Nacido en 1990 en la pequeña localidad irlandesa de Bray, Andrew John Hozier-Byrne -más conocido como Hozier- empezó a sonar en compañía de la renombrada Trinity Orchestra de Irlanda y el grupo coral de Anúna.
Sumergido en la tradición musical de su país e imbuido por las contradicciones sociales de Irlanda, Hozier debutó como solista de manera decidida en el 2014 con la canción Take Me to Church: un lúgubre sermón antigospel que evidenciaba las humillaciones y la hipocresía de la iglesia católica por medio de una voz coral corrupta e impregnada de gracia y dramatismo gótico.
La canción se convirtió en un nuevo evangelio que expresaba tanto un lamento como un aullido contra la opresión institucional que viven las personas LGBTQ+.
Esto le valió no solo obtener cinco álbumes platino en Estados Unidos o encabezar las listas de éxitos de docenas de países, sino que además le permitió ser reconocido como una de las voces que le canta directamente a los poderes institucionales.
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La rabia y romanticismo
Desde entonces, la música de Hozier ha estado inspirada por la dicotomía entre la rabia y el romanticismo; la rabia que provoca el cinismo de una clase dominante que vive absolutamente cómoda mientras otros sufren; y por otro, el romanticismo que invita a expandir la mirada y a pensar en las posibilidades de concebir la vida de otras maneras.
El álbum debut —homónimo— de Hozier está compuesto por una conciencia retro de sonidos del rock & roll, guitarras bluesy y melodías evocadoras del folk que resultan conmovedoras en ciertos pasajes
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Pero lo más llamativo es su narración: sincera en cada una de las canciones que se combinan con la nostalgia del sonido del pasado y la negatividad del presente.
En Angel Of Small Death & The Codeine Scene, por ejemplo, el cantautor irlandés se niega a comprar la felicidad colectiva que se vende en los centros comerciales y las sesiones de coaching que insensatamente promueven “que lo que uno piensa de la realidad es más importante que la realidad misma”.
Hozier se niega a esto y, como dice en la canción a modo de lamento:
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Jugando en algún lugar entre el amor y el abuso / Llamando a unirse a ellos, los miserables y alegres / No podría estar más solo ni yo mismo / No hay escasez de este tipo de sórdidos, no hay protestas de mi parte
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Se negó a convertirse en un artista obediente que tiene que ajustar su termómetro emocional para responder a las expectativas de la industria.
Su rabia y la imposibilidad de acomodarse al estado de precariedad e inseguridad que ofrece el mundo actual solo se pronunciaría más en Wasteland Baby del 2019.
El álbum está compuesto por el sonido del soul oscuro, el folk discreto, las melodías espectrales del blues-rock y lo sombrío de las baladas que rozan entre la furia y la destrucción.
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El lenguaje de las canciones es explosivo, estremecedor, contradictorio, dramático y convulsivo. Nos muestra que es necesario que el mundo —tal cual como lo conocemos hoy— debe colapsar si queremos una nueva y mejor sociedad.
En una de las canciones más fascinantes del álbum, Nina Cried Power, Hozier retorna a las figuras de James Brown, Joni Mitchell, Woody Guthrie y Nina Simone para crear un himno de protesta y recuperar el espíritu de la acción colectiva de la música.
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Junto a Mavis Staples —quien encarna ese espíritu de la acción— cantan con furia justiciera y agradecimiento:
No es el despertar, es el ascenso / Es el fundamento de un pie intransigente / No es renunciar a la mentira, no es abrir los ojos / No es la sombra que deberíamos estar proyectando / Es la luz, es el obstáculo que la arroja.
¡Pero no teman!
No es un álbum pesimista, a pesar de que el tema se desvíe ocasionalmente hacia el fin de los tiempos, se trata de un álbum que sacude el campanario de las instituciones para llamar la atención sobre el brillo de las cosas que se proyecta en la retina de las personas sin dejarlas ver.
No es sorpresa, entonces, que el artista irlandés intentara ir más allá de esa luz que brilla y enceguece buscando afectar el cambio.
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En su último álbum, Unreal Unerearth (2023), Hozier se apoya en algunas fuentes literarias clásicas como La Divina Comedia de Dante y The Third Policeman de Flann O’Brien para hacer un viaje extraordinario que muestra la devastación del mundo causada por el colonialismo y la locura que generó el encierro durante la pandemia.
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No es un “álbum pandémico”, es un disco que atraviesa los nueve círculos del infierno de la epopeya de Dante para demostrarnos que a pesar de la existencia de corporaciones, gobiernos y políticos que intentan llevar a la sociedad a la puerta del infierno siempre está la posibilidad de encontrar esas grietas que dejan ver algunas de las cosas más hermosas que lleva el cielo.
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Hozier es uno de las cabezas del cartel del Festival Estéreo Picnic 2024. Acá les dejamos TODO lo que tienen que saber sobre el festival.