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Jamming: un año de la mayor decepción en la historia reciente de los conciertos en Colombia

El Jamming prometió 3 días de música con un cartel ambicioso, del 19 al 21 de marzo de 2022. La promesa no se cumplió: el festival fue cancelado y miles de personas aún no reciben su dinero de vuelta. Recuento de un evento que nunca olvidaremos, por las razones equivocadas.

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Festival Jamming
// Cortesía de Buena Vibra Eventos

Del 19 al 21 de marzo de 2022 se había anunciado en Colombia el Jamming Festival, un evento con una alineación envidiable y variopinta de artistas. Black Eyed Peas, Sean Paul, Shaggy, Los Tigres del Norte, Orishas, Damian Marley, Don Omar, Zion y Lennox, Caifanes, El gran combo de Puerto Rico, Molotov, Los Auténticos Decadentes y muchos otros más aparecían en un cartel ambicioso en tiempo y géneros musicales.

El Jamming iba a celebrar su décimo aniversario. Ya lo conocíamos como un festival de nicho, enfocado en los ritmos afrocaribeños y al que asistían, por lo general, unas 10.000 personas. Pero esta fiesta pintaba como algo que nunca antes habíamos vivido.

El cartel parecía demasiado bueno para ser verdad, y efectivamente, el Jamming 2022 nunca se realizó. Quienes adquirieron su boleta para un puente lleno de música en Playa Hawai, a las afueras de Ibagué, casi un año después, esperan la devolución del dinero de sus entradas. Esto sin mencionar lo que perdieron en estadía y transporte desde sus ciudades.

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“Estaba levantándome, menos mal aún en Bogotá. Íbamos a viajar ese viernes en la noche. Eran como las 6:20 de la mañana y recibí un mensaje por WhatsApp de un amigo en el que me decía que pusiera CityTv, que estaban anunciando que se cancelaba el Jamming. Le dije que no me creía la broma, pero sintonicé el canal y nos dimos cuenta de que sí, lo habían cancelado".

"Llegué a la oficina y me enteré que no se realizaría el Jamming.. Resulta que un primo de Bogotá me había escrito desde la madrugada para contarme que habían cancelado el evento. Sin embargo, en Leticia la señal de celular e Internet suele caerse y fallar con mucha frecuencia, así que hasta que llegué a la oficina y me conecté al wifi, fue que pude recibir los mensajes y luego ver las noticias y tuits de toooodo el mundo”.

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Historias como estas nos cuentan algunos de los que compraron la boleta para el Jamming. Aunque el festival nunca había tenido tal alcance mediático, en 2022 salió en casi todos los medios la noticia de su cancelación.

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El anunciado cartel del Jamming 2022.

En ese momento se estimaron pérdidas superiores a los 30.000 millones de pesos y una parte de ellas fue por parte de los emprendedores que iban a vender sus productos en el festival.

“Yo estaba comprometida a hacer 1600 tamales”, nos cuenta Blanca, una de las microempresarias invitadas. “Cuando se canceló eso, yo ya tenía todo comprado porque eran 3 días. Eso fue un caos, me llené de estrés, casi me enloquezco porque uno en lo poquito que tiene, el sacrificio que hace y perderlo todo es muy duro”.

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“Yo alcancé a perder más de 3 millones, porque eso era lo que yo había invertido y lo que pude recuperar fue muy poco”, agrega.

“Fue un shock total”, nos cuenta Gisele, otra emprendedora que planeó participar en el festival, sobre el momento en el que se enteró de que el evento iba a ser cancelado. El día que ya teníamos que montar nuestro stand empecé a ver que no estaban dejando entrar. Estaban saliendo personas. Obviamente fue una sensación de mariposas en el estómago, pero no de forma positiva”.

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Gracias a las redes sociales y a la solidaridad de miles de personas con los emprendedores de Ibagué, Gisele pudo recuperar buena parte de lo invertido. Lo mismo le sucedió a Santiago, quien tenía un emprendimiento de brownies. “Al final no tuvimos pérdidas, porque logramos vender más de 700 brownies que teníamos previstos".

Si bien muchos se sorprendieron ante la cancelación, lo cierto es que días antes algunos aspectos del festival generaron sospecha.

Festival Jamming en su edición 2018.
Fotos: Brayan Garnica

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¿Un fracaso anunciado?

Varias personas en Twitter notaron que algunos de los artistas anunciados no mencionaban al Jamming en su página web o redes sociales como parte de su itinerario. También hubo inconsistencias entre los artistas anunciados en la web del festival y el cartel que circulaba en redes sociales. Aunque, de entrada, parecía un error de diseño.

“Si bien nunca pensé que el evento no se fuera a realizar, sí me imaginé que iba a estar muy desorganizado, porque ya varias bandas habían cancelado y había rumores de que no iba a haber una buena organización. Para ese momento me salió un viaje y por eso decidí venderlas”, nos cuenta alguien más que también compró entradas.

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“Unos días antes del evento publicaron lo que iba a ser el horario de presentación de cada artista. De los que se anunciaron faltaban varios. Desde ahí empecé a pensar que eso no iba a resultar bien, incluso yo mismo pregunté por redes, desde ese momento, como se hacía para la devolución del dinero, pues artistas por los que yo pagué desde el 2019 no iban a estar”, nos cuenta otro de los asistentes.

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Foto: Katherine Fresneda

En entrevista con Shock, publicada el 27 de enero de 2022, Alejandro Casallas, director del Jamming, afirmó: “El festival en su edición 2022 cumplirá sus 10 años de existencia. Tenemos una trayectoria que nos respalda. Todos los artistas anunciados en el cartel están contratados y confirmados”.

Nos mintió.

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La suspicacia creció pocos días antes del evento, cuando artistas como Los Cafres y Black Eyed Peas anunciaron que no se presentarían. El hecho de que los horarios de cada escenario tampoco se publicaran a tiempo también generó sospechas. Muchos notaron que se bloqueó la opción de hacer comentarios en algunas publicaciones de redes sociales, algo que evocó al tristemente célebre Fyre Festival de 2017.

También empezaron a circular rumores de que el equipo logístico no estaba recibiendo el pago correspondiente, algo que efectivamente pudimos constatar en entrevista con uno de sus miembros. “A nosotros nos pagaban muy puntualmente, pero un día la plata no llegó y la gente se rebotó, yo creo que había mil de personas y por ahí unas 600 no volvieron, porque no les pagaron. Los organizadores entraron en pánico, nos decían 'por favor ayúdennos a conseguir más personas', como en una pirámide. Diariamente nos pagaban 80.000 pesos, yo llegaba a las 6 de la mañana y me iba a las 6 de la tarde".

"Después solucionaron y la gente volvió. Ahí empecé a sospechar que tenían problemas de dinero, porque cómo un festival así no le iba a pagar a la gente. A mí me deben un día, pero sé que hay personas que les deben 3 o 4 y hasta una semana completa”, nos dijo un logístico del Jamming en una entrevista publicada el 18 de marzo de 2022.

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“Un familiar que trabajaba en la logística del evento me envió un audio por WhatsApp diciendo que todo el evento se había caído. Estaba como agitado, pues nos decía que los jefes les ordenaron levantar todo lo más rápido posible y salir de allá”, nos cuenta alguien más que aún espera la devolución de su entrada.

10 años de reggae

"Leí muchos comentarios al respecto pero yo ya había asistido antes al Jamming y ya había visto artistas que estaban en este cartel, como Damian Marley, Movimiento Original, Orishas, etc; entonces no desconfiaba tanto del cartel porque mi experiencia previa había sido positiva".

Muchos confiaron en que ocurriría, pues el Jamming venía realizándose exitosamente durante varios años. O por lo menos en cuanto al público. Su primera edición fue en 2012, y en ella estuvieron artistas como Sizzla Kalonji y Barrington Levy, desde Jamaica; Los Cafres de Argentina y Gondwana de Chile; los colombianos Alerta Kamarada, Systema Solar, Ras Jahonnan & Natural Selection, entre muchos otros.

En pocos años, el evento se convirtió en un referente para el público seguidor del reggae y el ska de Colombia. Por sus tarimas también pasaron Cypress Hill, Method Man, Redman, Fabulosos Cadillacs, Residente y muchos más.

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Alejandro Casallas también era propietario del bar Casa Babylon, pilar de la escena en Bogotá, el mismo que muchos intentaron vandalizar luego de que se supo de la cancelación del evento.

“Yo soy principalmente un aficionado de la música. Me encanta el entretenimiento y ver a la gente sonreír. Desde los 13 años me involucré en estos ritmos alternativos, fue parte del movimiento del ska y el reggae con bandas como 1280 almas o Alerta Kamarada”, decía Casallas en una entrevista en 2020.

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“El mismo crecimiento del bar nos motivó a hacer eventos más grandes”, dice el promotor y por eso en 2011 su empresa contribuyó a traer a Damian Marley, uno de los más grandes en su género. Eso los llevó a pensar en consolidar un evento dedicado a la cultura reggae, al mejor estilo de festivales internacionales como One Love Festival o el Summer Jam.

Tras varias ediciones en el norte de Bogotá, el festival se trasladó a un clima más cálido: Ricaurte, Cundinamarca. Para la fallida edición de 2022 su ubicación cambió a Playa Hawai, a las afueras de Ibagué. Miles de personas ya habían estado en ediciones exitosas del festival viendo a sus artistas favoritos del género.

Visto en retrospectiva, el cambio de locación no fue pensado por la experiencia del público, sino por las restricciones y los trámites que obliga hacer un evento en Bogotá.

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Por eso, pocos sospecharon cuando las entradas se pagaban por transferencia bancaria, Efecty o Nequi, y no había un servicio como Tu Boleta, Entradas amarillas, E-ticket o alguna empresa similar. Las tiqueteras permiten llevar un registro de cada transacción en caso de que el evento sea cancelado, como efectivamente sucedió. También muchos notaron que, a diferencia de otros grandes festivales, no figuraba ninguna marca patrocinadora en la comunicación del evento.

“Hoy, creo que nos faltó convencernos de todas las red flags que salían en redes sociales. Analizando con detenimiento, ¿cómo iban a poder traer tantos artistas sin tener un patrocinador? O sencillamente, ¿cómo pudimos creer en una organización que imprimía boletas en una discoteca sin tener respaldo de alguna entidad financiera o una sociedad como tuboleta?”, nos cuenta otro asistente.

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¿Y ahora qué?

La empresa organizadora del Jamming ya estaba en bancarrota cuando prometió el festival, según reveló una investigación de Vorágine. Por cada $100 que tenía la empresa Buena Vibra Eventos EU, $96 estaban endeudados. De acuerdo con los estados financieros, la empresa tenía activos por $1.124 millones y deudas que llegaban a los $1.035 millones.

La Superintendencia de Industria y Comercio determinó que “las condiciones inicialmente informadas sobre el evento, los artistas y el orden de las presentaciones de los mismos, habían variado, sin que presuntamente se hubiesen informado a los consumidores de manera clara, veraz, suficiente, oportuna, verificable, comprensible, precisa e idónea”, de acuerdo con un comunicado.

Por eso la entidad exigió a la empresa informar con claridad a los asistentes los artistas confirmados y las posibles soluciones para la devolución de dinero. Todas las personas consultadas por Shock, dijeron que habían enviado un correo y sus datos a un formulario en Google Docs. Hasta el momento, ninguno ha recibido respuesta. Los emprendedores también nos dijeron que no han vuelto a saber nada del festival y dan por hecho que su dinero se perdió.

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En un correo electrónico de junio de 2022, reproducido por Semana, Buena Vibra Eventos se acogió a lo consagrado por el artículo 5 del Decreto Legislativo 818 de 2020, que indica que la devolución del dinero de eventos cancelados puede hacerse hasta un año después de la emergencia sanitaria, es decir, el 30 de junio de 2023.

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Molotov en el Jamming Festival - Foto. Katherin Fresneda

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“De manera que durante la vigencia de la Emergencia Sanitaria que en la actualidad sigue declarada hasta el 30 de junio de 2022 y hasta un año más realizaremos todas las gestiones para buscar dar reembolso a las personas que eligieron dicha opción dentro de los plazos otorgados por la normatividad citada, así mismo, buscaremos trabajar en las alternativas de solución para el público, los proveedores, restaurantes, patrocinadores y, en general, todos los afectados, lo cual demanda diligencia, sacrificio, pero sobre todo tiempo; en especial, porque la mayor parte de los recursos del festival se destinaron para honrar los compromisos adquiridos con los artistas y en la producción del evento al 95 % de lo planeado (montaje de los escenarios, carpas, camerinos, pantallas, sonido, stands, restaurantes)”, dice el correo.

Al Jamming les quedan todavía 3 meses para devolver el dinero, pero muchos dudan que llegue a cumplirse. La decepción de miles de asistentes y microempresarios difícilmente será olvidada.

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