Un grupo de usuarios de Reddit, uno de los foros más conocidos de Internet, se ha convertido en una verdadera amenaza para Wall Street. ¿La razón? Acciones de empresas como la tienda de videojuegos GameStop, la cadena de cines AMC o Blackberry están subiendo considerablemente de precio, lo que ha hecho que los grandes fondos de inversión pierdan miles de millones de dólares.Los usuarios del foro “Wall Street Bets" de Reddit llevan varios días comprando masivamente acciones en estas compañías, lo que ha hecho que su precio se dispare. GameStop alcanzó los 380 dólares por acción cuando hace una semana costaba unos 37. AMC alcanzó los 20 dólares cuando hace días se situaba en 3.Pero si suben los precios de las acciones, ¿Por qué los fondos de inversión de Wall Street están perdiendo plata? Esto se debe a una modalidad llamada "ventas en corto" (shorting, en inglés) en la que un fondo de inversión toma prestadas acciones de una empresa de otros inversores esperando que el precio de la acción caiga. El fondo vende las acciones en los mercados, espera hasta que el precio baje y las vuelve a comprar. Las acciones prestadas se devuelven al propietario original y el fondo obtiene una ganancia.En resumen: los fondos de inversión “le apostaron” a la pérdida de valor de acciones de estas compañías y perdieron dinero, pues no contaban con que el precio de estas acciones iba a subir a causa de la demanda creada por los usuarios de Reddit, y ahora deben “devolver” las acciones, pero sin el margen de ganancia, ya que el precio subió considerablemente. Cuando la demanda aumenta, el precio aumenta.Para los analistas, la movida de los usuarios de Reddit busca “trollear” a Wall Street, que representa a los más ricos del mundo. "Entre los muchos aspectos extraños de esta historia, lo que es muy inusual es la peculiar moralidad de vigilante de los compradores que hacen subir las acciones. Parecen empeñados en enfrentarse a Wall Street, parecen odiar los fondos de inversión y los mensajes están salpicados de insultos sobre el dinero de los 'baby boomers’”, declaró a BBC Mundo el analista Neil Wilson.El multimillonario Michael Burry, quien hizo una fortuna apostando contra la burbuja inmobiliaria, escribió que las acciones de GameStop son “poco naturales, insanas y peligrosas”, en un tuit hoy borrado.Si bien la Comisión de Bolsa y Valores podría investigar a los compradores, sería una verdadera pesadilla, según declaró en Bloomberg James Cox, profesor de la Universidad de Duke. “La pregunta es: ¿Dónde empieza la manipulación y dónde empieza el comprar según tus instintos y hablar de ello?”, dijo el experto.
En mayo de 2020 Netflix lanzó la película polaca Hater, que escaló a la lista de lo más visto en varios países y ganó el premio a Mejor largometraje internacional en el Tribeca Film Festival. La cinta retrata la plasticidad de los discursos políticos y muestra cómo las redes sociales producen simpatía, antipatía e incluso hostilidad frente a otros grupos. ¿Nuestro futuro político está en manos de las agencias de marketing digital? Por Juan Camilo Ospina Deaza y Valeria Sánchez Prieto Hater es una película que abre la caja negra de las estrategias de grupos extremistas en redes y nos interpela al plantear que, en el fondo, estas agencias están dispuestas a destruir la reputación de cualquiera por el mejor postor. La cinta es la continuación a otra película que su director, Jan Komasa, ya había producido en 2011. Su nombre era Suicide Room (Sala Samobójców) y hablaba de la tensión entre una cultura emo que hacia una apología al sufrimiento, los videojuegos y la fuerza que ejercía la psiquiatría por medicalizar a los adolescentes. No es necesario ver esta última para comprender Hater, de no ser porque Beata, uno de sus personajes, fue la madre del protagonista de Suicide Room. En Hater cambió la inquietud del director y la historia corrió por otro lado. Komasa nos habla desde un mundo en el que Internet es un actor central no solo en el desarrollo del mundo adolescente, sino también en la política. Ahora, antes de seguir, tenemos un anuncio importante: vienen los SPOILERS. ** Hater sigue la vida de Tomasz Giemza, un joven que fue expulsado de la escuela de leyes y que trata de llamar la atención de su crush de infancia, Gabi Krasucka. En este proceso Tomasz consigue un trabajo en una agencia de mercadeo en la que fue contratado para destruir la imagen de un político de izquierda llamado Paweł Rudnicki, quien, vaya casualidad, es apoyado por la familia de Gabi. El antihéroe se desliza hacia un inframundo digital lleno de supremacistas blancos e islamófobos y, luego de un largo trabajo que involucra edición de imágenes, convocar a manifestaciones, crear bots, noticias y perfiles falsos, logra orquestar un tiroteo que terminará con el asesinato de Rudnicki. En este punto (lamentamos el spoiler) es importante saber que el estreno de Hater tuvo que retrasarse porque su trama se acercó incómodamente a la vida real. En 2019, en un evento de caridad navideño, el alcalde liberal de Gdansk, Pawel Adamowicz, fue asesinado durante en público. Tal y como ocurrió luego de las manipulaciones de Tomasz en Hater, que culminan con un sangriento asesinato al político polaco ficticio, también llamado Pawel. 10 grandes series sobre política y poder Este último hecho debería mostrarnos que el centro de la película no es la historia de Tomasz, sino el ambiente en el que fue creada. Tal como puede verse por los edificios, la película transcurre en Varsovia, capital de Polonia. Un país que ha tenido una historia complicada debido, por un lado, a la ocupación e influencia cultural del nazismo; por el otro, al legado de los gobiernos comunistas. Esta tensión se revela en el extendido imaginario interno de una Polonia dividida e "incapaz de estar a la par de los otros países de Europa". Hoy en día con el apoyo de Trump a grupos extremistas en Estados Unidos, el auge de neonazis en lugares como Polonia y el fortalecimiento de la derecha en Latinoamérica podemos ver que Hater nos da luces para comprender un escenario más global. Las campañas políticas en Hater están salpicadas de propaganda maliciosa que busca el extremismo para llamar la atención. Aquí vemos claramente el bando de los supremacistas blancos, contrarios a la inmigración desde Medio Oriente. Y por otro lado el bando de los demócratas, que favorecen la inmigración y la integración con Europa. Un punto muy curioso de la película es que en el bando de “los buenos” se encuentra la elite que no permite que nadie fuera de su estricto círculo ingrese a sus cercanías. En este sentido, la película hace un gran trabajo al mostrarnos las interacciones locales como un espejo de la dinámica global. Tomasz, avergonzado de sus humildes orígenes, hace esfuerzos por acercarse y ser aceptado por la familia de Gabi, que pertenece a esta elite liberal. Es inevitable hacer paralelismos con la película Parasite cuando, en una de las primeras escenas, Tomasz escucha a la familia discutiendo sobre la cena que tuvieron: El desdén con el que lo miran solo se compara con el esfuerzo que él trata de hacer por ser aceptado. A pesar de que ellos como familia lo están apoyando económicamente para cursar sus estudios en derecho, los intentos que hace Tomasz por acercarse les parecen irrisorios. Con situaciones concretas la película muestra cómo esa elite mantiene al margen a quienes no pertenecen a su grupo. La familia de Gabi son intelectuales que pasan su vida asistiendo a la ópera, aramndo exposiciones artísticas y participando de reuniones sociales. De hecho, hasta organizan una exhibición para visibilizar el sufrimiento de los migrantes de África. La paradoja es hacer una exhibición de arte por los oprimidos en el África donde ellos no se ven por ninguna parte y pasar por alto el sufrimiento de los cercanos que desprecian o consideran idiotas. Aun cuando en sus palabras estas elites invitan al dialogo, se sienten muy cómodas en intelectualismos distantes de los que solo pueden participar personas como ellos. En este sentido, Tomasz aparece al inicio de la película como uno de los vulnerables, que aunque no se encuentra en una situación de miseria, solo tenía su lazo emocional con la familia. Para él, solo bastó un error (hacer plagio en un ensayo de la universidad) para que su proyecto de vida se fuera a la basura. Mientras tanto, Gabi, sin esforzarse y equivocándose mil veces, puede acceder a las mejores universidades y realizar pasantías en lugares como el MOMA. Más adelante, Tomasz dirá: “es la única forma de hacerlos escuchar. Ellos siempre miran con menosprecio a gente como nosotros. Nosotros somos víctimas de las circunstancias. Todo lo que toma es equivocarse una vez, y ya es suficiente, para ellos siempre serás un don nadie ¡Yo no soy un don nadie!”. Es en este contexto de frágil integración es donde el lenguaje del supremacista adquiere adeptos, aquellos que buscan desesperadamente un cambio de una sociedad que los excluye. Las campañas de marketing forman ideas simples que no buscan la grandilocuencia intelectual. Mientras las muestras artísticas de sensibilización solo pueden ser entendidas por las elites intelectuales, las campañas de redes sociales construyen sus mensajes para ser masivos y que las personas puedan interpretarlos como quieran. Es un lenguaje común en Internet que, como nos enseñó Cambridge Analytica, favorece imágenes impactantes y mensajes que produzcan emociones fuertes. Todo lo financian, desde luego, los grandes capitales. Hacia el final de la película Tomasz le dice indignado a un colega de la agencia: “No podemos servir a los competidores de nuestros clientes”. A lo que su colega responde: “Podemos hacer todo”. El capital no tiene ideología, género o religión. Para estas compañías no hay una gran diferencia entre acabar la reputación de una influenciadora fitness o direccionar las olas de odio contra un grupo político. Los lenguajes políticos en Internet están lo suficientemente estandarizados como para que sea posible repetirlos sin pensar o creer en ellos. Es ampliamente conocido que las redes sociales nos muestran contenido con el que simpatizamos, ¿cómo vamos a cuestionar el contenido que vemos si lo que recibimos es acorde con nuestra visión del mundo? Internet ya no aparece aquí como un reino separado del mundo o como realidad alternativa del tipo Matrix. El racismo, clasismo, xenofobia, homofobia, etc. se vuelven medibles. En el fondo, esta película es un llamado a la izquierda intelectual y clasista, preocupada por el dolor lejano pero ciega al cercano, a reconocer cómo ella es también cómplice de la exclusión y producción de los grupos extremistas. Es un ejercicio que desmonta el discurso que plantea que la causa de nuestros males es una amenaza externa, y nos muestra que son esas formas excluyentes de relacionarnos las que producen esos males. ¿Son nuestras emociones realmente nuestras? ¿Hasta qué punto se puede gestionar las emociones de los otros? ¿Por qué nos indignamos, de qué manera nos indignamos, contra qué nos indignamos?
En los 2000, las redes sociales llegaron para cambiar radicalmente nuestras vidas. Las usamos para distraernos, escuchar música, conseguir pareja, trabajo, hacer activismo, construir una identidad, entre muchas cosas más. Hoy pasamos buena parte de nuestros días viendo contenido de redes sociales, pero pocas veces nos preguntamos a qué precio. Estos 5 documentales disponibles en Netflix nos cuestionan sobre lo que vemos en las redes sociales y qué implica tener cuenta en ellas. El dilema de las redes sociales Un documental que hurga en un terreno incómodo: el control que ejercen sobre nosotros las grandes compañías tecnológicas. Es una mirada desde adentro a las consecuencias que están teniendo y que tendrán las sociedades que no le pongan freno al capitalismo de la información. ‘El dilema de las redes sociales’: 7 lecciones incómodas Fyre En Instagram se promocionaba Fyre, un festival con muchas celebridades, influencers, música y lujo. El problema es que resultó en un completo desastre en el que miles de personas resultaron estafadas y el único lugar en el que de verdad existió fue en Instagram. Fyre es una buena reflexión sobre lo que hay detrás de la perfección que vemos en redes sociales. El fraude de Fyre, el festival más exclusivo que nunca sucedió The American Meme Personajes que se hicieron conocidos gracias a las redes sociales muestran qué hay detrás de la fama y todo lo que hay que hacer para ganar likes y sobrellevar el reconocimiento que traen ellas. A los que quieren ser famosos en redes, algunos de los protagonistas del documental les harán pensarlo 2 veces. Nada es privado Documental que explica cómo Facebook ofreció a la consultora Cambridge Analytica datos de sus usuarios para cambiar su intención de voto en las elecciones del referendo por el Brexit en Inglaterra y las presidenciales en Estados Unidos en 2016. Nos deja pensando sobre los datos de nosotros que tienen las redes sociales y lo que son capaces de hacer con ellos. 9 pasos para proteger su información de Facebook y el mundo entero Follow Me Un cineasta quiere conocer más sobre el mundo de los influencers y recorre el mundo para aprender de este negocio. Actualmente, cerca de 700 millones de personas en el planeta tienen cuenta en Instagram, pero solo unas cuantas logran ganar dinero de ellas. Asri Bendacha explora qué hay detrás de los posts pagos en redes sociales y cómo ganar dinero en Instagram.
El dilema de las redes sociales es un documental de Netflix que hurga en un terreno incómodo: el control que ejercen sobre nosotros las grandes compañías tecnológicas. Un escueto drama en el que un adolescente que se vuelve adicto poco a poco a las redes sociales empujado por tres tipos que representan el algoritmo, se intercala con una serie de entrevistas reveladoras a personajes con información de primera mano: estudiosos y trabajadores de empresas como Twitter, Pinterest, Facebook y Google. Es una mirada desde adentro a las consecuencias que están teniendo y que tendrán las sociedades que no le pongan freno al capitalismo de la información. “Esta es la última generación de personas que sabrán cómo era la vida antes de la ilusión” ¿Cuál es el problema de las redes sociales? Esa es justamente la pregunta que trata de contestar el documental. Internet y sus expertos, que replican “fórmulas de éxito” sin rechistar, sin pensar, nos han hecho creer que la característica principal de esta era es la inmediatez. Pero nada más alejado de la realidad. Para hacer un análisis social de las consecuencias de Internet hay un factor ineludible: el tiempo. Internet es un invento reciente y tendrá que pasar una nueva generación para que sepamos con certeza cuáles han sido sus consecuencias. A medida que crecen las “Big Tech” crece la depresión y la adicción Por lo pronto, las proyecciones no son tan buenas. En El dilema de las redes sociales se acercan a datos dicientes. Desde 2010-2011, correlativamente con la época en la que creció el uso de Internet, aumentó un 62% el número de mujeres adolescentes que se hacían heridas a sí mismas con respecto a la década anterior. En preadolescentes aumentó 189%. Y el mismo patrón aplicó para los suicidios. A medida que las Big Tech crecen en su influencia, crecen los casos de adicción a dispositivos electrónicos o la depresión; nacen también nuevas enfermedades, como una mencionada en el documental, la “Dismorfía de Snapchat”: un trastorno relacionado con la distorsión entre la imagen real y la imagen atravesada por los filtros. Si bien vale la pena decir que el psicoanálisis nos ha enseñado que la imagen que nos construimos de sí mismos está atravesada por la mirada del Otro, lo que ha hecho Internet es amplificar la edición de sí mismo a niveles insospechados e inmanejables. Las posibilidades de cambiarse la imagen en Internet no están al alcance ni de los cirujanos de Michael Jackson. Eso, al parecer, está generando malestar en los jóvenes. La participación en Internet es una ilusión Tristan Harris, extrabajador de Google, adicto a su correo y presidente del Centro de tecnología humana, es la voz protagonista del documental. Cuando todavía trabajaba en Google, cuenta, hizo circular entre la compañía una presentación que era también un llamado para hacer menos adictivas las plataformas de la compañía. En aquel entonces todos hablaron de ello. Se discutió en varias reuniones. Al final, no pasó nada. El entusiasmo por “hacer algo” para solucionar aquel problema se desvaneció en el aire. Y su historia es paradigmática de las limitaciones de las buenas intenciones en Internet. En los ambientes especializados es común escuchar publicistas maravillados con el discurso de la interactividad, de la capacidad de “los usuarios” para “participar” en Internet. Tanto la “interactividad” como ese el invento posmoderno de capitalizar la “experiencia” son fetiches publicitarios sobrevalorados. Se utilizan como técnicas deseables para replicar en línea sin ningún reparo ético en la seguridad, la privacidad o la reflexión. Paradójicamente, lo que en apariencia es participar en la vida social (postear, compartir una opinión, retuitear, dar Me gusta, etc.), para las redes sociales es alimentar el algoritmo. Sumar información para que, cada vez más, el algoritmo nos complazca. En esa demanda de interacción y de información constante lo que en una semana fue importante la siguiente parece obsoleto. Habrá que participar en otra cosa para sentirse vigente. “Si no pagas por el producto, tú eres el producto” Según Cathy O Neil, científica de datos y autora del libro Weapons of math destruction, los algoritmos son “opiniones en código. No son objetivos. Están programados para una definición de éxito. Tienen un interés comercial. Nadie termina de entender muy bien cómo funcionan y cambian solos. Nos controlan más de lo que nosotros los controlamos”. Cada uno de nuestros pasos en línea está alimentando ese monstruo, haciéndolo cada vez más preciso e intuitivo. Hoy son muchas las plataformas que pelean por nuestra atención. Y al “interactuar” alimentamos sofisticadas máquinas de Inteligencia Artificial. Somos el producto porque los algoritmos saben cada vez más como obligarnos a hacer lo que quieren: “el producto es el cambio gradual que sufre tu conducta, lo que piensas, lo que haces, lo que eres”, cuenta Jaron Lanier, autor del libro 10 razones para eliminar tus redes sociales de inmediato. Las empresas en Internet venden seguridad, predicciones. Se necesita información. Hoy vivimos en el capitalismo de la vigilancia: un mercado que no existía y que se dedica exclusivamente al futuro humano. “Todos somos ratas de laboratorio” Empresas como Facebook construyen modelos que predicen nuestras acciones, como si fuéramos un muñeco vudú al que puyan para que interactúe. Y son nuestras acciones las que permiten la creación de ese modelo. Experimentan con nosotros todo el tiempo. Nos muestran y ocultan cosas para medir nuestras respuestas. Los feeds que vemos en nuestras redes sociales están programados en niveles muy profundos. Saben qué mostrarnos para que generemos hábitos inconscientes. En las grandes compañías “hay una disciplina llamada técnicas de crecimiento acelerado” con equipos de ingenieros que trabajan para “hackear la mente de la gente”. Tristan Harris explica que, a diferencia de herramientas como, por ejemplo, una bicicleta, que está ahí esperando para cuando necesitemos movilizarnos, las redes sociales se constituyen no como una herramienta. No esperan, sino que exigen cosas, demandan atención. “Las redes sociales no son una herramienta que espera ser usada, te seduce. Usa tu piscología en tu contra”. “La tecnología supera las debilidades humanas” Resulta curioso como la mayoría de los entrevistados en El dilema de las redes sociales coinciden en que, aun sabiendo cómo funcionan los trucos, somos vulnerables. Si la gente que diseñó las plataformas se vio atrapada por su adicción, ¿qué podemos esperar los demás? ¿Evolucionamos para saber lo que 100 personas piensan de nosotros? ¿Requerimos recompensas a corto plazo? Todos coinciden en que la estimulación que produce la aprobación en línea deja a los usuarios más vacíos y carentes que antes. Pero el problema trasciende al individuo. “La tecnología supera las debilidades humanas”, cuenta Tristan Harris. “Esa es la base de la adicción, la radicalización, la polarización. Eso es dominar la mente humana. Es el jaque mate a la humanidad”. Los casos de manipulación a través de Facebook son bien conocidos. Han incidido directamente en las elecciones de Estados Unidos, Brasil, Francia. Los brotes de teorías descabelladas sobre cualquier tema están relacionados con el hecho de que las ventanas que vemos no son iguales para todos, por eso a unos les parece probable que la tierra sea plana o que el coronavirus sea un invento. Al generar burbujas de satisfacción, con el tiempo, la gente tiene la idea de que todos están de acuerdo. Hasta que se encuentran con la realidad. Esa presión para elegir es una trampa. Es privarse de la presencia de un otro. Las guerras en redes sociales son como “guerras a control remoto”. Pueden usar legítimamente las plataformas para fines perversos. Si todos quieren su propia verdad no hay necesidad de que la gente interactúe. Se niega la discusión. Por eso en Internet parece tan importante debatir, acercar a las visiones radicalmente opuestas. Intentar llegar, de algún modo, a un consenso de lo verdadero. Se necesita un nuevo modelo de negocio e intervención de los gobiernos La Inteligencia Artificial no retrocede. Con el tiempo sabrá más y más de sus usuarios. Las compañías están atrapadas en el modelo de negocios que demanda más información. Por ello se necesita regulación, grabar la acumulación de información, como la acumulación de dinero. Y, como dice Jaron Lanier, necesitamos la crítica: “son las que mejoran las cosas. Los críticos son los optimistas de la verdad”.
En el mundo en el que vivimos las interacciones en redes sociales ocupan un porcentaje importante de nuestras vidas. Las fotos que publicamos en Instagram, lo que compartimos en Facebook o lo que escribimos en Twitter son, a ojos de los demás habitantes de ese mismo espacio digital, nuestra carta de presentación. Partiendo de esos pequeños detalles de nuestra vida que decidimos compartir, los otros pueden hacerse idea de nuestros gustos, hábitos y personalidades, y así mismo amarnos… u odiarnos. De ahí nace el término hater, con el que nos referimos a personas que siempre tienen una actitud negativa ante cualquier situación. La traducción literal al español sería “odiador”, sin embargo no es un término que se utilice. Los haters existen dentro y fuera de las pantallas, pero es en el ecosistema digital donde más fácil pueden expresarse. ¿Hay alguien que comente todas sus fotos diciéndole cosas feas? ¿Algún contacto en Facebook que refute cada una de sus publicaciones diciéndole que sus opiniones están equivocadas? ¿Un personaje que le mande indirectas en Twitter? ¿Todo lo comentan, todo lo critican, de todo reniegan? Les dejamos 10 canciones que pueden dedicarles a esos "odiadores" la próxima vez que pasen por sus perfiles a destilar odio. Aterciopelados - Haters Taylor Swift - Shake it off Gloria Trevi - Todos me miran Katy Perry - Roar Maná - Me vale Thalía - A quién le importa Los Prisioneros - Por qué no se van Britney Spears - Piece of me Bad Bunny - Me importa un carajo Demi Lovato - Sorry (not sorry)
Hay quienes se imaginan que en el futuro toda nuestra información y nuestra vida conducirán a la misma dirección web. ¿Qué tanto depende nuestra vida virtual de las gigantes norteamericanas como Facebook, Google o Amazon? Reflexiones sobre el monopolio informativo y el capitalismo de nuestra era. Por Ricardo Silva Ramírez La concentración de poder en las grandes plataformas virtuales plantea un problema para las empresas informativas locales. Lo que en un momento fueron pequeños negocios que empezaron en garajes o como proyectos universitarios son ahora gigantes que influyen en la política, la economía y la vida mundana de las personas. Casi todos con sede en Estados Unidos.Y como si de una pandemia se tratase, estas empresas se han propagado por todo el mundo y escapado al control inmediato de los gobiernos. En su creciente reconocimiento e influencia, poco a poco han logrado controlar el mercado virtual y hacerse con los millones de usuarios que los seguimos y utilizamos “voluntariamente”. En una interesante analogía con la elección democrática, en apariencia, usamos las plataformas de Facebook, Amazon, Apple o Google de manera consciente y con consentimiento. Pero es un consentimiento ilusorio que entraña la obligación de elegir entre las opciones típicas. Aceptamos sus términos y condiciones no porque los hayamos leído detenidamente y nos formemos una opinión racional al respecto, sino porque no hay otra opción.¿Entonces, por qué utilizarlos? Ante este panorama alguien podría preguntar ¿si no se está de acuerdo con los crecientes monopolios de plataformas informativas, entonces por qué no simplemente dejar de utilizarlas? Eso equivaldría a hacer caso omiso al problema de la producción de necesidades que pueden llegar a ser tan vitales como las biológicas. No utilizamos a los gigantes informativos porque nos obliguen: el núcleo del problema de la dominación es que, distinto a lo que se cree, no refiere a una imposición sino a un deseo asumido. El sujeto angustiado tras la muerte de Dios, ahora solo y sin tener a quién echarle la culpa por sus desgracias, acude a la última instancia que le queda para dar sentido a su existencia. Es eso a lo que se refiere uno de los padres de la sociología, Emile Durkheim, cuando dice que “la sociedad es Dios”: ante el problema antropológico de buscar una razón de ser, una justificación de la existencia humana, buscamos tranquilidad en la investidura de un título universitario, un permiso de producción, una tarjeta de identidad, una partida de nacimiento, un certificado de enfermedad y todos actos de nombramiento en los que interviene el Estado como autoridad que certifica la validez de los certificados de la existencia. Sin embargo, nuestro carné de identidad no tiene una foto elegida por nosotros, ni arreglos de Photoshop; no es posible cambiar nuestro nombre cada semana, no nos dice cuáles productos nos gustaría comprar. Internet sí. La vida en línea es lo que permite hoy al sujeto poner en juego y circulación la idea que tiene de sí mismo. El conglomerado de búsquedas, compras, likes, publicaciones, páginas seguidas, etc., posibilita una acomodación de la web al sujeto imaginado, una condensación de todos los gustos; abre la ventana hacia un mundo en el que todo lo displacentero puede quedar de lado, una acomodación de la realidad virtual al principio del placer. Pero ese ejercicio de desarrollo personal está muy lejos de ser libre. La creación de un universo de consumo personalizado, o mejor, de un espacio identitario de realización de la propia cultura y el juicio subjetivo, no es una obligación. ¿Quién se queja de consumir los productos que desea consumir y con los que se identifica? Si lo que está en juego es el intento de dar un significado a la propia persona, una unidad coherente al Yo, entonces ¿cómo renunciar a aquello que permite anudarse a lo más profundo de mi personalidad? Esto nos recuerda el hecho de que, a diferencia del siglo XX, cuando el actor histórico era el ciudadano, en el siglo XXI lo es el consumidor. Juan Carlos Eastman, profesor de historia en la Universidad Javeriana, afirma que “tras cientos de años de lucha por preservar aquello que nos es más íntimo, ahora lo entregamos voluntariamente”. Al borrar la frontera entre la vida privada y la pública, el sujeto de nuestro siglo no se define por su posición política, sino que ésta pasa a ser un elemento más de la serie de algoritmos. En una suerte de “interpasividad”, como diría Slavoj Žižek, el big data hace el trabajo que nosotros hemos empezado y adivina como nuestro mejor amigo lo que nos gustará consumir o ser a continuación. Lo que en nuestra experiencia directa se nos presenta como un consumo cómodo e intuitivo es, en el fondo, un ejercicio de control del que difícilmente nos vamos a poder escapar. ¿Internet gratis? Como siempre, esta realización del cielo en la tierra no deja de ser un invento terrenal. El universo virtual, cuya virtualidad justamente permite imaginar un mundo feliz ajeno a la sociedad, no existe sin el mercado. La creencia sublimada en el “internet gratuito” no sólo deja de lado la desigualdad de posibilidades de hacer uso de la red o de tener buenas condiciones de acceso; olvida, además, que todos pagamos indirectamente las grandes plataformas a través de la publicidad. Propagandas que adornan los extremos de nuestra pantalla, pop-ups que adivinan lo que vamos a comprar, venta de productos disfrazados de noticias, anuncios que interrumpen los videos o las aplicaciones, etc. Son sutiles y silenciosas manifestaciones de nuestro pago indirecto del internet, esto sin mencionar el gasto de aquello que nos es más propio: nuestro tiempo. Los competidores de los grandes monopolios digitales son comprados o llevados a la quiebra, permitiendo una ascendente cooptación del mercado y un aumento de la influencia y el poder de los gigantes informativos. Ejemplo de lo anterior son los casos de la compra de WhatsApp e Instagram por parte de Facebook, la copia a los servicios de Snapchat o la reciente instigación a Tik Tok (según The Wall Street Journal, quien se ha encargado de difundir el miedo a la plataforma china en Estados Unidos ha sido el mismísimo dueño de Facebook, Mark Zuckerberg). De hecho, hay quienes se imaginan para el futuro la existencia de una única empresa que maneje todo el servicio del internet, una especie de capítulo de Black Mirror en el que toda nuestra información, y nuestra vida conducen a la misma dirección web. Libres de toda competencia, las grandes plataformas digitales manejan los costos publicitarios y afectan el precio de los bienes y servicios que utilizan su publicidad, o sea todos. Aumenta el precio de los productos de sectores laborales con mayor cantidad de empleados, con pago de salarios, seguridad social e impuestos derivados, mientras que gigantes como Facebook, Google o Amazon reducen los eslabones de producción y se dan el lujo de poner las reglas al concentrar el dinero y la atención de millones de usuarios alrededor del mundo. La filantropía multimillonaria y el capitalismo soft Por su parte, los grandes multimillonarios, dueños de esas plataformas y proclamados filántropos, se presentan con gusto ante cualquier juicio y sospecha. Es conocido el caso de Mark Zuckerberg en abril del 2018 ante el senado de Estados Unidos por el escándalo de Cambridge Analytica. Sin entrar a discutir la polémica frente a la venta de datos de millones de personas, no deja de ser interesante la actitud del creador de Facebook al ser interrogado: un joven gracioso que genera empatía y risas en el público, que despliega todo su reconocimiento al convertir su juicio en una especie de espectáculo y asumir con una sonrisa que la plataforma cometió un error. El caso muestra con claridad la imagen del multimillonario de nuestra época. Contraria a la imagen del viejo gordo que sostiene en su mano llena de anillos un habano mientras jala los hilos de sus títeres de quienes extrae una ganancia total, vemos a un ser “altruista y preocupado” por el bien de la humanidad, donantes de millones de dólares, dueños de fundaciones de ayuda humanitaria, seres mesiánicos con todo tipo de consignas desinteresadas: “conectar a la gente del mundo”, “brindar información gratuita a todos”, “permitir productos a otros países”, “dar un espacio para el desarrollo de la personalidad”. En esta especie de “capitalismo soft”, la atención de los usuarios ignora las relaciones de producción y se desplaza hacia la personalidad, la moral, la figura misma de quien se presenta ante el público expectante de un espectáculo casi que cinematográfico. Es un refinado ejercicio de control emocional. Al quedar desdibujada la frontera entre la vida pública y privada lo que se produce es una extraña mezcla cuyo libreto es la exhibición de la personalidad ante el público. Referirse a las relaciones de producción, a las fronteras distintivas que presenta lo social, se vuelven cosas de mal gusto o son consideradas pesimistas. No importan los efectos de las políticas sino lo que se consume y la manera en que habla. No importa nuestro papel en la cadena de producción de capital, sino nuestra correcta personalidad. No importa la organización del trabajo sino el furor nacional. No hay muertos divididos por clases sociales sino estadísticas por países. Internet, terreno por excelencia de la fantasía, viene a condensar un mundo ya virtual en el que la peliculización de la sociedad se erige como un velo ante lo traumático de un mundo dividido
La excusa de muchos usuarios para usar Telegram y Snapchat era la opción que daban estas redes sociales para poder enviar mensajes e imágenes que se borran en un tiempo determinado y con las que no queda ningún registro. Pues Whatsapp ya no va a quedarse atrás y es posible que dentro de poco se active una actualización que permitirá a los usuarios poder enviar mensajes invisibles los cuales solo pueden decodificarse con la cámara del celular. Al parecer esto se realizará con una tecnología creada en la Universidad de Columbia llamada FontCode la cual permite esconder mensajes dentro de otro, como la vez que enviaron el punto negro que bloqueaba la pantalla, que en realidad era un mensaje encriptado (El circulo negro de Whatsapp que paraliza su teléfono). Lo que va a pasar al final es que alguien le envíe un mensaje cualquier y hasta que usted no active una aplicación específica no sabrá que existe un mensaje oculto. .
Tenemos que admitir que el nuevo negocio son las redes sociales y que entre más seguidores – reales- tenga más dinero u ofertas le pueden llegar. Aquí el problema radica en saber realmente cuánto puede valer un post en su Instagram y cuánto podría cobrar a las marcas que ofrecen cash y no Brand. No queremos desilusionarlo si los resultados no son lo que esperaba, recuerde que de poquito en poquito se va llenando el bolsillito… Crearon una página muy divertida: How Much Are Your Instagram Posts Worth en la que usted podrá poner su @ de Instagram y mirar el costo total de un post, uno solo en su time lime. Solo tiene que escribir su @ y esperar, la información le bota la cifra exacta en dólares. Solo haga la multiplicación o vaya a Google y convierta a pesos a ver cuántos billetes se puede ganar por una foto.
Estar en alguna red social nos hace fastidiosos, así sea para una persona, para muchas o inclusive para nosotros mismos. En esta época en la que todos son influenciadores y le hacen publicidad hasta las arepas de la esquina, se hace más tedioso visitar Instagram y sus derivados. Pero hay unos personajes que exceden todos os códigos de comportamiento, traspasan las fronteras de la intensidad y se vuelven insoportables incluso para los más pacientes. ¿Será usted uno de estos? ¿Hace parte de esa población que vive con el celular en la mano 24 horas del día? ¿Es de los que publica hasta las veces que va al baño? Con este test le ayudaremos a descifrar qué tan molesto es para sus seguidores. Ojalá no los aburra mucho.
Dicen que todo tiempo pasado fue mejor y también dicen que esta es la generación de la soltería. ¿Tendrá que ver una cosa con la otra? Pues al parecer desde que los celulares llegaron a nuestras manos, no solo la cabeza mantiene agachada, sino que además está llena de “videos” (suposiciones, imaginarios, inserte aquí la palabra con la que se sienta más identificado), gracias a los chulos azules, las fotos de “pareja” y el tema de qué tan pública puede ser una relación, llámese como se llame. ¿De cuándo acá todo se convirtió en un “si no hay publicación no hay amor”? Por: @JohanaArroyave Según un estudio de la revista científica Plos One desde que nos levantamos hasta que nos acostamos pasamos cerca de 5 horas pegados al celular y hacemos más de 85 clicks en cada aplicación. Sin embargo, cuando se tiene pareja la interacción con los teléfonos aumenta en un 15% y el nombre de esa persona se convierte en el primer resultado que arroja el motor de búsqueda de todas las redes sociales. En palabras sencillas: pasamos más del 20% de nuestro día revisando si hay wifi mientras esperamos que llegué cualquier notificación en alguna red, que el otro publique algo o lo peor (en algunos), esperando a que le publiquen algo. Lo cierto es que con estudios o sin estudios, está más que claro que todo este tema de las redes sociales se encargó de cagarse nuestras relaciones personales, pues como dice el refrán (ahora modificado por la tecnología), “entre cielo, tierra, Facebook, Twitter e Instagram y las otras 500 más que existen no hay nada oculto”. Estos son algunos ejemplos o mejor, preguntas que nos han hecho o hemos hecho y con las que nos dimos cuenta de cómo estas aplicaciones creadas para acortar distancias, se han encargado de alargarlas por algún like, fav, DM o tag mal puesto: ¿Sí está en línea por qué no me contesta? O ¿Por qué me dejó en visto?: todo era risas y diversión hasta que a Whatsapp se le ocurrió la grandísima idea de ponerle color a los chulos y no dejarnos ignorar tranquilamente a alguien. Ah, pero intente quitar los chulos azules a ver cómo le va. ¿Por qué no pone la relación en Facebook?: tal parece que para algunos la pruebita de amor ya no es el polvo, si no publicar con quién está saliendo y desde cuándo. ¿Por qué le dio like a esa foto, por qué siguió a esa persona?: más que una pregunta esto es una advertencia y de las peligrosas. No solo para el que puso el corazoncito, sino para el dueño de la foto, pues a partir de ahora va a tener un nuevo stalker, solo para corroborar si el coqueteo es mutuo, solo de una parte, continua con el tiempo o paró tras el aviso. ¿Por qué quitó nuestra foto de su perfil?: no importa el nivel de idilio que esté viviendo usted y su pareja, no importa si Romeo y Julieta comen chitos al lado del amor que sienten, si quita la foto de perfil es porque algo pasó, así no pase nada. ¿Por qué no responde los comentarios que le dejo en redes?: y entonces la biblia de las relaciones de pareja dice que si uno no contesta el comentario que le dejó la pareja en alguna foto, muro o DM, es porque está escondiendo la relación y a eso le llaman traición y se paga con sangre. ¿Quién es la/el que sale al lado suyo en la foto que lo etiquetaron?: párese donde se pare en la foto grupal, si no sale al lado de alguien de su mismo sexo (o del sexo opuesto si usted es gay) le van a preguntar quién es, por qué al lado, qué hacían y si su pareja no estaba en esa fiesta o reunión, el tema se puede alargar. ¿Quién es la/el que le deja esos comentarios en Facebook y lo llena de likes?: después de que alguien le escriba en el muro, le deje más de cuatro likes en algún lado o le comente la foto con algo y su pareja lo note, las vinculaciones sexo-romántica-afectivas-matrimoniales se convierten en el tema de la semana. ¿Por qué no me contesta el celular, por qué se fue directo a buzón?: no sé quién los inventó, pero como que los mandamientos de las relaciones dicen que si uno no contesta el celular, rechaza la llamada o el aparato se descargó casualmente, es que está haciendo algo malo. ¿Cuál es la contraseña de tu celular?: cuenta la leyenda que la última pareja que peleó por esto, dio más lora que los del sí y el no del plebiscito. ”Por qué me revisó el celular, eso es abusivo” – Por qué esta coqueteando con ese personaje, mal nacido- “pero por qué se atreve a invadir mi privacidad” - por qué me engaña de esa manera- (Bis x las veces que quiera y aguante). Igual, tenga la contraseña o no, siempre va a pensar que hay algo malo. ¿Por qué no publica fotos estando conmigo?: creo que en los mandamientos de las relaciones también decía que, si no hay publicación de foto con la pareja, no hay amor. Y tal parece que con la tecnología, las redes y todo este boroló de información, el mensaje que se tiene que dar es que a mayor número de publicaciones de fotos con la pareja, mayor es la felicidad. No sé si así intentan convencer al mundo o se intentan convencer ellos de su amor.
La plataforma de streaming anunció que tiene planes de rodaje para un nuevo reality show inspirado en Willy Wonka. En 2021 Netflix adquirió los derechos del famoso personaje creado por Roahl Dahl.La decisión se tomó luego del éxito que tuvieron las tres películas basadas en el libro de Dahl: 'Wonka' (2023), 'Charlie y la fábrica de chocolate' (2005) y 'Willy Wonka y la fábrica de chocolate' (1971), con Timotheé Chalamet, Johnny Depp y Gene Wilder, respectivamente.Según un artículo de Deadline, Netflix le ha presentado la idea de un concurso a varias productoras como Fremantle, Wall to Wall, Nobody's Hero y the Garden, una de ls productoras que estuvo detrás de 'El Juego del Calamar: El desafío'.Se espera que Warner Bros. Discovery, que también opera varias divisiones estadounidenses sin guión, como Warner Horizon, participe de alguna forma incluso si Wall to Wall no consigue la serie debido a sus vínculos con las películas. Si bien actualmente no hay ningún acuerdo entre la compañía dirigida por David Zaslav y Netflix, si la serie utilizara clips de alguna de las películas, tendría que trabajar con el estudio. Lean acá: 'El Juego del Calamar: El Desafío': los concursantes demandarán a NetflixAunque aún se desconoce el concepto que tendría el programa, se sabe que será un programa del formato reality show inspirando en Willi Wonka con algo relacionado a cocina al estilo bake off."Los horneados son una epidemia y los odiamos", dijo a Deadline uno de los principales productores de realities. “En los viejos tiempos, de vez en cuando había enfrentamientos, pero por lo general, las cadenas elegían una compañía de producción que conocían y en la que confiaban y simplemente se asociaban y hacían que funcionara. Pero ahora, como los mercados están tan mal, tienen la oportunidad de hacer que la gente haga una audición. Es la pesadilla de nuestra existencia”, añadió.Esto se produce a medida que más empresas controlan propiedad intelectual valiosa que puede convertirse en programas de juegos y formatos de competencia que tienen acuerdos con estas empresas, quieren involucrarse en la televisión sin guión.
LIFETIME celebra el Día de la Madre y presenta un especial de cinco películas que destacan las historias de mujeres que han debido enfrentar distintos desafíos que van desde la crianza de los hijos siendo madre y padre a la vez, hasta la búsqueda de una hija desaparecida.El bloque especial incluye los largometrajes '¡Hombre al Agua! (Overboard)', una comedia romántica protagonizada por el mexicano Eugenio Derbez, Anna Faris, Eva Longoria y John Hannah. La trama sigue a una madre viuda estadounidense de clase trabajadora que convence a un millonario playboy mexicano con amnesia de que son una pareja casada. A continuación, 'Colorea Mi Mundo Con Amor (Color My World With Love)', la historia de Kendall y Brad, dos jóvenes con Síndrome de Down que se enamoran, pero la madre de Kendall se opone y se ve en una encrucijada. Por un lado, quiere proteger a su hija, pero a la vez sabe que debe dejarla crecer. Protagonizada por Lily D. Moore, David DeSanctis, Erica Durance y Ben Ayres.El especial de Lifetime continuará con 'Lista De Toda Una Vida (List Of A Lifetime)', un drama protagonizado por Kelly Hu, Shannen Doherty, y Sylvia Kwan que narra la historia de Brenda Lee, una mujer a quien diagnostican cáncer de mama triple negativo. Ante esta noticia ella emprende un viaje para encontrar a la hija que hace años dio en adopción y así advertirle de esta mutación genética que es hereditaria. Cuando Brenda finalmente conoce a Talia, la joven tiene muchas preguntas y entre otras cosas le pide a su madre biológica que haga una lista de deseos.Las historias de madres seguirán con la película 'Carta desde el Cielo (My Mom´S Letter From Heaven)' protagonizada por Barry Watson y Jordyn Ashley Olson. El film muestra como Connor Johnson es un hombre viudo que está devastado por la muerte de su esposa y se ve enfrentado a criar solo a su hija Zoe. Sin embargo, antes de su muerte, su esposa le deja una carta para que se la lea a su hija cuando lo necesite. Han pasado 12 años y Zoe se ha convertido en una adolescente rebelde y todo indica que ha llegado el momento de leer esa carta.Y, para finalizar el especial, 'Hasta Encontrarte (Black Girl Missing)', un largometraje protagonizado por Betsy Baker, Linda Park, Iyana Halley y Garcelle Beauvais, que cuenta la historia de Cheryl, una madre cuya hija ha desaparecido. Las autoridades y los medios descartan su búsqueda ya que piensan que la joven simplemente ha huido del hogar, mientras se enfocan en otra niña desaparecida, que es blanca.Sinopsis de las películas del especial del Día de la Madre¡Hombre al Agua! (Overboard)Después de caer de su yate, un vividor, rico, mimado y con amnesia (Eugenio Derbez) es convencido por una madre soltera (Ana Faris) que es su marido, y le hace trabajar por la primera vez en su vida, pero ¿podrá una mentira mantener un nuevo amor?Colorea Mi Mundo Con Amor (Color My World With Love)Cuando Emma, la madre de una joven con síndrome de Down, descubre que su hija ha decidido dar un nuevo paso en su relación y comprometerse con su pareja (que también tiene síndrome de Down), deberá luchar contra sus propios prejuicios y confiar en las decisiones de su hija. ¿Será capaz de aceptarlo?Lista De Toda Una Vida (List Of A Lifetime)Cuando a Brenda le diagnostican cáncer de mama, decide buscar a Talia, la niña que dio en adopción años antes. Cuando la conoce, Talia le pide que haga una lista de deseos antes de morir para ayudarla en su trabajo como escritora. Este tiempo juntas las acercará y ayudará a que Brenda luche por su vida.Carta Desde El Cielo (My Mom's Letter From Heaven)Un padre soltero mantiene una relación tirante con su rebelde hija adolescente. Pero cuando parece que nunca podrán solucionar sus problemas, milagrosamente encuentran una carta dirigida a la joven y escrita por la madre en su lecho de muerte. ¿Logrará que las cosas entre ellos mejoren?Hasta Encontrarte (Black Girl Missing)Cuando su hija Lauren desaparece tras una discusión sobre abandonar la universidad, Cheryl busca ayuda de las autoridades y los medios de comunicación. Pero queda horrorizada al descubrir la disparidad con que la policía y los medios tratan los casos de personas desaparecidas negras.
El 3 de mayo, La Casa del Teatro Nacional estrenó 'El Cadáver de Pensarte', una obra de ficción contemporánea protagonizada por Camila Valenzuela, quien expone una conversación con Manuelita Sáenz, una mujer que es un ejemplo para las generaciones actuales. El monólogo es dirigido por William Guevara.La obra es una adaptación para teatro del libro 'El cadáver de pensarte' de Pablo Velásquez Urzola sobre la vida de Manuela Sáenz, un reconocimiento a sus alegrías y tristezas, a la pasión y lucha de una mujer independentista avanzada para su época.Sinopsis de la obra La actriz Camila Valenzuela nos narra el misterioso encuentro que tuvo una noche de viernes con Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, en el apartamento de Pablo Velásquez, en pleno Chapinero. En esta sorpresiva cita, la mujer rebelde, la independentista, la enamorada, la olvidada, con nostalgia le cuenta pasajes fundamentales de su vida, que dan fe de su pasión y lucha por la libertad de una región, que vivió defendiendo a través de los ideales bolivarianos, a pesar de su compleja relación con el amor de su vida… y su muerte: Simón.Es una adaptación escrita a través de un encuentro de la mujer independentista con una joven en la actualidad, con el propósito de acercar hechos históricos a los espectadores actuales.¿Quién fue Manuelita Sáenz?Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, nacida en Quito en 1797, fue una figura crucial en las luchas por la independencia de América del Sur. Conocida como "La Libertadora del Libertador", su relación con Simón Bolívar y su activismo político la convirtieron en un ícono de la resistencia contra el dominio español.Desde temprana edad, Manuela demostró un espíritu rebelde e inconformista. Su inteligencia la llevó a desafiar las normas sociales de la época, convirtiéndola en una mujer admirada y temida a partes iguales. En 1822, su vida se entrelazó con la de Simón Bolívar, con quien forjó una profunda conexión que trascendía lo romántico.Juntos, Manuela y Bolívar recorrieron los caminos de la Gran Colombia, donde Manuela se destacó por su astucia política, su valentía en el campo de batalla y su ferviente apoyo a la causa independentista. Participó activamente en la Batalla de Junín, donde alcanzó el grado de Coronel, y en la conspiración Septembrina, donde salvó la vida de Bolívar. Tras la independencia, Manuela y Bolívar se exiliaron en Perú, donde su relación se vio envuelta en la turbulenta política postcolonial. A pesar de las dificultades, Manuela nunca dejó de defender los ideales de libertad e igualdad que habían inspirado su lucha. Murió en Paita, Perú, en 1856. Su figura representa la valentía, la inteligencia y la pasión de las mujeres que participaron en las guerras de independencia de América Latina.Pueden encontrar las boletas y la programación en la página web de La Casa del Teatro Nacional.
Steve Albini, legendario productor de rock alternativo, falleció el pasado 8 de mayo. Albini trabajó en discos emblema, como In Utero de Nirvana, Surfer Rosa de Pixies, Rid of Me de PJ Harvey, entre otros. Ae le conoció por su enfoque de grabación único y su compromiso de ofrecer sonidos honestos y auténticos,. Era frecuente que defendiera los derechos de los músicos en sus tratos con los sellos discográficos, según reporta Futuro,cl. En homenaje, la cuenta en X (Twitter) de Nirvana publicó una carta de cuatro páginas, en la que Albini escribió a la banda sobre su enfoque y metodología de la música y cómo planeaba manejar la grabación de In Utero, tercer y último disco de Nirvana. En la carta de cuatro páginas, Albini declaró que “si se tarda más de una semana en hacer un disco, alguien la está cagando”."Creo que lo mejor que pueden hacer en este momento es exactamente lo que están diciendo: sacar un disco en un par de días, con alta calidad pero una 'producción' mínima y sin interferencias de los jefes de la oficina principal", escribió . "Si eso es realmente lo que quieren hacer, me encantaría participar".“Si, en cambio, se encuentran la posición de ser consentidos temporalmente por la compañía discográfica, sólo para que en algún momento los boten por el inodoro (molestándolos para que reelaboren canciones/secuencias/producción, llamando a pistoleros contratados para "endulzar" su disco, entregarle todo a algún DJ, lo que sea…) entonces les espera un fastidio y no quiero ser parte de ello”.La carta continúa: “Sólo estoy interesado en trabajar en discos que reflejen legítimamente la percepción que la banda tiene de su música y su existencia. Si se comprometen con eso como principio de la metodología de grabación, entonces me romperé el trasero por ustedes. Trabajaré en círculos a su alrededor”.Albini escribió sobre su metodología de grabación: “Considero que la banda es lo más importante, como la entidad creativa que generó tanto la personalidad como el estilo de la banda y como la entidad social que existe las 24 horas de cada día. No considero que sea mi responsabilidad decirte qué hacer o cómo jugar. Estoy bastante dispuesto a dejar que se escuchen mis opiniones (si creo que la banda está haciendo un gran progreso o cometiendo un gran error, considero que es parte de mi trabajo decírselo), pero si la banda decide seguir algo, buscaré que se haga”.Luego señaló que le gusta “dejar espacio para los accidentes y el caos”. "Si cada elemento de la música y la dinámica de una banda está controlado por pistas de clic, computadoras, mezclas automatizadas, puertas, samplers y secuenciadores, entonces el disco puede no ser incompetente, pero ciertamente no será excepcional".Albini también rechazó los derechos de autor por producir y mezclar el álbum en su propuesta, escribiendo: “No quiero ni aceptaré derechos de autor por ningún disco que grabe. Sin puntos. Período. Creo que pagar regalías a un productor o ingeniero es éticamente indefendible. La banda escribe las canciones. La banda toca la música. Son los fans de la banda quienes compran los discos. La banda es responsable de si es un gran disco o un disco horrible. Las regalías pertenecen a la banda”.“Me gustaría que me pagaran como un fontanero: yo hago el trabajo y ustedes me pagan lo que vale. La discográfica esperará que le pida un punto o un punto y medio. Si asumimos tres millones de ventas, eso equivale a unos 400.000 dólares. De ninguna manera aceptaría tanto dinero. No podría dormir”.
Eden Golan, representante de Isreel en el festival Eurovisión, uno de los más importantes de Europa, fue abucheada luego de pasar a la final del concurso, que se lleva a cabo en Malmo, Suecia. Se estima que en la ciudad sueca, marcharon cerca de 10.000 personas con las consignas “Palestina libre” e “Israel es un estado terrorista”. Los carteles acusaban a Eurovisión de ser cómplice de genocidio. Golan, de 20 años, recibió el apoyo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien la elogió por su desempeño a pesar de “enfrentarse a una fea ola de antisemitismo”. “Así que sean bendecidos y sepan que cuando los abucheen, los animaremos”, dijo.La canción con la que participa Golan es una balada titulada Hurricane, pero ese no era su nombre original. La canción se llamó inicialmente “October Rain”, en una no mu ysutil referencia al ataque de Hamás del 7 de octubre. Eso infringía las reglas del concurso que prohibían el contenido "político" en la música. La canción retitulada contiene una letra menos específica sobre cómo pasar por un momento difícil y afirma que “el amor nunca morirá”.¿Quién es Eden Golan? Nacida en Israel de padres de la ex Unión Soviética, Golan pasó gran parte de su infancia en Rusia y actuó en programas de talentos televisados allí antes de regresar a Israel. Cita a Beyoncé, Ariana Grande, Whitney Houston y Justin Timberlake entre sus inspiraciones.¿Por qué el boicot a Israel en Eurovision? En Finlandia, cientos de artistas firmaron una petición para vetar a Israel de Eurovision, en febrero pasado. "No está de acuerdo con nuestros valores que a un país que comete crímenes de guerra y continúa una ocupación militar se le dé un escenario público para pulir su imagen en nombre de la música", dice la petición.Esto debido al conflicto de Israel con con Hamás, que ha dejado 35.000 personas en Gaza. La guerra comenzó con el ataque sorpresa de Hamás al sur de Israel en octubre, en el que el grupo militante mató a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó como rehenes a otras 250, de acuerdo con AFP. ¿Por qué Israel participa en Eurovisión?Israel participa porque es miembro de Eurovisión desde hace mucho tiempo. El servicio de televisión del país se creó bajo la dirección de expertos europeos, incluido Stuart Hood de la BBC.Israel también es miembro de la UER. Ganó el concurso de canciones en 1978 y nuevamente en 1979, cuando fue televisada desde Jerusalén. Después de ganar por segunda vez, tuvo el derecho de albergar nuevamente la competición en 1980, pero lo cedió a Países Bajos por falta de fondos.¿Qué es Eurovisión y por qué es tan importante?Eurovisión es un concurso televisivo anual en el que participan intérpretes cuyos países son miembros de la URE.Eurovisión es el evento musical más grande del mundo y una importante fuerza cultural en la región. El concurso ha ayudado a lanzar las carreras de algunas de las estrellas más importantes del mundo como ABBA, que ganó para Suecia en 1974, y Céline Dion, que se llevó la corona para Suiza en 1988 (los cantantes no tienen que ser nativoa del país al que representan).