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Solok.Os: la mentalidad criminal en un rap que arde con dolor y verdad

Solok.Os, el rapero de Vic, Cataluña, retrata junto a Sabiobeats a una generación marginal que encuentra en el delito la única salida para conseguir su pan y su queso. Su álbum debut es una obra de gangsta rap cortopunzante. Santiago Cembrano habló con él para Shock.

Solok.os rap artista musical
Solok.os rapero de Vic, Cataluña.
// Cortesía del artista

La habitación estaba llena de humo de sinsemilla. Por como tocaron la puerta supo que no era ni la policía ni un cliente. Solo quedaba una posibilidad: era alguien que buscaba venganza. Por eso se escondió en la cocina y preparó su Parabellum al tiempo que sonaron los tiros. Esperó. Ellos buscaban billetes en la sala y él salió. Les disparó y, al que quedó vivo, lo remató.

Esta es la historia que el grupo neoyorkino Boogie Down Productions plasmó en 1987 en el tema ‘9mm goes bang’, de su disco debut Criminal minded.

Casi cuarenta años después, Solok.Os —nacido en Alemania pero criado en Vic, a setenta kilómetros de Barcelona, donde aún vive— retoma ese mismo título y su inclinación narrativa para su propio debut, que retrata a una generación marginal que encuentra en el delito la única salida para conseguir su pan y su queso.

El asturiano Sabiobeats produce a Solok.Os en su álbum debut.
// Cortesía Solok.Os

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Producido por el asturiano Sabiobeats, Criminal minded es gangsta rap que arde con dolor y verdad. Es su historia (“Trauma”), exhibiciones acrobáticas de rap al mejor estilo de Chocolate Blanco (“Sacramento”), meditaciones sobre su herencia africana (“Chosen ones”) y un análisis urgente de las causas y consecuencias del crimen, del quiebre de todo lo establecido, para él y lo que los rodean (“Criminal minded”).

¿Quién es Solok.Os?

Solok.Os, nacido en el 99, primero fue conocido como una presencia constante y feroz en las batallas de freestyle del Macba, en Barcelona.

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En 2020 decidió que su camino iba por otro lado; montó un pequeño estudio casero con la plata que recibió de un subsidio durante la cuarentena y de su aparición en anuncios de publicidad, que le permitieron renunciar a su trabajo.

Se concentró en rapear y así, en 2021, salieron temas como ‘Overthinking’ y ‘All bars pt. II’, que presentaron su sonido clásico y su estilo cortopunzante, con un registro agresivo y una escritura pulida en su contenido y su técnica.

La época era propicia: lanzamientos como Av. Rafaela Ybarra de Ill Pekeño, con Ergo Pro como invitado estelar, lo emocionaron:

¡Sí! Se puede hacer rap shit otra vez.

Desde hace un par de años se habla de Kos como el rookie del año en España. Sucedió con esos primeros temas que hicieron ruido, así como con Word is bond (2022), su EP producido por Titó (Falsalarma).

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Con Criminal minded, que cuenta con colaboraciones de Dano, ToteKing, Nico Miseria y SD Kong, entre otros, el rapero de veinticuatro años dice que quiere competir por el título de MVP. Sobre eso y más hablamos con él.

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¿Cuáles son tus debuts favoritos de la historia del rap?
Damn. Me pillas un poco desprevenido. Te voy a decir los clásicos: Illmatic, de Nas; Doggystyle, de Snoop Dogg; Ready to die, de Biggie; Reasonable doubt, de Jay-Z. Como major label debut, good kid, m.a.a.d city, de Kendrick, aunque Section 80 va a estar ahí como ¡hola! De España, Genios, de Violadores del Verso, lo quemé mucho de chiquito; Música para enfermos, del Tote; Maracucho bueno muere chiquito, de Cruzi: una locura para ser un debut.

Biggie aparece en varios momentos de tu disco, ¿cómo te ha inspirado?
Desde chiquito conecté con él, con su sonido, tanto en Ready to die como en Life after death, que para mí es su obra maestra. Me ha inspirado un montón, más cuando pienso que cuando murió, el nota tenía mi edad. Pensar todo lo que hizo ese nota con veinticuatro años es una inspiración muy fuerte; del palo, joder, cómo rapeaba, cómo eligía los beats, cómo hacía los hooks, las ideas que tenía pa’ los temas, el storytelling: todo eso.

El disco empieza con 'Criminal minded', que cuenta la historia de un niño bueno que se corrompe en una ciudad demente. ¿Cómo entiendes ese título, que también le da el nombre al álbum?
Es una movida que la peña tiene integrada inconscientemente. Lo veo en mi generación y en las anteriores: cuando las cosas van mal, si no tienes una vida estándar, con dinero, lo primero que se te viene a la cabeza es “Me voy a pillar una placa”, ¿sabes lo que te quiero decir? No hablo de asesinos en serie ni peña que roba bancos, sino de chavales normales y corrientes, de mi barrio y del barrio del lado, que por distintas situaciones eligen ese camino “criminal”. Puede llegar a ser heavy, pero, por la gente que conozco, suelen ser hurtos, vender droga o por ahí.

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Muchos chavales entran ahí porque se sienten perdedores, que no valen. También están los que se unen para que no los marginen. De chaval, yo llegué a ser de esos: ostia, no quiero que me dejen de lado, pues me uno, hago una tontería aquí, robo aquí; con el paso del tiempo dije paso, porque después me cargaba yo el marrón.

Pero hay chavales que dicen voy a ir a buscarme lo mío y da igual cómo: sea quitándoselo al otro, o haciendo daño, me da igual. Eso es dolor. Lo arriesgan todo por salir de aquí o para estar aquí y presumir de ello, del palo: nadie creía en mí y mira lo que he conseguido. A la peña le sale inconsciente ser así. El disco va de eso y de todo lo que eso conlleva.

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En 'Sacramento' te declaras como el encargado principal de que haya rap en la nueva escuela. Cuéntame cómo llegaste al rap. 
En los noventa a mis viejos como que les moló la movida del rap. Desde que tengo uso de razón había discos en mi casa pirateados, con recopilaciones, e igual alguna canción era del 2Pac. Y también pillaba MTV en la parabólica de mi viejo, que él usaba para ver las noticias en Al Jazeera.

Me acuerdo de que ponían 'Without me', de Eminem, y yo ahí haciendo un breakdance falso. Luego el internet hizo mucho. Me acuerdo de que mi viejo compró un ordenador, de estos robados, y me lo dio. Había pila porno, muchas canciones, y tres o cuatro eran de rap. Estaban Porta, 'Ser o no ser' de Nach, Arma Blanca, movidas de esas. Y ya a partir de ahí, buscas. Quién es Nach, quién es Lírico, quién es Violadores. Y ahí sigues. Con ocho años ya estaba escribiendo mis mierdecillas, con once empecé a improvisar y con catorce, a grabar.

En 'Trauma' recuerdas que en tu casa faltaba la plata, ¿cuándo y cómo te diste cuenta de eso?
Me di cuenta de bien chiquito, con seis o siete años. En el cole mismo, ves la ropa que llevas tú y la ropa que lleva el resto de chavales. Piensas que calentar el agua en los fogones para bañarse es normal, hasta que te das cuenta de que la peña tiene duchas, ¿sabes lo que te quiero decir? Tú también tienes una ducha, pero no se pone el agua caliente porque cuesta más. Eran esas pequeñas cosas. Los chavales los viernes comen McDonald's o pizza y tú no puedes. Estas cosas que son tope normales pa’ la peña, pero pa´ ti de pequeño te hacen preguntarte: ¿por qué yo no puedo?, ¿por qué cuando se lo pregunto a mi viejo pone mala cara?

A propósito de lo que dices en 'Brandon Lee' de que la mala suerte eliges dedo, ¿cómo ves ese asunto luego de hacer el disco?
De acá a diez años, alguien que viva como yo y se escuche el disco conectará que flipas, ¿sabes? Es una movida súper real el hecho de que cuando vienes de familias más humildes, pobres o clase media baja, pues te lo preguntas pila veces: ¿por qué yo?, ¿por qué aquí?, ¿por qué así? No soy el único ni lo voy a ser nunca. Es una cuestión que encaja muy bien en el concepto de Criminal minded: del chaval que se pregunta esto y después, pa’ salir del apuro y tirar pa lante, elige el camino que no es el correcto y se le suma a la ruina que ya tiene. Es una movida. Es un ciclo y hay peña que lo rompe y peña que continúa en la rueda.

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Criminal minded muestra tu lado de rap más clásico y agresivo, pero no todo tu repertorio. ¿Qué más tienes por ahí que no mostraste acá?
El Sabio tenía muy claro que quería hacer un disco puramente de rap: grimy. Yo no lo tenía tan claro, porque ya llevaba unos palos muy grimy y quería hacer otros registros, pero me convenció, del palo: Bro, nos vamos a petar a la peña, nos vamos a follar a todo el mundo. Y fue como: vale, vamos. Porque tenía mis temas, pero no me había acabado de sentir realizado en el aspecto boom bap del rap, entonces fue como, joder, quiero hacerlo guapo, quiero hacerlo guapo.

A mí también me flipan el R&B, el trap, todo. Y me veo capaz de aportar mi esencia en ese mundillo, tengo drills por ahí y otras cosas.

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Pero primero quería dejar esta obra, como para decir don’t fuck with us: no puedes joder con nosotros. No está edulcorado, no está suavizado, es raw. Ya tengo mi obra de rap. Con veinticuatro tacos, creo que está bien.

¿Cómo han sido para ti situaciones como las que describes en "Chosen ones", en las que los "cayetanos" te piden fotos por la calle?
No hablo del cayetano de camisa Ralph Lauren, chaleco y pulserita de España, hasta la fecha eso no ha pasado. Pero sí ha pasado que hay chavales que me dicen que les mola mi música, y los veo y digo yo this nigga got some money o viene de buena casa; o chavales que yo conozco personalmente y sé que no viven la misma situación que yo, no vienen del mismo sitio, así los dos seamos de Vic o hayamos coincidido en Barcelona. Es la gracieta, ¿no?

¿Ahora los cayetanos quieren fotos con el Solo?, ¿ahora?

Hace años, cuando convivíamos todos y éramos todos unos chavalines, los chavales catalanes más ricachones conectaban entre ellos y de unos cuantos más y yo decían “No, esos ahí, nosotros aquí”. No estoy diciendo que no nos lleváramos bien, para nada, pero sí había una mini barrera. ¿Y ahora los cayetanos quieren fotos con el Solo? ¿Por qué? Conectan porque les mola el rollo, porque les mola el rap.

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Antes nuestra música era para la calle y ahora se la escucha el hijo de la pava ricachona que vive en Gran Vía, ¿sabes? Hay gente que hace nuestra música y ya es mainstream. Damn, ¿en qué momento? Pero la música conecta.. Si algún día llego al mainstream, no me digan que me he vendido: no quiero morir pobre. Siempre seré el mismo Kos.

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