Silencio Jazz Club abrió una nueva onda de shows con el gran Gregory Porter

El Silencio Jazz Club se presentó en sociedad con un nombre de lujo y de letras doradas: el ganador a Mejor Álbum Vocal de Jazz en los Grammy 2017, Gregory Porter. Con la primera función en Bogotá el 4 de octubre y la que se hará en Medellín este jueves 5, el proyecto cumplió con la promesa de repensar los conciertos a los que estamos acostumbrados y ofrecer una experiencia multisensorial que, a fin de cuentas, termina engrandeciendo la música.

Fotos: Alejandra Mar // @alejandra.mar

Antes y después del concierto de Gregory Porter el Silencio Jazz Club había preparado y diseñado dos experiencias diferentes. El Chamorro Music Hall fue dividido en dos espacios: el espacio con la tarima y la silletería donde se hizo el concierto y que solo se abrió a las 9:30 de la noche, y una antesala que recibió a los invitados. Este espacio de recepción fue diseñado por la reconocida directora de teatro y de arte Laura Villegas (directora de la épica 13 Sueños que hace unos años se tomó el Espacio Odeon y, recientemente, montó la escenografía de Macbeth en el Teatro Colón) con un montaje que incluía sillas voladoras, mapping, cuatro pasarelas para bailarines y un cubo central sin paredes, solo marco, que sirvió como escenario para un ensamble de los mejores músicos de jazz de la escena local. Mientras tanto, los asistentes también pudieron disfrutar de una experiencia gastronómica diseñada por los chefs Juan Felipe Camacho y Alejandro Fonseca. 

Por su parte, Porter hizo lo suyo. Demostró de sobra por qué es quien es actualmente en el mundo del jazz. Abrió con la reconocida Holding On, popularizada por ser la colaboración que hizo con Disclosure, y presentó lo mejor de sus discos Take Me To The Alley (2016; ganador del Grammy), Liquid Spirit (2014) y Be My Monster Love (2013). Cerró con un cover de la popular Quando, quando, quando resumiendo de la mejor manera un concierto donde demostró su versatilidad, la potencia de su voz, la gran banda que tiene detrás y la posibilidad de transitar desde el jazz hasta el pop con total naturalidad.  

Para Silencio Jazz Club quedan buenas lecciones luego de este primer ejercicio. Sí se puede montar una experiencia multisensorial y diversa que amplifique el poder de la música. Es muy bueno ver reunidos a talentos de muchas disciplinas para celebrar la creatividad colombiana y ponerla a la par de los nombres más fuertes de la música internacional. Evidentemente, hay que mejorar cosas como los ingresos o la repartición de la comida, pero luego de este primer envión, celebramos la llegada de este club.