienes conectaron con sus canciones fue muy positiva. Eso les dio la “seguridad y la convicción para seguir creyendo en el arte”. Saben que como artistas no pueden estar desconectados de la realidad, que tienen una responsabilidad social y que, lo mismo, sus canciones hablan de conectarse con uno mismo, con la vida y con la naturaleza. Hace poco escribieron, incluso, un tema que habla del Paro nacional. Este 2020 quieren tocar, girar por Colombia lo que más puedan, y regresar a Europa. Para el mes de febrero tienen listo un nuevo sencillo, titulado Camino a casa, que hicieron durante los tres meses que pasaron en la montaña creando nuevas canciones. Esperan que este año también vea la luz un mixtape que reúna toda la música que han hecho durante los últimos meses. Shonny y Julián confían en que, gracias a las plataformas de streaming, se reduzca cada vez más, la brecha que hoy existe entre la gran industria y las músicas independientes. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Llane es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por Mariangela Rubbini Q. // @bilirubbini Después del anuncio de su salida de la agrupación Piso 21, pasaron varios meses antes de que Juan David Castaño, más conocido como “El Llane”, se lanzara al ruedo como solista. Sin embargo, finalizando el segundo semestre de 2019, y después de la ansiosa espera de sus seguidores, finalmente vio la luz un primer sencillo titulado Más de ti, que compuso y produjo junto a otro paisa, el talentosísimo creador de hits: Sky. Llane aprovechó la salida de esta canción para lanzar también un documental sobre su vida, y se dedicó a preparar el show en vivo y la música que estrenará este 2020. Él dice estar muy emocionado y ansioso porque presentará, por fin este año, su primer EP, y porque de la mano de su disquera, Warner Music, y de su equipo de management, recorrerá Colombia, otros países de Latinoamérica, y Estados Unidos, presentando esta propuesta musical y el performance en el que ha estado concentrado los últimos meses. Definitivamente, los 12 años que compartió junto a sus hermanos de vida en Piso 21, le dieron al Llane, hoy de 29 años, la cancha y la confianza para lanzarse en solitario. Pero quizá también, la muerte de su mamá, lo haya hecho caer en cuenta de la urgencia de no aplazar sus sueños individuales y de hacerlos realidad. Este 2020, descubriremos muchas de sus vivencias recientes plasmadas en música. Sabemos también, que se vienen algunas colaboraciones. Él espera que el público y los medios sepan recibir lo que se trae. Este en un momento en el que muchos ritmos y géneros se están mezclando cada vez más, y en el que la música latina cobra cada vez más un papel protagónico en el mundo, por eso Llane dice que hay que buscar la perfección en cuanto al sonido, la musicalidad y los arreglos. Y, precisamente por eso, cree que el panorama se pondrá cada vez más interesante. El artista paisa ha decidido dejar atrás muchos de sus miedos y dedicarse a cantarle a la gente “de la forma más honesta y desde lo más profundo de su corazón”. Está convencido, además, de que este será uno de los mejores años de su vida. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Lobotómicos es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Johana Arroyave @JohanaArroyave Subestimar las conversaciones del día a día (virtuales o cara a cara), las críticas sociales y las noticias de este país, sería desaprovechar un material exquisito de ideas que podrían convertirse en arte. Lobotómicos se dio cuenta de esto y crearon una de las bandas más sonadas de Santander. El grupo es un trio de rock – punk bumagués, que de lo cotidiano sacaron la parla lírica con la que hacen una a una sus canciones. La banda la componen Julián Quijano (guitarrista y voz), Diego Tarazona (bajo) y Luis Miguel Güiza (batería). Juntos son irreverentes, explosivos, vale vergas – en sus letras-, críticos y perdieron el miedo a hacer el ridículo hace rato. Desde el 2017 vienen haciendo música sin mayor pretensión, solo se juntaron un día como amigos a ver qué salía y he aquí la banda ganadora por Bucaramanga de nuestro Shock Fest 2019. En 2018 fueron seleccionados para abrir el concierto de La Pestilencia en Bucaramanga y en febrero de 2019 hicieron parte del tercer Festival de la Tigra en Piedecuesta (Santander), compartiendo tarima con referentes de la escena local y nacional como Polikarpa y sus Viciosas, Velandia y la Tigra, Los Pirañas y El León Pardo. Ese mismo mes fueron portada de la revista COMA en su edición homenaje al Rock y lanzaron su primer EP homónimo. Su fuerza escénica, el poder que tienen para descontrolarlo todo con público en vivo y la originalidad de su esencia fue lo que nos hizo escogerlos como una de nuestras apuestas Shock 2020. Su primer anuncio para este año es un sencillo llamado Una ñera me salvó, el cual habla de un tipo que tiene dengue hemorrágico y se enamora de una enfermera que resulta ser bien gamina. “La nena, a punta de amor, le sube las defensas, el mansito se pone bien y aprende una que otra maña”, así lo describió Julián Quijano. Todas sus letras son por el estilo: melodías fáciles de digerir que no conocen límites. Se pueden ir a la mierda con una crítica social latente, o con un chiste sacado de su último chat, o tan solo burlarse de situaciones cotidianas casi vergonzosas y ridículas que nos pasan a todos, como tropezarse estúpidamente y romperse el peroné, tener gastritis y, tal vez la más importante para ellos, pelear o gritar frente a un televisor viendo fútbol, todas ellas impulsadas por la energía del rock y su estridencia en tarima. Los podrán ver en vivo el 24 de enero en la final nacional del Shock Fest 2019. Este trio competirá contra Mad Tree (finalista Bogotá), Chelo (finalista Medellín), Dawer X Damper (finalista Cali) y L'Xuasma (finalista Cartagena). Si quiere asistir aquí le explicamos cómo Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Encarta 98 es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Johana Arroyave @JohanaArroyave Mensualmente reciben mensajes internacionales de docenas de personas pidiéndoles ayuda con tareas de geometría, o para preguntarles si existe alguna app con información donde puedan estudiar y resolver dudas. Casi a diario tienen que explicar que no son una enciclopedia, sino una banda de Shoegaze. Tal vez no pueden resolver dudas matemáticas, pero sí son capaces de llevar a quien los escuche por un viaje musical con paradas nostálgicas. Ivanna Palacio (voz y teclados), Javier Gómez (guitarra), David Rivera (voz y guitarra), Juan Camilo Ortiz (bajo) y Sergio Londoño (batería) son los músicos que están detrás de Encarta 98, una banda con energía suficiente para crear sonidos capaces de envolvernos por un recorrido musical delirante y adictivo. Este proyecto musical nació en 2015 con la intención de componer melodías de vaporwave (género musical surgido a principios de 2010 y que combinaba sonidos y estilos de los años 70 y 80), inspirados también por la estética que supuso Windows 98 y XP. De esta reunión de referencias que evocaban al pasado y la nostalgia nació el nombre de la banda, que al principio fue un chiste, pero la broma se puso seria. En 2018 lanzaron su primer Ep, E://98. Eran cuatro canciones que les abrieron la puerta a varias presentaciones en Bogotá, Medellín y Bucaramanga, a estar en el cartel del festival Hermoso Ruido y a una gira por México. Para este año prometieron lanzar su primer trabajo de larga duración, “un álbum mucho más elaborado y que abarca distintos estilos, texturas, arreglos de producción e instrumentalización” así lo describieron los chicos de Encarta 98 y, aunque no han revelado cuál será el nombre, sí dejaron claro que va a ser perfecto para refrescar el sonido de la banda. En septiembre de 2019 nos dieron un abrebocas de lo que sería el álbum con Retomar, una canción nostálgica que habla abiertamente del desamor, con sonidos mucho más fuertes, guitarras poderosas y de fondo la voz dulce de Ivanna, que va conduciendo a la canción por una atmosfera capaz de erizar la piel. Mientras esperamos el álbum, podemos alistarnos para verlos en vivo en abril de este año, pues debutarán en una de las tarimas de Estéreo Picnic 2020. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Elevn es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Johana Arroyave / @JohanaArroyave A Elevn lo conocimos cuando se llevó el trofeo como uno de los freestylers más audaces y brillantes de la Batalla de los gallos de Red Bull en 2017. Ese fue tan solo el inicio de una carrera en la que ya cosechó reconocimientos y dejó en alto su nombre. Un año después dio el salto. Hizo cuatro sesiones de improvisación junto a Diamante Eléctrico y fue seleccionado como imagen oficial de la ropa de Batalla de Los gallos; fue campeón de la competencia de freestyle Supremacia MC; lanzó su single FCKTU, producido por Alka, y se montó a la tarima de Estéreo Picnic con Crew Peligrosos. El man es una de las evidencias más notorias de que el rap hecho en Colombia pasa por uno de sus mejores momentos. Su proyecto musical es una mezcla de rap y trap. Un amasijo de beats contundentes, con relatos y reflexiones sobre la vida y la sociedad. Con conceptos místicos, de evolución y una búsqueda de mejoramiento continuo como especie ante el mundo. Hablar con él es sencillo, sus respuestas son largas, claras y las suelta como si estuviera declamando un cuento en un concurso de escritura. Así son sus letras y sus rimas. Elevn no solo hace música, también es un improvisador muy ágil. En 2019 viajó directo al RBMA (RedBull Music Academy) que se hizo en La Habana (Cuba) junto a raperos y freestylers de la talla de Aczino, Chuty, Skone, Cehzar entre otros, con quienes grabó cinco canciones y una de ellas solo de improvisación. Al mismo tiempo, lanzó su tercer sencillo, Zentido, y fue seleccionado para Red Bull Songs en Los Ángeles, donde junto al rapero español Arkano representó el rap latino en jornadas de composición. Para el 2020 su agenda sigue llena. Lanzará su cuarto sencillo, 23, un track que habla de la cotidianidad, la modernidad y la sociedad en la que nos estamos moviendo. En este lanzamiento lo acompañará el freestyler y MC bogotano Yoda. También saldrá su primer EP, un compilado que bailará en medio de elementos melódicos como el pop el trap y hasta el reggaetón. Rimas puras y duras que tienen una crítica social de fondo muy fuerte y nos recuerdan la oscura realidad latente del mundo en el que vivimos. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. El último Meridian es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Paula Ricciulli // @RicciuP El bogotano Eblis Álvarez es, de lejos, uno de los músicos más arriesgados e innovadores del país. En Meridian Brothers y Los Pirañas, dos proyectos fundamentales de la escena alternativa electrónica en Colombia, se ha destacado por su capacidad de experimentar con la psicodelia, la electrónica, rock, y la música tropical colombiana y latinoamericana, entre otros géneros. Su nueva apuesta, ahora como solista, es El último Meridian, descrita por él como “una simulación de gueto, una representación de encierro”. El último Meridian tiene influencias que están dadas por los parámetros convencionales de la música urbana, como la base de instrumentos electrónicos y la voz, pero “las fuentes de inspiración son diversas: el rap, los beats, y las colaboraciones de raperos ficticios famosos”, cuenta Eblis. El resultado es “un collage caricaturesco de uno de los guetos que se expresan a través de la música”. Eblis rescata la importancia del gueto, “una de las pocas opciones que nos quedan en nuestro ambiente hipercomunicado y veloz. El encierro es uno de los pocos preservantes de la imaginación”, agrega. Muere una Flor, su primer sencillo, es una versión libre y depurada de uno de los clásicos del Binomio de oro, lanzado en 1980. Una melodía que parece haber sido pasada por una válvula que filtra y depura los matices y la cadencia del acordeón hasta convertirse en una versión más oscura, surreal y bailable en otros tiempos. Con el sello independiente In-Correcto, lanzará, próximamente, su primer álbum. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Dawer X Damper es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Mariangela Rubbini // @Bilirubbini Dawer y Damper son hermanos, y son caleños. Se llevan solamente un año de diferencia de edad y han pasado más de 10 haciendo música juntos. En 2019, estuvieron en las semifinales regionales del Shock Fest y unos meses después llegaron a la Gran Final Nacional, que se realizó en Bogotá. Cuando los vimos por primera vez en una de nuestras tarimas, e incluso antes, cuando recibimos el material que enviaron para participar, nos dimos cuenta que, en su propuesta, tanto visual como musical, había mucho flow y, también, mucho estilo. A los dos los conocíamos de antes, por otro proyecto musical que también integran: Alto Volumen, y con el que participaron en otra edición del festival de bandas de Shock. Bemba y Destrave, sus más recientes lanzamientos, disponibles con videoclip en YouTube y en todas las plataformas de streaming, dicen mucho de la esencia de su proyecto: el colorido, la fluorescencia y la estética llamativa, la jerga de la raza negra y el sentirse orgulloso de ella, de su pelo, de su color de piel. En últimas, de resaltar y de darle relevancia a la belleza afro, más allá de los estereotipos. La fiesta, el baile y el desparpajo a la hora de contar sus historias y las del muchos otros que, como ellos bien lo dicen, no se atreven a hablar. Siendo niños pasaron por grupos de danzas folclóricas y tradicionales. Hoy, lo suyo es el hip hop, el dancehall, el afrobeat, el modeup, el moombahton, e incluso el trap. Afrofuturismo y Flow estethic son dos de los conceptos que definen muy bien su proyecto. Dawer y Damper se atreven a asegurar que el poder musical y estético del afrobeat, así como los sonidos más underground, terminarán siendo estilizados cada vez más y acercados a las masas. Para ellos, también los dúos y las mujeres, así como el empoderamiento de quienes hasta ahora no habían hecho sentir su voz, cobrarán cada vez más, un papel relevante en la industria de la música. Y ellos, definitivamente, quieren ser parte de la reescritura de esa historia. Para el 2020, que proyectan como un año muy significativo en su carrera musical, dicen tener planeada una gira por varias ciudades del país, algunas colaboraciones con otros artistas colombianos, varios videoclips, y el lanzamiento de su primer disco. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. ComeHere es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Paula Ricciulli // @RicciuP En 2016 se formó esta banda que mezcla en su propuesta musical el metal alternativo que tenía en su ADN los sonidos del rock de los 80, los 90 y los 2000 y también algo de R&B y pop. ¿El resultado? Una descarga rocanrolera con la potencia y audacia de esta época. Televisión fue el sencillo con el que la banda se dio a conocer en el país, gracias a que fue seleccionado en varias playlist de rock nacional en Deezer y Spotify, en las que también estaban bandas de la trayectoria de Aterciopelados, La pestilencia, Apolo 7 o Diamante eléctrico. Después vino Same Old Blood, que se convirtió en su primer videoclip. Su segundo video, I Believe in the Sun, incluye imágenes de su presentación en el festival Valle del Rock, en Sogamoso. Mientras que la frase “el rock está muerto” ya se convirtió en lugar común, para los chicos de ComeHere, el rock será el protagonista en la próxima década y ellos buscan ser parte de eso en Colombia y Latinoamérica. Pues, como ellos lo afirman, “el nuestro es el sonido de los 20”. Para febrero de 2020 planean lanzar Ven, un EP con los sencillos que han dado a conocer hasta ahora, entre otros temas que se están cocinando. La banda también trabaja en su primer álbum, titulado Pandora y en el que esperan cantar en español. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020
En Colombia, aunque el barco parezca hundirse, la música no para. Por eso en Shock tomamos por agüero de principio de año, en detrimento del uso del calzón amarillo para atraer la prosperidad, apostarle a la abundancia de la nueva música colombiana. Este 2020, celebrando la nueva década y los 25 años de Shock, seleccionamos 25 proyectos que están por dar un salto de calidad. Les preguntamos por sus propósitos y su visión del futuro. Combo Chimbita es una de nuestras 25 Apuestas Shock. Por: Mariangela Rubbini // @Bilirubbini “Una exploración y una combinación de ritmos del Caribe, de Latinoamérica, de África y de Estados Unidos, en donde principalmente el soul y el afro-beat, se fusionan con sonidos más electrónicos; fusión de texturas y de sonidos contemporáneos; re-imaginación de nuestra identidad desde una perspectiva migrante; una banda psicodélica; un concepto que se resume como futurismo tropical y que implica una reconexión con las raíces dándoles nuevos matices y reinterpretaciones”. Ese es el Combo Chimbita. Así es como se definen ellos mismos. En el año 2020, sus planes iniciales están enfocados en México, pero también en Colombia. Dicen que sería muy bonito poder tocar en la casa porque desde cuando se formó la banda hasta ahora, nunca lo han hecho. “No hemos podido presentarnos en nuestro país de origen. Nos encantaría poder compartirles nuestro sonido, nuestra música y nuestro concepto”. Este combo de colombianos (tres bogotanos y una barranquillera), que siendo todavía niños y adolescentes se mudaron a vivir a Estados Unidos, se conoció en Nueva York y poco tiempo después, comenzó a jammear en un barcito de Brooklyn. En el cuartero, Carolina Oliveros, además de cantante y compositora, toca también la guacharaca; Prince of Queens es el dueño de los sintetizadores y de los bajos; Niño lento es el guitarrista de la banda y Dilemastronauta el percusionista. En 2019, Combo Chimbita presentó su segundo álbum de estudio (Ahomale), que fue lanzado con el sello Anti-Records (el mismo de Tom Waits), y que fue considerado por la Rolling Stone gringa como uno de los mejores álbumes latinos del año. Antes de este disco, el Combo ya había sacado un EP (El corredor del jaguar – 2016) y un disco debut: Abya Yala. Los integrantes de este combo aciertan, como nosotros, en hacer énfasis en que este es un gran momento para la música con mucho movimiento y con mucho roots, así como para las músicas raizales mezcladas con trap, con reggaetón y con hip hop. “Es interesante esa reinterpretación que se está haciendo y es muy importante encontrar la presencia permanente de las percusiones y de la mamá del ritmo: África”, aseguran. La música del Combo Chimbita, muy conectada con la raíz, trata siempre de mirar hacia el presente y hacia un futuro más positivo porque, como lo dice Carolina: “el futuro que nos pintan es negativo y destructivo”. Vea también: Estas son nuestras apuestas Shock 2020