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“Pickpockets”: llega a cines el chalequeo bogotano en versión Hollywood

La gran oleada de películas de Hollywood que se han grabado en Colombia sigue botando frutos: llega “Pickpockets”.

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Pickpockets

Que Nicholas Cage, Charlize Theron, Mark Wahlberg o Tom Cruise hayan venido a Colombia a grabar películas no es una casualidad. Desde hace un par de años la ley del cine en Colombia ha ayudado para que cada vez más películas extranjeras se graben en nuestro país gracias a su paquete de estímulos. Esto ha permitido que los distintos paisajes nacionales hayan servido para simular locaciones de cualquier parte del mundo, pero también para que nuestra realidad se cuente desde otras miradas, algunas mejores que otras. Este 12 de abril llega a salas Pickpockets, dirigida por el inglés Peter Webber, para contar una historia de chalequeros en Bogotá. 

Por: Juliana Abaúnza // @julianaabaunza

Peter Webber, el director británico responsable de La chica del arete de perla y Hannibal Rising, hizo una película en Bogotá sobre la vida de tres jóvenes chalequeros o “pickpockets”, como se les llama en inglés. A pesar del tema, Pickpockets no fue pensada como un estudio sociológico de la realidad bogotana. Es un thriller protagonizado por dos jóvenes ladrones que aprenden de un español exiliado cómo ser los mejores chalequeros de Bogotá. Esas escenas de "entrenamiento" y planeación en las que los chicos aprenden a sacar billeteras son muy hollywoodenses, pero luego van unidas a escenas tristes en barrios de bajos recursos en Bogotá. Pickpockets termina siendo una mezcla de esas dos cosas (sin ser realmente ninguna): una entretenida película light de atracos al estilo Ocean’s Eleven y una muestra de la vida en las calles de Bogotá.

Antes de su estreno este 12 de abril en salas de cine, hablamos con Webber sobre lo que implica montar esta mirada externa de la cotidianidad bogotana.

¿Qué tal fue la experiencia de hacer una película en Bogotá?
Esa fue una de las razones por las que quería hacer esta película. Bogotá, para mí, es una ciudad inspiradora e increíblemente cinematográfica. Tiene cualidades peculiares que no he visto en ningún otro lugar, ¿sabes? Es cruda, su arquitectura es interesante –tienes la parte colonial, los edificios art noveau, los edificios de los 30– y con las montañas al lado, el resultado es una ciudad muy urbana pero con mucho verde cerca. Bogotá está llena de estos contrastes fantásticos. Es un lugar fantástico para filmar.

¿Antes de Pickpockets conocía la ciudad?
Sí, he estado viniendo a Colombia desde que me invitaron con mi primera película, La chica del arete de perla, hace como 12 años. He venido al menos una vez cada dos años y filmé un documental acá.

Wow, en serio le gusta.
Sí, de verdad amo Colombia. Una de las razones por las que hice Pickpockets fue porque quería vivir acá por un rato largo y no solo quedarme unos días. Entonces, durante la filmación, viví acá por nueve meses.

Por lo que veo le tiene un cariño especial a esta película. ¿Diría que es su favorita de todas las que ha hecho? ¿O escoger una sola es como escoger cuál es tu hijo favorito?
Jajajajaja sí, es algo así, excepto que yo no tengo hijos. Pero sí te puedo decir esto: mi película favorita es siempre la próxima. No sé cómo sea esto para otros directores, pero para mí cada película es un experimento y por eso he hecho películas tan diferentes.

¿Cuál es la próxima?
Un documental que filmé en Jamaica. Es sobre unos músicos viejos de reggae de los que soy fanático desde que tenía 17 años. Estoy terminándolo en este momento y tengo muchas esperanzas. Siempre que estás en la mitad de una película tienes muchas esperanzas y luego la terminas, se la das al mundo y sigues adelante.

Entonces es de esos que no ve sus propias películas después de terminarlas.
No, no puedo, no me gusta. Sigo adelante siempre. Por eso es que continúo, porque estoy tratando de hacer la película que me deje satisfecho por completo.

O sea que vive con insatisfacción crónica.
Claro, o sino no tendría razones para hacer lo que hago. Cada vez que haces una película, descubres algo nuevo. En este momento siento que sé mucho más de lo que sabía y he tenido altibajos porque este es un negocio jodido, entonces llegué a un punto en el que dije “¿Sabes qué? Solo voy a hacer películas que quiero hacer, que me interesen”. Si le interesan al resto del mundo, bien, y si no, no importa, porque la experiencia de hacerla es tan importante como la película misma. Por eso viví unos meses en Jamaica con unos rastafaris y por eso viví en Bogotá y trabajé con chalequeros reales que nos enseñaron a robar.

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Ahora que menciona eso, eso fue algo que me pregunté mucho mientras veía la película; si tuvieron “consultores”, por así decirlo.
¡Claro! De hecho, uno de los consultores sale en la película. En una escena en la que nuestros protagonistas están en un bus y se suben dos tipos duros, uno de ellos es un ladrón real. Lo contratamos para que nos ayudara con la seguridad –porque filmamos en unas zonas muy difíciles de Bogotá– y también para que nos contara historias de la forma en la que trabajan los chalequeros reales. Este tipo era real, de la calle. Nuestra película no es tan real y dura como él, no es una pieza de realismo social sobre lo dura que es la vida urbana. Es más una especie de fábula, una película de un joven que se encuentra a sí mismo, un thriller para una audiencia joven.

En la película todos los actores hablan en español, obviamente. ¿Qué tal fue dirigir a personas que no hablan su idioma?
Pues, realmente todos saben inglés, excepto Dubán (Prado). Con él fue fácil también porque no tuvo escenas solo y porque todo el tiempo estábamos rodeados del resto del equipo. Además, entiendo el español muy bien y me sabía el guión entero. Entonces fue un trabajo muy fácil y muy fluido. En algunas escenas en las que estaba con los dos chicos, le daba las direcciones a Emiliano y él le traducía a Dubán ahí en el set.

Pickpockets muestra algo que pasa todos los días en Bogotá, algo que no solo sabemos los que vivimos en la ciudad, sino que además les advertimos a los que vienen de visita. ¿Qué le diría a un extranjero que esté considerando visitar la ciudad pero que lo esté dudando por miedo? ¿Por qué debería alguien visitar Bogotá?
Porque tiene una personalidad increíble. Es diferente, está en los Andes, tienes las cuatro estaciones en un mismo día, hay energía, hay vida, hay una textura en la ciudad que es fascinante. Pero pienso que si vienes a Colombia no te puedes quedar solo en Bogotá porque no entenderás a Colombia, tal vez entenderás a los cachacos y ya. Pero Bogotá es genial aunque sea difícil y el tráfico sea terrible.

Estoy de acuerdo. Creo que cualquiera que viva en Bogotá tiene una relación de amor-odio con ella. Yo siento que es una novia de la que tengo que alejarme de vez en cuando pero a la que siempre vuelvo.
¡Sí! Además, creo que la historia problemática del país tuvo un efecto interesante. La violencia y todo lo que pasó es terrible y muy negativo, pero al mismo creo que no hay mal que por bien no venga y una de las cosas buenas es que tal vez la violencia impidió que Colombia se volviera muy “americanizada”. Entonces cuando vienes sientes algo muy fuerte y muy puro que no sientes en otras ciudades que se volvieron muy internacionales. Eso me parece muy interesante.

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