Fotos: EFE
Una nomina musical de lujo se encargó de ponerle volumen al Super Bowl 2016. Para los que no entendemos el fútbol américano el show se lo robaron los artistas, como siempre.
El partido arrancó bien: antes del primer cuarto, vimos una soberbia interpretación del himno de los Estados Unidos a cargo de Lady Gaga que casi hace llorar a los jugadores. En realidad no hubo novedades, pero como siempre había que criticar algo Twitter le dedicó una buena cantidad de memes a su pinta, Pero más allá de eso, Gaga dejó bien claro (otra vez) que no es una estrellita pop adolescente y que sus interpretaciones están a otro nivel.
Pasaron los primeros dos cuartos del encuentro y llegó lo que todos los que no entendíamos cuáles eran los Broncos esperábamos. Un show que estalló de la mano de Coldplay y que contó con las intervenciones de dos monstruos que llevan años montados en la cima de la industria musical: Beyonce y Bruno Mars.
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Fue una interpretación colorida como el nuevo álbum de Coldplay y con un mensaje sobre la diversidad y el amor al mundo que estuvo bien; pero que no pareciera para un Super Bowl, sino para una campaña política.
Beyonce en el escenario estuvo a la altura del evento y, por poco, da un paso en falso
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El cierre fue un merecido homenaje a los monstruos de la música que se han apoderado del show de medio tiempo en el Super Tazón: Mick Jagger, James Brown y Michael Jackson hicieron parte de este recuento por el pasado del evento y nos preguntamos, ¿estarán ellos a la altura de los gigantes homenajeados?
Al final, con la interpretación en grupo y con un coro de niños atrás, nos sentimos como viendo una nueva versión de 'We are the world'.
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