Todos tenemos a un conocido metido en el mundo del bitcoin. Sin embargo, la nueva explosión de las monedas virtuales ha hecho que gente gente en Reddit logre quebrar a ricachones de Wall Street o inflar monedas de broma como la Dogecoin. ¿Por qué las criptomonedas dependen tanto de los influencers?
Por Juan Camilo Ospina Deaza y Valeria Sánchez Prieto
La economía virtual está cada vez más incrustada en el mundo de la cultura pop. En el universo de los influencers, por ejemplo, parece una gran ventaja que el valor lo guíen la confianza y las inversiones. Por eso muchos youtubers promueven proyectos en los que ellos participan, promocionan monedas que ellos han creado o sencillamente animan a las personas a participar del mercado.
Para algunos, los influencers de Bitcoin desempeñan un papel importante como defensores de las criptomonedas frente a sus detractores.
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En 2009 surgieron las primeras monedas virtuales, bien conocidas hoy en día como bitcoin. Sin embargo, hacia el 2020 se llegaron a calcular más de 8.500 tipos de moneda circulando.
¿Qué son las monedas virtuales o criptomonedas?
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Las monedas virtuales, o criptomonedas, son un tipo de dinero que se presenta de forma digitalizada y a partir del cual se pueden hacer compras en el mundo real.
A pesar de que se plantean como una alternativa a futuro al dinero en papel, este tipo de monedas, así como han recibido una aceptación por parte de industrias como Starbucks, Paypal o BBVA, también han generado rechazo debido a los problemas de seguridad informática que implica su uso.
Así como a través del internet nos podemos encontrar con virus y ventanas emergentes que amenazan con apropiarse de nuestra información personal, también han usado las criptomonedas para hacer grandes estafas (vale la pena decirlo: también pasa con el dinero tradicional).
Además, el problema de las criptomonedas es su volatilidad. Es decir, que en cualquier momento podrían perder su valor y dejar de existir, lo que representaría importantes pérdidas económicas para los inversionistas.
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Tal y como pasa con los influencers cuando, después de ganar seguidores, hacen una declaración odiosa, o se revela algo turbio de su conducta. O como cuando, simplemente, pasan de moda.
La caída de una criptomoneda puede suceder porque el sistema sea hackeado, pero también porque dependen de la aceptación que los Estados y los empresarios. El cambio de una política de Estado o hasta el Tweet de un importante inversionista demeritando una criptomoneda es suficiente para que no sea adquirida por otros y pierda su valor.
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Casos se han visto:
Por medio del foro estadounidense Reddit se creó una demanda artificial sobre las acciones de la compañía de videojuegos GameStop , la cual, por culpa de la pandemia, estaba en quiebra. Los inversionistas habían apostado en su contra, pero debido al espontáneo interés en sus acciones por parte de los usuarios del foro, los inversionistas perdieron miles de dólares.
Por otra parte, el Dogecoin cayó un 40% por el comentario realizado por Elon Musk en su participación en el Saturday Night Live. Luego de que el presentador le preguntara en repetidas ocasiones qué era el Dogecoin, recibiendo diferentes explicaciones por parte de Musk, hasta que preguntó “Oh, ¿entonces es una estafa?” a lo que Musk le respondió “Sí, es una estafa”.
La tercera situación se trata de SAM.SAM, la plataforma creada por dos iraníes que suponía ser un programa de rescate y exigía usar bitcoin, pero a través de ésta lograron hackear varios sistemas digitales afectando a universidades, organismos gubernamentales y hospitales en Estados Unidos. Se calcula que en 34 meses causaron más de 30 millones de dólares en pérdidas.
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Como los negocios en Wall Street, en donde las inversiones en la bolsa de valores se basan en proyecciones a futuro y mecanismos de confiabilidad en el sistema, así mismo funciona la producción, circulación y consumo de las criptomonedas en internet.
Sin embargo, llama la atención que ya no sólo se trata de cómo grandes empresarios o economistas están al tanto de las fluctuaciones del dinero en el tiempo, sino de que por medio de las redes sociales hay influencers que han creado sus propias monedas, se han convertido en inversionistas o están animando a sus seguidores a invertir.
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La moneda es la credibilidad
Se ha consolidado un nuevo nicho de mercado promover criptomonedas a través de plataformas como YouTube, Tik Tok o Instagram.
Algunos de sus influencers son Adrian Zduczyk, analista técnico de mercados y fundador de The Bird Nest; Ryan Selkis fundador y CEO de Messari quien comparte información en relación con la tecnología blockchain; y Adam Back, quien tiene más de 200 mil seguidores y es director de la empresa Blockstream que se enfoca en minería de Bitcoin y también blockchain.
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Están también las reconocidas criptoinfluencers Elizabeth Stark, cofundadora y CEO de Lightning Labs, quien se enfoca en las transacciones en el mercado de las criptomonedas; Laura Shin, que tiene más de 140 mil seguidores por ser una periodista especializada en criptomonedas; y Cris Carrascosa, profesora del IE Business School y conferencista.
Debido a los desafíos, pugnas y tensiones que representa este nuevo mercado digital los precios de las criptomonedas fluctúan de la mano de las tendencias, los hashtags, las noticias verdaderas o las fake news que se reproduzcan en las redes sociales.
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Es tal el impacto de los influencers sobre las criptomonedas que, en algunos escenarios, se está haciendo la analogía sobre la “evangelización de mercados de la criptomoneda”.
Por ejemplo, en el sitio en línea Decrypt afirmaron sobre Patrick Stanley (fundador de Freehold y especializado en promover los holders de bitcoin): “al igual que no se puede tener realmente una religión sin sacerdotes, ellos también son un hecho natural y necesario en el espacio bitcoin” .
Sin embargo, a pesar de la buena intención o del interés genuino que algunos puedan tener, varios consumidores de estos influencers han sido víctimas de publicidad engañosa, manipulación y pérdida de grandes sumas de dinero. Una de las técnicas usadas es la del “Pump and dump”, o en español: “Inflar y botar”.
Se trata de una estrategia de manipulación a partir de la cual se logra que una acción suba de forma artificial para poder ser vendida cuando el precio esté alto. Algunos influencers han motivado a los usuarios a invertir y cuando una acción llega a su precio más alto es vendida, de manera que, su precio empieza a caer.
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¿Se puede tener un criptoinfluencer de confianza? Desde luego, no se trata de demonizar las criptomonedas como si no existiera una alternativa al dinero en papel, sino de comprender que es necesario tener precaución a la hora de realizar inversiones de cualquier tipo, habiendo conocido primero en qué consiste el negocio, sus potencialidades, pero, sobre todo, sus riesgos.