Cuando EV se compromete con una idea la lleva hasta sus últimas consecuencias. Y, justamente, puede que eso sea lo que haya hecho que, desde 2018, año en el que presentó su primer tema, su música se haya deslizado por los circuitos del indie criollo de forma sobrecogedora.
A sus 28 años, mientras alterna días como profe de inglés y alemán para sostenerse a sí misma, a su proyecto musical y a su gato, cuenta que dio muchas antes de echarse al agua con esa primera canción.
“Estudié ingeniería en la Universidad Nacional, luego me fui a Alemania a estudiar dos años y allá fue que dije que necesito darle a la música una chance. Y empecé. Saqué mi primera canción y en 2020 saqué el primer EP [Cosas guardadas]. Nunca pensé que la gente iba a estar tan interesada. Por eso decidí sacar otro. Gente quiso trabajar conmigo y el segundo EP (Okay!) fue un crecimiento absurdo, porque el primero lo hice sola. Compuse y grabé todos los instrumentos y aquí ya era un trabajo colaborativo. Aprendí un montón de cosas de la industria, del oficio, de componer, de escribir, de producir. Cosas que le dan a uno facilidades para seguir haciéndolo. Es un amor”.
En efecto, el corazón de las canciones de EV parece ser producto del modo en el que las ideas le martillan la cabeza. Detrás de lo que podemos clasificar como indie, dream pop o bedroom pop hay una cálida y reflexiva exploración obsesiva de los detalles, de cada ruidito y cada recoveco de sus pensamientos.
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“Yo siempre he tenido cosas muy particulares por temporadas. Cuando estaba chiquita me obsesioné con tejer y vendía manillas tejidas en el colegio. Luego empecé a hacer bisutería. Luego me interesé por pintar. Después, me levantaba todos los días a hacer pancakes. Ahora de grande también me pasa. Me obsesiono con cosas: en estos momentos adopté un gato y esa es mi obsesión por ahora. He buscado todos los videos de qué te está diciendo tu gato según como pone la cola”.
Ese modo de composición obsesivo y cuidadoso ha hecho que EV se relacione de un modo particular con la industria musical. O por lo menos con el modelo de producción actual de la industria. Para ella las canciones son su lugar seguro y así suenan. No en vano sus composiciones hablan de lo que se le ocurre en la madrugada, (3am), de lo que probablemente no va a pasar, o de "un pensamiento que tiene clavado en la cabeza desde antier" (Bien).
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“Yo tengo mis diferencias en cómo se maneja la industria en algunas cosas. Que te dicen que las canciones son un producto y tienes que hacer esto y lo otro. Se vuelve una cosa un poco agobiante. Hay gente que los sabe manejar muy bien, pero a mí me dio una fuerza de querer hacer más música y hacerla muy bien.
Me ha tocado alejarme por mi salud mental y mi bienestar emocional. Hace poco hablaba con un amigo y le decía que la música es mi lugar seguro, mi lugar para escapar del agite del mundo. Y no puedo dejar que eso se me convierta en otro agite porque no me voy a quedar sin la música. Necesito aislar ese proceso.
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Yo, por ejemplo, sufro de ansiedad. Tengo pensamiento catastrófico. Literal estoy pasando por debajo de un árbol y digo "¿Y si se me cae esa gran rama y me muero?". Eso es difícil de lidiar cuando uno está en la música. En vivo siempre pienso que se me van a olvidar las canciones, que se me va a caer la guitarra o cosas así.
He aprendido a lidiar con eso aislándome un poco. Mis amigos han sido un piso, como una isla a donde uno llega. Ellos no tienen nada que ver con la música y cada uno está en su cuento y me quieren no por la música sino porque hablamos del carro que acaba de pasar. Es muy importante para mí tener esas cosas. Yo meto los piesitos a la industria y los vuelvo a sacar para estar bien”.
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Por lo pronto, y por suerte para nosotros, si el tiempo lo permite, en 2022 EV meterá los pies de nuevo y lanzará nueva música y girar lo que no ha podido por culpa de la pandemia.
La historia de EV contada por ella misma
Había una vez una niña adolescente que empezó a tocar guitarra obsesivamente y que le encantaba escuchar música todos los días. Era una niña muy curiosa que empezó a hacer cositas en computadores y a hacer música con todos los instrumentos y no instrumentos que hubiera podido encontrar.
Un día decidió sacar esa música y a toda la comarca le empezó a gustar esa música. La niña estaba muy sorprendida porque la gente quería escuchar esas cosas que ella hacía y un día hizo muchos conciertos en las plazas de los pueblos y en el teatro municipal y la niña todavía sigue haciendo música con su guitarra.
El personaje que la describe
Cuando estaba en el colegio me decían que me parecía a Dory de Buscando a Nemo. Yo era muy distraída, cambiaba de tema muy fácilmente y tenía intereses muy particulares. Me decían Dory porque tenía una personalidad así un poco chistosa.
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La actriz que la interpretaría en una película sobre su vida
Una chica que se llama Haley Lu Richardson de una película que se llama A dos metros de ti. Me siento identificada con ella porque es super charra y le gusta hacer acentos y es un poco loca e hiperactiva. Yo me he sentido así en mi vida, no me gusta quedarme quieta.
Su videojuego preferido
He jugado videojuegos toda mi vida. Tengo un hermano mayor y él me influenciaba. En mi adolescencia él jugaba un juego que se llama Ragnarok. Un juego donde tienes un personaje y lo vas entrenando y ganando puntos de experiencia. Entonces está el que cura, el arquero. Es un RPG. Jugué eso muchísimo con él.
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En este momento tengo muchísimos juegos de Nintendo. Tengo un Nintendo Switch y me gusta mucho jugar. El último juego que jugué obsesivamente se llama Knights and Bikes. Es un juego Indie: son dos niñas en una bicicletas y tienen una misión y en cada parte tienes que descubrir la pista que mueve el cosito que te va a llevar al siguiente mapa. Es muy bueno.
El festival de sus sueños
La tengo clara. Estarían Vampire Weekend, Silk Sonic, Laura Marling, Tame Impala, David Byrne, Foals, Arcade Fire, St. Vincent, Haim, Taylor Swift, Briela Ojeda, Bella Álvarez, Armenia, Pavlo, Nicolás y Los Fumadores, Paula Pera y el fin de los tiempos.