MSCHF: el colectivo artístico que se ríe de la moda y el arte

Hace varios días, unas botas rojas e infladas, al mejor estilo de Astro Boy ha sido protagonistas en redes sociales. Estas botas tienen un costo de 350 dólares y se encuentran agotadas en la página web de MSCHF, el colectivo artístico responsable de su creación.

MSCHF fue fundado por el CEO Gabriel Whaley, un ex empleado de BuzzFeed, en 2016. Su espíritu desde su origen aparentemente ha sido burlarse de todo lo que sus creadores pueden pensar, de acuerdo con Business Insider.

"Nuestra perspectiva es que todo es divertido de una manera nihilista", dijo Whaley en una entrevista en 2021. "No estamos aquí para hacer del mundo un lugar mejor. Nos estamos burlando de cuánto apesta todo".

MSCHF ha producido varias obras de arte, que van desde plugins de navegador hasta zapatillas, productos físicos, canales de redes sociales y fotografías de pies generadas por AI.

Una de las más recordadas fue junto al rapero Lil Nas X en 2021: una colaboración de tenis. Fueron 666 pares en total con un diseño que imita a los Nike Air Max 97, pero con gotas de sangre humana. Los tenis tenían un costo de 1.018 dólares, en referencia al versículo Lucas 10:18 “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. Los zapatos se agotaron en pocos minutos.

Sobre MSCHF

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En 2022, MSCHF tomó un robot de la compañía Boston Dynamics, lo armó con una pistola de paintball de calibre 0.68 y lo llevó a una galería de arte. Esto con el fin de que los usuarios de su web pudieran controlar el robot y destrozar la galería.

Rara vez se ha hablado de este colectivo difícil de definir como un grupo de artistas. “Lo cual es extraño, porque siempre hemos pensado en el trabajo que estamos haciendo en términos de arte”, dijo Lukas Bentel, uno de los fundadores de MSCHF, durante una entrevista con ARTnews, junto a Kevin Weisner, otro fundador.

“Queríamos hacer cosas que fueran más allá del espacio de la galería, a diferencia del tipo de obras que hacíamos en la universidad”, dijo Bentel. Esto significó alejarse del mundo de los galeristas y curadores para buscar el compromiso y la retroalimentación de Internet, de acuerdo con ARTNews.

Pese a ser poco cómodas o prácticas, las botas fueron no solo un éxito rotundo, sino que generaron la conversación y atención viral que buscaba el colectivo, que suele desafiar los límites de la moda, el arte y la viralidad.