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Los políticos son vampiros chupasangre en 'El Conde', la nueva película de Pablo Larraín en Netflix

La nueva película del director chileno Pablo Larraín 'El Conde', pone en escena una historia de humanos vs. bestias donde Augusto Pinochet y otras figuras políticas de la historia reencarnan como vampiros. La vimos y esta es la reseña.

'El Conde' es la nueva película del director chileno Pablo Larraín
'El Conde' es la nueva película del director chileno Pablo Larraín
// Netflix

La nueva película de Pablo Larraín es un retrato familiar de Augusto Pinochet y su familia manchado del mejor humor negro, surrealismo y sangre. 'El Conde' se estrenó en Netflix el 7 de septiembre, ganó premio en el Festival de Venecia y resistirse a verla fue imposible.

Con 'El Conde' Larraín rompe el patrón de películas protagonizadas por mujeres que llevaba desde 'Ema', 'Jackie' y por último 'Spencer'. Si bien los personajes femeninos son importantes y toman las riendas del relato, desde la narración en voz en off hasta el clímax y la resolución, elabora por primera vez - a Pinochet nunca se le había visto en la gran pantalla- una recreación de la vida de Pinochet encarnado en un vampiro de 250 años sentenciado a la vida eterna y decepcionado de un país que le acusa de ladrón en vez de agradecerle por sus batallas.

La película fue escrita por el mismo Larraín y Guillermo Calderónen y, en la última edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, ganó el premio a mejor guion. Con un timing estratégico - este año es el aniversario 50° del golpe de estado al gobierno de Salvador Allende liderado por Pinochet - 'El Conde' propone un marco de referencia para la historia de la dictadura en Chile a través de la sátira, un relato de fantasía gótica y una fotografía exquisita.

Por estos tres elementos vale la pena verla. Así que los explicaré en detalle:

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Primero, el guion de esta película es puro atrevimiento. El riesgo de tener como protagonista a un dictador a quien nunca se le había visto en cine ya es mucho, pero aun así, lo hicieron con toda.

El humor de 'El Conde' es absurdo, negro y justiciero. Pone sobre la mesa las cuentas pendientes de Pinochet en términos de crímenes contra los derechos humanos y crímenes financieros. Lograr este tono fue, según Larraín, su mayor reto: "Quizá lo más difícil de esta película fue encontrarle el tono correcto. Nunca se ha filmado a Pinochet antes y nos pareció interesante poder hacerlo y encontrarle el ángulo farcesco, para poder verlo y entender qué es lo que significa para nosotros. En este caso toma una forma de vampiro y ese vampiro le da una eternidad y esa eternidad ocurre con la impunidad de su figura." así lo dijo en entrevista con Cinema Chile.

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La figura del vampiro funciona como una ayuda didáctica para el espectador. Para quien no sepa nada o poco de la figura de Pinochet entiende que es un personaje que necesita alimentarse de la sangre de otros para mantenerse vivo. También, que ha vivido muchas vidas y en cada una ha logrado salirse con la suya, ya sea por medio de la traición o la ayuda de una mujer.

Ahora, cabe mencionar la figura de Pinochet en la dimensión familiar, porque es aquí cuando el ridículo alcanza los niveles máximos. Pinochet tiene 5 hijos, a ninguno le gusta trabajar y van a visitarlo en búsqueda de plata. Esto puede ser fácilmente la versión latina de Succession donde el padre les dice "I love you but you're not serious people".

Segundo, la película dialoga entre varios tiempos y espacios, a veces muy contemporánea con licuadoras especiales para hacer smoothies y otras veces con guillonitas y vestimentas de la edad media. La fantasía convierte a la película en una historia de humanos vs. bestias donde vive quien mejor armado esté ya sea, con poder, información o estacas de plata.

Pinochet sobrevolando la ciudad de Santiago en 'El Conde'
Pinochet sobrevolando la ciudad de Santiago en 'El Conde'
// Netflix

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Por último, la fotografía a cargo de Edward Lachman (Carol, Erin Brockovich, Selena) y la decisión estética del blanco y negro crea un ambiente tan sombrío como todo lo que sucede en la casa del general, con tristes retro que nos devuelven a clásicos.

En entrevista con Vanity Fair, el director, Lachman y Guillermo Calderón comentaron que la película está inspirada en una mezcla de otras películas como Nosferatu, Batman y Superman. Mientras que el look and feel de cine clásico con grano y contrastes elevado lo consiguieron utilizando una nueva cámara exclusiva para la película. "Me puse en contacto con el fabricante de cámaras Aeroflex y les pregunté si podían fabricar una cámara ligera que fuera monocromática. En dos meses, nos construyeron una cámara monocromática que podíamos utilizar en una grúa." Dijo Lachman.

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Utilizando esta cámara especial, lograron manejar un sistema monocromático que podía modificar los filtros en blanco y negro, el contraste y la latitud, así funcioban las antiguas películas en blanco y negro.

Sumado a todo el anterior, el último acto llega con un plot twist que une a Chile con Inglaterra y que cierra el círculo perfecto con el inicio al mostrarnos la cara de la narradora que se adentra en el relato para salvar a Pinochet y empezar una nueva vida. (Si quieren saber quién es, tienen que ver la película).

En pocas palabras, 'El Conde' es una película atrevida que expone las ambiciones de Pinochet y de quienes le rodeaban: dinero, justicia y vida eterna. Una vida que según el final solo tendrá sentido con una mujer o un vaso de sangre fresca a su lado.

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