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Rock al Parque 2015 vuelve a apostar por el rock

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Quizás va siendo hora de no meterle tanta mente y ponerse en manos de un festival que continúa buscando cuál es su lugar en el mundo, un mundo que en 21 años cambió y no volvió a ser el mismo en la industria de la música y los festivales. Para su vigésima primera edición y tras una fiesta de 20 años que le devolvió la confianza a su público, Rock al Parque vuelve a apostar por una oferta de rock (el 73% del cartel corresponde a corrientes de este género), y el 27% restante se lo dedica a otras tendencias y músicas de latitudes como África: un continente en el que el festival seguirá escudriñando a futuro.

Rock al Parque vuelve a apostar por una oferta de rock (el 73% del cartel corresponde a corrientes de este género), y el 27% restante se lo dedica a otras tendencias

Dentro del rock, su majestad es el metal con Behemoth a la cabeza, una banda polaca que el sábado 15 de agosto presentará “The Satanist”, un disco que dejó locos no solo a los expeditos en la materia sino a la industria de la música en general. Para que se hagan una idea, Pitchfork, que viene siendo como la principal guía hipster de la música actual, lo calificó con más de 8 puntos sobre 10.

Por segundo año consecutivo, el festival repite esa fórmula para el cierre que el año pasado funcionó muy bien de tener un artista latinoamericano fuerte junto a uno no menos determinante en la gran industria. El año pasado fue la llave Aterciopelados y Anthrax y este año la dupla Sum 41 y Café Tacvba, y la razón que Rock al Parque tuvo para que la banda manita baje el telón radica en dos razones: la primera es que a pesar de haber tocado en un par de ediciones anteriores el grupo nunca ha sido el artista de cierre; y la segunda es que Café Tacvba viene a ofrecer un repertorio especialmente pensado para Rock al Parque, en el cual durante casi dos horas tocará lo mejor del show de 20 aniversario de icónico su álbum “Re” y los grandes éxitos de sus primeros 25 años como banda. Posiblemente sea la vez en que un artista de esta talla y el festival mismo (por sus restricciones de horario) acceden a tanto.

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En cuanto a Sum 41, estamos hablando de un grupo que durante la década del dos mil sonó en las emisoras comerciales, editó sus discos en el país y fue una de las bandas favoritas de toda una generación (como también pasó con P.O.D.). Además de que nunca vino a tocar, la idea del festival es acercar el grupo finalmente al público y capitalizar esa promoción que tuvo y que ningún empresario privado aprovechó.

El hip hop, que el año pasado fue tan polémico a raíz de la participación de La Etnnia (que realizó uno de los mejores shows del festival y a una hora que para muchos era inviable, 11 de la mañana); vuelve al ruedo con Zalama Crew y The Coup, aunque la verdad es que es tan solo uno de los muchos géneros que tanto la banda caleña como la norteamericana mezclan en su música. Otro género que vuelve al festival es la electrónica, con un cartel 100% colombiano y latinoamericano; y dicho sea de paso lo latinoamericano también vuelve a reinar dentro de la programación: de 29 bandas internacionales que participan este año 17 son del continente, una cuota incluso superior a la que este componente artístico tuvo el año pasado.

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A última hora, y después de que prácticamente su cartel ya estaba cerrado sobre el papel y no cabía ni un arroz parado en sus dos tarimas principales en el Parque Simón Bolívar (Plaza y Bio); el festival no quiso dejar pasar el chance de tener a dos bandas clave en el llamado “nuevo metal”: Ill Nino y A.N.I.M.A.L. Con el consentimiento de las agrupaciones, Rock al Parque les abrió un espacio en el escenario Eco, y esa es la respuesta a muchos de los que por redes preguntan por qué dichas bandas tocan en ese escenario y no en los otros. Además de no dejar pasar la oportunidad de tenerlas (A.N.I.M.A.L., por ejemplo, justo está de regreso tras un receso de años), el festival le da continuidad a una apuesta en la que viene trabajando desde el año pasado: que en el Simón Bolívar no hayan tarimas menos importantes. Que bandas de peso también pasen por su escenario Eco, y en este sentido además de Ill Nino y A.N.I.M.A.L. otro ejemplo claro es el de Nortec Collective Presents: Bostich+Fussible, influyente nómina mexicana que está realizando su gira de despedida y que se presentará el domingo 16 de agosto.

Otra de las apuestas en las que por segundo año consecutivo insiste la organización de Rock al Parque es la de la jornada de cierre (la del lunes 17 de agosto), y en donde el objetivo es llenar los escenarios desde primeras horas, sobretodo la gigantesca tarima Plaza. Para eso, desde antes de las 5 de la tarde RAP pondrá mucha carne en el asador con las presentaciones de Providencia de Medellín, Che Sudaka (colombianos en el exterior), Los Cafres de Argentina y Vetusta Morla de España; y después de esa hora la cosa también se pondrá “candela” con Café Tacvba, Sum41 y Diamante Eléctrico, banda nacional que después de lo que hizo en El Campín abriendo para Foo Fighters quedó en un lugar merecido.

Meritorio también es lo de Manuel Medrano, un artista distrital hecho a pulso en el mismo circuito de bares y escenarios por donde han pasado la gran mayoría de bandas locales de rock; y quien estará acompañando al español Nacho Vegas y a los mexicanos Juan Cirerol y Celso Piña en el único día en que Rock al Parque tendrá programación en el teatro al aire libre La Media Torta (su tarima “alternativa”). Dos artistas similares a Medrano, Juan Pablo Vega y Esteman hicieron parte de la misma tarima y escenario el año pasado, y aunque para algunos que un festival de rock tenga un 1% de pop es un “sacrilegio”, lo que la organización quiere es darle oportunidad a las propuestas bogotanas que no participan en la convocatoria distrital pero que por su revelación, proyección internacional y número de presentaciones en el último año pueden llegar a ser invitados como artistas nacionales.

 

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