La cancelación del Jamming Festival fue un duro golpe para los conciertos en Colombia. Se estiman pérdidas cercanas a los 30.000 millones de pesos, principalmente de los microempresarios que ofrecían comidas y otros productos a los 150.000 asistentes que se esperaban por los 3 días del evento.
Si bien el ambicioso y numeroso cartel desde hace varios meses generó sospechas, estas crecieron en los últimos días, tras la cancelación de artistas muy destacados, como Black Eyed Peas o Damian Marley . Hubo varios cambios sin explicación alguna, y los horarios de los artistas se demoraron más de lo normal en ser publicados. Muchos notaron que se bloqueó la opción de hacer comentarios en algunas publicaciones de redes sociales, algo que evocóal tristemente célebre Fyre Festival de 2017.
Existían rumores de que al personal logístico no le estaban pagando. Esto nos lo confirmó Felipe*, una de las decenas de personas que trabajó en la logística del evento.
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“A nosotros nos pagaban muy puntualmente, pero un día la plata no llegó y la gente se rebotó, yo creo que había mil de personas y por ahí unas 600 no volvieron, porque no les pagaron. Los organizadores entraron en pánico, nos decían “por favor ayúdennos a conseguir más personas” como en una pirámide, casi como obligación. Diariamente nos pagaban 80.000 pesos, yo llegaba a las 6 de la mañana y me iba a las 6 de la tarde".
"Después solucionaron y la gente volvió, eso fue como el lunes de esta semana. Ahí empecé a sospechar que tenían problemas de dinero, porque cómo un festival así no le iba a pagar a la gente. A mí me deben un día, pero sé que hay personas que les deben 3 o 4 y hasta una semana completa”.
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Un día antes del festival, todo estaba casi terminado, pero la cosa cambió en la madrugada del viernes. “El jueves estábamos trabajando común y corriente, y en la noche, cuando nos devolvimos, todo el mundo estaba concentrado y hasta llegó más gente. En la madrugada nos dijeron que el festival se había cancelado y alcanzamos a llegar allá en un carro que contratamos con varias personas”.
Varias horas de arduo trabajo bajo el sol, la lluvia y la sombra se habían perdido. "Cuando llegamos, no había nadie, ningún organizador, ni representante de nada. En los grupos de WhatsApp no podríamos escribir, Ejército y Policía no dejaban entrar ni salir a nadie, me pareció super raro, yo estaba re asustado".
Al ver que no nos dejaban entrar, nos devolvimos, si lo hubieran comunicado antes no hubiéramos gastado en eso (Felipe aclara que de Ibagué a Playa Hawai, lugar del evento, hay entre media y una hora de recorrido).
“Luego nos enteramos de lo que había pasado, que habían saqueado, las personas que estaban adentro trataron de recuperar y salieron corriendo. Nos dijeron que había llegado gente para recoger a los organizadores para llevárselos, pero no había nadie. Había personas de otras empresas que trabajaban con el festival, pero ni ellos sabían que estaba pasando”.
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“Se me hizo muy raro que, faltando tan poco tiempo para el festival, no tuvieran aún los permisos de la Secretaría de Cultura”, dice Felipe. El Jamming publicó en sus redes sociales una imagen de la autorización de la Alcaldía de Ibagué, con fecha del 16 de marzo, es decir, 3 días antes del inicio del evento. Para un show así, la autorización suele estar lista, como mínimo, 2 semanas antes.
Todo está al día con las entidades correspondientes ✅ tenemos ya el permiso para la realización del #JammingFestival2022 🤗🙌🏽 pic.twitter.com/nvQe7Aqce2
— Festival Jamming (@FestivalJamming) March 17, 2022
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Felipe llegó a la organización del Jamming por una convocatoria que se hizo en Ibagué, ciudad con un índice de desempleo del 17%, según el DANE. “Cuando escuché que lo iban a hacer en Playa Hawai, me dieron muchas ganas de ir, pero se me presentó un problema y gracias a Dios no compré las boletas". El festival que hoy tiene a varias familias en dificultades económicas, en su momento fue promesa de empleo para muchos.
"Me dijeron que iban a contratar a mucha gente de Ibagué y hubo una convocatoria, yo me presenté con mi hoja de vida, no tenía trabajo, era una cancha de fútbol con gradas y había cupos para muchos oficios distintos. Te preguntaban cosas y luego la clásica “nosotros te llamamos”. Fui a trabajar en lo relacionado con decoración, pero ayudábamos en tarimas o en cualquier espacio donde nos necesitaran".
Como Felipe, muchas personas no saben qué va pasar y si van a recuperar el tiempo y dinero invertidos. “Nos han dicho que esperemos el pronunciamiento oficial con las boletas, dijeron que podían usarse para el 2023, pero no creo que nadie quiera volver para el otro año. Vi lo que pasó en Casa Babylon en Bogotá (varias personas protestaron y lanzaron huevos en el lugar), y creo que si aquí en Ibagué hubiera un lugar visible del festival habría sucedido lo mismo”.
“Yo ahorita salí a hacer una diligencia y ya hay personas que se la están rebuscando en los semáforos. Ibagué es una ciudad pequeña, uno se da cuenta de quiénes no suelen estar ahí. La gente en Ibagué se está solidarizando con los pequeños empresarios,mucha gente hizo una inversión que obviamente es difícil de recuperar y la única forma de hacerlo es vendiendo".
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"Es muy preocupante lo que pasó con los pequeños empresarios, me parece bueno que hayan apoyado a las personas que están acá, aprovechando que este fin de semana es cultural de Ibagué (se lleva a cabo el Festival de Música Colombiana). Hay muchas cosas que quieren hacer para atraer el turismo acá, pero también me parece importante que respondan a quienes compraron la boleta", nos dice Felipe.
La Alcaldía de Ibagué y otras entidades han habilitado varios espacios para que los emprendedores puedan vender sus productos. Igualmente, varias iniciativas de usuarios en redes, como emprenjamming, un perfil en Instagram con los datos de cada microempresario , han contribuido a visibilizar a varios de ellos.
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Hasta el momento el Jamming no ha anunciado qué sucederá con las personas que compraron entradas, tampoco con los microempresarios y demás personas que trabajaron en la realización del evento. Será difícil que la explicación satisfaga a miles de personas que sacrificaron millones de pesos y muchos días de trabajo y esfuerzo.
*Nombre cambiado por solicitud de la fuente.