Aunque Amaranta Hank anuncie su retiro del porno como actriz, pues seguirá con otros proyectos relacionados a la industria, su fama ya es amplia y generalizada. O bueno, eso creíamos cuando le propusimos que fuera a Rock al Parque 2019 para que le preguntara a la gente el popular “¿usted no sabe quién soy yo?”. La actriz, periodista y escritora cucuteña buscó hombres, mujeres y parejas para medir su popularidad entre el público del festival de rock gratuito más importante de Latinoamérica. ¿Triunfaron los devotos de la industria XXX? ¿Los que la conocen fueron capaces de aceptar su fanatismo por Amaranta? Con ustedes todas las respuestas. Vean también la explicación de Amaranta sobre el origen de nuestras fantasías sexuales.
El show de cierre del Festival fue uno de los más esperados por el público asistente, fue tal la devoción de todos los que estaban en el escenario Plaza que nada los movía del parque Simón Bolívar a la 1:00 a.m. Un encuentro donde los invitados entregaron sus canciones memorables acompañados por la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Y no era para menos cada canción es un himno del rock iberoamericano. ¿Comprendes Mendes? de Control Machete, Vestido de Cristal de Kraken, Maligno de Aterciopelados, Ay que dolor de La Derecha, Muévete de Estados Alterados, Penélope de Draco Rosa, El puñal y el corazón de Café Tacvba, Tú amor de Pedro Aznar, y Mentiras de Los Amigos Invisibles. El mismo lunes se decidió a último momento que necesitaban una canción icónica para cerrar esta edición de Rock al parque, fue una sorpresa para todos, la Filarmónica sentían que faltaban algo para cerrar un show tan memorable y pensaron en una canción que todo el mundo tuviera en el radar y que se identificara con Bogotá y con el Festival. Florecita rockera tiene todos estos componentes y según Héctor “ya la habíamos hecho con varios cantantes, Julio de Amigos Invisibles, en una ocasión invitamos a Rubén a cantar Florecita Rockera en México, él ya se la sabía, cuando nos contaron fue una sorpresa para todos, nadie sabía que ese iba a ser el cierre, con Rubén empezamos a cantarla y por eso surgió esa improvisación tan espontánea en los camerinos, luego llegaron los otros músicos y se sumaron, nos lanzamos a hacerla y fue muy chévere poder cerrar la celebración de los 25 años con esa canción”. El gran crew salió nuevamente al escenario para entregar esta versión que compensó la espera del público que no se movió del escenario hasta que su deseo fue cumplido.
Los peinados y la música siempre han ido de la mano. Desde los pelos largos de los metaleros, las crestas del punk y las rastas del reggae, ciertas formas de llevar el pelo se han convertido en símbolos de estilos musicales. Aquí algunos peinados más llamativos que vimos en Rock al parque 2019, que se convierten en verdaderas declaraciones de estilo e individualidad. Tips para lograr peinados metaleros bien poderosos Fotos: Daniel Álvarez // Jonathan Edery // Katherine Fresneda // David Schwarz.
Este año, como todos, le madrugamos a Rock al Parque. Vimos todos los shows desde el día uno hasta el imponente cierre de la Filarmónica de Bogotá, una de las pocas trasnochadas que le hemos visto al Simón Bolívar. (Vea acá nuestros 15 favoritos). Celebramos la inclusión de Juanes en el cartel, la de 31 minutos y también nos fijamos en los más ignorados por las cámaras y las portadas: los bajistas y los bateristas. Pero a Rock al Parque lo hace el público. Y entre tarima y tarima también registramos a los más estiludos del festival. (Vea también; 7 conclusiones finales sobre Rock al Parque). Fotos: Katherine Fresneda (@ktfresneda), David Schwarz (@davidmschwarz), Daniel Álvarez (@daniel.alvarez9), Jonathan Edery (@ikuvisual)
Concluyó la celebración de los 25 de años de Rock al Parque con una edición con muy pocos puntos para criticar. La asistencia marcó un nuevo récord (85 000 el sábado 28, 99 000 el domingo 29 incluyendo los tres conciertos de 31 Minutos en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, y 150 000 el lunes 1), el show de cierre fue tan memorable que merece un capítulo aparte y, lo mejor de todo, las bandas nacionales brillaron como siempre. Luego de tres días de fiesta y baile, dejamos siete ideas que nos quedaron rondando en la cabeza sobre Rock al Parque 2019. 1. LOS ROCKEROS SE TOMAN MUY EN SERIO ESO DE PREOCUPARSE POR LA SITUACIÓN DEL PAÍS La alegría y la fiesta musical no nos pueden hacer olvidar el país en el que estamos; uno en el que están matando líderes sociales, hay homofobia, narcoparamilitarismo, la fuerza pública excede su uso de la fuerza contra los ciudadanos, corrupción política, los venezolanos han tenido que huir y soportar condiciones precarias, entre un larguísimo conteo de etcéteras. Mientras una parte de la sociedad, y especialmente de la cultura o los ídolos masivos, ha permanecido indiferente y apática –a veces incluso por no incomodar y perder potenciales contratos comerciales–, el rock sí ha estado a la altura de las circunstancias y su responsabilidad histórica. Rock al Parque fue el escenario de varios llamados que partieron desde el llamado de Juanes a pararle bolas a la matanza de líderes sociales a partir del reciente asesinato de María del Pilar Hurtado en Tierralta, Córdoba, hasta la amplia vitrina que les dieron los ingleses de Channel One Soundsystem a los representantes de la Guardia Cimarrona de San Basilio de Palenque. Acompañados de violines y cantos, representantes de las comunidades afro se manifestaron: “nos están matando. Ser líder social no es delito. Estamos protegiendo el pulmón del mundo. No a la explotación minera. Al igual que Rock al Parque, la Guardia Cimarrona también cumple 25 años de historia. Y a pesar de que nos han señalado como guerrilla somos los que siembran paz, resistencia y cultura”. “Exigimos un acuerdo humanitario ya”, decía la bandera que acompañó al Soundsystem de Reino Unido con 40 años de historia durante su show en el escenario Lago. Y no fueron los únicos. En su corta pero hipnótica presencia en tarima, Andrea Echeverri hizo un llamado contra los asesinatos; Aguas Ardientes le dio palo a la inseguridad, el acoso a las mujeres y la corrupción de Odebrecht con su nueva canción; La Doble A defendió la dignidad del campesinado y el orgullo LGBTI; y hasta los mexicanos de Vaquero Negro manifestaron su rechazo a los atropellos, literales, de la Policía en la marcha de los skaters. 2. LA DEUDA DE LOS SHOWS ESPECIALES Apenas anunciaron los siete (seis porque finalmente Doctor Krápula no entregó sus papeles) shows especiales nos emocionó la idea. La nostalgia que generaban eran producto de un más que necesario ejercicio histórico de la memoria de la música colombiana, y más aún en una celebración de este calibre. A pesar que bandas como The Klaxon o Pedrina montaron un formato tipo big band con bastantes músicos en tarima, no vimos mucho más que un repaso de grandes éxitos de las seis agrupaciones, y algunos se parecían a shows que estas mismas agrupaciones han mostrado en otros espacios. No estamos diciendo con esto que fueron malos shows, sino que la emoción de ver a bandas definitivas para Rock al Parque en conciertos “especiales”, en los que según la resolución de IDARTES hablarían de Bogotá y conmemorarían la historia de la ciudad, creó una expectativa que no se cumplió. 3. 31 MINUTOS Y JUANES COMO PRETEXTO PARA NUEVOS PÚBLICOS Hace varios años que Rock al Parque viene dando golpes de estado a la dictadura del purismo roquero. Si bien ha respetado los requerimientos de metaleros, punkeros, skateros, reggaeseros, blueseros, hardcoreros y demás –eros, también ha metido constantes hackeos a la definición del “rock” al invitar a actos que convocan nuevos y distintos públicos. De la mano de su curador Chucky García, el festival ha tenido entre sus filas desde la avanzada electrónica de Atom, hasta el rugido afro de Jupiter & Okwess. Este año las apuestas más arriesgadas estuvieron entre 31 Minutos, Rita Indiana, Silverio o Juanes, y no necesariamente porque estos nombres representan puntas de lanza en experimentación sonora, sino porque fueron el puente para atraer nuevos públicos al Parque Simón Bolívar. No es un secreto que Rock al Parque, luego de 25 años, siga siendo objeto de prejuicios injustificados, como que es una batalla campal de tres días, un espacio inhóspito para el asistente primíparo, o una olla de consumo de drogas a gran escala. La inclusión de tantos y tan diversos sonidos en torno a un concepto tan etéreo como “rock”, sigue siendo un ejercicio de tolerancia y construcción de paz, y una forma de atraer personas que nunca se les habría ocurrido pisar el parque. La invitación a 31 Minutos este año marcó además el intento de convocar niños, un público frecuentemente olvidado por los organizadores de eventos culturales. Tal vez muchas de las personas que fueron a ver gratis a Fito Páez o a Juanes no volverán en el 2020, pero con que nuevas personas hayan entendido el mensaje de diversidad que entrega Rock al Parque, la batalla está ganada. 4. MUCHO VIP, POCA DIVERSIÓN No queremos ser los sapos del salón, pero vamos a ser los sapos del salón. Es entendible que la organización deba tener contentos a muchos aliados y que quiera consentir a algunos invitados especiales y por eso es que en este y en muchos otros festivales hay unas zonas VIP que facilitan la circulación. Pero este año fue demasiado evidente lo contradictorio que resulta este VIP para un evento público y tan de la gente como Rock al Parque. El propio Fito Páez o los chilenos de Capilla Ardiente señalaron lo frío y apático que resulta esta zona que, en realidad, solo debería estar habilitada para los medios que necesitan comodidad para tomar sus fotos o videos. El frente VIP, el primero en la fila, no representa la emoción del público general que sí madruga, se esfuerza por estar al frente y transmitir su cariño a las bandas. ¿Se podría pensar en una remodelación de estos fosos para el 2020? 5. EL FABULOSO ESCENARIO LAGO Queremos seguir echándole flores a la curaduría, pero haciendo hincapié en la importancia del tercer escenario de Rock al Parque, antes llamado Escenario Bio o Eco, y este año bautizado como el Escenario Lago. Tanto, que nuestra recomendación para el espectador desprevenido del 2020 es que, si no tiene ninguna banda especial que quiera ver y sencillamente se quiera dejar sorprender por la programación, asista sin duda a esta tarima que se ha destacado por su diversidad, su inclusión femenina o la participación de actos en formatos alternativos y electrónicos. Channel One Soundsystem (Inglaterra) en el Escenario Lago. // Foto: Jonathan Edery 6. PÚBLICO RESPETUOSO (EXCEPTO EL DE SILVERIO) Ya es prehistoria eso de que la gente chifla o irrespeta a las bandas que no les gustan. Se ha vuelto norma el respeto del público hacia los artistas y eso es muy saludable para un entorno que se quiere consagrar como ejemplo de tolerancia y convivencia. Por otra parte también se confirma una vez más que las polémicas de redes sociales, donde cualquiera es trol y nadie mide el peso de sus críticas, son muy diferentes a lo que pasa en el mundo real. El lunes 1 de julio, cuando ya llegaba la medianoche y era evidente el retraso de los horarios del Escenario Plaza, nadie se movía demostrando que la propuesta de Rock al Parque en su acto de cierre había sido bien recibida. Ahora bien, fue muy interesante y único en la historia de Rock al Parque la interacción entre el público y el artista mexicano Silverio, quien presentó un performance deliberadamente provocador y que se sabía que se nutría de la reacción negativa del público. El confrontador ejercicio resultó en una divertida guerra de cosas que la gente le tiró al escenario y que el visceral e impredecible cantante devolvía con aún más fuerza. El público entendió la dinámica y actuó en consonancia, pero nunca hubo miedo que todo terminara en violencia o caos. Silverio (foto: Jonathan Edery) 7. ¿ALGUIEN QUIERE PENSAR EN EL TRANSPORTE DE LA GENTE? El tercer y último día de Rock al Parque 2019 terminó a la 1 de la mañana del martes 2 de julio cuando ya eran pocos los buses que pasaban por la zona y Transmilenio ya estaba cerrado. Si bien la organización anunció una van del sistema masivo de transporte, la avenida 68 seguía llena de gente esperando transporte hasta las 3 de la mañana. Ya que Rock al Parque es una experiencia tan cómoda y placentera adentro, debería estar redondeada a la salida. Obviamente evacuar 100 000 personas es una tarea titánica que excede los sistemas, pero al menos se debería pensar en un horario extendido de Transmilenio o rutas especiales para el festival. Los roqueros lo merecen. BONUS TRACK: En la previa de Rock al Parque tuvimos la mira puesta en la participación de las mujeres y qué se podía hacer para incrementar su aparición tanto en tarima como en público. En los últimos años esto ha sido un punto que no se ha descuidado y se habló que habría muchas mujeres en la programación, pero siguen siendo pocas en comparación con los hombres. ¿Qué hacer para que este esfuerzo no se quede estancado?
Rock al Parque es enorme porque su público es grande y se multiplica. El rótulo de "festival de rock gratuito más importante de Latinoamérica" es indiscutible porque la experiencia es como una avalancha de alegría y jolgorio. En los 25 años del festival se vio una marea de gente feliz en proporciones nunca antes vistas. El festival, que es patrimonio de la ciudad, el lugar de encuentro de los que durante el resto del año se sienten apartados, tiene sentido gracias a lo que genera. Aquí una galería de fotos que registra la emotividad del público. Vean también las mejores fotos del día 1, día 2 y día 3. (Lea también: ¿El cierre de Rock al Parque estuvo a la altura de Rock al Parque?)
Daniela, Paulina y Alejandra conforman uno de los proyectos más jóvenes del heavy metal mexicano. Originarias de Monterrey empezaron desde muy temprana edad en la música y sin ninguna otra intención que la de formar una banda, descubrieron que lo suyo era el rock. Sus grandes influencias se notan en cada canción pues son herederas de los sonidos desde AC/DC hasta Muse. El momento que las visibilizó fue cuando decidieron hacer un cover de Metallica, Enter Sandman, lo subieron a YouTube y vieron cómo la respuesta de la gente fue la confirmación que necesitaban para convencerse que esa era la autopista por donde emprenderían el viaje de la música. El video se convirtió en uno de los más vistos de su canal y después de ahí llegaría un EP y su primer disco XXI Century Blood (2017), que las embarcó en una gira por diferentes festivales y shows en México y Estados Unidos. La participación en el cartel de Rock al Parque fue un momento importante en su carrera; pisar por primera vez uno de los festivales de los que ya tenían conocimiento y que tenían pendiente en su gira se hizo realidad. Con nuevo disco Queen of the Murder Scene (2018) llegaron al escenario Plaza y lograron con un show sólido demostrar que son la nueva sangre del rock latinoamericano. Las invitamos a ser reporteras en el festival y salimos con ellas para averiguar qué tanto conocen los asistentes a The Warning. La sorpresa quedó registrada en este video, donde se dieron cuenta del cariño y la admiración del público colombiano.
Un 15 de enero, pero de 2018 falleció Dolores O Riordan, reconocida como la vocalista de la icónica banda noventera The Cranberries. Dolores O´Riordan junto a su bajista Mike Hogan, el baterista Fegal Lawler y el guitarrista Noel Hogan, dejaron una huella en el rock alternativo. Fueron 7 álbumes de estudio y más de 40 millones de discos vendidos los que hicieron que The Cranberries nunca sea olvidada.Sin duda, una de las canciones más exitosas del grupo fue Linger. Lanzada en 1993 fue la primera que le dio reconocimiento internacional y la primera que escribieron sus integrantes, pues inicialmente se dedicaban solo a hacer covers. Según dijo Dolores, es una canción sobre el rechazo y nunca se imaginó que iba a ser un hit.“Me inspiró una noche que estuve en un club llamado Madonna’s. Un chico me invitó a bailar y me pareció que era encantador. Hasta entonces siempre había pensado que poner la lengua en la boca de otra persona era asqueroso, pero cuando él me dio mi primer beso tuve que dejarlo seguir”, dijo Dolores a Irish Times.“No podía esperar para verlo de nuevo. Pero, en la siguiente discoteca, me ignoró y sacó a bailar a una amiga mía. Yo estaba devastada. Todo el mundo vio cómo me rechazaron públicamente. Todo es muy dramático cuando tienes 17, así que dejé salir todo en la canción”.Dolores añade que años después, cuando Linger fue un éxito, el chico que inspiró la canción le escribió una carta que decía: “Sé que la canción es sobre mí. Nunca quise herir tus sentimientos. ¿Podemos vernos?”. Para ese entonces, Dolores ya estaba casada con alguien más, así que pensó “Es muy tarde, ¡Tú me rechazaste!”, y nunca le respondió.Tras varias décadas, la canción sigue sonando en las bandas sonoras de distintas series de televisión y películas como Community o NCIS. Una de las apariciones más recordadas de la canción fue en Click, con Adam Sandler, en donde Dolores también hizo un cameo.Luego de la muerte de Dolores en 2018, la canción volvió a los listados de popularidad. Sin duda, se mantendrá como un himno por muchas décadas más.
Aquí estamos, como de costumbre, con nuevos temitas, pero queremos recordarles que tenemos un especial completo con reseñas de discos colombianos (álbumes de estudio y EP) para que conozcan y se empapen de la diversidad musical del país. También pueden echarle un ojo a los mejores temas y álbumes nacionales en este especial con lo mejor del 2020 .BALADA PARA PERREAR - LAS VILLA¿Quién está detrás?Hace casi 25 años nacieron en Bogotá Laura y Lucía Villa quienes desde muy temprana edad se dieron cuenta de su conexión con la música y el baile, así que decidieron empezar a camellarle a su proyecto y a buscar un sonido con identidad propia. Nadita fue su primer sencillo que las dio a conocer en gran parte de América Latina y en este 2020 ya han empezado a hacer colaboraciones y a ser producidas por pesos pesados del reggaetón como Ovy On The Drums y Tainy.Para ver | Las Villa se le miden a nuestro reto: ¿Quién es quién?¿De qué trata? Balada para perrear es una canción inspirada en una mujer que está cansada de sentirse triste después de una ruptura amorosa y que se mamó de llorar por lo que decide salir, divertirse, disfrutar del momento y pasar el trago amargo de otra manera.¿A qué suena?Producida por los colombianos Mango y Nabález (Katy Perry, Aitana, Sebastián Yatra, Juanes) es un tema con un inicio sonoro oscuro que evoluciona en un perreo. Cada nuevo tema de Las Villa va construyendo un estilo único gracias al tono vocal de las cantantes.¿Sobre el video?Danza contemporánea feat. perreo intenso, así se podría resumir el concepto visual de este tema. Un video en el que resalta el rojo pasión que simboliza la intensidad del sandungueo. El clip conceptual fue rodado en Miami, Estados Unidos, bajo la dirección de GUS.¿Cuándo escuchar? Las hermanas recomiendan darle play a todo volumen a esta canción cuando esté con el corazón roto por un amor fallido, puede que les ayude a cambiar de humor.Para ver | Ovy On The Drums, Karol G y su eficaz relación productor-cantante¡La música nos une!
Salimos con cámara en mano a hacer turismo musical por Bogotá y retratamos seis espacios de la capital que quedaron inmortalizados en videos musicales de décadas anteriores.Así se veía la Bogotá de la época en la que se rodaron videos como El álbum, de Aterciopelados o Señor Matanza de Mano Negra y así se ve la Bogotá pandémica, en 2020. Alerta spoiler: todavía no hay metro.(Para ver las fotos deslicen la línea intermedia hacia los costados) El álbum – AterciopeladosFecha de lanzamiento: 2000Álbum: Gozo poderosoEn el videoclip del álbum aparece el laboratorio del conocido fotógrafo Manuel Humberto Rodríguez, Manuel H, que estaba ubicado en la calle 22 con séptima.También a Margarita Rosa de Francisco posando en la Candelaria, en un escenario ocupado hoy por el grafiti. Bolero Falaz - AterciopeladosFecha de lanzamiento: 1995Álbum: El doradoEntre 1995 y 2020 cambió la ciudad. Antes había paraderos de autobuses que fueron remplazados por Transmilenio. La avenida Jiménez ahora es un espacio para peatones. En el recorrido, Andrea Echeverry pasa por un SENA y por el Banco de la República. Guerreros – Alerta KamaradaFecha de lanzamiento: 2012Álbum: Made In One2 (Vol. 1)En Guerreros Alerta Kamarada recorre el centro de la ciudad de noche y de día con Big Mancilla y Shino Castro. No ha cambiado mucho en los últimos 10 años. Ruido – La DerechaÁlbum: Polvo EresFecha de lanzamiento: 2011En el video, publicado en 2011, la hoy extinta banda La Derecha pasa por el Eje ambiental y la Estación museo del oro. Han pasado ya 10 años. Te mando flores – FonsecaÁlbum: CorazónFecha de lanzamiento: 2005Fonseca escogió para grabar el popular barrio La Candelaria, en el centro histórico de Bogotá. Algo crucial cambió en el paisaje. Ahora hay árboles.Señor matanza – Mano NegraÁlbum: Casa BabylonFecha de lanzamiento: 1994En 1994 los carros transitaban por en frente de la Plaza de Bolívar. De hecho, en el videoclip del clásico de Mano Negra se ve un carro rojo justo en frente de la Casa del florero y la Catedral primada de Colombia. Esta vez nos encontramos con una bici del mismo color rojo. Curioso detalle.
Aquí estamos, como de costumbre, con nuevos temitas, pero queremos recordarles que tenemos un especial completo con reseñas de discos colombianos (álbumes de estudio y EP) para que conozcan y se empapen de la diversidad musical del país. También pueden echarle un ojo a los mejores temas y álbumes nacionales en este especial con lo mejor del 2020 .TE QUIERO OLVIDAR - SALT CATHEDRAL, XIMENA SARIÑANA¿Quién está detrás? Salt Cathedral es el dúo formado por Nico Losada y Juli Ronderos, artistas que desafían la conformidad de género y que han logrado crear un sonido adictivo que trasciende fronteras. Ambos son bogotanos, pero se conocieron en Estados Unidos donde le empezaron a dar forma y personalidad a su proyecto musical en conjunto. En este tema colabora la mexicana Ximena Sariñana líder y rostro de una generación que le dio un revolcón al pop indie latinoamericano.¿De qué trata? La canción es uno de los 11 tracks que conforman Carisma, el primer álbum de Salt Cathedral, considerado por Shock como uno de los 25 mejores discos colombianos de 2020. La canción es una composición en español llena de melancolía y escrita con el corazón triste, pero con la convicción de que el dolor desaparecerá.¿A qué suena? La canción en su versión original tiene una fuerza sonora que desde el inicio mantiene activo el oído. Te quiero olvidar en su nueva presentación, o remix, tiene una exploración más profunda con los teclados y es un reggaetón pop en el que las voces de Ximena y Juli tienen protagonismo absoluto. Una fusión vocal que no sabíamos que necesitábamos, pero que agradecemos infinitamente.¿Sobre el video qué? Lamentablemente la pandemia no permitió que Salt Cathedral y Ximena rodaran un clip oficial para esta colaboración. Sin embargo, en enero de 2020, mucho antes del encierro por la pandemia, la banda grabó un video musical de una sola toma en el que se representa el desconcierto que se vive cuando se está con el corazón roto. Fue dirigido por Courtney Brookes.¿Cuándo escucharla? Cada versión de Te Quiero Olvidar tiene que disfrutarse por separado. Habrá días en que se conecte más con la versión del álbum Carisma y habrá otras noches en que prefiera dejarse llevar por el feat con Ximena. La canción es propia para escuchar mientras mira el cielo y trata de contar las estrellas.Para ver | 'Sex and the City' regresa, pero sin Kim Cattrall como Samantha Jones: ¿por qué?¡La música nos une!
Ya se estrenó en Disney + WandaVision, una de las series más esperadas del año. La serie es un spin-off del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), específicamente del personaje de Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) en el que ella vive una realidad alternativa con su esposo Vision. La serie es también un guiño a las comedias clásicas estadounidenses.Como suele suceder con todas las producciones de Marvel, hay varios “easter eggs” o mensajes ocultos: algunos muy familiares, otras para grandes conocedores. Aquí repasamos algunos de ellos. (Alerta: hay spoilers de WandaVision y de otras películas del UCM) El tostador En un momento del primer capítulo, vemos un comercial falso de un tostador de la marca Stark Industries (sí, la empresa de Tony Stark). El tostador hace “beep” antes de que el pan esté listo, en un estilo muy parecido a una bomba.En Avengers: Age of Ultron (2015) supimos que los papás de Wanda fallecieron a causa de un explosivo, que dejó a Wanda y a su hermano Pietro atrapados bajo los escombros durante 2 días ants de ser rescatados. La asociación con Stark Industries hizo que en un principio la bruja escarlata tuviera cierto desdén por Los Avengers.El vinoUna referencia que muchos habían visto desde el tráiler. En el primer capítulo, cuando Wanda salva la cena con magia, se observa un vino de marca Maison du Mépris, una referencia al cómic House of M, en el que Wanda crea realidades alternativas para superar un trauma. Todo apunta a que e sla principal inspiración para la serie. El calendarioEn el primer capítulo, vemos que la pareja tiene un calendario con la fecha del 23 de agosto marcada. Muchos la relacionaron con la edición 238 del cómic de Avengers, en el que Vision vuelve a activarse luego de pasar por un campo de energía mágico.El intro animadoAdemás de ser una clara referencia a Hechizada, en el intro animado es posible apreciar algunas referencias al comic Vision, de Tom King. En él, Vision intenta llevar una vida normal humana. Por eso construye un perro, usaba pantuflas y se enfrentaba a un villano llamado Grim Reaper. Los huesos del perro, las pantuflas y el casco de Grim Reaper alcanzan a apreciarse por unos minutos.El helicópteroLa aparición de este objeto podría sugerir que la realidad intenta entrar a la realidad creada por Wanda. El logo es de SWORD, la agencia que se encarga de las amenazas extraterrestres a la seguridad mundial en los cómics de Marvel. Es la contraparte espacial de SHIELD que tiene que ver con las amenazas locales. En los créditos finales del primer capítulo también vemos que Wanda y Vision están monitoreados por SWORD.Mientras algunos asociaron los colores del helicóptero con Iron Man, otros creen que el rojo en el helicóptero, así como el rojo de la sangre de Dottie en una escena posterior son referencia a Wanda y a sus poderes, precisamente es la bruja escarlata. La llamada a WandaEn un momento del segundo capítulo, vemos que a Wanda la llaman por medio de una radio. La voz es de Jimmy Woo, quien fue interpretado por Randall Park en Antman y la avispa. Parece que Woo está vinculado a SWORD.El relojEn el segundo capítulo también vemos un comercial falso, esta vez anunciado un reloj de la marca Strucker. El Baron Wolfgang Von Strucker era líder de Hydra, la organización terrorista de todos los cómics de Marvel. Strucker experimentaba con Wanda y su hermano Pietro, en un proceso en apariencia muy doloroso.El reloj se detiene a las 2:42, en referencia a la edición 242 de Avengers, en la que el cuerpo de Vision es reparado luego de ser desactivado. En este número también hace una aparición La bruja escarlata, quien posteriormente se une a los Avengers.El embarazoAl final del capítulo 2 vemos que Wanda está embarazada, tal y como sucedió en el cómic The Vision and the Scarlet Witch, en el que Wanda tiene a 2 gemelos, que resultan siendo fragmentos de Mephisto, un demonio cuyo propósito es sembrar caos en el planeta. Muchos relacionaron la frase “el diablo están los detalles” con este personaje. Para otros no es coincidencia que Dottie sea interpretada precisamente por Emma Caulfield, cuyo papel más recordado fue en Buffy, la cazavampiros como una demonia.
El de 31 minutos fue anunciado como un show para niños. Sin embargo, fueron los adultos quienes más se alegraron con la noticia. Semanas antes de la visita de los chilenos, miles compartían en sus redes la emoción de ver por primera vez en Colombia al elenco de una serie que marcó su infancia (o sus ratos de esparcimiento en YouTube). Fotos: Jonathan Edery// @ikuvisual. Texto: Paula Ricciulli // @ricciup 31 minutos comenzó a emitirse en 2003 en la televisión pública chilena. La idea de la serie era clara: un programa dirigido a niños en formato de noticiero protagonizado por títeres. Pero además de los chistes, los sondeos de opinón y las noticias ecológicas de Juan Carlos Bodoque, algo más se destacó: la música. Las 10 canciones imprescindibles de 31 minutos Canciones como Mi muñeca me habló, Equilibrio espirtual, Tangananica Tangananá, Yo opino, entre otras, nos emocionaron con su ritmo pegajoso, y sus apuntes divertidos de temas cotidianos para los niños, como la caída de los dientes, un mal corte de pelo o quitarle las rueditas a la bicicleta. En su show en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán en el marco de Rock al parque, fueron los adultos quienes más corearon las canciones (en especial Objeción denegada, Señora, devuélvame la pelota o si no no sé que haré y la épica Bailan sin cesar). ¿Por qué a pesar de ser un programa infantil, los adultos son quienes más disfrutan el show? Sus creadores, Álvaro Díaz y Pedro Peirano, querían hacer algo que los papás pudieran compartir con sus hijos. "No queríamos hacer un programa para niños tipo Teletubbies. No es que sea malo, solo que no era lo que queríamos crear", nos cuentan. Para ellos sigue siendo un misterio el éxito apoteósico de la serie, tras varios años y decenas de shows en su haber en toda Latinoamérica, pero sospechan que "es porque la pasamos muy bien haciendo lo que hacemos. Eso se refleja. No lo planeamos así, no tenemos ninguna fórmula, pero creemos el goce de quien lo hace se transmite". El humor es fundamental en la propuesta de 31 minutos y no hay una visión romántica o aleccionadora de cómo debería ser la niñez. Al contrario: muestra cómo lidiar con situaciones como el bullying, el amor, o la dificultad de crecer, cosas que seguimos enfrentando en el mundo adulto. "Todas las canciones de 31 minutos vienen de alguna anécdota. Cuando hicimos el proyecto del programa se nos ocurrieron situaciones como la del primer diente y las rueditas de la bicicleta. Recordar que usabas las ruedas pequeñas en la bicicleta, es un tema divertido, interesante y raro, porque nunca habías escuchado una canción sobre eso". Dado que las canciones formaban parte de un ranking musical desde un inicio, era necesario que fueran de diferentes estilos, para que fuera real. Hoy esto es una ventaja a la hora de crear, pues les permite hacer lo que quieran. “Algunas son parodias de géneros, otro es la música que nos gusta. La música infantil en general trata de agarrarse a estilos muy estandarizados. Lo que queremos hacer es crear con ciertos elementos que se parecen a un género. Por ejemplo, la del Dinosaurio Anacleto está pensada en Tom Petty y nos gusta que suene como él, pero a medida que se hace la grabación va ganando identidad propia. Traicionarnos sería hacer un solo tipo de música o pensar en lo que está de moda. Podríamos hacer un tango si quisiéramos”. La cultura popular es el principal insumo de 31 minutos y referentes cotidianos, como en presentador de noticiero, son su principal inspiración. Pero cuentan que Tulio Triviño, uno de los protagonistas, no siempre fue tan arrogante. "Tulio en los primeros capítulos era un poco tonto, no tan vanidoso. Eso apareció a medida que lo relacionamos con otros personajes. Así creamos una comunidad". Las canciones, los chistes, los personajes... hay muchas razones por las que 31 minutos es un éxito rotundo. Pero sin duda la más poderosa es la que Álvaro describe como la principal consigna que tuvieron desde que crearon el proyecto: "Ser originales. Siempre".
Juanes tocó en el último día de Rock al Parque 2019. En su setlist pasamos de "A Dios le pido" a "Fuego", y de ahí a "Mala gente" y a "Cuando pase el temblor" de las leyendas del rock argentino Soda Stereo. Luego vinieron "Nada valgo sin tu amor", "Fotografía", "Es por ti", "Volverte a ver", "Fíjate bien", y de repente se hizo sentir la euforia colectiva cuando aparecieron Fonseca y Cepeda para cantar junto a él "La tierra". 20 cosas que nos recuerdan que Juanes es rockero por convicción No podían quedarse por fuera "La camisa negra", "Me enamora" y una infaltable de Ekhymosis, "Solo", dedicada a los amores de adolescencia de Juanes. Para rematar para y no dejar rondando por ahí la menor duda de por qué si hay un artista de la escena mainstream colombiana que merecía pisar ese escenario era precisamente él, vinieron siete minutos de una descarga de virtuosismo interpretativo y pirotecnia con "Seek and Destroy" de Metallica. Luego de que se anunciara su participación en el festival, Juanes le dijo a su banda por WhatsApp que si se le medían a tocar la canción con él en Rock al Parque. Ninguno lo dudó un segundo. Los emoticones roqueros no se hicieron esperar en el chat del grupo. Este momento, sin duda, quedará en las memorias de Rock al Parque, como uno de los más significativos y emotivos. Ulrich, Hetfield, Hammett y Trujillo lo hubieran aplaudido tanto como las más de 100 mil personas que saltaron emocionadas y sorprendidas con el oportuno y acertado regalo musical que Juanes y sus músicos les tenían preparado. #LaMúsicaNosUne
El concierto de Fito Páez en Rock al Parque 2019 era uno de los más esperados del festival. Cuando se subió a la tarima del escenario Plaza la asistencia marcaba un record histórico. Fito tiró todos sus clásicos, desde Circo Beat hasta 11 y 6, y hasta invitó a Juanes para montar una versión poderosa y estruendosa de la conmovedora Ciudad de pobres corazones. El autor de una buena parte de la memoria del rock latinoamericano amagó con despedirse con la memorable Mariposa tecnicolor, pero su cierre realmente se dio con la entrañable Y dale alegría a mi corazón. Aprovechando la pasarela que se desprendía de la tarima de su escenario, invitó a todos los músicos de su banda a que se fueran al frente y se unieran en un único coro con todos los asistentes que retumbo por todo el parque al son de "y dale alegría a mi corazón". Un momento histórico en Rock al Parque.
En promedio casi 80 000 personas asistieron por día a la celebración de los 25 años de Rock Al Parque. Para velar por la seguridad de todos, la Policía Nacional contó con miles de hombres que debían requisar las maletas y bolsillos de los asistentes. Hicimos presencia en las puertas del Parque Simón Bolívar y vimos cómo algunos pudieron burlar la seguridad, otros fueron despejados de algunos de sus elementos y a unos cuantos los pasaron por alto, seguramente, por pereza de las autoridades encargadas. Fuimos al Puesto de mando unificado (un indispensable de todos los eventos masivos) para hablar con el comandante pero no nos dio declaración oficial. Sin embargo, fuera de micrófonos, nos contaron que muchos pretenden ingresar esferos, destornilladores, colbón, frutas, alambres de púas, juguetes sexuales, tazos y hasta cartas de Yugi Oh. Lo más decomisado: encendedores, cigarrillos, popper, 2C, marihuana, perico y cocaina. Sin embargo, al tratarse de dosis mínima, son pocos los que son judicializados. ¿Y ustedes qué han intentado meter a un festival como Rock Al Parque? #LaMúsicaNosUne
Los españoles de La Fuga sacaron todo el Punk que llevan dentro para caminar por los rincones de Rock al parque y convertirse en reporteros de Shock. Con micrófono en mano y preguntas previamente estudiadas se fueron a reporterear y de paso indagar si la gente sabía quiénes eran. El experimento se salió de control pues a los españoles los reconocieron fácilmente y hasta les echaron los perros... el ¿usted no sabe quién soy yo? se convirtió en gritos, aplausos y un sin fin de selfies. Su show en Rock Al Parque Intimo, romántico y soleado. Sí, soleado... la lluvia se escondió mientras los españoles de La Fuga cantaban “Por verte sonreír” y literal hicieron reír a todo el público. Hoy comprobaron que sus cifras de reproducciones en plataformas digitales no mentían, Colombia después de España es el segundo país que más consume su música. #LaMúsicaNosUne
Le madrugamos a los más de 70 shows que conformaron el line up de la celebración de los 25 años de Rock al Parque. Fue una selección tremenda. Una fiesta histórica. El Rock al Parque más visitado de todos. Los nombres que llevaron esa marea de público y que el último día, dicen, alcanzó las 150.000 personas. Desde las bandas distritales hasta los headliners contribuyeron a hacer de esta una edición memorable. Entre tarima y tarima, por puesta en escena, por valor simbólico y por la acogida del público, estos fueron nuestros 15 shows preferidos. Fotos: Katherine Fresneda (@ktfresneda), David Schwarz (@davidmschwarz), Daniel Álvarez (@daniel.alvarez9), Jonathan Edery (@ikuvisual) Sodom Feroz, veloz, agresiva y cruda. Así fue la presentación de una de las bandas emblemáticas del thrash metal más importantes del mundo. Los alemanes no se guardaron nada. La guerra y sus horrores atroces han sido siempre el poderoso catalizador de sus letras y como un campo de batalla, sus guitarras son metralletas y la batería es una dosis atómica de bombas que caen rápidamente en un campo minado de fuertes guturales. Altísima presentación de Sodom. Larga vida al thrash. Larga vida al metal extremo. Gustavo Santaolalla En un show extraño y atípico para el festival, y sobre todo para su horario AAA, Gustavo Santaolalla armó un ensamble digno de unplugged o sesión de estudio donde tocó canciones de todas las etapas de su carrera. Con piano de cola, contrabajo, violin, percusiones autóctonas, y una decoración hogareña, el show de Santaolalla fue un lujo histórico y conmovedor para Rock al Parque. Rita Indiana "Pogo caribeño" es como podría definirse el show de la dominicana, quien presentó versiones más rockeras de sus canciones más recordadas, como El blues del ping pong o La hora de volver. Incorporó la plena, pero con el espíritu del merengue presente. Rita demostró en su show su enorme capacidad narrativa, mientras contó historias de amor queer, migración, colonialismo e identidad latinoamericana. "Desde las tamboras africanas, hasta la batería del black metal, los tambores son símbolo de resistencia", dijo la dominicana que dejó al público con ganas de más. Fito Páez Fito es una memoria latinoamericana y, especialmente, una colombiana. Sus canciones siempre han estado ahí y, con excepción de las muy nuevas, fueron cantadas de memoria con convicción y pasión. Pero además de la emotividad, hay que hablar de la pulcritud musical a cargo de la banda que lo acompañó. No hay que olvidar tampoco que detrás de esos himnos del rock en español también hay una fina y compleja capa de experimentación. Memorable, histórica y poderosísima la versión de Ciudad de pobres corazones de Fito Páez en la que invitó a Juanes a sumarse a cantar, pero sobre todo en la guitarra, y el emocionante cierre en el que todo el Parque Simón Bolívar coreó Y dale alegría a mi corazón. Ante su banda Fito no sólo ejerce como líder sino como director de orquesta. Kap Bambino En 2012 habían venido ya a Colombia. Pero esta vez se encontraron con un público más grande. El escenario Lago pide más espacio, más fiesta y Kap Bambino fue la prueba de ello. El dúo francés hizo un show que se quedó corto. Fue una hora de electropunk visceral, caótico e intenso. El Sagrado Los recibieron con banderas con el logo de la banda que se ondeaban bien alto en el escenario Lago. El Sagrado, uno de los nombres insignes del hardcore bogotano, honraron a una de las escenas más firmes de la ciudad. “Vamos a hacerlo como lo hacemos en los conciertos de hardcore. Vamos a romper esta plaza, hijueputa”: era el llamado para romperse la cara. “Primero estuvo el reggae. Luego el punk y luego el hijo Bastardo, el hardcore hijueputa. Aquí en los 25 años hizo falta una banda, pero acá le vamos a rendir tributo: La Pestilencia”. El show de El Sagrado fue un tributo a la familia, a la entrega y al hardcore en Rock al Parque 2019. Silverio El de Silverio no es un show convencional o fácil de ver. Es provocador y extraño. Ante la basura que le lanzaba el público, respondía limpiándose con ella. Un performance auténtico y desvergonzado digno de su majestad imperial. Empezó el show con un traje de lentejuelas y terminó en ropa interior roja. Para el cierre: se sonó, se tomó sus fluidos escupió a al gente y lanzó el micrófono. El Tri El Tri escribió la historia del rock latinoamericano, el rock and roll en español conoció la fuerza de Alex Lora y su discurso contestatario en la tarima. Su presencia siempre es imponente en cada show. "Quiero oir a la raza en el parque Simón Bolívar, celebrando los 50 años de El Tri llevando el rito de esta mamada". A una sola voz sonaban todos sus éxitos para confirmar que al final estamos todos por el rock and roll. Aguas Ardientes Este año sí fue para los amigos de la casa Aguas Ardientes. Se les cumplió el sueño. Su turno, en el escenario Lago, lo empezaron con un tema que describe por qué en Colombia todo es culpa de la bareta, tema que, dicho sea de paso, lanzaremos esta semana en el último episodio de This is Colombia a través de Shock. También presentaron una bossa nova dedicada al ex fiscal general de la nación: Odebrecht, o la descripción de cómo nos metieron un gol las constructoras en este país. Al final, soltaron una ácida dedicatoria a los personajes que bajaron la bandera LGBTI del pueblito paisa con 5 malparidos. Aguas Ardientes es una respuesta natural y cínica a la bipolaridad bogotana. Una descripción tristemente graciosa. Este año fue: coronaron con éxito su primer Rock al Parque. Angra Si quieren saber qué es una banda madura, sólida y perfectamente ensamblada piensen en Angra. Tantos años de experiencia no pasan en vano y su presentación mezcló sus éxitos clásicos y material nuevo, fue una muestra perfecta de un buen show de rock. El concierto fue dedicado a la memoria de André Matos, ex vocalista y fundador de la banda, quien murió el 8 de junio de este año. Para la épica canción de cierre, Carry On, la banda invitó a varios músicos colombianos a que los acompañaran en tarima. Tarja Casa llena para ver el poder de Tarja en el Escenario Plaza de Rock al Parque 2019. La épica melodía del metal de la finlandesa dejó la huella que tanto la caracteriza, abriéndose con cada letra en cada canción; siempre crudo y oscuro. ¡Como nos gusta! Tarja nos dio un tajada de lo que será su nuevo álbum In the Raw con Dead Promises: "Si estoy cantando con fuerza, necesito algo poderoso detrás de mí para que no me sienta como si estuviera sola", y la guitarra fue ese poderoso complemento que la acompañó de inicio a fin. Juanes Orgullo estridente en su máxima expresión, hit detrás de hit, como Juanes y como Ekhymosis. Siete minutos dedicados a Metallica con Seek And Destroy. Un show inolvidable con pogo y 100 mil personas coreando todas sus canciones ¡Qué chimba, parce! 31 minutos ¡Apareció César y lo alegró todo! Varias generaciones habían esperado años para ver por fin a 31 minutos. Un falso homenaje a Tulio Triviño fue la excusa para unir humor, títeres y música en vivo. El teatro coreó los grandes clásicos, como Bailan sin cesar, Objeción denegada, Tangananinca Tangananá, Yo nunca vi televisión y Señora, devuélvame la pelota, o si no, no sé qué haré. Aunque era un show dirigido al público infantil, fueron los adultos quienes realmente se divirtieron como niños. Los Sordos Como dicen en inglés, "punk es el nuevo naranja". Los Sordos salieron vestidos de naranja cual carcelarios y de lejos hicieron uno de los mejores shows de Rock al Parque. La lluvia fue la acompañante principal para los 40 minutos de espectáculo, lograron unir la plazoleta principal del Simón Bolivar en un solo pogo, más de mil personas bailando al son de punk intenso y de mensajes políticos, claros y revolucionarios. Babasónicos Con una batería imponente y un cambio de look radical por parte del vocalista Adrián, salió Babasónicos a tarima para recordarnos por qué son una referencia de rock alternativo en Latinoamérica. Aunque al final el sonido les falló y no pudieron dar lo mejor de ellos por cuestiones técnicas, la energía del público, la noche, las luces y el romanticismo de sus letras nos unieron en un solo coro “teeee llamééé, para veeeernos”. Show especial: Orquesta Filarmónica de Bogotá La Filarmónica de Bogotá lleva varios años experimentando con algo más que música clásica, ha sido partícipe de los Festivales Al Parque de la ciudad y ha presentado conciertos especiales con agrupaciones como Aterciopelados o Kraken. Esta ves el reto fue más grande: cerrar el festival y hacerlo con nueve canciones y artistas que representan la élite del rock colombiano y latinoamericano. Un cierre tremendo. La cereza del pastel está fuera de concurso.
Rock al Parque fue absolutamente fiel a su esencia y logró darles contento a los gustos más ortodoxos mientras que siguió alimentando esa línea de experimentación, sonidos híbridos, fusiones, o nuevos horizontes del “rock”. Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti Aunque en el segundo día de Rock al Parque René Segura dijo lo que muchos pensaban, pero nadie quería decir –este año no se cumplieron 25 años sino 25 ediciones y 24 años, hagan las cuentas–, ya la fiesta estaba armada y las expectativas altas por presenciar un momento cultural histórico. Con los invitados confirmados y el desarrollo del día de acuerdo a todo lo que se espera del festival –lluvia, sol, lluvia, sol, asistencia masiva–, había que hacerse la pregunta: ¿el cierre de Rock al Parque estuvo a la altura de Rock al Parque? Con el “cierre” no estoy hablando solamente de los tres actos que culminaron cada tarima, sino con el desarrollo de un día que incluyó a bandas que iban desde Juanes y Fito Páez, hasta Kap Bambino, Silverio y Channel One Soundsystem, pasando por Tequendama, Morfonia o Pornomotora. Y tengo en cuenta toda la parrilla porque si bien la etiqueta “rock” en Rock al Parque parece ser muy pesada y concreta, lo cierto es que en los últimos años es un término que ha estado en constante reevaluación y se ha estirado en varios frentes posibles. Por eso me voy a hacer un spoiler y afirmar que sí, que el cierre de Rock al Parque estuvo a la altura de Rock al Parque, y no por el emotivo show de la Filarmónica, por el repaso histórico de Fito Páez o Babasónicos por sus repertorios, o porque Juanes sorprendió a todo el mundo tocando un cover de Seek & Destroy de Metallica, sino porque Rock al Parque fue absolutamente fiel a su esencia y logró darles contento a los gustos más ortodoxos mientras que siguió alimentando esa línea de experimentación, sonidos híbridos, fusiones, o nuevos horizontes del “rock”. Rock al Parque, a diferencia de otros festivales o eventos culturales, conserva un encanto único porque la gente va única y exclusivamente por la música; no es el evento de moda, nadie regala boletas, no está inundado de influenciadores aspiracionales que venden humo en Instagram, no se lo han tragado las marcas, no hay trago, etcétera. Eso concentra la experiencia en las conexiones emotivas que hay entre las bandas y sus públicos, en shows donde la gente se aprieta contra la baranda del frente para estar más cerca de su artista, donde la gente grita y llora las canciones de sus ídolos o donde –pareciera no ser tan importante, pero es vital– hay artistas comprometidos y militantes por denunciar la situación tan puerca de este país. El último día de Rock al Parque 2019 tuvo bandas inspiradas en los esquemas tradicionales del blues, metal, ska y punk. Tuvo rock en español de ese que entró en los discos piratas o casetes grabados en radio de la infancia, tuvo eso que se espera encontrar en un festival de rock. Pero Rock al Parque también tuvo riesgos altísimos que uno no esperaría encontrar en Rock al Parque y que expanden la experiencia. A fin de cuentas, los festivales también son espacios que rompen con la hegemonía de lo comercial o de lo que debe dar grandes números. Hace un par de semanas, gracias a una investigación de La liga contra el silencio, se revivió el eterno debate sobre los efectos perjudiciales de la payola (pagar por sonar en la radio) en los gustos masivos y quedó la pregunta sobre si el éxito y reconocimiento entre las masas solo es posible si hay con qué comprarlo. Los festivales públicos llegan para conectar grandes audiencias con artistas que no tienen forma de colarse en el mainstream o que no tienen el empuje de grandes maquinarias de la industria. Y en ese sentido, si bien estuvo bueno que hubieran ido los grandes nombres del “rock en español”, poder ver el puerquísimo y desafiante show de Silverio, el rumbón reggae del Channel One Soundsystem (y la presentación de lo que un soundsystem es), la visceralidad oscura de Kap Bambino, la teatralidad tropical de Morfonia o incluso, la delicadeza del de Gustavo Santaolalla, fue todo un privilegio. Gracias Rock al Parque por traernos lo que nos gusta, pero también por mostrarnos lo que no conocíamos.
Lunes primero de julio; desde las 2 de la tarde empezó la música en vivo y finalizó a la 1:20 de la mañana del martes 2. Muchas horas de rock y más de 150.000 personas a las que ni la lluvia las pudo detener. El cartel del día era poderoso, el cierre tuvo un ensamble integrado por la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con una banda base integrada por célebres músicos capitalinos, que interpretaron canciones definitivas para la historia del festival. Antes estuvieron Juanes, Fito Páez, Gustavo Santaolalla, Babasónicos, Silverio, Kap Bambino, entre otros, que también nos hicieron preguntarnos si el cierre había estado a la altura de todo Rock al Parque. La energía de la gente fue envidiable y todos regresaron a casa con la satisfacción de haber sido parte de la historia. Al igual que en los anteriores días, el equipo de fotográfos de Shock tenía listo el lente para irse por todo el Parque Simón Bolivar para capturar la esencia del evento gratuito más importantes de América Latina. Con ustedes la últma galeria de Rock Al Parque de este año: las 50 mejores fotos del día tres. Vean también las mejores fotos del día 1 y día 2. Recomendado: Orquesta Filarmónica: las estrellas absolutas de Rock Al Parque 2019
Uno de los grandes orgullos de Bogotá es la Orquesta Filarmónica, ese conjunto musical integrado por más de 90 músicos y que ‘gira’ durante todo el año por las 20 localidades de la ciudad. Para la vigésimo quinta edición del Festival Rock Al Parque, Chucky García, su curador, empezó a gestionar hace unos meses lo que sería la clausura más poderosa de la historia del evento gratuito. Por: Sebas Peña La Filarmónica de Bogotá lleva varios años experimentando con algo más que música clásica, ha sido partícipe de los Festivales Al Parque de la ciudad y ha presentado conciertos especiales con agrupaciones como Aterciopelados o Kraken, que han gozado de asistencia records y calificaciones altísimas por parte de los críticos y asistentes. Ahora el reto era más grande; cerrar el festival y hacerlo con nueve canciones y artistas que representan la élite del rock colombiano y latinoamericano. El espectáculo de la Filarmónica tuvo casi 100 personas en tarima; 90 de la Filarmónica, seis de la banda elegida especialmente para este toque y, por supuesto, los intérpretes originales de las canciones escogidas El proceso para las canciones no fue nada fácil, la Filarmónica e Idartes, organizadores de Rock Al Parque, hicieron una lista de 200 temas icónicos para el rock latino, luego fueron depurando, contactando a los artistas que querían participar de ese cierre especial. De ahí salieron 40 canciones, sí 40 tracks que querían interpretar en vivo para 100 000 personas en el Simón Bolívar, pero era un set list muy grande y el tiempo en tarima era más reducido. Al final salieron nueve canciones, con arreglos impecables, una fusión entre lo clásico, lo rockero y lo fantástico. Las privilegiadas de cerrar el festival fueron: ¿Comprendes Mendes? de Control Machete, con los arreglos de Nicolás Uribe e interpretada por Pato Machete; Muévete de los paisas de Estados Alterados e interpretada por Elvis y Ricky,, con los arreglos de Julio Sierra; El puñal y el corazón de los mexicanos Café Tacvba, con los arreglos de Mario Santos e interpretada por su creador, el legendario Rubén Albarrán; Maligno, uno de los himnos de Aterciopelados, con arreglos de Juan Carlos Padilla y la participación de Andrea Echeverri y Héctor Buitrago; Tu amor de Pedro Aznar, interpretada por él y con arreglos de Julio Sierra; Vestido de cristal de Kraken, interpretada por Roxana Restrepo y con arreglos de Juan Sebastián Monsalve; Penélope de Draco Rosa, interpretada por él y con arreglos de Juan Valencia; Ay qué dolor de La Derecha interpretada por Mario Duarte y con arreglos de Juan Sebastián Monsalve; y finalmente, desde Venezuela, Los Amigos Invisibles cantaron Mentiras con arreglos de Nicolás Uribe. No fue fácil, pero se logró. Horas de ensayo, decenas de encuentros, cientos de minutos de estudio de cada una de las canciones. Curiosamente el encargado de la dirección musical de la Filarmónica es paisa, hace un año tomó las riendas de la Orquesta y este show ha sido uno de los más grandes retos de su carrera. Él, que ha pasado por academias prestigiosas como Texas University y la Universidad de Miami, sintió alivio cuando se enteró que en la Orquesta hay varios rockeros que se emocionaron con la noticia de que harían el cierre de Rock Al Parque y con artistas que han escrito la historia musical del continente. Semanas antes del show en el festival, la Orquesta empezó sus ensayos, a leer partituras y practicar en conjunto. Paralelo a eso, la banda elegida para el show, trabajaba por su cuenta. Parte importante del espectáculo fue el trabajo de los arreglistas, quienes servían como puente entre la Filarmónica, la banda y los artistas. El sábado, domingo y el propio lunes, antes del festival, fue el ensayo definitivo con los artistas en una sala amplia ubicada al lado de la Cinemateca de Bogotá. Allí se condensó todo, se alinearon energías y se hicieron los últimos arreglos para ofrecer el show magnífico que vivió el Simón Bolívar. La Filarmónica, la banda y los artistas invitados fueron las grandes estrellas del Festival. Un show que finalizó cercano a la media noche y que nadie podrá olvidar jamás. #LaMúsicaNosUne
“Que el rock es para satánicos”, “que de música no se puede vivir”, “que en Colombia nadie escucha esa música del diablo”. Algunos de los mitos con los que crecimos y que nos decían nuestros padres o familiares cuando nos escuchaban saltando con estos sonidos. Y sí así era solo con los discos, ¿qué dirían cuando nuestros músicos decidieron ser rockeros de profesión? Les tenemos la respuesta. Sentamos a los artistas que pisaron las tarimas de Rock al parque y les indagamos sobre su vida y lo que dijeron sus papás cuando tocaron una guitarra o cantaron por primera vez.
A estas alturas, con 25 ediciones encima, la importancia de Rock al Parque en la ciudad ha alcanzado niveles mitológicos. Lo que pasa alrededor de sus escenarios ha permeado generaciones, capas sociales y tendencias artísticas hasta alcanzar un estatus ritual. Año tras año se ratifica la militancia, el hastío con la misma ciudad, la inconformidad y el ímpetu creativo. Por Fabián Páez López @Davidchaka Una descripción muy fina, casi que etnográfica de lo que pasa en festival, debería incluir una buena cantidad de pequeñas anécdotas, acciones y sensaciones que, al ser compartidas durante tres días por las 100.000 personas que cruzan esa frontera a diario, se traducen en el núcleo de la formación de comunidad. (Vea acá las mejores fotos del segundo día de Rock al Parque) ¿Cuáles son los elementos que configuran esa experiencia compartida? Independientemente de sus gustos musicales, de si es metalero, rasta, punk, hardcorero o consumidor omnívoro; de si conoce a las bandas o si va a explorar el cartel, un buen visitante asiduo de Rock al Parque habrá tenido historias relacionadas con alguno de estos momentos. Emocionarse con el anuncio del cartel / rajar del cartel. Entrar al Simón Bolívar descalzo. Utilizar el concepto “raqueteada”. Perder una correa. (Para los principiantes) Correr por el Escenario Plaza del Simón Bolívar para agarrar un buen puesto. Al respecto, esta es una historia real. En el primer día de la edición del 2013, la fila avanzaba muy lento. Un grupo de metaleros, casi que uniformados, cansados de esperar, trepó la barrera del escenario plaza que daba a la calle. Eran unos 30. Los que estábamos adentro los vimos correr hacia el centro de la plaza hasta perderse en la multitud. Por el radioteléfono, los Policías que estaban afuera y los vieron subir avisaban a los Policías que estaban adentro para que fueran tras ellos. La descripción era: pelo largo y chaqueta de cuero. Dejarse llevar por la marea de cuerpos. Revisar la hoja impresa con la programación. Conservar esa hoja durante tres días. Sacarla una y otra vez así esté semidestruida. Mirar la hora. Conservar la programación. Encontrarse con un(a) ex. Pasar derecho. Cabecear. Encontrarse con amigos, preguntarles por sus favoritos del cartel. Perderse de su grupo de amigos. Quedarse sin señal del celular. Meterse a un pogo. Romperse la cara en un pogo. Caerse en un pogo. Ser levantado por una mano desconocida. Quedar con la cara llena de tierra por el pogo del escenario Bio. Comprar alcohol a los vendedores de “guaro, guaro…”. (Saber cómo continua la oferta). Invitar a un levante al festival. Ver a alguien vomitar antes de la primera banda. (Vomitar antes de la primera banda del festival). Comer toxiperro a las afueras del Simón Bolívar (saber qué carajos es un toxiperro). Las experiencias alrededor de las ventas ambulantes son bastantes, lo corrobora René Segura, vocalista de Odio a Botero. Cuenta René, parado sobre la tarima del escenario Plaza en los 25 años de Rock al Parque, que justo antes de su show lo llamaron muchos periodistas preguntándole por anécdotas. -Tan anecdóticos los hijueputas, dijo. Y continuó.-En el 97 salí de ver a Animal y me iba con un amigo para la casa. De camino a la avenida 68, que allá la pueden ver, una señora estaba vendiendo longaniza. “Quiere longaniza, Mono”, me dijo. Como su postulado estaba mal, con todo respeto, le contesté: “señora, yo no soy ‘Mono’. Soy negro, obvio, no ve. A lo que ella, con voz estridente, contestó: “Está bien. ¡Negro hijueputa!”. Quedar atrapado bajo la lluvia. Más estable y menos anecdótica ha sido, desde luego, la relación entre Rock al Parque y la lluvia. El primer día de la edición del 2007 será recordado por siempre como el día de la granizada. La plaza quedó cubierta de blanco y, bajo la lluvia y con el evento cancelado, la gente empezó a hacer bolitas de granizo y a lanzárselas como si fuera nieve. Para una ciudad que la mayoría del tiempo es percibida como excluyente, un Rock al Parque es uno de los pocos espacios en los que todos parecen participes de la misma historia. El ritual, como ratificación y celebración del mito, se ha cumplido sin falta para muchos, como el recuerdo de que ahí está Bogotá. De la convivencia extrema al orgullo estridente. (Lea también: Rock al Parque 2017: Una historia de amor entre el metal y el diablo y Todos los gritos de un 4 de julio, el último día de Rock al Parque 2016)
El cliché de los mitos de los rockstars siempre es el mismo: estrellas de la música que tienen todo lo que quieren, cuando lo quieren y como lo quieren. Son cantantes y guitarristas quienes terminan protagonizando películas biográficas sobre sus vidas atormentadas. O pensemos en las fotos de los conciertos que quedan para la posteridad: siempre están las voces principales o el guitarrista líder. ¿Y qué pasa con los demás? ¿Qué hay de bajistas y bateristas? ¿Del segundo percusionista o la corista? Decidimos darles su momento, gestar su regreso a la luz principal y crear el manifiesto de los artistas (bajistas y bateristas) ignorados en tarima con varias de las bandas participantes en Rock al Parque 2019 como La Severa Matacera, Devasted, La Vela Puerca, The Feedback, Caravanchela, Los Deltas, The Feedback, Info, R.O.R. o Razón de ser.
El día dos de Rock Al Parque 2019 estuvo lleno de grandes sorpresas, shows impecables, una lluvia que duró casi cuatro horas y lo mejor; la diversidad en el público asistente. Hacia las 3:30 de la tarde, durante el climax del show especial de la banda bogotana The Klaxon, se vio resaltar entre el público un saco naranja y su portadora era una señora de la tercera edad que estaba gozándose el ska de la agrupación. La ‘abuelita rockerra’, como la bautizaron algunos asistentes, demostró que para gozarse la música en vivo no hay que tener 20, 30 o 40 años y dejo claro que cada momento de la vida está diseñado para disfrutárselo. Acá están algunos videos de ella, la protagonista absoluta de Rock Al Parque 2019 Recomendados Rock Al Parque: Excesos policiales: Aguas Ardientes investiga si la gente conoce sus derechos - Shock 25 años de Rock al Parque, una carta por Dilson Díaz de La Pestilencia - Shock Papás vs. rock and roll: la guerra de los mitos - Shock #LaMúsicaNosUne
8 horas de música en vivo, rock, reggae, ska, thrash metal, pop y hasta merengue fueron los géneros protagonistas del segundo día del festival. Hacia las 9:30 de la noche se confirmó la cifra total de asistentes: 94.500 en el Parque Simón Bolivár y 5.076 en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán para los tres shows de 31 minutos, número grandes que confirman el éxito de la edición #25 de Rock Al Parque. En tarima vimos grandes números, voces potentes, riffs poderosos y baterías estruendosas. En el público hubo cientos de pogos, manos al aire disfrutando la música y hasta lágrimas de emoción en los ojos de algunos asistentes. Independientemente de sus gustos musicales, de si es metalero, rasta, punk, hardcorero o consumidor omnívoro; de si conoce a las bandas o si va a explorar el cartel, un buen visitante asiduo de Rock al Parque habrá tenido historias relacionadas con alguno de estos momentos. Desde el primer minuto nuestros fotógrafos estuvieron capturando la esencia del festival y por eso les tenemos esta selección de las mejores fotos del día 2. Fotos: David Schwarz @davidmschwarz / Daniel Álvarez @daniel.alvarez9 / Katherine Fresneda @ktfresneda / Jonathan Edery @ikuvisual Vean también las mejores fotos del día 1 y día 3. #LaMúsicaNosUne
Entre reggaetón, baladas y rancheras se mueven las canciones favoritas de algunos de los trabajadores de Rock al Parque, aunque varios comentaron que el rock les hacía bailar, muy pocos confesaron tener canciones de este genero en su playlist o escucharlas a diario. Hicimos una investigación exhaustiva sobre las canciones más sonadas en la cabeza de la docena de chicos que dedican su día a trabajar en el festival. Desde los que limpian hasta los que venden en la feria, nos cantaron un poco sus canciones, sonrieron para la foto y dijeron con orgullo que los gustos en la música no tienen límites. Aquí les dejamos el listado completo y con rostros propios. "Adiós amor - Christian Nodal" "Ternera podrida - SDFK" "Lana del Rey - Ride" "Audioslave - Like a Stone" "11:11 - Maluma" "Juanito Alimaña - Héctor Lavoe" "Wake Up - Rage Against The Machine" "Rammstein - Du Hast" "One - Metallica" Vea también: Rock Al Parque 2019: las 50 mejores fotos del gran primer día