Diomedes: el ídolo, el misterio y la tragedia comienza y hay un fuerte empujón a la nostalgia. Incluso al llanto, pues vemos a Diomedes Díaz en uno de sus mega conciertos en la pantalla grande. Para sus seguidores, de entrada, el documental ya valió la pena; él está vivo, brilla, canta impecablemente, sonríe. El público de sus conciertos es el más presente, el más entregado, el que más vive la música. Todos lo adoran y lo aplauden. Son imágenes rotundamente transportadoras.
Por María Paula Ávila
Después vienen los 15 minutos casi obligados de resumen sobre quién era Diomedes que Netflix parece exigirles a todos los documentales que exhibe en su plataforma. Para que sean más internacionales, supongo, porque dudo que muchos en Colombia necesiten contexto sobre el personaje.
“Él es omnipresente”, dicen Jaime Barbosa y Jorge Durán, los directores del documental en su estreno en la versión 61 del Festival Internacional de Cine de Cartagena- FICCI. Mientras explican esto, suena Diomedes a todo volumen en los parlantes de los establecimientos contiguos.
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- Para leer después | Tres meses antes de su muerte, en su último concierto en Bogotá, pasamos una noche con el Cacique. Lean aquí su última entrevista: Una noche con Diomedes Díaz.
El documental presenta de manera cronológica la historia de Diomedes desde el momento en el que comenzó a incursionar en la música. Se detiene varias veces para articular su vida con la tradición del vallenato, y con hechos políticos como la consolidación del narcotráfico en Colombia. Y así avanza hasta llegar al gran obstáculo: el asesinato de Doris Adriana Niño, con el que Diomedes murió también. Murió la gran alegría y nació el dilema frente al placer y la moral que representa Diomedes para muchos.
La promesa del ídolo, el misterio y la tragedia, se cumple. Vemos esplendor, intriga, música, sufrimiento y la explicación de un fenómeno cultural. Sin embargo, queda truncado un análisis más profundo que el del misterio de la muerte de Doris Adriana Niño: el del misterio del mismo Diomedes.
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Hay impulsos de comprender la psicología del personaje y otros a perdernos en la observación de sus letras, pero ambos son siempre inconclusos. Se pierden en la apuesta del documental por enfocarse en el asesinato de Doris Adriana, que no es menor ni menos importante. No se le puede exigir resolución absoluta a un solo documental sobre un personaje como Diomedes.
Lo que tienen de manera contúndete e innegable este y otros documentales de Netflix es la solidez y envergadura de la investigación. El acceso a fuentes, a archivo, a entrevistas exclusivas, y la utilización de material inédito, representan un acercamiento novedoso a la vida de Diomedes y a la historia del país.
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Por eso entrevistamos a Nathalia Guerrero , una de las investigadoras del documental como invitación a ver su estreno. Una voz clave, en especial, por tratarse de una investigadora feminista y seguidora de Diomedes. Un perfil que parece tan díscolo como el del músico mismo.
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¿Te gusta la música de Diomedes Díaz? ¿En qué ocasiones la escuchas?
Nathalia Guerrero: Sí me gusta. Siempre la escucho. La música de Diomedes ha hecho parte de mi historia, de mi historia familiar y, por ende, se ha convertido desde hace muchos años en parte de mi cotidianidad. Yo puedo escuchar Diomedes trabajando, hace parte de mi rutina. Mínimo una vez a la semana escucho Diomedes.
¿Qué ha significado el feminismo en la apreciación de la música de Diomedes? ¿Una dificultad, una herramienta?
Nathalia Guerrero: Ha sido muy difícil reconciliarme con Diomedes siendo una mujer feminista. Diomedes fue condenado por un feminicidio, pero no fue condenado socialmente, que es lo mas grave.
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Yo creo que el feminismo en un momento tuvo una conversación muy vigente sobre el tema de la cancelación, y la cancelación de la obra del artista versus el artista, pero yo nunca me sentí completamente partidaria de esa discusión. Sin embargo, he cancelado, lo hice, lo he hecho, lo hago aún por algunas cosas.
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Por fortuna, pienso yo, el feminismo está superando ese paradigma de la cancelación y está buscando vías alternativas sobre este tipo de casos, no solo en lo que tiene que ver con el artista, la obra y producto cultural, sino en lo que tiene que ver con hombres abusadores, acosadores, y perpetradores de violencias basadas en género.
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Me parece mas emocionante esa discusión y ese cambio de paradigma porque nos hace imaginar caminos alternativos, y ese es el caso de Diomedes: de qué manera podemos seguir incorporando la música de Diomedes y lo que él significa para este país y lo que este país significo para su obra, sin tener que cancelarlo. Puede haber caminos mas interesantes y fructíferos. Luego, el feminismo se ha convertido en una herramienta de discusión.
En ocasiones, pareciera haber un consenso sobre la premisa según la cual, Doris Adriana Niño fue raptada de su casa por Diomedes, quien la drogó y asesinó, y solo así se entiende que su muerte es reprochable. En cambio, si hubiera cualquier indicio de que ella disfrutaba de enfiestarse con Diomedes, se vería justificada su muerte. ¿Qué opinión tienes sobre esto?
Nathalia Guerrero: Totalmente de acuerdo, por eso la narrativa del hermano de Doris, que se llama Rodrigo Niño, es tan importante. Es una narrativa desconectada de lo que pude ser la humanidad de Doris Adriana Niño, porque al final Doris Adriana sí era una seguidora de Diomedes, sí se enfiesto con Diomedes, y existe archivo que lo demuestra.
En la investigación pudimos entender que efectivamente se relacionaba con él, pero no sabemos hasta qué punto se frecuentaban y qué tan intensa era la relación. Si el hermano de Doris Adriana hubiera admitido desde el principio esta narrativa de su hermana muerta, probablemente siendo los 90, la reacción contra su hermana habría sido peor. Por esto mismo y entendiendo que esto iba a manchar a la mujer asesinada, que siempre es lo mas injusto, es que la contraparte se planta en la teoría de la sobredosis de la mujer fiestera, de la cocaína, de la mujer que se pasó de tragos y olió perico de más y terminó muerta.
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Quienes plantearon esta cortada y la organizaron, sabían que la sociedad iba a culpar a Doris con esa narrativa. Hoy tenemos una conciencia más plena de que así hubiera sido completamente cierta la hipótesis de su espíritu fiestero, no es justificación para que una mujer sea víctima de feminicidio. Y digo una conciencia más plena estando completamente consciente de que aun falta muchísimo.
Seguimos escuchando en los medios o leyendo en redes que si una mujer tiene la falda no sé como, o se fue a tal hora, o con no sé quién, no es totalmente reprochable que la hayan asesinado. Pongo un ejemplo claro, la mujer que hace poco, en Palermo, en Buenos Aires, fue violada en masa por 5 6 hombres, y en medios salieron a decir que estaba drogada, que qué mas queríamos. O sea que pasada una década de los 90 seguimos con esos mismos argumentos.
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¿Qué crees que le pasaba a Diomedes psicológicamente, en general, en su vida?
Nathalia Guerrero: Diomedes es uno de los personajes mas fascinantes que ha parido esta tierra maldita. Estoy totalmente convenida de eso. Me parece que Diomedes Díaz tenia un cuadro psicología e incluso psiquiátrico, no quiero usar la palabra cruel de “fascinante”, porque no quiero verlo solo como un fenómeno a estudiar, pero creo que nunca hemos entiendo la complejidad de su mente.
Yo siento que tuvo depresión mucho tiempo de su vida, una depresión completamente exacerbaba por el consumo, y por su ritmo de vida en general; el consumo de cocaína, de alcohol, pero también el trasnocho. Un estilo de vida toralmente en contra de su salud mental. Era una persona que tenía “mommy issues” fuertes, una persona que buscaba en las mujeres lo que en algún momento le pudo haber provisto su madre. Lo buscaba no sé si deliberadamente, pero yo siento que con algunas de las parejas que tuvo sí.
Diomedes es un producto de su cultura, y no me refiero solo al norte de Colombia, sino al país entero, una cultura misógina, de la masculina totalmente hegemónica, frágil. Es uno de los grandes representantes de esa masculinidad de estar con mujeres, y de ser el macho imperturbable que no puede ser vulnerable. Fama, fortuna, dinero, éxito, de todas esas percepciones, siento que es un estandarte de eso, y que el costo mental que pagó por ser uno de esos estandartes fue muy alto. Yo pienso que Diomedes Díaz fue infeliz muchos años de su vida.
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¿De dónde crees que provienen frases como: “mis seguidores son locos como yo, pero buena gente” o “no hay fiesta sin pelea”, que aparecen en el documental y que indican que no hay goce sin violencia, ni bondad sin locura o sufrimiento?
Nathalia Guerrero: Son los mismos proverbios que ha construido a la sociedad colombiana, que es una sociedad guerrerista, bélica, condescendiente con el otro, que pasa por encima de muchas cosas y justifica un montón de otras cosas, y siento que esa era el público que seguía a Diomedes. También una sociedad muy alcoholizada. En la sociedad colombiana no tomar es casi que un reproche, se vuelve un reproche por parte de la gente. En la cultura que tiene que ver con la música, no solo en la costeña, sino en general, el alcohol es una prioridad, es el ambiente en el que se mueve todo, y el ambiente en medio del cual murió Doris Adriana Niño. Entonces siento que, en ese sentido, son frases que han forjado lo que somos como sociedad.
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Como investigadora y escritora sobre música, ¿qué pistas has notado en las letras de las canciones de Diomedes que contribuyan a comprender su perfil con mayor profundidad?
Nathalia Guerrero: Es difícil esta pregunta. Sumergirse en las letras de Diomedes es lo que vuelve a este personaje tan fascinante e interesante, porque es un contraste muy fuerte entre episodios como el feminicidio de Doris Adriana y lo que Diomedes era y podía llegar a hacer como artista, y la forma en la que Diomedes podía conectar con la gente. Diomedes era un poeta, y era una persona con una sensibilidad muy grande. Una sensibilidad que yo creo que fue anestesiando a medida que su carrera avanzaba, pero siento que las letras son esa prueba fehaciente de lo que él fue, y de ese corazón, de ese maravillarse con el mundo.
También fueron algo muy enfermo y retorcido, que es su relación con las mujeres, ya que muchas de las letras de Diomedes estaban dedicadas a mujeres, a amores suyos, y son una letras maravillosas que llegan al corazón y que conectan y que conmueven hasta las lágrimas, pero por potro lado, ese pedazo de la forma cómo Diomedes concebía a las mujeres también incluye el otro pedazo que tiene que ver con violencias basadas en género, y con estereotipos, y con lo que terminó pasando con mujeres como Doris Adriana, o las violencias que vivió una mujer como Luz Consuelo Martínez (viuda de Diomedes Díaz). Ahí está todo, esas letras, esa concepción y esas violencias. Es muy complejo.
¿Qué hacer con la culpa que, en cierta medida, sienten las mujeres que disfrutan de la música de Diomedes, y también de él; de lo impetuoso, generoso, irreverente y genial de su figura?
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Nathalia Guerrero: Esa culpa tenemos que complejizarla, a mí me parece que optar la cancelación y por la culpa que nos genera no cancelarlo, está en un nivel muy básico de todo lo que podríamos hacer. De analizar pensar e incluso disfrutar de una figura y de la obra de una persona como Diomedes. Me parece que la discusión de la cancelación ya debe quedar atrás y que podemos ver en Diomedes Díaz y en su obra, un análisis de lo que hemos sido como sociedad y un análisis de porqué esta misma sociedad ha forjado personajes como el. Pensar qué nos dice la obra de Diomedes y este personaje sobre Colombia misma y sobre la cultura, sobre cómo esta cultura ha concebido a las mujeres, y ha impactado la vida de las mujeres. Hay muchos otros caminos que pueden volverse complejos y generar unas discusiones muy interesantes, generar un estudio, casi, un estudio colectivo de lo que ha significado este man para el país, mas allá de la obra.
Ahí pongo el ejemplo de lo que muchas mujeres feministas han hecho con Maradona. Cuando murió Maradona empezó un enfrentamiento ese mismo día entre mujeres feministas que cuestionaban a otras mujeres feministas sobre por qué estaban llorando al Diego, cuando era un hombre abusivo con las mujeres, fue pedófilo, y otro montón de cosas terribles que sí fue. El Diego fueron todos los hombres, esa es la narrativa que ha construido Argentina. Y son esas mujeres mismas las que han defendido su derecho no solo de llorar al Diego, sino de seguirlo manteniendo como un ídolo.
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Hay un ejemplo chévere y es que hay mujeres que se unieron para sacar el libro “Todo Diego es político” que analiza a Maradona desde muchas ópticas, hay mujeres feministas, y me parece que es algo maravilloso. Por qué las mujeres no podemos, no voy a decir que resignificar, pero por qué no podemos tomar todo esto de Diomedes y su obra y estudiarlo y hacer obra misma. Eso es lo que han con el Diego y hacia allá deberíamos ir, en vez de simplemente cancelarlo y cauterizar una conversación que puede ser muy fructífera
¿Qué parte de la investigación no pudo quedar en el corte final de la película, pero vale la pena contar?
Nathalia Guerrero: Hay muchas partes de la investigación que pudieron haber quedado, no sé si puedo contar todas, pero, por ejemplo, yo entrevisté a un personaje que no salió y que es el padre que enterró a Doris en Tunja, y que hoy en día sigue siendo padre (Nathalia se refiere al evento que se explica detalladamente en el documental en el que el cuerpo de Doris Adriana fue enterrado en Boyacá bajo el nombre de “Sandra”, por petición de un grupo de supuestas prostitutas que decían ser sus amigas).
Él cuenta cómo fue todo el evento, que las trabajadoras sexuales se encontraron a su supuesta amiga “Sandra” botada en Combita, Boyacá y de cómo llegaron a él para pedirle que la enterrara. Él hacia esos entierros por caridad, reunieron la plata, hicieron una colecta, la enteraron, y luego es que sale todo el tema de repente de que no era “Sandra” y descubren que es Doris. Me queda la duda de si este hombre fue cómplice de estas mujeres, que enterraron a Doris al ser una coartada muy firme. Hay investigaciones que hablan de cómo los escoltas mismos dieron la plata a las trabajadoras sexuales para ir y hacerse pasar por compañeras de ella y enterrarla, y uno piensa ¿hasta dónde llegó la plata, a ellas, al cura, o él fue engañado?
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¿Con qué lente te gustaría que el público viera el documental?
Nathalia Guerrero: Me gustaría que la vieran con un lente feminista, con óptica de género, pero mas allá de eso, sin meternos en terminologías, me encantaría que lo vieran con un lente que reivindique lo que fue la muerte de Doris Adriana Niño.
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El feminicidio de Doris Adriana fue el primer feminicidio mediático de este país, o uno de los primeros, y en una época como los 90, estuvo sujeto a todas las violencias, re-victimizaciones, y violencia simbólica que tuvo que vivir Doris Adriana ya muerta, en una magnitud como ha pasado pocas veces en este país. La manera cómo se trata el caso de Doris en el documental, tiene que ayudar de alguna manera a reivindicar lo que fue su feminicidio, lo que fue ella en vida, y lo mal que la pasó su familia tratando de defender algo que para mucha gente en este país es indefendible.