Luego de mucha espera, Los Santos de la mafia (The Many Saints of Newark) llegó a HBO Max el 5 de noviembre, 22 años después del estreno de la serie original de HBO,The Sopranos, que aún sigue siendo considerada una de las mejores en la historia de la televisión.
Esta precuela sigue los altibajos de la familia criminal DiMeo a lo largo de las décadas de 60 y 70 y repasa el origen del gran Tony Soprano, protagonista de The Sopranos, en su adolescencia. Un dato relevante es que el papel de James Gandolfini en el film es interpretado por su hijo, Michael, que logra replicar de manera perfecta a Tony y así conmemorar a su recordado padre.
Los Santos de la Mafia les dará a los fanáticos de la serie una oportunidad para conocer los momentos y circunstancias que llevaron Tony Soprano a tener y dirigir su propio imperio, mientras crecía atrapado en un mundo complicado y violento e intentaba decidir qué camino tomar en la vida, el del negocio familiar (que involucra a su tío) o uno que lo aleje por completo de su destino.
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La película ha sido escrita por el creador original de The Sopranos, David Chase y fue dirigida por Alan Taylor, quién ganó un par de Emmys a Mejor director de una Serie de Drama por sus constantes colaboraciones en Game of Thrones, The Sopranos y Mad Men.
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Si bien es posible ver la película sin haber visto la serie, quienes ya la conocen la disfrutarán mucho más, en especial por todas las referencias a la serie.
Sobre The Sopranos
La serie sigue siendo una de las series más importantes de HBO que le dio una nueva vida al género de la mafia, humanizando a un líder criminal inteligente y brutal que necesitó ir a terapia para poder lidiar con las contradicciones de las dos vidas que estaba viviendo: la familiar y la de la mafia de Nueva Jersey.
Una de las primeras grandes joyas de HBO cuenta la historia de Tony Soprano; un tipo que tiene los problemas típicos de un hombre cuarentón: sus hijos no le paran bolas, su mamá nunca lo amó, sus responsabilidades le causan estrés, tiene problemas con su esposa. Todas las presiones de un hombre de su generación. La única diferencia es que él es un jefe de la mafia de Nueva Jersey. Ah, y está yendo a ver a una psiquiatra para entender por qué está sufriendo de ataques de pánico.
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A lo largo de 6 temporadas, los televidentes vieron cómo James Gandolfini convirtió a Tony Soprano –un hombre al que debían temer y odiar– en el antihéroe más amado. Tony daba palizas y organizaba asesinatos. Le ponía los cachos a su esposa sin remordimiento. Asesinaba a sus mejores amigos e incluso a sus familiares. Le mentía a todo el mundo, incluyendo a sí mismo. Pero aun así la gente lo amaba porque desde que lo vimos jugando con una familia de patitos en su piscina, nos robó el corazón.
The Sopranos era parte drama doméstico, parte comedia negra, parte película de gángsters, parte sátira y parte estudio psicológico. Gracias a la profundidad de su guion, se convirtió en mucho más que una simple historia de gángsters y tocó temas como matrimonio, amistad, traición, capitalismo, consumismo, familia, depresión, religión, infidelidad, suicidio, adicción, cáncer, salud mental.
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