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shock - festival estéreo picnic 2023

Cigarettes After Sex: la conjura contra el dolor y la soledad

¿Por qué las canciones de Cigarettes After Sex, tan sombrías y tenues, nos revelan la doble cara de la soledad y la melancolía? La banda tocará el jueves 23 de marzo en el Festival Estéreo Picnic y acá nos preparamos estudiando su estilo.

Cigarettes After Sex
Greg Gonzalez de Cigarettes After Sex durante Lollapalooza 2018 en Chicago, Illinois.
// Por Tim Mosenfelder/Getty Images

Cigarettes After Sex, la banda liderada por Greg González, se convirtió en el 2012 en una de las agrupaciones más importantes del dream pop noir luego del lanzamiento de su EP debut I.

Las voces arrulladas, el eco de las guitarras empapadas de reverberaciones, el hit-hat suave de la batería, el bajo neblinoso y los sintetizadores ambientales de la banda suelen crear un sonido melancólico que nos da la sensación de ir a la deriva y de estar incompletos.

Sin duda, ese sonido no sería posible sin la voz de Greg: una voz susurrada, andrógina y cuya melodía uniforme es simplemente fabulosa.

En definitiva, hablamos de un ritmo sepulcral y nostálgico que, como el mismo González lo manifestó en una entrevista hace cinco años, está hecho para “hacer llorar a las personas y para combatir la ansiedad del sueño” (para permitirnos dormir placenteramente).

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Esta cualidad en la música de Cigarettes After Sex se hace más visible, por ejemplo, en canciones como Starry Eyes, originalmente una canción de Roky Erickson que González adaptó pensando en el dolor que le produjo la ruptura con su novia.

“Starry eyes / How can I get to you, my true little / Starry eyes / What can I say or do for you, my little / Starry eyes / Starry eyes forever / Shall be mine” [Ojos de Estrella / Cómo puedo llegar a ti, mi pequeña / Ojos de Estrella / Qué puedo decir o hacer por ti, mi pequeña / Ojos de estrella / Ojos de estrella que para siempre serán míos].

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La canción evoca la devastación emocional debido a la perdida, la lenta y dolorosa retirada del objeto, ese lamento desesperado por querer la compañía de alguien.

La forma de conjurar el dolor, nos recuerda González en su canción Cry, es a través de afectarnos (e infectarnos) con su pena:

“It's making you cry every time / You give your love to me this way / Saying you'd wait for me to stay / I know it hurts you / But I need to tell you something / My heart just can't be faithful for long / I swear I'll only make you cry [Te hace llorar a cada momento / Me das tu amor de esta manera / Diciendo que esperarías a que me quedara / Se que te duele / Pero necesito decirte algo / Mi corazón no puede ser fiel por mucho tiempo / Te juro que sólo te haré llorar].

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Si Cigarettes After Sex sigue vigente hoy más que hace doce años es porque está captando el espíritu de soledad melancólica que caracteriza a nuestro tiempo.

A pesar de todos los dispositivos que supuestamente conectan a las personas, la sensación de soledad es uno de los grandes problemas contemporáneos; hay un sentimiento extendido de incomunicabilidad que ha sido producido por la apatía y la propia intersubjetividad.

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Esos gritos de “libertad” y búsqueda de sí mismo (obsesión únicamente por mi “Yo”) de nuestros tiempos llevan a las personas a sentir que viven en un desierto infernal.

Y lo que manifiesta Cigarettes After Sex en una canción como Cry es un pedido por la soledad:

[Mi corazón no puede ser fiel por mucho tiempo / Te juro que sólo te haré llorar] (el nombre de la banda ya nos dice que luego de tener sexo no quieren saber nada de ti, solo quieren fumar).

Lo paradójico y extravagante es que el deseo de estar solo (“déjame solo”, “solo te haré llorar”, “no puedo ser fiel por mucho tiempo”) se convierte en dolor.

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Es decir, deseo y dolor son la cara de una misma moneda, es el punto de llegada al desierto en el que el deseo luego resulta ser intolerable e invivible.

Como dice el filósofo francés Gilles Lipovetsky: “cada uno exige estar solo, cada vez más solo y simultáneamente no se soporta a sí mismo, cara a cara. Aquí el desierto ya no tiene ni principio ni fin”.

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Y Cigarettes After Sex lo que ha sabido hacer es traducir esa paradoja, musicalizarla y convertirla en canciones.

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