Festival Cordillera 2023: apuntes finales desde la fiesta latinoamericana

Hace un año nació el Festival Cordillera. Era la primera alianza entre las dos empresas productoras de eventos más grandes del país: Páramo y Ocesa.

Fue un primer aviso en un momento clave para el mercado festivalero. Había un vacío en el mercado que supieron aprovechar y un concepto consistente. Les funcionó a ellos y también al público.

Asistieron 60.000 personas, pero, sobre todo, construyeron un festival cómodo, ordenado y con un público bien demarcado: quienes formaron su identidad musical cantando en español en los 90 y principios de los 2000.

Para su segunda edición, el panorama pintaba ligeramente distinto.

La multinacional Live Nation (dueña del 51% de Ocesa) adquirió Páramo a través de Ocesa, así que ahora ambas marcas hacen parte de la misma compañía. Y en el 2023, si bien venían de unos años de bonanza postpandémica, la baja venta de boletería provocó cancelaciones y precaución entre los promotores.

Sin embargo, la segunda edición del Cordillera cumplió con la misión de crecer: el balance de asistentes del Festival Cordillera 2023, dicen sus organizadores, fue de 65.000 personas.

La organización fue muy detallada. El Simón Bolívar es un punto central en la ciudad y el diseño del espacio facilitó el tránsito: la experiencia es mucho menos extenuante que en los maratónicos festivales pensados para un público más joven.

Además, las tarimas y sus pantallas verticales eran más altas que de costumbre y se podía ver bien desde cualquier lugar.

Después de recorrer durante dos días el Parque Simón Bolívar, estos son apuntes editoriales de nuestro equipo después de del Festival Cordillera 2023.

Los cambios en la curaduría // Por Fabián Páez López

En esta edición del festival se presentaron 44 bandas, de las cuales 15 eran colombianas. Hace un año hubo una tarima a la que llamaron Bosque Electrónico, pero a la que no asistió mucho público. Este año no hubo programación electrónica, quizá porque el público raver tiene otra intensidad y otros ritmos.

Pero, si bien ya dije en la introducción que este es un festival pensado para un público mayor (que va a reafirmar el gusto que formó hace décadas más que a descubrir) hay motivos para pensar en el futuro.

A cambio del Bosque Electrónico apareció un escenario principal con nuevo nombre, Cordillera. El diseño detrás de las pantallas parecía simular los estratos de la tierra, las entrañas de la cordillera. Y justo allí vimos pasar, el sábado, a varias agrupaciones que se aproximan a la cumbia desde diferentes perspectivas: Damas Gratis, Los Ángeles Azules y Residente.

El segundo día de festival, sobre esa misma tarima, se presentó Andrés Calamaro, quien no pudo terminar su show, según dijo, porque le costó la altura.

Quiero pensar que el significado de lo que ocurrió en este escenario Cordillera está asociado a una sucesión en la popularidad de la música. Que el rock en español, cuyas figuras insignes son hombres, en su mayoría argentinos y que rondan la edad de Calamaro (los 62 años), le cede paso, de nuevo, a la cumbia.

Y que la identidad de la música latina se encumbrará como fenómeno pop, de nuevo, alrededor de las nuevas formas de este ritmo, nacido en Colombia y reinterpretado por el resto del continente.

Acá hablamos de eso antes del festival con Los Ángeles Azules.

Por lo demás, gran celebración de los 20 años del Poesía difusa de Nach; Cypress Hill es también un himno de los latinos migrantes; y una gran acogida tuvieron los venezolanos de Rawayana, aunque les tocó cruzarse con un headliner local y de confianza, Juanes.

Colaboraciones y colombianos que emocionan // Por Paula Ricciulli

Nos emociona ver colaboraciones inesperadas en el escenario: como Mabiland con Juanes o Catalina García con Los Ángeles Azules. Catalina se lució, pero nos hizo querer ver más voces femeninas en el escenario, fue una crítica que se planteó desde que se anunció el cartel del festival.

Nos emociona también ver el granc recimiento de los artistas nacionales: Bomba Estéreo, Diamante Eléctrico o Monsieur Periné tuvieron escenarios repletos.

Aunque suele ser una queja recurrente en todos los eventos masivos, la seguridad fue un punto crítico: varios reportaron el famoso "chalequeo" y hasta hubo un robo con cuchillo dentro del festival. Es sabido, también, que es un evento costoso, pero otra queja recurrente entre los asistentes fue el precio excesivo de alimentos y bebidas. Puede haber precios más justos para que ambas partes tengan una buena experiencia.

Sobre las bandas de apertura // Por Sebastián Peña

Dos días antes del festival anunciaron la inclusión de dos bandas nuevas en el cartel. Linda Habitante y Nasa Histoires, que se ganaron su cupo a través de una convocatoria comercial, fueron programadas a la 1:30 p.m. La gente sabía que el inicio de la música en vivo era a las 2:00 p.m. Muy pocas personas pudieron conocerlos. Si quieren promover bandas emergentes en el evento hay que ofrecerles espacios a los que le puedan sacar provecho.

La inclusión de mujeres // Por Nick Martínez

Catalina García, vocalista de Monsieur Periné, compartió tarima con Los Ángeles Azules, Los Caligaris, Juanes y Juan Pablo Vega. Sin duda, es una de las voces femeninas más importantes del país.

Pero en un festival que solo tuvo seis agrupaciones lideradas por mujeres, en medio de un cartel de 44 bandas (incluido Monsieur periné), hay que preguntarse también por la responsabilidad de los artistas hombres a la hora de colaborar e impulsar proyectos emergentes de mujeres.

Para muchos, sumar la voz de Catalina es subirse a la conversación, sumar números. Monsieur Periné es una banda encumbrada. ¿Pero cuándo vamos a hablar de paridad si no hay una apuesta por conectar con proyectos emergentes de mujeres?

Sorpresas en el cartel // Por Valentina Alfonso

El festival tuvo a muchos a la espera de cómo iba a ser su continuación. Nos presentó un cartel que, aunque lo intenta, está lejos de la paridad de género. Pero sus artistas siguen sorprendiendo. Nos demostró, una vez más, que apelar a la nostalgia latinoamericana funciona, y que es un festival que seguramente seguirá creciendo.

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Recorrimos el festival de arriba a abajo e hicimos varias preguntas importantes al público. Entre ellas, ¿Qué piensan de consumir artistas acusados de acoso o abuso? o ¿Qué piensan de la tensión entre Rock al Parque y Cordillera?

También registramos, en fotos, el primero y el segundo día de festival.

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