No es inusual tener películas en blanco y negro entre las nominadas en la categoría de Mejor Película de los
Por: Julián Ramírez //
Esta película es uno de los proyectos más personales de ese cineasta, pues está fuertemente inspirada en sus experiencias creciendo en Belfast, Irlanda, en medio de los conflictos entre unionistas y lealistas. Se trata de una triste pero bella historia sobre la forma en que un niño ve una guerra que está más allá de su comprensión. La trama no se enfoca en el conflicto en sí, sino en la forma en que las familias deben navegar por una sociedad que se torna cada vez más tensa.
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Como muchas otras películas que tocan temas similares, Belfast tiene una fotografía en blanco y negro. Pero a diferencia de los dramas bélicos que recuerda, no se desarrolla en los años 30 o 40 durante la Segunda Guerra Mundial, sino en el año 1969. Esto resulta curioso, pues se trata de una época muy moderna que no solemos asociar con el blanco y negro. Como ejemplo, basta decir que fue el año en que se estrenaron clásicos como La Pandilla Salvaje, Buscando mi destino y
Entonces... ¿por qué Belfast está en blanco y negro? Tratemos de salirnos de esta duda de la forma fácil y veamos qué han dicho al respecto sus propios realizadores.
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El director y guionista Kenneth Branagh resulta más emocional al respecto.

Él tiene razón. Esto se debe a una especie de herencia cultural que recibimos de la primera mitad del siglo XX, cuando la gran mayoría de medios audiovisuales e informativos —como el cine, la televisión y prensa— estaban en blanco y negro. Inconscientemente asociamos lo monócromo con temas de gravedad e importancia y hechos históricos “relativamente recientes” como la segunda guerra mundial. Si vemos algo en blanco y negro estamos condicionados a “sentir” que es una parte importante del pasado.
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Básicamente, Branagh está reconociendo que presentar Belfast en blanco y negro es una especie de “truco” para lograr cierta reacción de la audiencia. No sería el primero en intentarlo. Hace muy poco,
Pero esa no es la única razón detrás de esta elección para la fotografía de la película. El director cree que la dota de cierta “cualidad poética”. También dice que “Belfast es una ciudad muy lluviosa de cielos constantemente grises” y eso hace que estas tonalidades la representen bien. Por último, dice que hay una relación entre el blanco y el negro con el ‘glamour’ de la época dorada de Hollywood que se puede asociar con la fascinación con que un niño de nueve años, como el protagonista, ve el mundo de los adultos.
Pero hay otro elemento muy curioso que resalta en la fotografía de Belfast: las obras de entretenimiento, como el teatro y las películas, son mostradas a todo color. Es muy probable que al ver este contraste hayan pensado, igual que nosotros, en La lista de Schindler. En esa película de Steven Spielberg, el blanco y negro pretenden que la “sintamos” como un documental de la época en que se desarrolla. Pero hay un elemento en color: el abrigo rojo de una pequeña niña que muere en el holocausto. Spielberg dice que eso representa lo obvio que era el horror que estaba ocurriendo, pero su significado sigue siendo analizado y debatido hoy en día.
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Las películas y obras de teatro a color en Belfast definitivamente no tienen un significado tan dramático. De hecho, tienen una interpretación muy sencilla: el arte, representado con el color, nos saca de la monotonía, el tedio y el estrés de la vida diaria, que es representada por el blanco y negro. En su entrevista, Zambarloukous dice algo por el estilo y Branagh explica que esto representa “la forma en que las películas le volaron la mente” cuando él era niño.
De hecho, esta cinta también puede interpretarse como una carta de amor del director a las películas que le acompañaron en una época tan difícil para su nación. Belfast está llena de referencias a las películas de vaqueros, especialmente aquellas en blanco y negro como Hasta que llegó su hora y El hombre que mató a Liberty Valance. También hay tomas en la película que imitan a ‘westerns’ clásicos.
A pesar de la importancia que tiene su fotografía a blanco y negro y lo bien hecha que esta, Belfast no logró una nominación al Óscar en la categoría de Mejor Cinematografía. De todos modos nos gustó mucho y esperamos que sea reconocida con una estatuilla por alguna de sus muchas otras fortalezas.