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Arca: la música que el mundo necesita pero para la que no estamos listos

La productora, cantante, performer y artista venezolana Arca se sacó de la manga cuatro discos en los que hay música mutante y hasta reggaetón de ultratumba. Arca es el futuro y acá les contamos porqué.

Arca Kick ii
Portada álbum Kick ii (2021)
// Arca

Mutaciones, hibridaciones, transiciones de género y de mente, soberanía sobre nuestros cuerpos. Aunque muchos quieran taparlo y evadirlo, esas son las preguntas del presente y futuro, y Arca –una de las artistas más trasgresoras de la actualidad–, expuso todas estas ideas en un ataque sonoro de cuatro discos recién estrenados en los que hay hasta reggaetón de ultratumba.

Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

Aunque internet es un mundo horrible donde hay influenciadores que venden optimismo tóxico, Óscar Iván Zuluaga y Alejandro Char usan TikTok para convencer de su inexistente frescura, y cuentas “provida” difunden mentiras sobre el aborto 24/7, aún hay lugar para la esperanza.

Con la multiplicidad de redes sociales y canales de comunicación, todos los nichos y subnichos han encontrado un lugar donde expresarse y encontrar compañía en lo que antes era soledad.

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Las identidades más trasgresoras encontraron retroalimentación en su ejercicio de huir de la norma; en cuestionar los roles sociales y de género que supuestamente eran imperturbables, y así es como ahora vivimos en una sociedad en tensión entre lo que los movimientos conservadores quieren mantener a toda costa (así sea con violencia y represión de derechos), y la libertad perseguida por las personalidades divergentes.

Todo esto para decir que, por supuesto, el arte y la música han sido elemento activo en esta lucha por romper los estereotipos y permitirles a las personas ser más libres.

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El más reciente capítulo de esta historia lo ha escrito la productora, cantante, performer y artista venezolana Arca, quien a comienzos de diciembre sacó de un tacazo cuatro discos de su serie Kick: un fulminante repaso de música mutante, que va desde reggaetones futuristas hasta electrónica disonante y destemplada que busca sacudir nuestras zonas de confort.

De las sombras a la luz

El mundo comenzó a saber de Arca en el 2013 –en ese entonces, Alejandro Ghersi– primero porque figuraba en los créditos de producción de cinco canciones del álbum Yeezus de Kanye West, y luego porque coprodujo y compuso un par de canciones de los discos Vulnicura (2015) y Utopia (2017) de Björk.

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¿Un venezolano de 25 años (en aquel entonces) produciendo pistas para una de las artistas más trasgresoras de todos los tiempos?

Bjork DJ Set - Naucalpan, Mexico
Arca DJ's with Bjork at FotoMuseo Cuatro Caminos on April 6, 2017 in Mexico City, Mexico.
// Santiago Felipe/Getty Images

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Arca no se quedó en las consolas, y comenzó a pasar más a menudo al frente del escenario: desde el surreal dj set que hizo junto a Björk en una discoteca de la Ciudad de México donde juntas se enfiestaron de tal manera que se pusieron a bailarLlorarásde Óscar D’León, hasta su discografía donde figuran ocho álbumes en menos de siete años, más la producción de pistas para artistas como Lady Gaga, FKA Twigs y Frank Ocean.

El común denominador ha sido la búsqueda por desfigurar el sonido, por hacer música experimental a medio camino entre la pista de baile y el arte sonoro, y que siempre ha referido a cuerpos híbridos, intervenidos, deformes: como lo ha hecho la mencionada Gaga, una reivindicación de lo monstruoso, pero desde un terreno más alejado del pop.

Arca en el Sonar Festival Barcelona.jpg
Arca en el Sónar Barcelona 2019
// De Verónica Estrada - https://www.instagram.com/nica_estrada/, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=88684567

En el 2018 Alejandro llevó al máximo su ideología mutante y pasó a ser Alejandra al declararse como una persona no binaria y más adelante identificándose como una mujer trans.

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Como lo explicó en una entrevista para la revista Paper, lo no binario más que una identidad es una mentalidad en la que se reemplaza la mentalidad de que una persona está en lo correcto y otra está errada, por una mentalidad en la que “hacerse preguntas es más importante que en donde hay una única y verdadera respuesta. La fe sin duda realmente no es fe, sino dogma. Ahí es donde un modo de pensamiento no binario se hace realmente fértil. Se abre a múltiples posibilidades en vez de colapsar las cosas.”

Aunque ha seguido haciendo algunas colaboraciones y remixes, su carrera solista se aceleró con el lanzamiento de proyectos grandilocuentes como el “sencillo” @@@@@ de 62 minutos de duración, el lanzamiento de 100 remixes de su sencillo Riquiquí generados por una inteligencia artificial, y el álbum Kick i en el 2020.

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A la par del lanzamiento de estos trabajos, Arca también hizo al mundo testigo de su transición y la apropiación de su nuevo cuerpo a través de Instagram y de sus dj-sets/jams pandémicos en Twitch (bautizados como Diva Experimental FM), y de obras como el performance Mutant;Faith en el museo The Shed en Nueva York, entre otros.

En todas estas apariciones públicas, la moda ha jugado un rol fundamental. Como lo declaró a Vogue Latinoamérica, revista de la que es portada en su última edición (una gran conquista de su estética marginal), “cuanto más fácil me resultaba caerme al llevarla (la moda), más fabulosa creía que era la prenda. Cuantos más cables y alambres, más altas las plataformas, más vertiginosos los stilettos. Cuanto más impráctica es la moda, a veces más hermosa es. Es sádico de alguna manera. Me bajaba del escenario y tenía sangre falsa y sangre real y no sabía cuál era cuál”.

Una maratón de discos llamada Kick

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Kick i se lanzó en junio de 2020 con colaboraciones de Björk y Rosalía. Desde ese momento Arca anunció el proyecto como una trilogía que se completaría en el 2021, pero solo hasta diciembre de 2021 aparecieron no solo Kick ii y Kick iii, sino Kick iiii y Kick iiiii.

Los cuatro discos fueron lanzados sorpresivamente en el lapso de una semana presentando un sorprendente arco que, como la propia Arca lo define, es lo que sucede en un rave o en el sexo, donde hay un preámbulo, un clímax y luego una liberación.

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Llegar a oír los cinco Kick puede ser una tarea desafiante y abrumadora por la cantidad de información sonora y poca condescendencia.

Es música del futuro, que arranca con un inesperado y muy necesario revolcón del reggaetón, protagonista en las entregas ii y iii, y luego transita en los volúmenes iiii y iiiii por senderos más oscuros del ambient, el tecno y la electrónica. El reggaetón potencia su faceta de herramienta emancipadora que le han otorgado algunas facciones del feminismo, y adquiere nuevos significados en este festín futurista donde lo queer, lo no binario, lo mutante es ley.

Los sencillos que abrieron el camino de Kick ii fueron los venenosos Prada y Rakata que, además de darle un inesperado toque gélido, fantasmagórico y de ultratumba a un género tan candente y tropical como el reggaetón, venían acompañados de un delirante trabajo visual del artista belga Frederik Heyman.

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Esta sociedad recuerda lo que a finales de los años 90 hicieron el realizador audiovisual Chris Cunningham y uno de los papás de la electrónica, Aphex Twin, con colaboraciones como Come To Daddy o Rubber Johnny en donde ya comenzaban a insinuar el poder del “lado oscuro”, de la otredad.

Los videos presentan además escenas con un guiño a lo mitológico protagonizadas por figuras femeninas que, como Arca lo explica, “se trata de volver a formas de liderazgo más maternas y que no sean tan fálicas, esas en donde no se trata de obligar y reprimir a los colaboradores a estar condicionados a seguir una dirección. Más bien se trata de crear un útero, en el que cada colaborador pueda expresarse”.

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En una entrevista para Garage, marca de Vice, Arca contó que define su música como una “especulación”, de acuerdo a un término tomado de la escritora Octavia Butler pues se trata de una hipótesis juguetona de cómo desea que fuera el mundo.

En vez de representar la disforia (insatisfacción) de género, quiero explorar la euforia de género. Me siento muy maternal y muy protectora de las personas que vienen a verme. La decisión de ser abierta siempre estuvo catalizada por lo que me hubiera gustado ver más de niña, porque estuve atrapada dentro de una trampa que a su vez estaba encerrada en otra.

Arca también plantea en estos desencuentros sonoros preguntas sobre lo que nos reprime y lo que nos libera. ¿Es el cuerpo una idea definitiva y fija de por vida? ¿Qué entendemos hoy en día como una transformación corporal?

La respuesta puede parecer clara cuando se habla de transiciones de sexo, implantes o cirugías, pero empieza a volverse más gris e interesante si aceptamos que pintarse el pelo, las uñas, maquillarse, tomar vitaminas para tonificar los músculos o tatuarse, ya son formas de modificar el cuerpo. Y eso que no hemos hablado de la alimentación. Vivimos en una actualidad híbrida, mutante en lo que respecta a nuestros cuerpos.

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En entrevista con la revista Paper, Arca dijo que “para mí, el momento más hermoso y conmovedor fue la comprensión de que necesitaba verme al espejo y no reconocerme por un momento. Tenemos esta idea que la tierra o la propiedad intelectual le pueden pertenecer a alguien, pero cuando todo esté dicho y hecho la cosa más esencial que le puede pertenecer a alguien es su cuerpo. El cuerpo es lo único que considero que puede ser propio, el lienzo más íntimo que puede modificar para expresar tu idea de belleza, fe o esperanza.”

Bienvenidxs a la batalla del futuro.

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