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TÁR: la antítesis de las películas de empoderamiento femenino

La película de Todd Field, protagonizada por Cate Blanchett, cuestiona todo lo que hemos visto sobre mujeres protagonistas en el cine. TÁR fue nominada a seis premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actriz. Esto es lo que pensamos sobre ella.

Un fotograma de la película TÁR
Cate Blanchett como Lydia Tár
// The Misfit Pond

TÁR es uno de los diez largometrajes seleccionados en la categoría Mejor película de los Premios Oscar 2023. Dirigida por Todd Field y protagonizada por Cate Blanchett, cuenta la historia de Lydia Tár, una directora de orquesta que lo ha conseguido todo: respeto, fama y poder. Pero una serie de acusaciones de abuso y denuncias por mala conducta ponen en peligro la reputación por la que tanto ha trabajado.

La película ha despertado opiniones divididas en la crítica, sin embargo, a mi juicio, su principal mérito fue representar a un personaje protagonista femenino que se sale del nuevo molde comercial de Hollywood: el de la mujer empoderada contemporánea.

Aunque la han tildado de incomprendida y confusa, TÁR está nominada a los Oscar en seis categorías: mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor guión original, mejor fotografía y mejor montaje. Así que algo debe tener. Y la respuesta es simple: Tár se atreve.

Las películas protagonizadas por mujeres son cada vez más comunes, aunque, por lo general, proponen narrativas para sus protagonistas en dos roles únicos: la heroína y la mártir.

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La primera es una mujer que puede con todo. La segunda es una mujer que logra superarse luego de una travesía que involucra muchos obstáculos y sufrimiento. En ocasiones, pueden ser ambas a la vez. Pero pocas veces se salen de ahí. Veamos algunos ejemplos.

Nicole Kidman en ‘Being the Ricardos’, Kristen Stewart en ‘Spencer’, Carey Mulligan en ‘Promissing young woman’ o Frances McDormand en ‘Nomadland retratan mujeres que, si bien con perfiles complejos, luchan por mantener matrimonios, vengar abusos sexuales, lidiar con salud mental o sobrevivir a la soledad.

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TÁR no es ninguna de estas.

De hecho, es todas, todos y todes en una. Es una película que cuenta la historia de un ser humano en todas sus dimensiones, hasta las dicotomías más universales de la vida misma: arriba y abajo, luz y oscuridad, amor y odio, vida y muerte.

Además, introduce la vieja discusión del artista juzgado solo por su obra o por su vida y obra. Sobre esto, Todd Field, su director, en una entrevista con Gold Derbydejó clara su posición: “El arte y la moral no tienen nada que ver una con la otra. Son acciones y provienen de impulsos humanos”. 

En contraste con la densidad de su personaje principal, la experiencia audiovisual de TÁR es bella y placentera. La música es una sinfonía que empieza - así como su protagonista - desde lo más alto y va en descenso hasta que el sonido se vuelve casi imperceptible. 

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La imagen es limpia, fría y meticulosa, tal como Lydia. Se le ve más de espaldas que de frente y más de lejos que de cerca. Son pocos los momentos en los que la vemos de cerca, y cuando sucede, algún objeto interviene. TÁR no quiere que te le acerques.

¿Cómo se hizo TÁR?

TÁR es el resultado de muchos eventos afortunados. A Todd Field le ofrecieron escribir lo que quisiera y así lo hizo. El guión no estuvo inspirado en nadie en particular pero sí lo escribió con alguien en mente: Cate Blanchett.

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Es la primera vez que escribía una película para que una actriz específica la interpretara. Cate aceptó y lo que siguió fueron muchas horas de entrenamiento, observación y entrevistas con directores de orquestas.

Al momento de rodar toda la música fue en vivo, la orquesta estaba conformada por músicos reales de la Filarmónica de Dresden en Berlín, quienes debían actuar y tocar, mientras Cate dirigía y actuaba.

TÁR es una película que no está hecha para complacer. Por el contrario, genera un ruido que poco habíamos escuchado o intentábamos ignorar.

Luego de verla, te quedan más preguntas que juicios, pues lo que  propone es un escenario donde se intercambian las dinámicas de poder y el papel de quienes participan en ella.

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¿Qué sucede cuando el talento se convierte en peligro? ¿Qué pasa si el personaje se sale del molde de la mujer empoderada? ¿Cómo se aplica el discurso de equidad de género cuando es una mujer quien comete conductas abusivas? 

Estos son solo algunos de los interrogantes que deja TÁR y para responderlos hay que verla. Probablemente, no solo una, sino varias veces.

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