The Hollywood Reporter eligió a Mad Men como la mejor serie del siglo XXI. Completan los primeros 10 lugares The Sopranos, Succession, 30 Rock, The Wire, Reservation Dogs,Better Call Saul, Girls, Freaks and Geeks, y Bojack Horseman. Breaking Bad, que suele ser infaltable en estos listados, está en el puesto 16.
"Solo en 2022 se transmitieron 600 programas con guión original por streaming y cable", dice la revista. "Estamos viviendo la mejor era de contenidos televisivos de todos los tiempos, y eso es fantástico, pero hace que enumerarlos sea un gran desafío. Es probable que hayamos excluido al menos cinco de tus programas favoritos. Pedimos disculpas".
"¿Qué pasa si las personas que dan forma a nuestras narrativas culturales, los genios que nos dicen cómo sentirnos respecto de los automóviles, los perfumes, las cámaras y la política, tienen terribles defectos? ¿Qué pasa si nuestro sentido de moralidad y decencia lo fabrican personas que apenas se sostienen de un hilo? Es una pregunta que los espectadores hicieron con frecuencia durante nuestra más reciente Edad de Oro de la televisión y en la era #MeToo que siguió, y es la pregunta que repercute en la obra maestra de Matthew Weiner", dice la revista sobre Mad Men, serie originalmente emitida entre 2007 y 2015.
El listado completo de The Hollywood Reporter aquí.
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Sobre Mad Men
Don Draper es un galán telenovelesco, con una familia modelo de la época: mujeriego, con traje de paño impecable y un par de hijos y un perro. Su otra cara es un pasado oscuro que no se revela sino hasta muy pasados los capítulos. También es un crack con la palabra, lo que lo convierte en uno de los prototipos de personaje exitoso en su oficio, la publicidad. Su conflicto interno es uno de los más interesantes de la historia de la televisión.
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Además, lo que hace a Mad Men una serie grande es que tiene una capa histórica que recubre la trama de manera muy fina y rigurosa, haciéndola casi que un documento genealógico de cómo operaba la publicidad en los Estados Unidos y en el mundo.
Por otro lado, Peggy (Elisabeth Moss), la secretaria de Don, busca su lugar como protagonista, justo en la época que las mujeres reclamaban un espacio visible en los contextos laborales plagados de tipos de traje machistas como Don.
La narración de la serie hace que se tenga un panorama muy completo de un clásico ambiente oficinista que no solo se aplica a la publicidad: la lucha de egos, los empleados aspiracionales, los chismes, las relaciones en la oficina, los juegos de poder y la construcción de ese riguroso esquema jefe/subordinado/secretaria que ha permeado los imaginarios empresariales a través del tiempo.
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