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Cabezote FEP 2024

"En el rap hay mucha xenofobia", El Kalvo

Antes de su presentación en el Festival Estéreo Picnic, el rapero bogotano El Kalvo nos habló sobre su álbum 'Los tres golpes', la xenofobia en el rap colombiano y su canción de amor favorita. 

El Kalvo entrevista Los tres golpes con Santiago Cembrano
El Kalvo presenta su álbum Los tres golpes
// Foto de ELMERO.COLINO (@elmero.colino en IG) cortesía de El Kalvo

A la mitad de la entrevista, El Kalvo detiene por un momento sus reflexiones sobre la xenofobia que persiste al interior del hip-hop colombiano y el valor de hablarle a los trabajadores para buscar alitas de pollo a domicilio.

Los ensayos para su presentación en el Festival Estéreo Picnic copan su tiempo, por eso llega tarde la entrevista, anda de afán y el tiempo para almorzar se escapa.

Pero si hablamos del Kalvo no solo hablamos de un man que lleva veinte años en el rap, un joven veterano que a codazos y paciencia se ha abierto un espacio como un MC único en el país; hablamos también de alguien conocido por su apetito generoso, capaz de hazañas culinarias y connoisseur de la gastronomía callejera bogotana.

Así que cuando es hora de comer, todo puede esperar.

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Después de Algarabías (2022), El Kalvo se dedicó a encontrar territorios comunes con otros artistas. De esta búsqueda colaborativa resultaron temas como “Agencia de viajes”, con La Radio Bembé Orquesta, y la enternecedora “Lero lero”, con La Muchacha.

Cuando empezó el 2023, El Kalvo entró en modo álbum y tomó esas canciones para agruparlas y darles un sentido. Así nació Los tres golpes, el disco con mayor número de colaboraciones en su carrera: Kiño, Penyair, Jam Block Jr, Turek Hem y Horus conforman la polifonía.

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Un secuaz de confianza como Hi-Kymon se encarga de casi toda la producción, que desde el boom bap se extiende en todas las direcciones.

Al principio, El Kalvo pensaba llamar a este nuevo trabajo Kalvokalez, para marcarlo como un proyecto más personal, que reflejaba quién era.

Sin embargo, Saga Uno —su aliado para crear el extravagante kit de ocio para el trabajador contemporáneo que acompaña al disco e incluye un recipiente para la comida, un cancionero al estilo de los almanaques Bristol, un rascador, un parqués y una riñonera— lo convenció de que Los tres golpes, el nombre de un tema en el que describe al detalle y con apetito jugoso qué se puede degustar en la capital en distintos momentos del día, era un título mucho mejor.

El Kalvo y su álbum los tres golpes
El Kalvo presenta su álbum Los tres golpes
// Foto de ELMERO.COLINO (@elmero.colino en IG) cortesía de El Kalvo

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Luego de debatirlo, El Kalvo le dio la razón. En todas las canciones del disco hablaba, aunque fuera por un momento, de comida: “Ordinaria elegancia” no solo define bien su encanto, sino que muestra su ojo meticuloso para describir un buen guiso que, a la vez, es una buena letra de rap.

A pesar de que no le puso su nombre, El Kalvo sí vuelca en este disco las distintas inquietudes que caracterizan su rap.

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Ahí están su pasión por contar historias (“Jesucristo de Maracay” o “Radio Casa Grande”), su perspectiva heterodoxa del rap (“Marquillas”) y su gusto por la bareta (“Préndalo).

Están las preguntas incómodas y punzantes que suele hacer, como la que le plantea a los raperos colombiano sobre el trato que le dan a los migrantes venezolanos.

Y, finalmente, canciones como “Elías”, un homenaje a su abuelo que puede ser la mejor canción del disco; “He sido”, en la que traza sus memorias a través de todos los trabajos en los que se ha rebuscado el salario; o “El rapado”, como pararse frente al espejo y rapear lo que se ve, profundizan en su biografía.

Sobre esto y más hablamos con El Kalvo.

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***

¿Cómo llegó al concepto de Los tres golpes?
Yo lo quería llamar Kalvokalez, así como los artistas les ponen sus nombres a sus discos más personales, los que los definen. Pero a Saga le pareció que ese título era muy suave, que Los tres golpes tenía una carga conceptual mucho mayor.

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Luego de reuniones y llamadas que duraban horas y horas, me convenció, porque además de lo del desayuno, almuerzo y comida, en todas las canciones hablo de comida en algún punto, más inconsciente que conscientemente, güevón. Pero al final es más amplio que eso, tiene muchas historias.

Ya he hablado mucho de lo social, de lo político, ese tema me había saturado, entonces me pregunté de qué quería hablar.

Los tres golpes es mi manera de definirme como MC, cuál es mi tipo de rap. Y es el comienzo de una búsqueda, de otras temáticas a las que me quise como acercar, otras maneras de decir las cosas. Pero no sé si logré definirme completamente, creo que no, todavía le falta. Menos mal no le puse Kalvokalez.

Usted ha explorado llevar los álbumes más allá de las plataformas digitales y más allá del CD, ¿cómo ha sido ese aprendizaje? 
A mí me gusta insistir en formatos físicos porque me permite innovar, entregar la música de manera distinta.

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Hoy es más fácil escuchar un vinilo que un CD, güevón. Mucha gente compra un CD para tenerlo, pero no lo puede escuchar. Entonces qué lindo tener otra cosa que sí sirva pa’ algo: qué güevonada comprar algo que uno no va a usar. Tenía que ser algo útil.

Ya había hecho un libro, que es útil, pero si lo leíste ya queda ahí, ya fue. Pero al final nos dimos garra con Saga, fue un proceso pesado con muchos problemas técnicos. Le dimos rienda suelta a la imaginación y nos montamos en la película de hacer algo absolutamente novedoso. Y Saga sí me dijo que él lo diseñaba, pero yo me ocupaba de hacerlo.

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Hágale, le dije. ¿Un cancionero? ¡Hágale! ¿Un diorama? ¡Hágale! ¿Un parqués? ¡Hágale! Fue demasiado.

Ahora me decía que está un poco cansado de hablar de temáticas sociales, ¿cómo ha sido para usted existir como rapero en el gobierno de Petro?
Cuando quedó Petro yo sí sentí alivio: habíamos ganado algo. Por eso me relajé y dije como bueno, ya, me voy a dedicar a hablar de otras cosas y voy a darle la oportunidad a este man para que haga lo suyo, ¿sí me entiende?

La inflación va bajando, el desempleo va bajando, el dólar se mantiene bajito.

Esas cosas demuestran que se está haciendo bien la vuelta, mejor de lo que estaríamos con Rodolfo Hernández o Federico Gutiérrez, presunto paramilitar. Pero los medios han vendido la idea de que el cambio no es el cambio porque las transformaciones no han sido instantáneas.

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Y los de siempre, con mucho cinismo, han dicho que todo sigue igual, pero ellos son los responsables de que las cosas estuvieran así. Igual hay muchas cosas que están mal. Hay mucha gente que se coló, como Agmeth Escaf, Benedetti o la vieja esa que tienen paseando por todos los cargos importantes, quién sabe qué sabe de Petro, güevón.

La esposa del man tiene una actitud como toda corrupta y se ha gastado un poco de plata viajando y tiene gente ahí enchufada. Feo, feo, güevón. Son cosas que no deberían pasar.

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Igual ahora que acabé este proyecto sí estoy sintiendo que otra vez necesito hablar de esos temas. Hace falta análisis.

No quiero decir que yo soy el único que pueda analizar la mierda, pero sí siento que como hip-hoppers tomamos la misma actitud al tiempo, como listo, ganó Petro, chao, hablemos de otra mierda, a mí no me jodan.

Incluso hay unos que se desconectaron tanto que están diciendo que la mala pa’ Petro, repiten el discurso que les dan las noticias. Es el juego de manipulación. Por eso otra vez siento un impulso muy fuerte por analizar y comentar.

Vamos ahora sí con los temas más serios: una encuesta rápida sobre comida colombiana. ¿Mejor frito?
Yo diría que la arepaehuevo con carne mechada. Es una obra maestra de la comida sumergida en aceite.

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¿Postre favorito?
Quizás el de tres leches o el de natas. O, no sé si es tan colombiano, pero las islas flotantes de Endulza tu Paseo, gonorrea: esa es la misión.

¿Sopa favorita?
El ajiaco.

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¿Algo que le guste que nadie espere que le guste?
La comida vegana.

¿Cómo surgió la idea de “Jesucristo de Maracay”? ¿Tiene que ver con plantear una postura clara frente a la migración desde la comunidad del rap?
Hay mucha xenofobia en el rap. He tenido que ver a parceros raperos que hablan despectivamente de los venezolanos como ratas o chirosos. La mala pa’ las ratas, sí, que nadie robe, pero la estigmatización que vive la población migrante venezolana es muy injusta, porque los que hacen cosas malas es una fracción muy pequeña.

Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, pero el problema no son los migrantes, sino la pobreza, la falta de oportunidades, la ignorancia, la mala educación, la corrupción que se roba la plata que debería ser para el bienestar de la gente.

Por eso cuando canto “Bacatá” el mensaje es que Bogotá es para el que esté en Bogotá, esta ciudad es pa’ muchos tipos de gentes y hay espacio pa’ todo el mundo. Entonces construí esta historia para cagarme en la xenofobia, pero también en la moral católica de los que son xenófobos y aporofóbicos.

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¡Mientras tanto en Palestina están bombardeando el pueblo de Cristo!

La gente que está sufriendo en todos lados representa eso. Cristo era un desplazado de la violencia. Y pues es de Maracay y no de Barquisimeto porque me rimaba, y me quedaba re bien para homenajear a los raperos de allá, que son de los más ásperos del hip-hop venezolano. De hecho las historias que me inspiraron fueron las del Topo y Vampi, de Piso Ocho, que nos contaron lo duro que les tocó, pero ellos son de Puerto La Cruz, y así quedaba raro.

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¿Por qué le dedica este kit de ocio al trabajador contemporáneo? 
A veces me parece que el rap está montado en una burbuja rara, no se tiene en cuenta el diario vivir, como si todos viviéramos en un videoclip de rap, güevón, y solo hubiera ocio y placer.

Quería que el álbum fuera para el descanso, está pensado para disfrutarse después de una larga jornada de trabajo. Para una persona normal la música es un escape de la realidad, una anestesia que escucha en el Transmilenio, caminando, lavando loza o haciendo ejercicio.

Por eso tampoco quería hablar de temas pesados, sino más bien como toma, disfrútate esta historia de cosas asquerosas que nos inventamos con Penyair, o esta otra de Jesucristo como un migrante venezolano. Pensaba que qué chimba que el rap que yo haga sea óptimo para el que está saliendo de su camello y se quiera relajar. El disco es para dignificar el esfuerzo, como dice el intro, un tributo al esfuerzo.

A propósito de “Protagonista estelar”, ¿cómo ha sido para usted rapear sobre el amor? ¿Y cómo ha cambiado con los años?
No es mi temática fuerte, pero en cada trabajo discográfico trato de incluir al menos una canción que hable del tema.

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Siempre es difícil hacer algo tan personal, ¿no?

No puedo hablar del amor como hablo de otras cosas, con esa forma arquetípica de tomar los temas, porque el amor es el amor, ¿sí me entiendes?

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Yo a mi novia no le puedo cantar cualquier cosa, es cuando más real tengo que ser. Me siento vulnerable. Hay gente que puede estar re parchada y escribe una canción re tusa cortavenas, y la novia está al lado, cagada de la risa. Para mí debe ser algo muy personal, y como con mi novia compartimos las artes audiovisuales, “Protagonista estelar” fue una oda a lo que hacemos juntos.

Ella me ayuda a hacer los videos, yo edito cosas para ella. Disfrutamos y creamos juntos. De ahí salió lo de “Hagamos ficción y documental”, porque de verdad lo hemos hecho. Es chimba. Cuando más sincero he sido es en las canciones de amorcito.

¿Cuál es su tema favorito de rap romántico?
“Querer querernos” de Canserbero. La escuché antes de que saliera, porque el man la tocó una vez que vino a Bogotá como en 2011, re caleto. A toda la banda de pirobos se le salió el aire con el último ponche.

Fue como mucho malparido, qué gonorrea.

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Hace un tiempo invitamos al Kalvo a parodiar una elección rapeando junto a Neck Talese y El mismoperro, este fue el resultado:

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