En diciembre de 1980,John Lennon fue asesinado por Mark David Chapman , quien aún sigue en la cárcel. En 1999, George Harrison por poco se convierte en el segundo Beatle asesinado: un hombre irrumpió en su casa y le propinó varias puñaladas que habrían podido ser mortales.
Alrededor de las 3:30 a.m del 30 de diciembre de 1999, un hombre entró a la casa de Harrison rompiendo una ventana con ayuda de una estatua, lo que despertó a Harrison y a su esposa Olivia. El hombre gritaba y tenía un cuchillo en su mano. Harrison intentó desarmarlo, pero fracasó en el intento y recibió varias puñaladas en el pecho. "Recuerdo muy vivamente la deliberada penetración del cuchillo y sentir mi pecho deshincharse y la sangre entrar en mi boca", declaró Harrison.
Olivia golpeó al hombre con una lámpara, con lo que logró que soltara el cuchillo. Luego él intentó ahorcarla con el cable de la lámpara, pero ella pudo escapar. Unos minutos después llegó la policía y arrestó al hombre. Los paramédicos cuidaron de Harrison y advirtieron que algunas de las heridas habrían podido ser mortales.
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El hombre fue identificado como Michael Abram, un nativo de Liverpool de 33 años y padre de los hijos. No fue un robo común, sino un ataque premeditado contra Harrison. El investigador declaró que Abram creía que The Beatles eran hechiceros que volaban en escobas. Según Abram, fue enviado por Dios para matarlo, pues veía a Harrison como la personificación del diablo. El hombre fue absuelto, y posteriormente internado en un hospital psiquiátrico, en el que se mantuvo hasta 2002. Harrison falleció unos meses antes, el 29 de noviembre de 2001, a causa de un cáncer.
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“Daría cualquier cosa por no haber hecho lo que hice. Pero al mirar hacia atrás ahora, he llegado a comprender que estaba muy enfermo y no tenía el control de mis acciones. Solo puedo esperar que la familia Harrison de alguna manera encuentre en sus corazones aceptar mis disculpas. Me avergüenzo de lo que hice y lamento profundamente que haya sucedido. Pero no fue mi culpa. Físicamente lo hice, pero no estaba en control de mi propia mente en ese momento“, declaró Abram en su momento.
La asociación con Chapman fue inevitable, pues Abram también era fan de The Beatles. La frase de Harrison: "Nos han usado a nosotros como excusa para volverse locos, pero el mundo está loco hace mucho. Y nos quisieron culpar a los Beatles”.