Por: Lina Sandoval @linasandoval y Shock.
En medio de las campañas políticas la sosas, aburridas y señaladoras que nos asedian en las últimas semanas a los colombianos, una vendedora de naranjas rompió la rutina anoche –y de pasó casi rompe todo el set a punta de naranjazos- y se robó el protagonismo de los mismos candidatos para convertirse en tendencia, ser el blanco de miles de burlas en redes sociales y cuestionarnos si las campañas políticas en un tono tan agresivo cumplen realmente el objetivo de atraer mayores votantes.
Lo que vimos este lunes no es nada nuevo en cuanto a propaganda y publicidad se refiere. Muchas marcas acuden a mensajes violentos queriendo ser innovadores o buscando generar controversia y así, mucho ruido mediático. Recordemos el año pasado la campaña en la que Ford tuvo que pedir disculpas públicas por el anuncio de su modelo Figo, en el cual se muestra a Berlusconi con tres mujeres maniatadas en el baúl del carro, simulando un secuestro.
Publicidad
Los líderes políticos tampoco se salvan, aún sin estar haciendo esfuerzos para ganar alguna elección popular. Grandes casas como Benetton los convierten en sus protagonistas, pero lejos de ser mensajes violentos los convierten en controvertidos, como la campaña donde diferentes figuras políticas y religiosas del mundo se besan.
Publicidad
El deporte tampoco ha sido ajeno a los mensajes polémicos. En marzo pasado la NHL censuró el siguiente comercial donde la marca deportiva Warrior muestra al capitán de los Bruins de Boston, Zdeno Chara, decapitando a un portero con la potencia de su disparo.