No, este no es un texto más de feminismo y represión, esta es la explicación sencilla de por qué medicamente tener vellos es completamente natural y si somos muy racionales al respecto, podemos darle la razón a Lola de BuzzFeed en cuanto a que la depilación podría ser "antinatural". Lola es una video bloguera que habla de temas femeninos y que hizo un trabajo muy interesante al contar la historia de la depilación femenina poniendo muy claro el contexto histórico en el cual se empezó a decir que el vello era suciedad y las referencias que nos mostraron para convertir en casi ley que las mujeres deben estar impecables en cuanto a vellos. Pero iniciativas como estas no son nuevas. Recordemos que en 2014 se creó el movimiento #sobaquember, una iniciativa que invitaba a las mujeres a que dejaran los roles opresores y se devolvieran a lo natural dejando de depilarse las axilas. Varias celebridades hicieron parte de esta iniciativa entre ellas Madonna que publicó una foto mostrando sus vellos, Miley Cyrus y Lola Kirke, quienes en la gala de los Globos de Oro mostraron sus sobacos con pelo. En diciembre del 2017 la hija de Madonna, Lourdes León fue la encargada de revivir el tema posando en una fotografía con los brazos al aire y sin depilación. Para la misma fecha la modelo Gigi Hadid causó revuelo tras posar con vellos para el calendario Adviento de la revista Love. Y aunque hasta los comerciales de cuchillas de afeitar han querido esconder los vellos del cuerpo y en sus producciones ponen a mujeres a pasar la maquina por la piel sin rastro de pelo alguien se atrevió a decir no más. Una empresa llamada Billie y que vende estos productos decidió que iba a poner mujer que realmente se estuvieran rasurando mostrando la incomodidad que trae hacerlo, las cortadas que pueden generar y además diciéndoles que solo es una opción, que en realidad no tienen por qué quitarlos. . .
Dua Lipa es poder y desde hace algún tiempo viene emergiendo como una de las voces femeninas más importantes del globo. Razones de sobra para que fuera la elegida para cantar en la ceremonia previa al partido de final entre el Real Madrid y Liverpool. One Kiss, Be The One, IDGAF, New Rules y No Lies (que contó con la participación de Sean Paul) retumbaron en el estadio y con un show visual claro y contundente demostró porqué hoy es un ícono pop claro. Su discurso feminista ha sido claro y hoy, en medio del partido de fútbol y un público masculino en su mayoría, levanto el puño para hacerle un guiño evidente a su discurso. Sin embargo, para los que estaban detrás de la pantalla, su show fue opacado por uno de los comentaristas de Antena 3, el canal español. Los comentaristas decidieron omitir por completo el show mientras en Twitter la gente pedía que dejaran de hablar para ver el espectáculo. Luego uno de los comentaristas dijo que la cantante había pronosticado un 3-2, ganando el Liverpool, seguido de un odioso “Menos mal que no sabe de fútbol” Las redes no se hicieron esperar y clasificaron de machista el comentario del periodista, que asumió que la cantante no sabía de fútbol solo por ser mujer.
Casi todos los seres sexualmente activos del planeta sabemos lo que es andar “veraneado”. Bien sea porque recién terminó con el que tampoco fue “el amor de la vida”, debido a que por más que tira redes no atrapa ni medio bacalao o porque lo del cotice no le sale tan bien, la falta de sexo tiene implicaciones psicológicas y físicas reales. Pero, ¿será que lo puede llegar a desquiciar? Por Trilce Ortiz No sé si en Colombia estos temas no están tan documentados como en otras partes del mundo, pero leer noticias de los vecinos del norte del continente me reitera que allá si hay gente chiflada de verdad, verdad. El 23 de abril de 2018, Alek Minassia, un estudiante canadiense, atropelló a un grupo de gente que caminaba en un andén en Toronto, matando a 10 y dejando hospitalizadas a otras 15. Las investigaciones llegaron hasta las redes sociales de Alek, quien antes del ataque había posteado en su cuenta de Facebook: “La Rebelión Incel ya ha comenzado! ¡Derrocaremos a todos los Chads y Stacys!” Alek, de 25 años, hacía referencia al movimiento incel (abreviatura de celibato involuntario, en inglés). El creciente grupo virtual está compuesto mayoritariamente por hombres sexualmente frustrados que han sido “forzados” a ser célibes y dirigen su frustración hacia las mujeres que no les "paran bolas" (Stacys) y los hombres que sí tienen sexo (Chads). En su mensaje de advertencia Alek también hizo referencia al Supreme Gentleman (Caballero Supremo), Elliot Rodger, líder del movimiento, un chico de 22 años que en mayo del 2014 mató a seis personas antes de suicidarse en Isla Vista, California. Después de apuñalar a tres hombres en su apartamento, Elliot manejó hasta una hermandad de mujeres donde mató a dos chicas y luego atropelló a varios más mientras era perseguido por la policía. Finalmente Rodger se suicidó dentro de su carro. (Evento por las víctimas del Elliot Rodger. Imagen. Getty). Antes de salir de su casa Elliot subió a YouTube un video titulado “La retribución de Elliot Rodger”. “Durante los últimos 8 años, desde que alcancé la pubertad, he sido forzado a vivir en un mundo de soledad, rechazo y deseos insatisfechos. Todo porque las chicas nunca se han sentido atraídas hacia mí”, decía en el video. Giovanna Cruz Badalacchi, PhD en psicóloga clínica y docente, explica que según la teoría freudiana, “la líbido es la pulsión sexual que no puede ser sublimada o sea que su satisfacción no puede ser reconducida a otro fin distinto a la descarga misma. Si la energía se corta puede terminar generando neurosis", agrega. Hasta allí lo puedo entender, de nuevo, se ha comprobado que no tener sexo aumenta los niveles de estrés, da dolores de cabeza, produce comportamientos agresivos y huraños, pero, de ahí a alquilarse una van para ir a matar a un montón de gente, hay un paso enorme. Kalerthon Demetrio, quien se hace llamar Jack Peterson, fue uno de los portavoces más reconocidos dentro de la comunidad incel y hasta hace poco manejó el sitio web Incel.me. Él lo ve más como un fenómeno social que como un movimiento. “Lo llamamos un ‘grupo de apoyo’ para hombres que o son vírgenes, o se sienten solos o están teniendo problemas en el tema de relaciones románticas”, explica. Aunque es cierto que todos guardamos en la memoria situaciones de rechazo, como por ejemplo, cuando el bully de primaria no la montó por bajito, gordo, callado o cualquier otra joda, cuando estas situaciones se vuelven traumáticas “llevan a la gente a la compulsión, a la repetición, a buscar liberarse de lo traumático”, explica Giovanna. En estos casos los instintos parciales como el sadismo se vuelven más importantes de satisfacer, agrega. En el portal Incel.me hay infinidad de mensajes que justifican el odio y las acciones violentas. “Es normal odiar las cosas que te hacen daño o previenen que alcances tus objetivos. Si a alguien le ladran todos los perros que se encuentra en el camino, también los odiarían”, escribe uno de sus usuarios. Incels.me Entonces surge la eterna pregunta existencial: ¿qué fue primero el huevo o la gallina? En el caso de los incels, algunos foros en Reddit abren la pregunta: ¿cómo le vas a poner bolas a estos hombres que abiertamente profesan y actúan su odio hacia las mujeres? Tal vez el rechazo generó el odio, pero tal vez sus comentarios de odio o su noción de asumir que las mujeres “les deben” sexo es lo que ha hecho que ellas les huyan. Jack, quien se retiró del movimiento incel después del ataque en Toronto, dice no estar de acuerdo con los actos violentos pero sabe que existe un grupo, según él la minoría, que los apoya. “No creo que sea peligroso porque la mayoría de los hombres que he conocido en la página son jóvenes tímidos que no le harían daño a una mosca.” Igual Elliot se veía bien menudito y terminó arremetiendo contra un montón de personas. Aunque Jack fue diagnosticado con esquizofrenia paranoica, dictamen debatido posteriormente por otros médicos, insiste en estar en desacuerdo con cualquier muestra violenta del movimiento. "Le echamos la culpa más a la naturaleza que nos ha hecho imperfectos: calvos, bajitos, lo que sea, más de lo que culpamos a los Chads o las Stacys", explica Jack, quien agrega que los gobiernos deberían estar más preocupados por temas de importancia, como la salud mental de la gente. En eso sí, estamos muy de acuerdo. Para Giovanna el movimiento incel parece más “un discurso para tapar un deseo de matar y de cometer suicidio”, lo que apuntaría más a problemas mentales profundos, que no tienen su raíz en la falta de sexo. Igual no deja de ser preocupante este creciente grupo de frustrados sexuales que, por moda o por convicción, se preparan para celebrar el aniversario de muerte de “Santo Elliot” este 23 de mayo.
Cada 4 años llenamos el Panini con los jugadores de las selecciones participantes en el Mundial. Coleccionamos, cambiamos escudos y elegimos a los jugadores que más guapos nos parecen. ¿Pero se imagina un Panini con mujeres destacadas de la historia de la Humanidad en todo el mundo? En Perú, el colectivo Chup de Mango lo hizo realidad. Sus integrantes crearon una versión alternativa del Panini llamada El otro mundial de Rusia 2018, que reúne a 352 mujeres destacadas de cada una de las 32 selecciones participantes del Mundial de Rusia. Hay científicas, activistas, políticas, y artistas. Están algunas muy conocidas, como Cleopatra, Juana de Arco, Eva Perón, Marie Curie, Coco Chanel y Emily Bronté, y otras sobre quienes seguramente no había escuchado, como la activista árabe Manal al-Sharif, la física nuclear Sameera Moussa, o la poetisa peruana Blanca Varela. Sin embargo, también invitan al público a enviar sus contribuciones de más mujeres destacadas en países como Arabia, Egipto, Portugal, Marruecos, Islandia y Dinamarca. La Selección Colombia, por ejemplo, tiene a Policarpa Salavarrieta y María Cano, o deportistas como María Isabel Urrutia y Mariana Pajón, verdaderas 'cracks' en sus respectivos campos. Las ‘monas’ legendarias, que tienen a más de uno penando en el álbum original, fueron reemplazadas por datos relevantes sobre equidad de género y violencia contra la mujer. Por ejemplo: “ unos 15 millones de niñas en edad escolar nunca tendrán la oportunidad de aprender a leer o escribir en la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños". Con este Panini, Chup de Mango busca visibilizar las contribuciones de las mujeres en la historia, que suelen pasar inadvertidas. "Ellas se jugaron algo más que un Mundial". Descargue este Panini aquí.
Son tantas las películas en el género de adolescentes que es fácil caer en lugares comunes. La trama de No me las toquen nos suena familiar: un grupo de padres sobreprotectores, después de descubrir que sus hijas se han comprometido a perder su virginidad en la noche de graduación, decide hacer todo lo que esté a su alcance para detenerlas. Por Edgar Medrano Pero, aunque nos suene conocida, No me las toquen rompe varios prejuicios del género y la adolescencia, presentes en este tipo de películas. Por lo general, estas comedias son protagonizadas por un grupo de amigos que conspiran sobre cómo van a llevar a la mujer que quieren a la cama a toda costa, sin importar si ella quiere o no. Aquí vemos una mirada distinta a la masculinidad: hombres sensibles que escuchan a sus parejas y entienden sus límites. También se rompe el prejuicio de que las mujeres deben ser pasivas frente a los encuentros sexuales y esperar a que el hombre dé el primer paso (como decían las abuelas: “el hombre propone y la mujer dispone”). No me las toquen tiene a 3 protagonistas que quieren expresarse con libertad sobre su sexualidad y tomar sus propias decisiones. Aunque sus papás las vean como unas bebés, demuestran que no tenían mucha inocencia que perder, sin que esto signifique que sean cínicas o insensibles. Muy por el contrario, son un retrato genuino de las dudas y miedos que surgen al iniciar la vida sexual en la adolescencia. Otro prejuicio que rompe No me las toquen es el de las amistades femeninas negativas (Chicas pesadas, por ejemplo). Aquí vemos a un grupo de amigas que se aleja de los celos y malicia para hablar sin arrepentimientos de sí mismas. Atrás queda la idea de que las mujeres "se dan duro" entre ellas, para ver a 3 chicas que se apoyan con mucha lealtad y comprensión. No me las toquen también nos da una lección sobre cómo los adultos subestiman las decisiones de los más jóvenes. Son ellos (o ellas, en este caso) quienes ponen en evidencia la doble moral de sus papás, quienes sostienen conversaciones explícitas entre ellos, pero se escandalizan al ver que sus hijas también quieren vivir una sexualidad libre y responsable (incluso más responsablemente que ellos). Esta no es solo una película de padres protectores versus hijos adolescentes. Es una oportunidad para hablar sobre la presión que enfrentamos hombres y mujeres en la sexualidad: el hombre siempre quiere tener sexo o si no es "marica", mientras que la mujer simplemente debe esperar a que él tome la iniciativa para no parecer "desesperada". Nos muestra a tres mujeres dispuestas a vivir y experimentar, con decisiones firmes. Ojalá esta historia nos ponga a charlar con más libertad sobre el tema para aprender más de nosotros mismos y de paso entender un poco más a nuestros papás.
Como si ser mujer no fuera ya una actividad de alto riesgo, Andrea (brownsuugahh) y Sher (Soysher) son dos mujeres negras y feministas que, desde Medellín y Cartagena, se juntaron para hacerse madres de Cimarronas. Es un “proyecto audiovisual que propone nuevas formas de interacción de las mujeres racializadas en la sociedad, mostrando cómo dentro de sociedades coloniales como la nuestra, han dignificado su ser”. Por: Za Carmenza // @ZaCarmenza La cuenta en Instagram de Cimarronas y la producción de contenido audiovisual fueron los métodos elegidos por Andrea y Sher para “tantear el terreno” y hacerle frente a la infinidad de preguntas y tensiones que trae consigo el ser mujer negra en latinoamérica. Se trata de una necesidad profunda que atravesó el cuerpo de cada una luego de que su experiencia en el activismo feminista les mostrara que, incluso allí, en el feminismo, no se habla suficiente del componente racial, del color. El afrofeminismo, concepto que recogen Andrea y Sher, le regresa el nombre, la voz y el cuerpo a todas esas mujeres negras que, en medio de un sistema patriarcal y racista, han dignificado su propia existencia y las de todas las demás. Han resistido y se les ha ignorado. Existe la necesidad de contar las historias de mujeres negras, en cuya experiencia de vida se hacen explícitas las intersecciones entre raza, género y clase, porque se trata de denunciar que las mujeres racializadas son doblemente oprimidas, al mismo tiempo en el que se les roba su cultura para introducirla al mercado. “Se trata de no desaparecer”, afirma Andrea, quien también considera urgente que el país hable de las razas pues, pese a la diversidad étnica y racial que hay en Colombia, es un tema que genera profundo desinterés. El desinterés, tal parece, es la forma que oculta la comodidad del privilegio y que pretende seguir negando la existencia del color en las pieles; hablar de ello, de la diferencia y de la diversidad, implica reconocer que, en nombre de todas estas características ,se han perpetuado múltiples violencias y formas de discriminación. Cimarronas habla de dignificar la existencia, de que todos aprendamos a reconocernos en la diferencia del otro para que esta no siga representando opresión y pérdida de la humanidad pues el ser negro en una sociedad colonial, como la nuestra, es sinónimo de ser menos, de merecer menos... y si eres mujer, la realidad del ser y el merecer puede llegar a ser paupérrima. Ser mujer negra, eso sí, ha representado una hipersexualización de los cuerpos. Las mujeres negras habitan en una carga de exotismo, monstruosidad y fetichización que las pone en el espacio público para consumo masculino. Cimarronas también habla del derecho a vivir una sexualidad desde el disfrute, desde el placer femenino y desde las diferentes corporalidades: “Necesitamos ser más mujeres negras hablando del tema. Necesitamos ver cuerpos racializados fuera de estereotipos, más mujeres negras, gordas, con discapacidades, con enfermedades mentales” Y es que los estereotipos asignados a las mujeres negras se sitúan en aspectos suyos que se condenan y se hacen motivos de discriminación, pero que son celebrados cuando son personas no racializadas las que los portan. En el caso de representaciones del bagaje cultural afro (como el pelo, los turbantes, los tejidos y trenzados), el mercado ha ignorado su acumulado simbólico e identitario para convertirlo en un elemento nada más estético que puede ser usado por cualquiera. Cimarronas cuenta también la historia de las mujeres negras que han hecho de su cabello natural un símbolo de resistencia ante una sociedad que solo las acepta si se homogeneizan y blanquean. La invitación, según Andrea, no es a que las personas “caucásicas” dejen de usar o portar elementos de las expresiones negras, sino que se pregunten por qué para ellos no representan un motivo de discriminación. Por qué las caderas anchas, los pómulos pronunciados y los labios carnosos se consideran aceptables (y deseados) en mujeres como las Kardashian, pero en las negras de barrios populares o zonas periféricas siguen siendo causal de segregación. La respuesta, para Cimarronas, es sencilla: se trata del color. Visibilizar esa realidad violenta que se le impone a las mujeres negras, nada más por el hecho de serlo, es el objetivo de la apuesta pedagógica y reivindicativa de Andrea y Sher. Su meta es poder movilizarse cada vez más a las comunidades de mujeres racializadas para compartir sus experiencias y que no se queden nada más en las localidades, fortalecer redes y tejer lazos que permitan seguir haciendo digna la vida y la identidad negra Todo el contenido de Cimarronas se encuentra en su cuenta de instagram (@cimarronas_), en donde frecuentemente también hacen transmisiones en vivo y próximamente incursionarán con videos mensuales en youtube. *Si conoce o tiene experiencias de mujeres negras que quiera contar, puede contactar a Cimarronas y contribuir a la lucha por la visibilización racial y de género.
Dos viejas en bola en la portada de la revista SoHo no nos ayudan a acabar con el acoso y tampoco se une al movimiento #MeToo. Es más, esto no envía ningún mensaje de apoyo a quienes han sido víctimas reales de algún tipo de violencia de género. Por: Johana Arroyave // @JohanaArroyave Según cifras de Medicina Legal, durante el 2017 se presentaron en total 18.647 casos de violencia sexual contra mujeres en todo el país (las que denunciaron); casi el 10% de estos fueron agresiones en espacio público a manos de algún desconocido y el 30% de los casos fueron acusaciones a jefes o funcionarios que las obligaron y/o acosaron en su trabajo por el simple hecho de ser lindas o con la excusa de que si lo hacían “les iban a evitar más trabajo”. Cuando el fenómeno de #MeToo salió a la luz en octubre del 2017 se dio luz verde a mujeres del mundo para que abrieran la boca y denunciaran cualquier tipo de conducta que las estaba haciendo sentir vulneradas en sus derechos. Actrices y personalidades de Hollywood fueron los referentes para que mujeres del común se sintieran identificadas con las historias que nos estaban mostrando y se levantaran para decir: “no más”. Desde esa fecha hasta hoy se han creado en torno a #MeToo docenas de campañas que han reforzado el mensaje contra el abuso y otras varias que por el contrario se han convertido en una cacería de brujas contra los hombres. Mensajes han salido por todo lado, buenos, malos, aburridos, unos que llegan al alma y otros que como el de la revista SoHo en su edición de marzo de 2018 desvirtúan por completo el significado de lo que las mujeres queremos lograr. En esta ocasión la revista decidió lanzarse al agua con un “gran especial” de #MeToo y puso a dos viejas guapísimas a posar en la portada como abanderadas del movimiento feminista, les hicieron dos preguntas a cada una y con ellas pretendieron explicar el porqué de la escogencia. A pesar de que se esforzaron en responder, ninguna de las respuestas explicó realmente por qué #MeToo es tan importante en esta generación. Algunas de sus respuestas: Sí, muy bien redactadas las respuestas, pero no explican de verdad la importancia de acabar con algo que está matando a mujeres y tampoco da pie para una reflexión sobre cómo parar lo que está pasando. Por otro lado y más allá de la discusión en redes sociales y las banalidades de por qué le pusieron con PhotoShop las letras de #MeToo y no se las pintaron en el cuerpo, lo que debemos ver es que el mensaje está completamente perdido y se convierte en la proyección común del fetiche machista y no en una celebración de la sexualidad femenina y de la vida de la mujer. Y no, no es porque salgan desnudas o porque hagan una sutil invitación erótica teniendo los rostros tan cerca que pareciera que están a punto de besarse; o porque estén buenísimas y entonces se les juzgue por simple “envidia”. No, nada de eso. Lo que hace que se pierda el mensaje contra el acoso es el medio y su escueta explicación de por qué no hay que callar. Una explicación que no está a la altura del debate, ni de los esfuerzos hechos por otros lados y que deja la sensación de que simplemente fue una inscripción forzada a una de las luchas del momento. El resultado: docenas de manes hablando del culo y las tetas y no de cómo acabar con un fenómeno que está matando a las mujeres. Es bastante paradójico que un medio que hace un par de años creó una aplicación para que los manes reportaran en qué zonas de Bogotá había viejas buenas, reforzando la cosificación del cuerpo de la mujer, ahora esté en esta bancada. Incluso tan solo una de las dos protagonistas de la portada: Lizeth Palomino, mencionó que alguna vez fue víctima de acoso y por eso se identifica con lo que se está moviendo alrededor. ¿Por qué no llevar a otras mujeres con historias que puedan conmover, que muestren una realidad y que tal vez se conviertan en la inspiración de otras e inspiren valentía para denunciar? Esto no significa que no se pueda hablar de acoso si no ha sido víctima (ojalá ninguna mujer tenga que pasar por algo de ese calibre) pero si la idea es visibilizar este fenómeno y darle una bofeteada a los victimarios, ¿por qué no hacerlo real? Darle el reconocimiento necesario al tema, no tratarlo con pañitos de agua tibia. Señores de SoHo, una vieja en bola con una bandera con la frase “todas debemos ser feministas” tapándole las tetas, no aporta en nada a que una mujer decida denunciar a su acosador. Tampoco acaba con el pensamiento de muchas chicas e inclusive hombres que evaden la causa feminista porque a lo largo de los años se ha creado una falsa idea de que es un sinónimo de agresividad anti-hombres y bellezas poco atractivas. Se vale estar desnudo a la hora de denunciar; finalmente muchas protestas de este estilo en grandes ciudades del mundo han sido de esta manera. Lo que no vale es que el mensaje se ponga de una manera tan superficial y que en vez de ayudar, lo que logre es que los manes que vean la revista solo se queden con que están buenas y no vayan más allá, no paren de acosar sino que las morboseen, y algunos envíen comentarios como “lo que esto genera es que las queramos violar”. Tan solo lean los comentarios Está más que claro que el hecho de abordar la causa #MeToo no necesariamente implica que se está haciendo de forma correcta. Muchas veces lo que sucede es que se desinforma y hacer que el ataque hacia las mismas mujeres se haga más grande.
¿Cuál es la participación de la mujer en los premios? ¿Cuál es la participación de la mujer en los festivales latinoamericanos? Échele ojo a este robusto estudio que no nos deja tan felices, pero que hay que leer. Hace 3 años la cantante Francisca Valenzuela se dispuso a crear un festival en Chile que ayudará a equilibrar el papel de la mujer en los festivales. Desde entonces, El Ruidosa Fest se ha convertido en un evento para exhibir el talento femenino del continente entero y no solo con conciertos, sino con espacios de conversación para debatir sobre el feminismo y temas de la industria musical. Este año se llevará a cabo del 4-7 de abril y vale la pena rescatar que a lo largo del año están haciendo contenidos bien interesantes en su página oficial. Uno de ellos tiene que ver con un estudio que realizaron sobre el número de mujeres que hoy en día tocan en festivales latinoamericanos y otro sobre el número mujeres participaron en premios. En el estudio de los premios latinoamericanos Ruidosa analizaron más de 500 categorías de los Latin Grammy, Latin Billboard y los Premios 40 Principales del 2017 para ver cuántas nominaciones y ganadoras mujeres hay. La conclusión no fue muy alentadora. Los resultados muestran que sólo 68 mujeres fueron nominadas de un total de 504 nominaciones, que suman todas las categorías de los Latin Grammy, Latin Billboards y Los Premios 40 Principales. Esto significa que las nominaciones a mujeres corresponden a un 14% del total. En el caso de los festivales, Analizaron los números musicales de más sesenta festivales de música que ocurrieron en Latinoamérica en 2016 y durante la primera mitad de 2017, y clasificaron por género a más de 2000 artistas y bandas. Los resultados muestran que un 78.1% de los artistas que han ocupado los escenarios de la región en 2017 son hombres, o bandas compuestas sólo por hombres. Esto significa que casi un 80% de los números artísticos no contemplan a ninguna mujer como protagonista. En Colombia analizaron Estéreo Picnic y Rock al Parque. Pero lo mejor es que vea con sus propios ojos el análisis y las gráficas que lo acompañan porque vale la pena. ¿Cuántas mujeres tocan en festivales latinoamericanos hoy? ¿Cuántas mujeres participaron en premios latinoamericanos de música en el 2017?
Para nadie es un secreto que el propósito del Día de la Mujer se ha desdibujado. Es una fecha dedicada a recordar la importancia de lograr equidad de género y reducir la brecha salarial. Pero se convirtió en un derroche de flores,chocolates, mariachis, promociones de restaurantes y descuento en masajes (y por alguna razón se metió Arjona en ese revuelto). En un intento por recordar cuál es el verdadero signifcado de esta fecha, tratemos de dejar estos clichés atrás. “Gracias a la creación más bella del universo” Aquí también entran todas las frases cursis con fondo de flores rosadas y esquelas con letra Timoteo (también Arjona). El Día de la mujer existe para conmemorar los logros en equidad de género que hemos alcanzado hasta ahora y llamar la atención sobre lo que nos falta. Las florecitas y letras cursis solo acentúan esas construcciones de género, según las cuales las mujeres debemos ser delicadas, suaves y abnegadas. También simplifican nuestra lucha por la igualdad de derechos. “¿Y para cuándo el Día del hombre?” El Día Internacional del Hombre se conmemora el 19 de noviembre. Es una fecha para celebrar la salud masculina y las diferentes formas de abordar la masculinidad. Además, en Colombia (aunque todavía no es oficial) el Día del Hombre se ligó a una celebración católica: El Día de San José y se celebra el 19 de marzo. Los hombres colombianos tienen entonces no uno, sino 2 días de conmemoración. Así que hombres: ya dejen de quejarse por esto, y mujeres: conmemoremos también su lucha contra el machismo y por la diversidad en la masculinidad. “Pero cuál es la vaina si ya la mujer tiene todo” Es cierto, hemos alcanzado la equidad de género en muchos aspectos con respecto a décadas anteriores: ya podemos votar, estudiar, trabajar, abrir una cuenta de ahorros sin permiso de nuestro papá o esposo y muchas otras cosas más. Sin embargo, aún quedan cosas por hacer: seguimos culpando a las víctimas de violación, seguimos diciéndoles a las mujeres cómo deben vestirse, cómo deben actuar, y seguimos ganando menos que los hombres por el mismo trabajo. Para eso es el Día de la mujer: para recordar que los derechos que tenemos los ganamos tras muchas décadas de lucha, ¡Pero aún quedan más! “Ahora no se les puede decir nada” Con cada vez más atención sobre el acoso callejero, la cultura de violación y la inequidad de género, el nuevo comentario de moda es decir que “las mujeres no se aguantan un chiste”. Y sí, puede que sea verdad, pero es por una buena razón. Cada vez nos damos más cuenta del machismo tan presente en nuestra cultura y estamos luchando para erradicarlo. Ya no nos da risa el sexismo. Y eso está bien.
En pleno Parque Nacional, escenario de uno de los feminicidios más crueles que ha visto Colombia, el de Rosa Elvira Cely, el colectivo La Liga de las mujeres ha fundado una escuela de kick boxing para defenderse del acoso y la violencia. Por: Za Carmenza // @ZaCarmenza Pocos nombres están tan grabados en la memoria de las colombianas como el de Rosa Elvira Cely. Luego de que, en la madrugada del 24 de mayo de 2012, la noticia de su asesinato se ubicara en el centro de la prensa nacional, la imagen de la bogotana que fue violada y empalada en el Parque Nacional se instaló en el lugar de los recuerdos que habitan el dolor y el miedo. ¡Un feminicidio en pleno centro de Bogotá, en un lugar icónico por el que transitan a diario miles de oficinistas, estudiantes y deportistas! Cuatro años más tarde, un concepto jurídico de la Secretaría de Gobierno aseguró que Rosa Elvira tenía la culpa exclusiva de su propia muerte pues, pese a “tener conocimiento de la clase de persona” que era Javier Velasco (su asesino, sí, del que no recordamos tan fácilmente el nombre), Rosa accedió a departir un rato con él y a transitar por el Parque Nacional, sitio que, según el concepto “todos sabemos es desolado e intransitado en las noches”. “Si Rosa Elvira Cely no hubiera salido con los dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en las horas de la noche, hoy no estuviéramos lamentando su muerte” Secretaría de Gobierno de Bogotá. El concepto, que posteriormente se atribuiría a un error humano, terminó evidenciando una institucionalidad huérfana de perspectiva de género y una justicia presa de la revictimización como norma. Como si el riesgo de no llegar a casa al final del día estuviese instalado entre la piel y la carne de las mujeres, la historia de Rosa Elvira Cely se fundió, de la cabeza a los pies, con la cotidianidad de cada mujer que supo de ella. Unas cuantas (no pocas) se movilizaron en marchas y plantones, algunas más condenaron a gritos la inminencia de la muerte a causa de su sexo y otras decidieron que, en nombre de Rosa Elvira, la "mala educación del miedo" ya no sería parte de sus vidas. NI UNA ROSA MÁS Hace aproximadamente dos años, las integrantes del proceso de La Liga de las mujeres, habitantes de Bogotá, se hicieron la pregunta del qué hacer. Conscientes de que el asesinato de Rosa Elvira no era un caso aislado y que tampoco se trataba de un "monstruosidad" sino que, por el contrario, era apenas el predecible destino de las violencias que a diario sufría cada una de ellas, concluyeron que lo más urgente era salvaguardar sus vidas: defenderse. Nadie, salvo ellas mismas, mostraba interés por protegerlas. Pero defenderse, en el contexto latinoamericano, implica enfrentar la violencia contra las mujeres como parte de un entramado de prácticas racistas, lesbofóbicas y de pobreza extrema. En el caso colombiano, además, las variables del desplazamiento forzado y el paramilitarismo en zonas rurales hicieron del nacer mujer, un primer obstáculo vital. Para las integrantes de La Liga, salvar sus vidas se trataba de un ejercicio de alto riesgo. El kick boxing fue la herramienta elegida porque les permitía aprender específicamente el uso de puños y patadas, acabando con la idea de que las mujeres poseen menos fuerza o capacidades que los hombres y reduciendo la brecha de reacción en una situación violenta. En lo que han llamado la construcción propia de una teoría de autodefensa feminista, las integrantes de la Liga convocaron a mujeres de todas las edades, contexturas físicas, orígenes y sexualidades, a participar de los entrenamientos. Debido a ello, meses más tarde, la práctica de kick boxing consolidó una dinámica propia y se convirtió en una Escuela independiente. La adopción del nombre de Rosa Elvira Cely y la elección del Parque Nacional como sitio de entrenamiento, permitió que la Escuela se reapropiara de un lugar que ha sido escenario de acoso y abuso permanente para las mujeres. La adversidad climática y la falta de iluminación, así como la ausencia de un espacio para guardar los elementos de la Escuela, se convirtieron en el mayor obstáculo para la continuidad y constancia de las prácticas. (Probablemente, los espacios “desolados e intransitados” dejarían de serlo si existiese alguna voluntad política en hacerlos menos hostiles para el sexo femenino) SI MAHOMA NO VA A LA ESCUELA... Ante las dificultades logísticas que supone entrenar en el Parque Nacional y reconociendo que la violencia patriarcal -esa que cobra varias vidas cada día- no golpea ninguna puerta pues ya es parasitaria en la sociedad, las integrantes de la Escuela de Kick Boxing decidieron visitar a las mujeres que quisieran aprender la técnica. Con talleres de defensa personal y formación en género, han acompañado a mujeres de las universidades Externado y Los Andes, así como a la comunidad de la localidad de Usme (en la celebración del día de la niña usmeña) y a las mujeres y niñas del barrio San Martín de la localidad de Chapinero. Como parte de su accionar, además, siempre participan en las movilizaciones del día internacional de la mujer trabajadora (8 de marzo) y del día de la No violencia contra la mujer (25 de noviembre). Según la Escuela de Kick Boxig Rosa Elvira Cely, su apuesta es por la autodefensa frente a todos los tipos de violencia: estructural, simbólica y directa. Consideran que es necesario tener confianza, aprender a no guardar silencio y a levantar la voz ante cualquier gesto, mirada, broma, mueca o tocamiento que pueda generar incomodidad o miedo. “Sabemos qué hacer porque conocemos nuestros cuerpos y sabemos hasta dónde somos capaces”. Para las mujeres participantes, el entrenamiento de Kick Boxing ha significado un cambio físico y actitudinal que les permite reaccionar con seguridad y premura ante cualquier acción violenta. “Uno de los momentos de más frustración e impotencia fue en un bus de transporte público tradicional, donde un hombre de edad que estaba de pie junto a mí, empezó a hablarme muy cerca del oído comentando lo ‘rica y tierna’ que estaba. Miré con disgusto y asco a este sujeto, intentaba expresarlo de manera verbal pero sentía un gran esfuerzo para hablar y, a pesar de que intentaba gritar, solo logré emitir un tartamudeo suave. Mis piernas y brazos se paralizaron. Finalmente, el hombre se bajó del servicio público y mi cuerpo logró relajarse”. Ángela Rosas habla de esta experiencia y señala que su ingreso a la Escuela le hizo comprender que “la técnica, junto con el entrenamiento físico, son factores que influyen drásticamente en la fortaleza mental” por lo que, cuando un hombre nuevamente quiso tocarla sin su consentimiento, pudo actuar de manera radicalmente diferente. “En otra ocasión en la que un hombre, nuevamente en el transporte público, ubicado detrás de mí, buscaba con su rodilla y mano tocar mi cola (...) por primera vez reaccioné, mis brazos alejaron al sujeto y mi voz lo expuso ante todos los pasajeros quienes manifestaron solidaridad.” Las mujeres de la Escuela consideran que conocer sus capacidades les permite hacer uso de ellas y que, de manera contraria a lo manifestado por la Secretaría de Gobierno de Bogotá, hoy no estaríamos lamentando la muerte de Rosa Elvira Cely si alguien le hubiese enseñado a defenderse… o si los feminicidas no andaran sueltos por ahí, con total complicidad de la justicia, obligando a las mujeres a defender su vida con uñas, dientes o unos guantes de box.
Juancho López: no soy rockero, soy rocanrolero es el documental que narra la vida de esta figura emblemática del rock colombiano, conocido por ser “el rockero más viejo de Colombia”. (Documental compelto más abajo)El equipo de Radiónica Medellín hizo una investigación de las rutinas, conciertos y sueños de Juancho, así como en la historia de la emblemática banda Los Yetis, clave en los inicios del rock colombiano. Después de años de trabajo, han logrado concretar una visión clara para plasmar esta crónica visual.El documental ofrece una mirada íntima a la vida cotidiana, la soledad y la nostalgia que rodea la vida de Juancho López, reconocido como el "Abuelo del rock colombiano" por su contribución fundamental al inicio del género en el país.“Ningún rockero colombiano debería perderse este documental, básicamente porque es la semilla, nuestra raíz, el inicio de nuestro rock, la forma en la que nosotros nos concebimos como rockeros colombianos", opina Diego Londoño, director del documental. "Pero no solo los rockeros, ninguna persona debería perderse las experiencias, la visión y la vida de este hombre que por supuesto ha transversalizado la cultura musical rockera de Colombia”, agrega. Los Yetis: banda pionera del rock colombiano Los Yetis nacen como trío vocal en 1965, fundadores son: el cantante y guitarrista Juan Nicolas Estela y los hermanos Juancho e Iván Darío López. En febrero del 66, invitados por la compañía discográfica Discos Fuentes, Los Yetis participan en la grabación de un long play: 14 impactos juveniles!, que tuvo gran éxito. Por eso el sello les pide grabar su primer LP, simplemente llamado Los Yetis. Tras su disco debut, llegaron Los Yetis Vol. 2, en 1967 y Olvídate, de 1968. El grupo se disolvió a finales de los 60, y en 2003se reúne de nuevo hasta 2005 con la participación de Darío Marín, Pedro Pablo Arias,Victor Hugo Acevedo, Jhon Cano, Juan Nicolás Estela y Juancho López, estos últimos, miembros fundadores del grupo.
La pelea Kendrick Lamar vs. Drake empezó hace casi una década. Se dijeron muchas cosas el uno al otro, pero en esa correspondencia de canciones entre los dos raperos salieron dos “argumentos” acusatorios que me generaron más ruido que los demás. Drake dijo que Kendrick era un abusador físico con su esposa, Whitney, en la canción ‘Family Matters’:"When you put your hands on your girlIs it self-defense 'cause she bigger than you?"Kendrick acusó a Drake (una noticia ya vieja) por buscar, cortejar y “amigarse” con menores de edad."Say, Drake, I hear you like 'em youngYou better not ever go to cell block one"No vamos a discutir cuál acusación puede ser más cierta que la otra o cuál aproximación fue peor. Ambas fueron desastrosas.No he visto a la industria, ni a los manes de mis redes sociales, tan preocupados por la violencia de género tanto como cuando dos hombres decidieron usarla para punzarse el uno al otro.Tampoco conocía ese afán por castigar la paternidad ausente. En Colombia se estima que el 40% de hogares se sostienen solo por una mujer, según cifras del DANE del 2022. Y ese número no causa tanto revuelo en línea.Traigo a Colombia y a los hombres a mi alrededor a colación, porque fue ese cinismo el que inspiró y le dio forma a este texto.Santiago Cembrano lo dice muy bien en su artículo: “aunque el rap es el campo en el que el dolor se vuelve entretenimiento, no se trata de que esos versos sean parte de un coro pegadizo.”Y si bien fue el beef de Kendrick y Drake el que agitó esto lo suficiente para empezar a cuestionarnos las formas de algo tan “tradicional” del hip hop como las tiraderas, el cuento va mucho más allá.La deuda la tiene toda la industria. Me parece interesante, por mantenerlo en términos amables, que las personas que estamos en la industria, o los que consumimos música sistemáticamente, le asignemos una cualidad transformadora a la música. Algunos, dicen, que la música les cambia la vida o la forma de ver el mundo.Pero esa responsabilidad que ponemos en la música, y en quienes la hacen, es una camiseta que se puede quitar o poner a nuestro antojo.¿Cuáles son los límites de la corrección política en el arte? Quién sabe, quizá no existen o deberían existir. Entendemos a la música como algo que puede transformarnos y, por eso, a veces, se le pide corrección política.Pero esto va más allá de lo que se le puede pedir o lo que no.No hay que confundir este reclamo con una “necesidad” de corrección política en el arte. Eso es otra conversación mucho más grande.Pero a mí, como mujer y como víctima, me hace ruido la atención fervorosa que recibieron las palabras de Kendrick y Drake: más que mostrar indignación por la(s) posible(s) mujer(es) violentada(s), la audiencia sintió emoción por los egos masculinos que fueron lastimados en el proceso.A los hombres les parece más urgente prestar atención a la violencia cuando se entrega en una cajita de entretenimiento entre estrellas del pop, no cuando le pasa a las mujeres que tienen al lado. O cuando las víctimas son las mujeres cuya música consumen.Hay streamers que reaccionan a gritos porque le “sacaron los trapitos” al otro, no porque detrás de esas barras, que los hacen alucinar de la emoción, puedan haber mujeres abusadas o violentadas; hay medios investigando a fondo lo que puede ser uno de los mejores diss de la historia del hip hop, pero no las acusaciones que, de ser ciertas, deberían tener consecuencias legales.Y ahí está la deuda: acusaciones de pedofilia y violencia intrafamiliar que se quedan en versos de canciones de rap, artistas con denuncias que siguen llenando estadios y mientras tanto mujeres artistas, como Megan Thee Stallion, que tienen que convencer al mundo que lo que pasó fue verdad.La violencia contra las mujeres indigna, o llama la atención, siempre y cuando entretenga. La espectacularización, más que gestionar esa violencia de cara a la reparación, la instrumentaliza para la monetización.Entonces, mientras la mayoría de casos quedan archivados porque se vencen los términos, mientras a las mujeres se les pide ser “la víctima perfecta” y tener todo tipo de pruebas, Twitter se enciende por un par de barras y nos condiciona, nuevamente, a ser únicamente cifras en aumento.
Alicia en el País de las Pesadillas se estrena en los cines del país este 16 de mayo. Esta es una versión tenebrosa y retorcida de las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas que lleva al público por un viaje inolvidable hacia lo más profundo de la oscuridad.Después de la trágica pérdida de sus padres, Alicia se ve obligada a mudarse con su tía Beth Crimisy a Wonderland, la imponente mansión familiar. Sin embargo, lo que comienza como una aparente escapatoria se convierte rápidamente en una pesadilla surrealista, cuando Alicia comienza a presenciar eventos cada vez más perturbadores y a encontrarse con figuras misteriosas que la arrastran hacia un mundo habitado por criaturas terroríficas y pesadillas insondables.Alicia en el País de las Pesadillas es una apuesta del director británico Richard John Taylor, conocido por trabajos previos que exploran los rincones más oscuros de la psique humana. En esta ocasión, Taylor se sumerge en el clásico de Lewis Carroll para ofrecer una experiencia que desafía los límites de la imaginación y sumerge al espectador en un mundo paralelo lleno de pesadillas y criaturas terroríficas.Esta adaptación cinematográfica no solo rinde homenaje al legado literario de Carroll, sino que también se une a una creciente tendencia de reinterpretaciones oscuras de cuentos clásicos.En un mundo donde las fronteras entre la realidad y la fantasía se desdibujan, Alicia en el País de las Pesadillas ofrece una visión perturbadora y visceral de un clásico atemporal.Alicia en el país de las maravillas: inspiración para terror Esta no es la primera adaptación de Alicia en tono de terror. En 2010 se estrenó Alice in Murderland. En esta historia, Alice Lewis, de veinte años, cumple 21 y está molesta por ello. Sus hermanas quieren animarla y deciden celebrar una fiesta de cumpleaños con temática de Alicia en el país de las maravillas en casa de Charlene Glass. Alice sabe que en el sótano de esa casa, su madre, Ann Lewis, fue brutalmente asesinada a machetazos por un asesino enmascarado 20 años antes. Las niñas establecieron la regla de que no se permitirán teléfonos celulares ni niños.Alice or the Last Escapade se estrenó en 1977 y está vagamente inspirada en la novela.
La 'Bichota' terminó su gira por Sudamérica con un último show en Brasil, sin embargo, la cantante paisa no llenó en São Paulo. Karol G estuvo en el país carioca el pasado diez de mayo y tras lo ocurrido compartió un mensaje en sus redes sociales.Aunque Karol G se ha convertido en una de las artistas más importantes a nivel mundial, y un referente en su género, no logró cerrar esta fase del tour con la asistencia que esperaba. Luego de su concierto en Brasil la artista detrás de canciones como 'Amargura' y 'TQG' hizo una reflexión en su cuenta de Instagram.“Es increíble como un día podemos tener un show de 60 mil personas y al otro uno de 13 mil y sentirse igual de lindo, igual de grande, igual de especial. La vida me sigue enseñando que nunca estamos en la cima de nada … por eso es mejor recordar de dónde vienes que creerte mucho en donde estas y así poder empezar de cero en cada lugar que sea necesario. Siempre hay un nuevo reto, nuevos desafíos, nuevos sueños por cumplir", se puede leer en su post.Así mismo habló del recorrido que ha hecho desde hace varios años para lograr que su música suene en otros países: "Hace 5 años estuve haciendo promoción de mi música en este pais y entendí que tenía que ir por partes , paso a paso, enfocarme primero en unos países, después en otros y así poder llevar mi mensaje a mi ritmo, sin afán, con mi música, en mi esencia y en los tiempos de Dios.", agregó.Finalmente, agradeció a las personas que fueron a verla en Sao Pablo y al país que, en sus palabras, la recibió y la hizo sentir especial. Este show fue el primer concierto oficial de Karol G en Brasil y el último de la gira por Latinoamérica de 'Mañana Será Bonito Tour'.La cantante regresará a tierras cariocas en septiembre para presentarse en Rock in Rio, un de los festivales más importantes del país.**Si son fanáticos de la bichoca les recomendamos leer: Karol G y las referencias en 'MAÑANA SERÁ BONITO' (Bichota Season), su último álbum.
Laüra Bonsai y Felinna Vallejo conforman Las Ninyas del Corro, una de las formaciones más interesantes de la nueva escuela del rap español. Nuestro colaborador Santiago Cembrano las visitó en su barrio para hablar con ellas y contarnos la historia de su álbum, Bitches in Business. ***—Es como ver follar a tus padres.El sol se derrama con placidez sobre la Plaça de la Vila, en Sant Adrià de Besòs: la periferia de Barcelona. Son las 7 de la tarde de un viernes de abril. En las terrazas no cabe nadie y el saltarín infantil está lleno: las risas y los gritos de júbilo llenan el aire. Una mujer antigua esquiva el partido de fútbol improvisado que atraviesa la plaza y se sienta con su esposo, que la espera en un banco, bajo la sombra de un árbol robusto. Él pone su mano sobre la rodilla de ella y observan a los vecinos que pasan.Laüra Bonsai es de aquí, de Sant Adrià. La rapera de 28 años está en casa, pero, entre sorbos de Cola-Cola, narra una experiencia extraña:—Es como ver follar a tus padres. Así es conocer la industria musical por dentro: "¡Buah! ¿Qué estoy viendo? ¿Cómo funciona esto?" Por eso queríamos explicarles a los demás que estar donde estamos no es lo que parece.Felinna Vallejo tiene 25 años y es de Bon Pastor, un barrio aledaño que se conecta con Sant Adrià a través de un puente, uno como el que está en el logo de Las Ninyas del Corro, el grupo que ambas conforman. Se presentaron como guerreras de ceño fruncido con Onna Bugeisha en 2021 y así construyeron una habitación propia con los códigos noventeros. Giraron por conciertos y festivales de toda España y así conocieron de contratos y adelantos, horarios y rutinas, el negocio que se escondía tras el sueño de la música. Bitches in Business de Las Ninyas del CorroDe esa experiencia, Las Ninyas del Corro hicieron su segundo álbum, Bitches in Business, publicado en marzo de 2024. Tres años después de su debut, agrietan la solemnidad con la que entraron a la cancha. Ahora se ríen más, y cuando escucha a su compañera, Felinna ríe de nuevo:—Cuando empezamos éramos dos chavalillas, había que imponer respeto. Ahora lo tomamos de otra forma, nos hemos dado cuenta de que podemos vacilar. Nos hemos atrevido, sin miedo de explorar. Me he sentido mucho más libre para decir lo que me de la gana sin censurar nada.Y tan libre. A las baterías violentas que Esse Delgado, productor del grupo y del disco, dispone en 'Las Meninas' Felinna les añade un guiño burlón que rompe el corset estricto. Luego de celebrar que ya no la agobian los kilos de más ni algunos rastros de acné, hace lo que en el debut habría sido inimaginable: "Me suda todo el coño, ni la acabo", rapea de salida, con la misma seguridad que la de Sabrina Ionescu cuando asiste sin mirar. Es un gesto de chulería que sintetiza el cambio de atmósfera entre ambos discos.—Antes estábamos más enfadadas. Pero no estábamos enfadadas, sino que entrabas así o no había manera de entrar —me explica Laüra—. Ahora hemos soltado, le hemos quitado importancia a muchas cosas. Nos hemos relajado.Los primeros temas que hicieron con la intención de crear un nuevo álbum rondaron el drumless, pero pensaron que podía aburrir al público de sus conciertos.—Nosotros hacemos todo el tiempo lo que queremos, pero también hay que pensar en lo que funciona. Vivimos esa dualidad todo el rato —explica Felinna, y yo pienso que esas consideraciones son las que hacen parte de un negocio.Un camp para hacer música en Vallirana, en el bajo Llobregat, las desconectó de las distracciones de la ciudad y puso los cimientos de lo que venía. Les gustó tanto el formato que lo repitieron en Tarragona y, luego, en Castellón, en el verano de 2023. Esse Delgado también ama el drumless; Sunday Truce, su colaboración con el madrileño Franco Carter, se sintoniza con texturas góspel y soul que se repiten sin prisa. Sin embargo, Bitches in Business, además del boom bap con el que empezaron, es hogar del repiqueteo de hi-hats y la energía ágil del trap, trap&B y sonidos que conversan con referentes contemporáneos como Kendrick Lamar, Tyler, The Creator, Pusha T, Travis Scott y Beyoncé. También caben el canto y los coros pegadizos, como en “Nasty Girl”, una canción que les enseñó que podían expresar su mensaje sin dejar de divertirse, sin quitarle naturalidad al proceso y el resultado.—Que tu madre te diga que le mola un tema tuyo, como 'Punto de partida', muestra que con los temas más melódicos Bitches in Busines ha podido llegar a más gente. Nuestros amigos lo están escuchando porque les gusta, y no porque somos sus amigas, como en Onna Bugeisha: eso mola —sentencia Laüra—. Incluso a nosotras un disco entero de boom bap nos aburre.***Bitches in Business de giraLas bocas se abren hacia lo alto en la primera fila de la Sala Apolo, y Felinna las bendice con un chorro de ron para que la fiesta siga. Es el 11 de mayo: inicio de la gira de Bitches in Business. Cientos de personas saltan y saltan y saltan y saltan con 'The Wave', un corte electrónico, impetuoso, y las sílabas se deslizan con habilidad de la boca de Laüra al micrófono. Quizás como resultado de conocer la industria por dentro, Laüra juega a la defensiva en varios momentos de Bitches in Business, como si se anticipara al rechazo de una escena que les recriminaría el nuevo estilo, que eran mejores antes.—Pensábamos que la gente del rap nos iba a odiar. Con el primero nadie te conoce, eres nueva. Toda la gente siempre nos ha dicho que el segundo disco es el más difícil. Era como Buah, este disco puede pasar desapercibido. Eso lo primero. Y lo segundo es que siempre te van a decir que molabas más antes: me pasó con Natos y Waor, los escuchaba antes. Pero es verdad que predijimos eso y no ha sido así. A la gente le ha gustado más de lo que pensábamos —me explica Laüra en Sant Adrià.Las Ninyas del Corro avanzan por caminos que C. Tangana, Recycled J y demás artistas que oxigenaron el rap español ayudaron a pavimentar. Del primero Laüra dice que es como un héroe, al infiltrar el pop para luego diversificarlo más allá de Alejandro Sanz y compañía. Desde Rosalía hasta Dellafuente, insiste, en el espectro de lo urbano están las claves de lo más interesante de la música en España. Por otro lado, Recycled era tildado de “maricón”, recuerda ella, por sus melodías y sus sentimientos: era un blandito, y por eso fue decisivo para que el paradigma cambiara y se abriera.De reivindicar lo más puro que salió de una Nueva York gélida a finales del siglo XX, Las Ninyas del Corro pasaron a celebrar a los que retaron, expandieron y reinterpretaron esa herencia en España. Bitches in Business es un álbum que dialoga con todas las posibilidades que han surgido en la última década, así como con sus artífices. Pero. Hay un gran pero.—Por suerte, tú preguntas por raperas de España y nuestro nombre se va a decir. Eso para nosotras es mucho, pero sigue faltando mucho, también. El caso de las mujeres siempre es más exigente y difícil —me dice Laüra, con voz cansada—. Todavía no es suficiente.—Solo hay pibes, yo estoy hasta el coño —la secunda Felinna, y lo repite, esta vez con mayor énfasis en cada palabra, masticando cada una, para que quede claro—. Solo. Hay. Pibes. Madre mía.Las Ninyas del Corro en la sala ApoloLa sala Apolo está llena, agitada. Laüra propone que, como no las invitan a nada, que las lleven a dirigir una sesión de cardio. Sigue cayendo ron como agua bendita, y ya no sé si es sudor esa humedad en la cara de una mujer que canta cada tema como si la hubiera escrito ella. Casi la mitad somos hombres, casi todos con la mano arriba con cada barra. Las Ninyas se refieren al público como “vosotras” y celebran lo guapas que están todas hoy. El punto de vista cambia y las mujeres, que suelen corear versos de manes para manes, quedan en el centro. La diferencia se nota. En el escenario, Laüra y Felinna no solo rapean con precisión y temple, sino que despliegan coreografías, codo a codo con dos bailarinas, que elevan cada tema. El punto de vista cambia, insisto, y yo lo agradezco tanto. Una bebé se eleva en los hombros de su padre y toda la sala le canta el feliz cumpleaños a la mamá de Felinna. Barbas salpimentadas conviven con la juventud. No cabe nadie más acá. Y cuando llega el momento de “Bagaje”, un break amenazante, Laüra cambia de óptica. Pasa a las barreras generacionales: "La vieja escuela desconsidera a la nueva, la nueva desprestigia a la nueva, qué pena".—Aprendimos mucho trabajando con LaBlackie. Ella vino, escribió y se tiró la letra de golpe. Envidio esa frescura —me había dicho Laüra esa vez en su barrio.Hay que ser exigente, pero también tener el coño de decir "Me gusta como queda y así lo tiro, porque me da igual". Eso es muy difícil que nos pase. Entonces sí, es una pena que los de antes no valoren a los nuevos, porque tienen mucho qué aprender de ellos.La canción se llama 'Deena, Snooki & Jwoww', un corrientazo que me estremece entero. Laüra y Felinna rapean juntas la estrofa de LaBlackie. El final, lo saben todas las presentes, va a estallar, y abren un círculo que se funde en una masa de carne y huesos: frenesí.—Rosalía no cantaría lo que canta si no hubiera estudiado el flamenco. Para transformarlo lo ha respetado. Se trata de respetar no solo a los que había antes que tú, sino a la música que estás haciendo —continúa el ensayo de Laüra—. Por eso también me apena que los nuevos no valoren a los que estaban. Estar informado es básico. No digo que el que está empezando tenga que saber todo, pero yo sí valoro que alguien investigue. Por eso me he sentido muy orgullosa y privilegiada cuando Elio Toffana nos invitó a su disco. La Laüra de hace diez años habría matado por una colabo con él, con Kase.O, con el Tote, con la Mala. Y ahora, cuando todo parece más fácil, sin importancia, agradezco que pase. Por respeto a mi historia y a mi trayectoria, ¿cómo no lo voy a hacer?—¡Y qué colabo! —tercia Felinna—. Yo lloré cuando el Elio nos la pasó, ya terminada. También es un tema de identidad, de sentirte dentro de la movida. Los que nos sentimos como parte del rap sentimos que es necesario entender de dónde viene.Otra forma de ver Bitches in Business: hay pesos muertos que no hay que cargar más en la mochila, y compromisos que estructuran lo que se ha hecho y lo que viene. El álbum se trata de identificar cuál es cuál.***Las Nunyas del Corro desde el barrio obreroLa pizzería, en una esquina de la Plaça de la Vila, se llama La Font. La mesera saluda a Laüra con confianza y la rapera le responde que quizás este verano deba pedir trabajo ahí, para ajustar las cuentas, llegar a fin de mes. La mesera, sonriente, le responde que qué va, que ella va a ser muy grande y me pregunta si estoy de acuerdo. Yo le digo que sí, que por eso estoy ahí. Laüra no está tan segura.—Joder, es que parece que es un momento guay para mí, pero a veces no me siento así —confiesa."Lo bueno de vivir en San Roque es que nadie roba en San Roque", rapea Laüra en 'Tridente dorado' sobre el barrio de Badalona en el que vive desde hace unos años, a un par de kilómetros de Sant Adría: uno de los más calientes de Cataluña, según titulares alarmistas de medios apocalípticos. Las Ninyas del Corro rapean desde el margen y muestran el revés de una Barcelona que opera como un parque temático de sí misma para los miles de turistas que llegan cada día. La conciencia de clase, una de las banderas que ondearon en Onna Bugeisha, sigue intacta. Se manifiesta, por ejemplo, cuando Laüra rapea, en 'Las Meninas', que en Barcelona o heredas o te las apañas. Ok, el turismo trae riqueza: ¿pero para quién?—No hemos crecido en Barcelona, sino en los barrios obreros que rodean a Barcelona —afirma Felinna.Este margen es tan geográfico como simbólico. En 'Las Meninas' Felinna se aleja tanto del lujo del barrio de Pedralbes como del centro de Barcelona donde solo hay guiris (turistas blancos) con axilas malolientes y pijos vestidos de Nude Project. Y una de las bombas llega cuando dice esto: La catalanidad de Las Ninyas del Corro es otro de los puntos de tensión: si a ella no la reconocen como catalana, me explica Felinna, pues que se jodan: ella tampoco lo llamará pan tumaca, sino pan con tomate. Laüra, por otra parte, reconoce reflejos de su caso en la historia reciente: cuando le dieron el premio Sant Jordi a Estopa, algunos catalanes protestaron porque cantaban en castellano.—Me da rabia ese elitismo, esa línea entre la burguesía y los catalanes de a pie —continúa Felinna—. Hacemos música en castellano, y por eso parece que no somos referentes en Cataluña. Pero somos raperas catalanas.—Se nota mucho el clasismo de la burguesía catalana —insiste Laüra—. Acá nosotras somos purria, escoria, como lo fueron hace tiempo los andaluces que venían aquí y supuestamente les quitaban el trabajo a los catalanes. Nuestras familias vienen de allí. Acá solo importa lo moderno, lo guay, lo fashion. Pero en este conflicto con la cultura, con la lengua, pueden existir distintas identidades además de la que se espera.El título de Bitches in Business salió en la recta final del proceso. Empezaron con una espíritu más tremendista, color azul oscuro, que plasmara su angustia. Al final eligieron un camino para sublimarla, hacerla divertida. El título es un guiño sarcástico a todo lo que han conseguido, a lo que aspiran, a todo lo que les falta y a cómo estas tres dimensiones se confunden. Un guiño que nos dice, ya lo decía Laüra, que las cosas no son lo que parecen.Felinna llegó a la entrevista luego de su primer día en un nuevo trabajo. Es temporal, me explica, para ajustar algunos números. Y Laüra, que rapea sobre cómo devuelve los trajes de diseñador que compra para un solo uso, me muestra sus manos. Sus dedos tienen marcas de pegante: esa mañana tuvo que pegar la etiqueta de un vestido para poder devolverlo.—Gitaneo, es lo que hay —admite.En ese banco de la otra esquina de la plaza todavía están él y ella, recostados en el amor silencioso y seguro que se sedimenta como la arena que cae al fondo del reloj de cristal. Antes de que nos levantemos y caminemos, yo hacia el metro —hacia el centro— y ellas hacia sus casas, acá cerca, Felinna reseña su propio álbum.—Eso es ser bitches in business —dice, entre risas—. Se trata de buscarse la vida.***¿Quieren leer más sobre rap en Español? En el camerino con Ill Pekeño y Ergo Pro